🍋Capítulo 22🍋
No se para que hago esto si ustedes fueron quienes lo pidieron, pero bue...🤷♀️
Advertencia: contenido +18
El omega despertó sintiendo su cuerpo extremadamente caliente, de su agujero salía un montón de lubricante y sus feromonas estaban regadas por toda la habitación. Intentó moverse pero un fuerte agarre en su cintura se lo impidió. Miró hacia abajo, viendo el brazo fuerte del alfa rodear su cintura, y sus piernas entrelazadas.
Una pequeña sonrisita traviesa se dibujó en sus labios y, con cuidado, se soltó del agarre del alfa, para seguidamente ponerse a horcajadas sobre sus muslos, viendo al peligris removerse aún con los ojos cerrados. Su lengua pasó por sus labios resecos y mordió su labio inferior comenzando un ligero vaivén con sus caderas, soltando la mayor cantidad de feromonas posibles.
El alfa despertó segundos después, sintiendo un cosquilleo placentero en su entrepierna, pero tenía demasiado sueño como para abrir sus ojos. Después, unos labios abultaditos y suaves se posaron en su cuello, succionado y dando pequeñas mordidas con unos colmillitos ligeramente afilados. Abrió los ojos con pesadez observando el cabello morado de Jimin frente a su rostro mientras este continuaba con su tarea. Un jadeo grave salió de su boca cuando los movimientos del omega se aceleraron, haciendo que llevara sus manos a las caderas de este para detenerlo.
Park levantó la cabeza mirándolo con el ceño fruncido y un puchero, enojado por detenerlo. Observó como los ojos verde esmeralda del menor brillaban con intensidad, señal de que su lobo estaba al mando.
—Es...espera— tartamudeó nerviosamente sintiendo su miembro punzar dentro de sus shorts. —No estás pensando clara...
Sus labios fueron tomados por los del omega en un beso apasionado, con este volviendo a reanudar el vaivén justo encima de su pene. Decir que su lobo estaba emocionado sería una simple falacia. Su alfa aullaba y movía su cola de un lado a otro, dando saltos de acá para allá con entusiasmo, queriendo enterrar sus colmillos en el cuello del más bajo, y si se podía, de paso, hacer un cachorrito crecer en su vientre.
Tomó la nuca del omega, empujándolo más hacia él, tomando sus labios en un beso pasional, casi rayando lo salvaje. Sus dientes tomaron el labio inferior del omega escuchando el pequeño gemido que este soltó, y luego introdujo su lengua dejándose llevar por la lujuria del momento.
En un rápido movimiento dió la vuelta, quedando encima del omega con las piernas de este enrolladas en su cintura, haciendo movimientos para rozar ambos miembros aún encima de la ropa, mientras continuaban con la danza fiera entre sus lenguas y el frenesí del momento.
Dejó varios besos en su mandíbula y bajó a su cuello, succionando la nívea piel del omega entre sus finos labios, con el objetivo de dejar marcas allí. El pelimorado, con sus manos temblorosas, logró deshacerse de su camiseta, pasando sus manos pequeñas por la espalda musculosa del mayor.
Jungkook creía que iba a volverse loco debido a la intensidad con la que sentía todo lo que estaba sucediendo. Su lado irracional deseaba arrancarle la ropa al contrario y tomarlo hasta el cansancio, pero su lado racional se entrometía recordándole que Jimin solo hacía aquello porque estaba en celo y necesitado de un alfa.
Soltando un suspiro de frustración volvió a tomar los labios del menor para después bajar hacia sus pezones para introducir uno de ellos a su boca y comenzar a pellizcar el otro con sus manos, escuchando el gemidito agudo que soltó el contrario mientras arqueaba la espalda buscando más de esa placentera sensación.
—Mmgh A..alfa— lloriqueó moviendo sus caderas haciendo más fricción entre sus cuerpos
Jungkook con delicadeza le quitó toda la ropa, besando cada rincón del cuerpo del omega, que ansioso se removía en aquella cama, deseoso de calmar el calor y la necesidad que sentía.
Un alto gemido escapó de sus labios cuando la boca del más alto se apoderó de su miembro, pasando su lengua por el glande con lentitud, volviéndolo loco y haciéndolo rogar por más.
