Cap 2
Aizawa bostezó, saludando a sus alumnos apenas entró al aula. —Buenos días, mocosos.
—Buenos días Aizawa-sensei. —Respondieron todos al unidos, agotados. Esaos últimos días estaban teniendo un fuerte entrenamiento con los héroes del instituto por diferentes razones: La segunda tanda de exámenes se acercaba, pronto las residencias volverían a reactivarse y tendrían nuevas misiones por delante.
—Saquen su uniforme de física y vayan al gimnasio, hoy haremos entrenamientos físicos de cuerpo-cuerpo.
Aizawa volvió a bostezar y se dispuso a salir rápidamente del aula, pero antes de que pudiera hacerlo, entró alguien a gran velocidad. —¡Aizawa, Kayn fue localizado aquí, en Japón!
El azabache frunció su ceño. Ese hijo de puta lo tenía loco, siempre pasaba de país en país y ahora decidía volver a su lugar de nacimiento.
Llevó su mano a su cien y la apretó, mirando a Midnight con cara de pocos amigos. —Lo siento, no quería invadir tu clase así como así, pero...
—¿Que miran ustedes? ¡Vayan a cambiarse ya!
Todos sus alumnos salieron del aula corriendo y tropezándose unos contra otros. Todoroki entró al vestidor de los hombres y comenzó a quitarse la ropa mientras escuchaba a sus compañeros hablar.
—¿Escucharon eso? Si Kayn volvió a Japón, ¡significa que Ryoka también volverá!
—Supera la ida de esa demonio, idiota eléctrico. Ya nos dijeron que la tonta esa no vuelva hasta dentro de dos años y medio.
—¡Es que ella está detrás de Kayn, ella tiene que volver!
—¿¡Tu también codos de mierda!?
—Ryoka no volverá. —Todoroki cerró su casillero con fuerza, llamando la atención de sus compañeros varones—. Ryoka está cumpliendo su papel como Ideal Hero Mold allá en Estados Unidos, se la llevaron para entrenarla disfrazando su ida con un "va detrás de Kayn", Ryoka se fue y ella volverá si así lo quiere hasta dentro de dos años y poco más. Y si ella vuelve para esa fecha, créanme que será solo por su familia. Ni siquiera para alguna misión.
Todos se quedaron en silencio, observando como el albirrojo terminaba de cambiarse. Lo había dicho... Sin ninguna pizca de pena, de tristeza. Incluso al mismo Bakugo le extrañó aquello, aquel hombre que moría por Ryoka, estaba hablando de ella como si ya no sintiera nada de amor, como si nunca hubiera sentido nada por ella...
Por su lado, Aizawa caminaba hacia el gimnasio del instituto con Midnight al lado, quién lo ponía al día con todo lo que se había descubierto hace apenas unas horas.
—El director pensó que una buena idea para preparar a los estudiantes antes del enfrentamiento directo contra Shigaraki, la liga de villanos y el ejército de liberación, era mandarlos a una batalla contra Kayn, quien ya está localizado.
—Y otra vez a cuidar que mis mocosos malcriados no mueran... —Soltó con pesadez—.
—Yo realmente, a pesar de que el departamento de héroes ya se ha enfrentado a villanos y ya tienen experiencia, creo que si necesitan algo un poco más apegado a lo cotidiano. Así que di mi voto de apoyo, igualmente estaremos los héroes ahí apoyando a la minoría.
—¿Que te puedo decir? Ya la decisión está tomada y sin mi consentimiento... Siento que meter a los mocosos en un enredo de esos es algo innecesario, pero si así lo piensa el director...
—Toma en cuenta que Kayn es un villano de bajo riesgo comparado a lo que es Shigaraki Tomura, Aizawa. Tal vez sea riesgoso, pero será bueno para su desarrollo como héroes.
Shota se agarró el cuello, caminando un poco más rápido. Su compañera notó que se quería alejar de ella, por lo cuál se paró en su lugar y lo miró con algo de arrepentimiento.
Era obvio que se iba a negar...
El azabache se sentó en una grada del gimnasio escolar esperando a sus alumnos, mientras pasaba sus manos por su cara repetitivamente. El Director realmente tenía ideas muy locas... Pero era su superior, y no podía hacer nada contra él.
