Parte 1

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3 años después.

—¡Jimin! Los chicos y yo saldremos a comer algo ¿quieres venir con nosotros?

Me voltee observando a mi amigo, Sungwon, mirarme con una sonrisa alegre. Finalmente habíamos terminado el semestre y ahora tocaban un par de semanas de vacaciones.

Estos años mi vida había cambiado muchísimo. Luego de la partida de Jungkook continuamos comunicándonos varias veces al día, pero con el pasar del tiempo dejamos de hablar tanto, hasta el punto en el que solo nos envíabamos un mensaje cada tantas semanas. Eso sí, los regalos y la tarjeta de felicitaciones para MinMin no faltaban nunca en su cumpleaños, cosa que me conmovía porque el fue uno de los más afectados con nuestra separación. Recuerdo que al principio siempre preguntaba cuando volvería su papa Koo, hasta que varias semanas después se dio por vencido y se cansó de preguntar.

Yo, animado por Jungkook, comencé a estudiar nuevamente, y ahora estoy culminando mi quinto semestre en la carrera de Derecho.
La escogí porque en primer lugar, el hecho de que un omega sea abogado es un gran avance en esta sociedad. Y segundo, porque quiero ayudar a los demás y poder defender la casta a la que pertenezco. Gracias a ello me volví fiel activista en una organización que lucha contra la discriminación y a favor de los derechos igualitarios entre alfas y omegas.

Incluso puedo decir que me volví famoso gracias a ello, he dado un par de entrevistas a importantes revistas, y muchas más personas se han integrado al movimiento pro-omega al ver nuestra convicción.

Después de todo lo que he pasado finalmente había logrado superarme emocionalmemente, y me alegra saber que estoy haciendo todo lo que está en mis manos para hacer de Seúl un lugar mejor.

—Será para otra ocasión Sung, debo buscar a MinMin en la escuela.

—Oh, nos vemos pronto entonces —movió su mano en señal de despedida—. ¡Ah! Dale mis saludos al pequeño Seokmin.

Yo seguía trabajando en el bar de Hoseok y Taehyung, aunque prácticamente me había vuelto el dueño, ya que desde que lograron tener a su bebé —una nenita preciosa, cabe destacar—, ambos habían dejado un poco de lado el bar así que yo me hacía cargo.

La vida de todos seguía adelante, sin embargo en cuanto al amor yo parecía seguir estancado, incluso Taemin había encontrado un omega, bastante amoroso y que adora a mi cachorro. Ambos tienen ya un hijo, Taemin parece otra persona ahora.

Después de todo lo que causó con su estupidez, al parecer reflexionó y me pidió perdón de rodillas; lo último que yo quería era verlo, pero decidí que no quería guardar ese rencor en mi corazón, así que le permití ser parte de nuestras vidas otra vez. Al menos ahora si está pendiente de nuestro hijo. Increíblemente, él se unió al movimiento pro-omega y actualmente, es quien paga mi universidad. Dijo que eso era lo menos que podía hacer ya que por su causa fue que la dejé.

Tengo una buena vida, y puedo decir que soy feliz, no completamente pero lo soy. Jungkook seguía ocupando un espacio enorme en mi corazón. Intenté tener varias relaciones pero me fue imposible. Nunca he podido sacar de mi cabeza a ese alfa peligris, y creo que nunca lograría hacerlo del todo.

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—¿Quién es el príncipe de papá? —Yoongi habló con voz melosa mirando a nuestro pequeño—. ¡Dahyun es el príncipe de papá!

—¡No, yo soy el pi-pincipe de papi Koo! —chilló torpemente, corriendo hacia mí abriendo los brazos para que lo cargara.

Reí al ver el rostro ofendido de Yoongi hyung, quien se quejaba por lo bajo fulminándome con la mirada. Abracé el pequeño cuerpo de mi cachorro sintiendo su aroma a leche. Adoraba a este niño como jamás pensé que lo haría. Si bien su concepción fue algo inesperado, desde el momento en el que lo vi por primera vez supe que mi vida cambiaría por completo.

