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🍓Extra 2🍓

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4 años después.

—Papá, Minha vendrá a cenar esta noche —avisó apenas entró por la puerta, viendo a su progenitor darle el biberón a la pequeña Soohyun—. ¿Ya no está demasiado grande para seguir tomando en biberón?

—¿Tú no estás demasiado grande para seguir viviendo con nosotros? Eres un parásito, Seokmin —ese había sido Daehyun, quien leía tranquilamente sentado en uno de los sillones de la sala de estar.

El alfa abrió la boca indignado llevando una mano a su pecho, escuchando las fuertes carcajadas de sus padres.

—Nadie habló contigo, mocoso —gruñó pellizcando una de sus mejillas.

—Suelta —le dio un manotazo para que lo soltara—. Y ya tengo 16, no soy un mocoso.

Acomodó varios mechones de su cabello oscuro detrás de su oreja, volviendo a centrar su mirada en el libro. Seokmin se mantuvo mirándolo por varios segundos, pero después lo abrazó desde atrás dejando un besito en su sien. El Jeon menor solo pudo bajar la cabeza, logrando que los mechones largos volvieran a caer sobre su rostro, así sería más difícil que el tonto de Seokmin notara el gran sonrojo que adornaba sus mejillas. No entendía porque reaccionaba de esa forma ante la cercanía del rubio, si antes nunca se había sentido así de nervioso.

—No te preocupes hermanito, pronto ya no me verás tan seguido por aquí.

—¿Qué? ¿A qué te refieres? —se volteó a mirarlo con rapidez, teniendo los labios presionados en una fina línea.

—Lo sabrán por la noche —le guiñó un ojo y se dispuso a subir las escaleras hasta su habitación.

—¿Qué quiso decir con eso, papá? —cuestionó pero Jungkook solo se encogió de hombros y siguió haciéndole muecas a su hermanita para que riera.

Frunció el ceño y cerró el libro, dirigiéndose a su habitación con una sensación de inquietud llenando su interior, su lobo no estaba del todo bien los últimos días, pero en ese momento parecía estar aún peor.

[...]

La cena transcurría con tranquilidad, Jimin conversando con Minha, una bonita omega que llevaba ya casi un año de relación con su hijo mayor. Jungkook de vez en cuando intercambiaba un par de palabras con Seokmin, sin embargo la mayor parte del tiempo se la pasaba consintiendo a su pequeña princesa. Jeon sentía completa adoración por esa niña de mejillas abultadas y ojos grandes y brillosos.

—Familia —el rubio llamó su atención con un carraspeo. Dae que hasta ese momento se había mantenido callado y cabizbajo, algo que era normal cuando la omega los visitaba, levantó la cabeza para mirar como las manos de ambos jóvenes se entrelazaban sobre la mesa—. Minha y yo tenemos que decirles algo.

—Soy demasiado joven para ser abuelo, por favor —saltó Jimin de inmediato poniéndose de pie.

—No es eso, papá, Minha no está embarazada —negó riéndose el chico.

—Señores Jeon, Seokie y yo llevamos varios meses juntos y... estuvimos hablando —la chica habló con una sonrisa enorme en su rostro, y un mal presentimiento hizo al omega menor tragar saliva audiblemente—, decidimos irnos a vivir juntos.

—¡No! —gritó poniéndose de pie, dejando a todos atónitos por el repentino arrebato—. ¿T-te irás de casa?

—¿Por qué reaccionas así? Hace unas horas me llamabas parásito —comentó el rubio soltando una risita.

—Si creen que están listos para dar ese paso... entonces por mí no hay problema —opinó Jungkook encogiéndose de hombros. Se sentía nostálgico de ver al pequeño Minmin convertido ahora en un joven con deseos de dejar el nido.

—Pero...no puedes irte —musitó el adolescente con la voz rota y los ojos acuosos.

—No te preocupes, no es como si fuera a desaparecer. Vendré a verte, hermanito —sonrió revolviendo su cabello, pero el omega se alejó de su toque.

—¡Deja de hacer eso! ¡Nunca me llamaste así ¿por qué lo haces ahora?!

Jimin se acercó al menor apretándolo en un abrazo intenso, porque el aroma a caramelo comenzó a inundar la casa. Dae parecía no tener control sobre sus feromomas y estaba expulsándolas a lo loco, y si bien sabía que no tendrían ningún efecto sobre Jungkook, con Seokmin era diferente, pues a pesar de todo seguía siendo un alfa y no era su hermano de sangre, por lo que podría verse afectado por ellas.

—¿Qué te sucede Daehyun? —preguntó Jimin intentando ayudarle. Dae se aferró a él bajó la mirada inquisitiva de su padre, que observaba todo con una ceja alzada, no queriendo que sus sospechas fueran ciertas.

—No quiero que se vaya. ¡No quiero qué viva con esa tonta!