Suspiró, apretando sus goggles con melancolía.
—Los protegeré aunque sea lo último que haga... —Murmuró, viendo sus lentes—. No dejaré que pase de nuevo....
(...)
Shoto veía con tranquilidad el paisaje de Tokyo a través de la ventana con pequeñas gotas de lluvia pegadas al vidrio, observaba pacientemente cada casa estilo antigua, memorizando todos sus recuerdos en esa calle. Sonrió de medio lado, le gustaba mucho el bario donde vivió con sus padres, más sin embargo Endeavor se encargó de hacerlo un lugar horrible y lleno de traumas, cosa que no le quitó lo lindo a su calle, pero si tenía escalofríos y náuseas de tan solo cruzar por ahí.
Suspiró, mirando como la ventana se manchaba un poco por el vapor, abrió un poco sus ojos con diversión y comenzó a hacerlo varias veces como si de un niño pequeño se tratase.
—Todoroki, me vas a manchar el vidrio.
La voz de su profesor lo hizo saltar en su lugar, antes de acomodarse nuevamente en su asiento y mirarlo de reojo con vergüenza. —Lo siento, Aizawa-sensei.
—Ya, da igual. —Suspiró, parando en un semáforo que acababa de ponerse en rojo—. A tu hermana ya se le hizo costumbre esto de invitarte a comer todos los Jueves por la noche, ¿no? Debería cobrarles la gasolina...
Shoto arrugó un poco su cara, aveces le costaba entender el sarcasmo. —Si quiere podría pedirle que...
—No me debes nada Todoroki, estaba bromeando. —Giró los ojos con cansancio, arrancando el carro de nuevo—. Tengo un amigo que siempre llega mientras espero que tu cena termine, así que vale un poco la pena.
Shoto lo miró confundido. ¿Un amigo? ¡Nunca había notado que su Sensei se veía con alguien mientras él comía con sus hermanos y Endeavor! —Si quiere hoy puede entrar a cenar con nosotros, Aizawa-sensei, mi hermana quiere conocerlo y estoy seguro de que podremos hablar con más facilidad.
—¿Más facilidad...?
—Sí, así la conversación se enfoca en usted, no en mi padre.
Shota rió apagadamente, parqueándose frente a la gran, bonita y antigua residencia Todoroki. Se estiró en su asiento y removió los cabellos bicolores de su alumno. —Anda, no tardes.
El menor se despidió temporalmente con una reverencia y salió del carro, entrando a la casa de su familia con pesadez.
Hasta Aizawa desde lejos pudo notar como su aura de seriedad y tranquilidad pasaba a ser una de frialdad y resentimiento.
Si no estaba mal enterado, Todoroki era descendiente de un matrimonio de singularidad por conveniencia, su madre estaba actualmente internada en un hospital psiquiátrico y todos sus hermanos vivían en residencias diferentes, sin contar a Todoroki Touya, quien es su difunto hermano.
Aizawa suspiró con pesadez, traía a su alumno todos los Jueves por las noches a que comiera en la residencia Todoroki solo porque sabía que tenía una familia disfuncional y le tenía algo de pena.
Un maullido se escuchó afuera del carro, cosa que Aizawa reconoció al instante y sonrió de medio lado. Abrió la puerta de vehículo, dejando que su pequeño amigo peludo entrara y se sentara en sus piernas como normalmente solía hacer esos días. Los acarició con suavidad, suspirando con cansancio, cosa que hacía con bastante frecuencia de hecho.
Todoroki... Ese niño.
No parecía ser tan mala opción para su ahijada.
Tienes unos ojos muy precisos, Ryoka.
Todoroki entró a la casa cambiando sus zapatos deportivos por unas pantuflas que tenían su nombre grabado a un costado.
—¡Shoto, hola hermanito! —Saludó Fuyumi emocionada—. Ven, siéntate, hoy papá llegó temprano. Solo te estábamos esperando a ti.
Ambos caminaron hacia el comedor minimalista, donde escucharon unas pequeñas risas al fondo. El varón frunció un ceño, ¿esa era...?