El embarazo de Yoongi fue bastante complicado, casi muere el día del parto, por suerte ambos ahora están aquí, sanos y salvos...aunque la noticia de que no podría tener más hijos golpeó duro a hyung. Él y yo hablamos profundamente acerca de todo lo que sucedió, y llegamos a la conclusión que lo mejor era llevarnos bien por nuestro hijo. Habíamos recuperado nuestra relación de mejores amigos y eso me hizo feliz.

Después de abandonar Seúl caí en depresión, fue todo tan difícil y extrañaba a Jimin a horrores a pesar de que seguimos hablando los primeros meses. Terminé arrastrando a mi lobo a mi desdicha, extrañabamos a nuestro omega, su rostro, su risa, su aroma, absolutamente todo.
Yoongi me obligó a ir al psicólogo y con eso comencé a sentirme mucho mejor. Lastimosamente dejé de comunicarme tanto con Jimin porque no quería hablar con él y que supiera lo mal que estaba, tampoco el recordarlo constantemente me hacía bien ya que solo volvía a caer en cuenta de lo lejos que estábamos uno del otro. Fue una etapa bastante dura que logré superar.

—¿No deberíamos comprar algo para Hye? No creo que le guste que lleguemos sin regalo a su cumpleaños —la voz de mi amigo me hizo sobresaltar en el lugar por lo que Dae rió.

—Si, tienes razón.

—Papi yo también quiero regalo —profirió mi pequeño con un puchero, haciendo que riera a carcajadas. Pequeño manipulador, sabe que no puedo resistirme a esa carita.

—Está bien, papá Yoonie te comprará un regalo —bromee para molestar a hyung, pero este estaba pendiente a su teléfono y no me prestó atención.

De seguro estaba hablando con su alfa. Meses después del nacimiento de Daehyun Yoongi encontró a su destinado, se puede decir que hicieron "click" desde el segundo en el que se vieron. El tipo es pediatra y se conocieron en el hospital una vez que nuestro pequeño enfermó. Daehyun cuando nació tuvo varios problemas de salud, principalmente respiratorios, por esa razón era un niño bastante enfermizo, así que hizo muchas visitas al hospital teniendo solo un par de meses. Ahora su salud había mejorado y eso era algo que agradecía enormemente.

—Vamos.

Asentí siguiendo a hyung hacia el auto. Después de tres largos años estaba de vuelta en Seúl. Vinimos de visita porque es el cumpleaños de Hye y prácticamente me ordenó venir la última vez que hablamos. Esa niña a sus nueve años hace lo que se le da la gana.

—¿Crees qué está muñeca esté bien? —pregunté y Dae negó con una mueca, señalándome poco después otra un poco más alejada.

Llegamos hace media hora al centro comercial pero Daehyun no se decide por un regalo para Hye.

—Solo toma cualquiera —hyung rodó los ojos fastidiado. No tenía mucha paciencia, a diferencia de mí, por eso siempre me regañaba diciendo que mimaba mucho a nuestro hijo.

—¡Esta! —exclamó mi pequeño cuando la tomé. Me voltee para marcharnos pero el agarre de Yoongi en mi brazo me detuvo.

—Espera —olfateó el aire, haciéndome ladear la cabeza extrañado—. Estoy sintiendo este aroma desde hace varios minutos...Jimin deja de esconderte.

Tragué saliva al escuchar ese nombre salir de su boca. Detrás de uno de los estantes apareció él, con su cabello totalmente negro y sus preciosos ojos acaramelados brillando intensamente.
Estaba tan entretenido que ni siquiera sentí su aroma. Dejé a Dae en el suelo y Yoongi tomó su mano, alejándose un poco para darnos algo de privacidad.

—Yo...lo siento mucho, no quería molestarlos —se disculpó mirando al suelo para luego voltearse rápidamente.

—Espera Jimin —tomé su mano sintiendo una corriente eléctrica atravesar todo mi cuerpo—. Hablemos...

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No sé ustedes, pero personalmente amé mucho el crecimiento personal de Jimin en esos años.

Vi que a muchos no les gustó el cap pasado, sin embargo, yo si lo amé y me siento satisfecha con lo que escribí.
Lamento mucho si la historia ahora no es de su agrado y comprenderé si quieren dejar de leer. Aún así la historia se mantendrá tal y como está. (^‿^)

La segunda parte de este cap la publicaré en estos días, para lxs que deseen seguir leyendo.

Besitos 😘