Minha bajó la cabeza, no entendía esa aversión que el adolescente sentía hacia ella. Simplemente se había comportado así desde que Seokmin la había presentado a la familia.

—¡Deja de ser malcriado, Jeon Daehyun! —le regañó Seokmin con mala cara.

—Si te vas con ella yo...¡no volveré a hablarte!

Exclamó por último, corriendo después escaleras arriba para encerrarse en su habitación, dando un fuerte portazo. Se tiró en la cama, abrazando su almohada con fuerza mientras dejaba escapar fuertes sollozos. Le costaba comprender porqué sentía esa opresión en su pecho, es como si cada latido fuera un pinchazo directo a su corazón.

—Eres un estúpido...incluso yo me di cuenta ya —profirió, soltando un quejido después por el repentino calor que comenzaba a adueñarse de su anatomía.

Mientras tanto, en el comedor todos se miraban confundidos, principalmente Seokmin, que no entendía porqué su lobo estaba tan alterado, detestando el aroma a vainilla de Minha y deseando rodearse del olorcito a caramelo que emanaba Daehyun.

—Yo...no sé que pasa con él —habló el omega mayor claramente confundido, observando a su esposo que se mantenía callado y pensativo en su silla, con una Soohyun prácticamente dormida sobre sus piernas.

—Tengo sueño —murmuró somnolienta frotando uno de sus ojos.

—La llevaré a su habitación —tomó a su pequeña del regazo del alfa—. Creo que lo mejor es que Minha vaya a su casa y tú hables con Dae.

Jungkook seguía metido en sus pensamientos, el joven esperó a que su padre le dijera algo pero al verlo tan perdido decidió acompañar a su novia hasta la puerta y después subió a la habitación del omega menor.

Abrió la puerta, dando un par de pasos hacia atrás cuando un intenso aroma a caramelo prácticamente golpeó su rostro. Abrió la boca anonadado al ver a Dae restregar su entrepierna contra una almohada soltando gimoteos bajos.

—Mierda...su primer celo.

Si bien se había presentado como omega desde hace años, jamás había experimentado un celo hasta ahora.
Intentó marcharse, pero en ese momento su alfa se lo impidió, repitiendo una y otra vez la palabra "omega" con emoción. Las feromonas comenzaron a enloquecerlo, y antes de darse cuenta se estaba adentrando en la habitación.

—Alfa —jadeo el chico con sus ojos encendidos en un bonito color morado.

—Omega —su lobo respondió de igual manera, iluminando sus orbes en un rojo intenso.

Fue cuestión de segundos, de un momento a otro yacía tirado con su espalda pegada a la cama y un desesperado Daehyun sentado a horcajadas sobre su entrepierna, moviendo su cadera de forma tortuosa, jadeando y soltando suspiros altos.

—Alfa, alfa, mi alfa —repetía el omega como un mantra, dejando un reguero de besos por el cuello y mandíbula del mayor.

—E-espera Daehyun —lo agarró de la cadera con fuerza, deteniendo sus movimientos, viéndolo fruncir el ceño y hacer una mueca inconforme—. No podemos...

Los labios finos del chico impactaron sobre los suyos apasionadamente, moviéndose de manera lenta pero intensamente, haciéndolo callar y perder la gota de razonamiento que le quedaba.

El olor a caramelo era tan intenso que comenzaba a marearle, y no podía negar que los besos del menor le dejaban un cosquilleo por todo el cuerpo. Sin embargo, a pesar de que le gustaba, no es como si se sintiera realmente excitado. Su lobo simplemente le pedía abrazar al contrario y marcarlo con su aroma, pero sabía que el lobo de Dae no se conformaría con solo eso, no cuando estaba experimentando su primer celo y sin ningún tipo de supresor en su sistema.

Así que llenándose de toda la fuerza posible, logró intercambiar posiciones, y ahora era el de cabellos oscuros el que se encontraba debajo.

—Escucha omega... —sus palabras se vieron interrumpidas cuando un empujón lo mandó al suelo.

Levantó la mirada, observando como Jungkook sujetaba a su hijo para impedir que se acercara a él, mientras no dejaba de mirarlo con notable molestia.

—Sal de aquí, Seokmin. Y dile a tu padre que traiga supresores —masculló con sus orbes tornándose ligeramente rojos.

—B-bien —tartamudeó, poniéndose de pie y saliendo a paso rápido de la habitación, dispuesto a acatar la orden de su padre. Se recostó a la pared, llevando una mano a su pecho mientras escuchaba los desgarradores sollozos de Daehyun pidiendo por él.

—¡No! ¡A-alfa, no te vayas!

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No pensé que iba a tener el próximo extra listo tan rápido, pero estoy especialmente inspirada con estos caps.
¿Qué me dicen del cap? ¿Se imaginaron que Seokmin y Daehyun iban a terminar siendo destinados? Los leo.

Voten y comenten :3

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