La puerta corrediza fue abierta por parte de su hermana, quien dejó verlo el panorama completo.
Teka estaba sentada ahí, hablando con Natsuo como si nada mientras Endeavor comía de su ramen.
Al verla ahí su cara de confusión pasó a ser una un tanto molesto.
¡Tenía suficiente con su padre y ahora le traen a la vieja esa que casi provoca la ruptura de su relación!
—Quiero que terminemos.
Las toscas palabras de Ryoka aquella vez le cayeron como balde de agua fría en la cara.
Esperó la reacción natural de su cuerpo, pero no la hubo. Últimamente su corazón no se aceleraba a pensarla, ya no sentía esas molestas mariposas en el estómago.
Ya ni siquiera le daba importancia.
No la sentía.
Suspiró con pesadez y entró al comedor.
—Hola abuela, Natsuo, padre. —Saludó con une media reverencia, sentándose a la par de su hermano—.
—Nieto, hola. —Respondió Teka sonriendo de medio lado—. Estábamos hablando justo de ti.
—¿Ah sí? ¿De nuevo?
Teka no entendió muy bien lo que decía, así que solo lo ignoró. —Estábamos hablando de deberías casarte con alguien sin don. Ya que, si tuvieras un hijo con alguien con un don emisor, sería muy complicado para él manejar tu Don hibrido y otro probablemente potenciado.
—Abue, pero si Shoto pensaba casarse con una muchacha con un Quirk escandaloso. —Recordó Fuyumi, sin tomar en cuenta que esa persona de la que hablaba ya no estaba ahí con Shoto—.
—Dejen de meterse en mi vida por favor. No me he ni graduado y ya me están casando.
El albirrojo apretó su mandíbula con verdadera molestia, ellos no eran quien para estar hablando de ella... ¿Ah?
Tomó aire y volvió a meter los fideos tibios a su boca, mordiéndolos con lentitud, pensativo.
Cuando era novio dd Ryoka, solía hacer mucho eso de defenderla interna y abiertamente. Pero desde que se había ido ya no se preocupaba si escuchaba su nombre salir de bocas ajenas, ¿por qué de repente se siente molesto por ello?
Dios mío, ¡supérala ya, mierda!
No sientes nada por ella, ni ella por ti.
La distancia les ganó, ninguno mantuvo sus promesas.
Ya ni le incomodaba ver videos de ella con sus guardaespaldas agarrándola de la cintura. Ni sentía una pizca de amor al ver fotos de ella y él juntos.
Pero hay algo aún, algo que le prohíbe no ver esos videos o borrar esas fotos de su celular. Algo muy dentro de él...
No, no estaba muy dentro de él, de hecho se desbordaba.
Pero, sus sentimientos bloqueados ante un abandono planeado hizo que nadie pudiera ver sus emociones.
Ni siquiera él.
Ni siquiera ella.
—Shoto, ¿cómo te ha ido en la U.A.? —Habló la mayor, viéndolo mientras acariciaba parte de su cabello de lava—.
—Mmh, bien de hecho. Pronto serán los segundos exámenes, también se reactivarán las residencias y tal, así que estoy algo ajetreado.
—Umh, ¿y estás haciendo las residencias con tu padre?
—Sí, luego de hacer las clases extra para la licencia provisional decidí que lo mejor era hacerlas con él. —Metió más ramen en su boca, viendo a su viejo con una cara de seriedad—. Pero no por "reforzar" nuestro lazo padre-hijo. —Tragó, observando como la cara de su padre se entristecía—. Es el héroe número 1 ahora, fue más conveniencia que cualquier otra cosa. Además de que estoy con otros dos compañeros, entonces tan aburrido no es. Pásame las algas Fuyumi.
—S-sí.
Teka miró a su hijo y este miró al suyo, que le devolvió la acción con más tosquedad. Cuando el albirrojo vió que su padre desviaba la miraba apenado/humillado sonrió de medio lado.
Ryoka estaría burlándose de Endeavor ahora mismo.
Volvió a tener un pensamiento de ella.
No entendía.
