Capitulo Trece: La calma.

-¿Dónde vamos?- pregunto un muy curioso Yoongi.

Jimin sonrió mientras observaba el cielo, pronto llegaría la noche- Ya deja de preguntarlo hyung, no sea impaciente.

El felino bufo apartando los cabellos de sus ojos- Espero que no sea tardío, tengo que ir a casa y ya será de noche- se quejaba entre murmullos y el rubio no evitó reír en silencio.

-Ya gatito, verás que llegamos rápido- decía mordiendo sus labios, las ansias lo carcomían.

Yoongi inhaló aquel suave aroma petricor y fresca ventisca, mezclada con ligeras, casi imperceptibles esencias dulce que las flores esparcían.

Dirigió sus orbes al cielo, las nubes eran de tonos rosas y morados, quizá un poco de rojizo, esas eran las tardes que más adoraba en secreto, las coloridas, se sentían tan mágicas y extraordinarias que llenaban su corazón de una bonita e inenarrable sensación.

Luego bajó la vista a sus manos, unidas a las de Jimin, se sentían suaves y esponjosas, le gustaba apretar un poco de vez en cuando, también le gustaba cuando él sonreía y lo miraba luego de hacerlo, aunque solía esquivar sus ojos porque lo hacían sentir algo tímido.

-Yoon, aquí es.

Y con esas palabras dejo de lado todo pensamiento y presto atención a su alrededor.

Frunció el ceño- ¿Una... Casa?.

Jimin asintió con ganas- Sip, es mi casa, hyung- Yoongi de inmediato hizo una mueca rara- Verás... El otro día me dí cuenta que yo sé muchas cosas sobre tí y tú casi nada... Fue incómodo pensarlo- se encogió de hombros como si quisiera restar importancia, aunque estaba algo(muy) nervioso- realmente no hay mucho sobre mí que contar, así que creí que trayendote a un lugar personal podría darte un poco de la confianza que tú me brindaste- mordió su belfo inferior y bajo los ojos a sus pies- Sonaba mejor en mi mente...

El híbrido mordió el interior de su mejilla divertido antes de advertir- Ni creas que trayendome aquí conseguirás eso- Jimin, siguiendo el juego, fingió desilusión, Yoongi río- eres un puerco.

-Le quitas lo divertido a la vida Yoon- chasqueo la lengua antes de abalanzarse sobre él- pero no importa, yo seré paciente hasta que hyung se sienta listo~

El castaño soltó un quejido, empujándolo juguetonamente- ¡Ya, quítate!- pero Jimin lo ignoró rodeando su cintura con una gran sonrisa, ocultandose en su cuello hasta que Yoongi hablo seriamente, dejando las manos en sus hombros- Estoy bien con conocer tu casa, Jiminnie. La verdad, si me ha tomado por sorpresa... eres muy reservado con tus cosas.

-Umh... Lo siento por eso- Jimin realmente se veía arrepentido- Quizá tuviste muchas dudas respecto a mí, y mi actitud no ayudó para nada- tomó sus caderas con algo de delicadeza mientras lentamente se adentraban a su hogar- Todo este tiempo pensé en que deseaba conocerte más y más pero nunca di a conocer nada sobre mí...

Yoongi sonrió en grande ante aquella sinceridad y timidez que destilaba el menor en cada poro, solo pudo negar despacio y dejarse abrazar.

Ya ni siquiera lograba entender qué tipo de relación llevaba con Jimin, solo sabía que era muy especial, para ambos.

-Quedate a dormir conmigo hoy...- pidió con voz pequeña y luego añadio- Prometo no hacer nada raro.

El castaño río, se llamaban a si mismos como amantes, pero realmente, nunca habían pasado de un buen beso o de ves en cuando, débiles apretones en su trasero-Umh... Está bien.

Fue una tarde sencilla, dónde solo se dedicaron a charlar en voz baja, mientras comían algo ligero, antes de ir a la cama.

La casa de Jimin no era muy grande, tampoco pequeña, Yoongi la describiría como acogedora y tibia, aunque, más lo eran los brazos del menor alrededor de su cuerpo.

Se sentía tan bien y correcto, sentir sus suaves dedos presionando sobre su vientre, apegandose a su pecho con insistencia casi íntima, como si quisiere fundirse en él.

-Hyung- llamó quedito el menor, mientras sus ojos observaban la ventana frente suyo, Yoongi apenas respondió con un flojo "¿Mm?"- El otro día... Encontré un sitio muy bonito, era cerca de un río pequeño... Habían muchas setas comestibles y luciérnagas; pensé que sería bonito ir junto a tí un día, sí quieres.

El híbrido entreabrio los ojos y contesto- Suena bonito... Quizá pueda llevar un canasto y tomar unas cuantas setas para hacer un almuerzo delicioso, ¿No?- Jimin asintió con ganas, Yoongi no podía verlo pero sabía que lo había hecho, le causó ternura- Quisiera que nos encontremos más seguidos... Es decir, lo hacemos pero... Solo cuando tú te apareces de la nada- sintió las manos del rubio juguetear con las suyas- Eso... Sinceramente eso me tiene un poco cansado... Yo también quiero verte de vez en cuando, pero no sé dónde encontrarte o si puedes, me gustaría que nos tomemos el tiempo de hablar de ello y planearlo antes, ¿Entiendes?.

Jimin lloriqueo contra su espalda, apegando la frente a su nuca y refregandose en ella- ¡Lo entiendo Yoon, perdóname, fuí muy egoísta!- chilló haciendo reír al otro.

-Ya, está bien, te lo dije- se dejó apretar por sus brazos hasta quitarle solo un poco del aire, no lo suficiente para hacerle daño- ¿Cuando me mostraras ese lugar?.

Él se lo pensó unos buenos segundos, antes de proponer- ¿Mañana podrías?.

Yoongi entrecerró los ojos calculando mentalmente cuánto tiempo abarcarían sus oficios para responder- umh... Podría ir, pero llegaré cuando esté anocheciendo, el rey me citó y por la mañana tengo cosas que hacer... ¿Está bien para tí? Podríamos ver las luciérnagas y juntar unas setas para el almuerzo del día siguiente, ¿Te parece?.

-Suena bien, pero te quedarás aquí de nuevo, ¿Sí, sí?- el felino río sintiendo besos a lo largo de su hombro, sus labios eran húmedos y tan suaves, que dejaban un cosquilleo delicado a su carne antes de dar una afirmativa- Te mostraré el camino por la mañana, no es muy lejos de aquí.

Yoongi quedó dormido entre sus brazos luego de unas pocas palabras más, pensando en aquella dulce calma que lo abarcaba estando a su lado.

Sin dudas, el también estaba idiotamente enamorado de Jimin.

-¿Umh...?

Los últimos rayos del sol chocaban contra su rostro, naranjos y rojizos, se veían bien filtrándose entre las  lujosas ventanas coloridas.

Sus pupilas marrones brillaron con ansias cuando un destello blanco se vió entre las alfombras bordo y doradas.

¿La joya...?

Colocándose en cuclillas, tomó una fina pluma que se había encontrado sobre los muebles de costosa madera, y removió aquel pedazo de tela con ella, revelando así, una preciosa joya.

¿Volvió por arte de magia?

No...

-Nam, ¿Podrías venir un rato?

(｡･ω･)ﾉﾞ hello

😈🦵

Kfbidbdid

Estamos muy cerca del final 🕴️

Bye Bye Nya (*ฅ́˘ฅ̀*)