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Capitulo cinco: Verdades al oído.

Las gotas caían con fiereza sobre las hojas de los árboles esa noche.

El viento era desgarrador, sus silbidos se hacían oír con furioso impacto dentro de las casas y agitaba los ramajes.

Yoongi, con el antebrazo cubriendo sobre sus ojos y totalmente empapado, iba de regreso a su hogar bajo la terrible tormenta.

Lo odiaba, estar bajo la lluvia, mojarse por completo y encontrarse sumamente cansado. Su cola felina iba de un lado al otro en claro estrés.

Cuando por fin estuvo frente a su casa, no tardó ni cinco segundos en sacar las llaves y adentrarse, cerrando la puerta en un estruendoso golpe, que hasta cierto punto representaba el enojo y sobrecarga que se concentraba en los músculos de sus hombros, haciendole doler.

Suspirando frustrado y con un horrible sueño, lo único que atinó a hacer fue lanzar lejos su espada, e instintivamente agitar su cuerpo queriendo retirar el exceso de humedad.

Yoongi odiaba cuando naturalmente surgían de él aquellos actos, como si realmente fuera un animal. Pero ahora se encontraba lo suficientemente somnoliento como para cuestionarlo.

Masajeo su nuca con la yema de sus dedos antes de comenzar a retirar su estorbosa y abundante vestimenta, con lentitud, casi cayendo dormido entre us movimientos.

Y así, hasta quedar en una camisa blanca, transparentada por la humedad, y unos pantalones sueltos.

En otro momento, quizá, él habría detallado su cuerpo frente al espejo de arriba a abajo con total vanidad, pero ahora sus ojos felinos no daban para más.

O al menos, eso creía hasta que el ruido de algo cayendo precipitadamente lo hizo saltar sobre su sitio, justo cuando iba a retirar sus últimas prendas.

-¡Perdón! Lo siento, lo siento- un muy asustado rubio se movió torpemente entre los objetos que había tirado antes de antes de ocultarse tras la pequeña silla llena de ropas, y asomar sus ojitos grandes y brillosos, pretendiendo que nada había sucedido-No estoy, sigue en lo que estabas.

Yoongi gritó con todas sus fuerzas.

-¡ASQUEROSO PERVERTIDO!- olvidando por completo el sueño, y en un rápido movimiento, tomo la espada del suelo con una mano, mientras que con la otra cubría su torso, que se mostraba casi a la perfección entre lo mojada que se encontraba- ¡TE ASESINARE!.

Sus manos temblaban del susto que había sentido, su corazón iba a escapar por sus labios en cualquier momento.

Hasta que entonces, el otro se apresuró a sacar su flauta, e incluso si Yoongi casi lo ataca para evitarlo, fue demasiado tarde, cuando la melodía comenzó a fluir.

-Tranquilo, bonito- separó sus gordos labios, tan hipnotizantes, alejándose de aquel oscuro rincón, hasta que la luz de reflejándose por los vidrios mojados y siluetas de la fuerte lluvia llegó a él- No era mi intención, lo juro.

Yoongi sintió sus músculos adormecidos, no rígidos como la vez anterior, como una anestesia que se inyectaba a sus venas y lo relajaba por completo, el flautista estaba siendo misericordioso con su notable cansancio.

Entonces, por primera vez, admiro su rostro.

Sus ojos, brillosos, cafés, tan preciosos, dulces, y al mismo tiempo atrapantes y atrayentes, una pequeña nariz, y sus belfos, gruesos, rojos, húmedos al igual que sus cabellos rubios.

Él era realmente, tan guapo como lo había imaginado en sus noches de insomnio. Incluso más, se atrevía a decir.

-Vamos, suelta la espada bonito- pero Yoongi no obedeció, no si tenía la opción de negarse mientras no lo obligue con su música, el rubio resopló hacia arriba, quitando los mechones de su frente- Eres bastante terco, ¿Sabías?.

Y se fue acercando, el mayor entró en pánico y ciertas ansias extrañas, pero aún no podía moverse.

Las suaves y acolchadas yemas de sus dedos delinearon con sumo cuidado su quijada, hasta llegar a su mentón, y obligarlo a levantar los orbes hacia él-¿Por qué eres tan atractivo?- se quejo casi con pesar. Esos bonitos ojos y labios rosas debían ser ilegales, mirándolos tan desprotegidos y confusos.

Y sucedió. Sus labios rozaron tentativamente contra los del contrario.

Yoongi entre abrió su pequeña boquita sintiendo la cálida respiración del rubio contra él, y sus dedos presionando contra sus caderas con la misma firmeza que lo hizo la noche del baile.

Entre la bruma de sus enredados y desordenados pensamientos, siquiera cayó en cuenta que poco a poco el menor volteaba su mojada anatomía, hasta dar la espalda a la pared más cercanas, y retroceder hasta quedar acorralado contra ella y el flautista.

Cuando la consciencia volvió a él, sus manos empuñaron la espada, mientras que su ceño se iba frunciendo, el rubio río por el cambio de actitud.

-¿Por qué siempre finges odiarme?- cuestionó con diversión, tomando su muñeca y evitando un ataque, Yoongi respondió bajando sus orejas mínimas totalmente enardecido- Tú no me odias, gatito- oyó un gruñido tierno que pretendía ser amenazante, y decidió inclinarse contra su oído, para susurrar- Tú solo sientes resentimiento, porque el gran hombre que conociste durante el baile terminó decepcionandote. Y te duele, en el orgullo.

Y explotó, el flautista detuvo la muñeca del minino presionandola contra la pared de concreto cuando en un forcejeo intentó enalzar su espada y apartarse con la sangre en llamas dentro de sus venas, y murmuró contra su fría mejilla- ¿Por qué mejor no descargas esa furia incontrolable contra mis labios, bonito?.

Y lo besó. Impactó sus bocas con la fiereza y deseo que se había acumulado en su ser con el paso de los minutos, horas, días y semanas.

Presionó contra su tensa nuca entre abriendo sus belfos para atrapar entre sus dientes el acolchado labio inferior de Yoongi, robándole así, un travieso jadeo.

Se separó de él dejando un chasquido al aire, sintiendo una sonrisa colarse en su húmeda boca cuando lo sintió acercándose nuevamente en busca de sus besos, con sus bonitos ojos rasgados pegados al fuerte carmín de sus labios, no lo culpaba por sentir atracción de ellos- Creo no haberme presentado antes, Gi- y entre sus susurros, soltó la muñeca contraria- Soy Park Jimin, gatito.

Pero Jimin no le dió treguas de procesar aquella información, cuando tomo entre su boca nuevamente el dulce manjar que para él eran los labios de Yoongi.

Y se dejó llevar por completo, su cuerpo húmedo siendo apresado por el contrario, recibiendo con gusto su tibio calor corporal, hasta que sus dedos que sostenían la espada se debilitaron.

El estruendo del metal impactando contra la madera del suelo fue a segundo plano para ambos, cuando los mojados brazos de Yoongi rodearon su nuca, correspondiendo por completo, dejando aquel músculo húmedo adentrarse en su cavidad bucal.

Ya mañana habría tiempo de preocuparse por sus acciones.

(。・ω・)ノ゙ hello

👄👁️...

Si les soy sincera, yo pensaba que esto quedaría en menos de 500 palabras.

So, anyway.


Bye Bye Nya (*ฅ́˘ฅ̀*)

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