Ese día la había pensado más veces de las que la había pensado en toda la semana, ¿que sucedía?
Probablemente era su apetito de adolescente, o eso esperaba.
Teka tomó aire antes de hablar, acomodándose la camisa de lana que traía puesta con una notable incomodidad por el ambiente tan pesado que se había creado con malas miradas de por medio.
—Entonces... Uhm, Fuyumi, Natsuo, ¿como van los trabajos?
(...)
Ryoka despertó a las 8:30am, hoy aprovechó a dormir un rato más gracias a que le habían cancelado su entrenamiento para que pudiera ordenar todo antes del viaje de mañana. Estiró su mano hacia su mesita de noche para encontrar su teléfono, el cuál agarró con cuidado y llevó al frente, para poder revisarlo.
Navegó primero por sus mensajes, revisando lo que tenía pendiente. A los 6 minutos, salió de la aplicación y abrió otra red social, encontrándose al segundo las solicitudes de amistad que tenía; eran varias. De esas... ¿300 solicitudes? Aceptó todas y devolvió unas 20, después de todo estaba en su cuenta como figura pública y ahí no subía literalmente nada personal. Se pasó a su otra cuenta, la privada, donde tenía unas 14 solicitudes de amistad y de esas aceptó ninguna. Recargó la página principal, mirando entre todas las recientes publicaciones, casi a ninguna le dió importancia, hasta que vió una publicación con un gran título.
"Todoroki Shoto, el hijo del héroe número 1 de Japón, Endeavor, fue visto con su nueva pareja por las calles de Tokyo"
Arrugó un poco su cara para luego soltar una carcajada seca. No le importaba nada de eso, ¿esto era algún tipo de prueba? JA, ni siquiera sintió el mínimo deseo de ver las fotos que los acosadores de los paparazzis tomaron y subieron a las reses, obvio que no. ¿Por qué le importaría ver esa mierda reciclada? ¡Que Todoroki hiciera lo que se le saliera de los huevos! De igual manera, no eran nada ya ni lo serían nunca más...
....
....
....
¿De verdad no lo vas a abrir?
Pff, no. Estoy segura de que nadie es mejor que yo, así que estoy tranquila.
.........
¿Segura?
Ryoka pickeó rápidamente las imágenes, esperando a ver algo decepcionante.
Antes de que la página pudiera cargar, entró Enzo y se tiró sobre ella.
—¡Lorenzoo! —Exclamó alargando la última vocal, adolorida—.
—¡Buenos días pequeñita! —Exclamó eufórico, quitándole el celular y apoyándolo sobre la mesa de noche—. Ven, durmamos un poco más. —Propuso, jalando a Ryoka hasta el pecho de él, donde (a fuerzas) la acurrucó y abrazó—.
Akimaya gruñó en señal de rendimiento, dejándose así abrazar por uno de sus mejores amigos. Al rato sintió como atrás de ella la cama se hundía y otras manos masculinas la abrazaban con delicadeza.
Sonrió de medio lado y alzó la vista, viendo como Lorenzo la observaba ido, como si estuviera viendo algo precioso. El moreno despojó una sincera sonrisa y le besó la frente, acomodándose para poder seguir durmiendo.
—Oigan. —Llamó la menor, sintiendo como iba desapareciendo entre los dos cuerpos masculinos—. ¿Cómo se dieron cuenta que... no querían ser un héroe?
Ambos mayores se observaron con curiosidad, si les preguntaba aquello...
Estaban consientes de que Ryoka nunca quiso ser una IHM, que ni siquiera quería ser una heroína en esta situación de obligación por parte del gobierno mundial de héroes.
El moreno le dió una mirada de aprobación a Zen, quien tomó aire para comenzar a hablar.
—Mira, pequeña Ryoka. Siempre quise demostrar que yo podría cuidar a las personas para mentalmente no culparme por no haber ayudado a mi familia el día del accidente. —La pelinegra se dió media vuelta con curiosidad, mirando como Zen tocaba con cuidado su cicatriz. Después de todo, ellos ya sabían su historia—. Cuando me gradué de héroe y comencé a trabajar especializado en turnos nocturnos, ahí me di cuenta.
» Mi vida se sentía totalmente vacía al ayudar a la gente, ni siquiera me sentía feliz al salvar a las personas de villanos o incluso muchas veces por mi falta de motivación los casos de villanos nunca se resolvieron... Ahí me retiré como héroe y cancelé mi contrato como uno, decidí que lo mejor era buscar un trabajo provisional mientras encontraba a lo que de verdad quería servir. Fue cuando encontré un trabajo como guardaespaldas de un tipo multimillonario, que me hizo ver que eso era lo que quería, ser un acompañante personal. Aunque sea incluso ridículo porque esto me gustara... No pude evitarlo, terminé ganando este puesto y pues, ahora no es un trabajo provisional, es a lo que me quiero dedicar el resto de mi vida.
—Eso es... Woah. —Murmuró Ryo, ahora viendo a Enzo por encima de su hombro, dándole la pasada a él—.
—Yo entré a ser héroe solo por mi caprichoso deseo de querer dejar de sentirme como el hermano menor. Al final de cuentas me gusta una mierda ese trabajo de "salvar personas" y a pesar de que la paga era buena, nunca pude ser más que un héroe de asistencia para los grandes mandos, o sea, la agencia de Star and Stripe. Renuncié y mi papá me recomendó a este trabajo para dedicarme a algo y no desperdiciar mi título como héroe. —Rió, acariciando el cabello teñido de la menor—. ¿Por qué preguntas, linda peque?
Ryoka parpadeó un par de veces pensativa, llevando una mano a su cabeza: Le dolía.
Suspiró con fuerza y se metió bajo las sábanas, cerrando sus ojos en el proceso.
—Yo... La verdad es que no quiero seguir siendo un IHM. No me malinterpreten, si me gustaría ser héroe. Pero... El solo hecho de trabajar para ellos hicieron que mi idea de ser héroe se quemara y ya me cansara de todo esto. —Se acurrucó, abriendo sus ojos bajo la delgada sábana blanca que la cubría—. Solo quiero tener una vida normal, vivir al lado del amor de mi vida, cuidar a mis hijos sin miedo a que un villano llegue en busca de matarme por el solo hecho de ser una Ideal Hero Mold. —Murmuró, teniendo los ojos acurrucados—. Ya no quiero Zen, Enzo... Ya no quiero seguir en este ciclo repetitivo de entrenar, salvar y servir, entrenar, salvar y servir. Estoy cansada.
Zen cerró sus ojos mientras la escuchaba hablar, abrazando a la Ryoka aún escondida entre sus cuerpos. Enzo se alejó un poco y quedó boca arriba, tragando saliva y pensando mientras miraba el techo con gran atención.
—Aveces solo desearía... Dejar de existir. —Se escuchó entre sollozos—.
Estaba llorando.
Mientras Zen se quedaba inmóvil consolándola con su presencia, Lorenzo se levantó apresuradamente y con fuerza, destapando a Ryoka de un solo.
La peli negra se cubrió con los brazos del pelirrojo solo para que no la vieran toda llena de lágrimas. —¡Arriba niña! ¡Vamos a salir y a buscar que hacer, linda!
—No quiero. —Alargó escabulléndose en el pecho de Zen—.
—Vamos Ryoka. Anímate. Salgamos un rato como mejores amigos.
Ante el pedido de Zenith y la ignorancia de Ryoka, el mayor no dudó ni un segundo en levantarse de la cama con ella en su compro, tal saco de papas.
Ignorando sus quejas y pequeños llantos, la llevó hasta el baño de la habitación, sentándola en la tina y abriendo el tubo de arriba, provocando que se mojara totalmente y con agua fría.
Un gemido de susto salió de sus labios, moviéndose rápidamente intentando taparse; después de todo sabía que mojada, ya no podría salir ddl baño hasta terminar de bañarse.
Acomodó su cara entre sus rodillas y ahí se quedó bajo el agua, terminando de mojarse con un poco más de tranquilidad.
Zen cerró el desagüe y esperó con paciencia a que la tina comenzara a llenarse. Enzo salió del baño tras un largo suspiro y comenzó a andar hacia la cocina, con el objetivo de hacer un gran desayuno con derivados culinarios de diferentes orígenes, preferiblemente si eran de los que más le gustaban a Ryoka. Acomodó todo sobre el mesón y una vez listo, comenzó a cocinar.
Justo cuando se escuchó la cocina ser prendida, la tina ya estaba casi llena. Zen cerró el grifo y se sentó en el borde de los azulejos, observando a Ryoka. —Pequeña Ryoka, relájate un rato, aún es temprano.
—No quiero Zenith.... —Murmuró apagadamente—.
—Usa tus productos de skincare, la mayoría siguen cerrados. Anda ve, te estaré esperando en la cocina.
El mayor se levantó antes de desacomodar el pelo de Ryoka en un intento de consuelo, el cuál no sirvió de nada.
Cuando ya la adolescente estaba sola, esta separó su cara de sus piernas, observando con detenimiento la bañera. Estaba llena de espuma rosa producto del jabón espumoso para baños que Zen había echado en el agua, olía muy bien y eran algo espesas, resbalosas. Miró su cuerpo con detenimiento, si le gustaba su físico, ¿por qué se sentía tan estúpidamente insatisfecha?
Con cuidado se quitó su camisón para dormir y su short, retirando este último junto con sus bragas de noche. Se estiró un poco antes de tirarlos al cesto de ropa sucia. Al ver que ya estaba completamente bajo el agua, se relajó un poco y prendió el conducto de masaje que solían usar los jacuzzis. Se acodó de tal manera que solo la mitad de su cuello par arriba estuviera fuera del agua, casi nunca usaba la tina, pero cuando lo hacía se sentía en los cielos.
De reojo observó sus productos para el cuidado de piel, sonrió de medio lado aún algo entristecida. Tal vez era una buena idea seguir el juego de esos dos para hacerla sentir mejor.
¡Vamos, nunca se consentía a si misma! No es egoísta dedicarse tiempo.
El tiempo pasó, aproximadamente unos 45 minutos después, Ryoka se encontraba retirado la última mascarilla de cuerpo que se había aplicado junto al acondicionador, pasando sus yemas sobre todas su curvas y cicatrices, sintiendo cada parte de su piel. Sus dedos masajearon con algo de fuerza por todos los lugares posibles, limpiando cada centímetro de poro que se encontraba en el camino.
Sonrió algo relajada, sintiendo su cuerpo un poco caliente por los masajes y el agua tibia. Respiró con fuerza y se levantó, apagando los conductos de burbujas masajeadoras y abriendo el desagüe.
Con una rápida mojada general con agua fría del tubo para quitarse toda la usada, dió por concluido su baño.
Salió y se secó con su paño personal, luego se acomodó una bata de baño, acomodó su cabello con una prensa suave para evitar nudos y se puso frente al espejo, donde comenzaría a arreglarse. Después de un agudo dolor por la depilación facial con papel-cera, comenzó a maquillarse levemente. Solo aplicó lo más básico de polvos, si usar colores que no sean los de su rímel y labial rosa suave.
Con un secador a media fuerza y alta temperatura, comenzó a secar su cabello mientras pasaba un cepillo de hebras delgadas bajo esta, provocando así una pequeña curvatura en sus puntas. Al cabo de un rato apagó el secador y termino de peinar su pelo con una peineta.
Se admiró al espejo, notando su ojo de esclerótica negra con apenas su puntito de pupila roja. Definitivamente no se veía bien, le daba algo de asco verse así y recordar todo lo que pasó en ese momento.
Meneó su cabeza con fuerza para ahuyentar recuerdos viejos y sacó por detrás del vidrio (abriendo este como un mueble) sus lentes de contacto para cambiar la apariencia de su ojo. Con algo de torpeza por la poca costumbre, ya que no solía tapar su ojo, se aplicó esa pequeña tecnología en su área sensible.
Un par de lagrimas se resbalaron sin consentimiento cuando sintió como unas pequeñas y microscópicas agujas se enteraros en cuatro partes diferentes de su iris, inyectándose en una linea super delgada hasta atravesar unos 3 milímetros de su órgano. Se miró al espejo al rededor de 5 segundos, donde concluidos su ojo dañado pasó a ser uno normal, igual al otro. Agradecía la tecnología actual, sin estos lentes de contacto que le regaló Star And Stripe hubiera sido muy difícil (y caro) encontrar unos que se vieran naturales, bonitos, saludables y que le cubrieran toda su esclerótica hasta en los costados.
Estos en vez de dañarse su vista y resecarla como los pupilentes normales, ayudaban a su función principal e incluso la mejoraban. Le gustaban mucho aunque doliera un poco al principio de su uso.
Sonrió levemente y salió del baño, colgando su bata en un perchero que tenía en su cuarto.
Justo cuando iba a escoger su ropa, vió que ya había un bonito conjunto sobre su cama. Se acercó a ella con casualidad, sonriendo de medio lado cuando notó un pequeño pedazo de papel con el nombre "Zenith" escrito. Rió a lo bajo cuando le dió la vuelta a la hoja y vió que había un pequeño mensaje donde decía que la quería y que especificaba que él había dejado su ropa ahí ya que probablemente Enzo le robaría sus créditos, acompañado de una ">:(" al final.
Se vistió alegre y apresurada, tapando su desnudez con su ropa interior. Prosiguió a ponerse unas mayas red de agujeros grandes y por encima un short de licra corto. Terminó de taparse con una sudadera delgada sin gorro color blanca con pequeños dibujos rosas en toda la sudadera, entre ellos habían cuchillos, corazones, ositos rotos, etc. Acomodó sus tennis blancas también, esas eran aus favoritas por el estampado de Hello Kitty que tenían a un costado.
Cuando terminó se miró a los espejos anchos de cuerpo completo que estaban pegados en una pared. Definitivamente esto lo había escogido Zenith, ¿por qué? Fácil: Mientras Zen prefería ver a Ryoka con un estilo un femenino y delicado, Enzo prefería verla de forma un tanto masculina y tosca. ¡Ella no tenía ningún problema con eso! Ya que su estilo variaba mucho y...
—¡La comida está lista!
—¡Ya voy! —Exclamó—.
¿En que estaba?
Oh... Sí.
A Shoto le gustaba mucho verla de ambas formas...
Fue a la cocina con las manos sosteniendo su celular, celular que casi se cae cuando de la impresión lo soltó (pero Zen agarró a tiempo) y quedó boquiabierta viendo la mesa del comedor.
¡Estaba llena de comida! Esto era exagerar para tres personas, Dios mío.
Bandejas completas de Gohan, waffles, panqueques, mieles, tostadas, mermeladas, quesos, huevos fritos, revueltos y en torta, verduras, uvas, fresas, mandarina, piña, sandía, tocino, café, leche, jugo de naranja y algunos postres.
¡Todo eso en una hora!
La última vez que había visto un desayuno así fue cuando estuvo en Japón comiendo con Mirko y Hawks, normalmente los desayunos en familia eran en estás cantidades exageradas, sin importar que solo sean tres personas.
Sus ojos se llenaron de brillitos con fascinación y entusiasmo.
—¿Qué esperan? ¡Vamos a comer!
Tras el exclamo de Enzo, los otros dos se sentaron a sus lados y comenzaron a comer con una notable emoción/desesperación.
Ryoka escuchaba las anécdotas de los mayores compartiendo una o dos opiniones personales hasta que decidió mirar sus notificaciones en el teléfono.
Desbloqueó la pantalla de bloqueo y lo primero que le salió fue la noticia de Shoto y su novia novia que había dejado pendiente antes de que sus mejores amigos fueran a a recostarse con ella.
Dejó su waffle de lado y con un leve temblor y temor, abrió las imagines de la página.
Efectivamente, era Shoto.
¡Con Midoriya!
Ryoka se agarró las mejillas intentando no explotar de risa.
Shoto venía saliendo de una tienda y tapó a Midoriya de los flashes de la cámara con su abrigo, probablemente para evitarle agobios a su amigo.
La peli negra suspiró divertida, no se había decepcionado después de todo.
.... Aunque, ¿por qué se decepcionaría?
Ya no lo amaba, ya no había de que preocuparse.
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