—Eres hermoso— murmuró Jungkook observando su cuerpo con adoración —Completamente hermoso
Tomó el miembro del omega en su boca moviendo su cabeza de arriba a abajo, pasando su lengua por todo el tronco escuchándolo gemir sin tapujos. El más bajo enredó los dedos en el cabello grisáceo del alfa y la otra mano apretando la sábana entre su puño, arqueando su espalda y soltando feromonas a lo loco, embriagando al mayor con su aroma.
—Ahh~ mmgh, oh Luna!—
El omega sentía su piel arder, miró hacia abajo viendo como el alfa tomaba en su boca todo su falo, intentando hacerlo llegar con la mayor devoción. Jamás en su vida había sentido tanto placer con algo tan simple. Taemin solo pensaba en sí mismo y en su propio placer, eso no quería decir que no lo disfrutara, solo que ninguno de sus encuentros con él se acercaba ni a la mitad de lo que estaba experimentando con Jungkook.
—Ya no...ahh~— su orgasmo llegó, corriéndose en la boca del alfa, que no lo pensó dos veces para tragarlo todo, saboreando sus labios al final
—Mmm... dulce— sonrió acercándose a besarlo afablemente, dejando por último un beso en la frente.
Observó a Park hecho un desastre, con su cabello morado alborotado, pegado a su frente debido al sudor, su blanca e impoluta piel prácticamente brillaba, su cuello presentando las primeras manchas rojas debido a las succiones y mordidas que había dado allí anteriormente, y su pecho subiendo y bajando agitadamente.
Precioso
Pensó mientras dejaba varias caricias en sus mejillas con cariño.
—Vamos a darte un baño— murmuró, alejándose un poco para evitar que su lobo enloqueciera y tomara al omega en ese mismo momento.
Solo había ayudado al menor porque sabía lo molesto que era el celo, pero no quería sobrepasarse con él, llevaba poco tiempo cortejándolo y jamás habían tocado el tema de pasar un celo juntos. No sabía si Jimin estando del todo consciente querría tener sexo con él.
Jungkook bañó al menor con la mayor de las delicadezas, lavó su cabello con el shampoo favorito de Jimin, que olía a fresas y cuando terminó, secó su cabello con calma, mientras el omega mimoso como nunca dejaba besitos cada 10 segundos en cualquier parte de su rostro.
Después de eso le había exigido comer dulces, por lo que tuvo que salir a la tienda más cercana para comprar los dulces que quería Jiminnie.
—Pequeño consentido— murmuró dejando un beso en su frente cuando el omega comía distraídamente una barra de chocolate blanco.
El pelimorado se acurrucó contra su cuerpo, terminando de comer sus dulces una hora después. Jungkook registró entre sus cosas y encontró una caja de supresores. Eso ayudaría a que no se sintiera tan caliente y a que estuviera más consciente. Fue a la cocina a buscar un vaso de agua y luego volvió a la habitación, viendo el revoltijo de ropas y sábanas que había armado el más bajo.
—Jimin, toma— extendió la mano hacia él con la pastilla en su palma —Es un supresor
El mencionado ladeó la cabeza negando levemente con los labios fruncidos, y de un golpe en la mano del alfa lanzó la pastilla al suelo.
—Quiero a alfa— se puso de pie, acercándose cual depredador a su presa, pasando sus brazos por el cuello de Jeon y poniéndose de puntillas para besarle.
—Espera...— murmuró dejándose llevar por la sensación de los labios de Jimin en su cuello —Jimin
Lo alejó, observando al omega enojado, soltando más feromonas que nunca, haciéndolo caer cada vez más rápido en la tentación. Sacudió la cabeza dando un par de par de pasos hacia atrás, manteniendo una pequeña distancia del omega en celo.
—Alfa no me quiere?— la voz del pelimorado salió entrecortada, casi como un bajo murmullo, mientras sus ojos comenzaban a llenarse de agua.
Su lobito se sentía desanimado y triste ya que el alfa no quería tenerlo cerca. Tal vez no le gustaba su olorcito a fresas, o quizás no le gustaba el. Mordió su labio inferior dejando que las lágrimas cayeran por sus mejillas con rapidez. Se sentía lastimado por el rechazo del alfa.
—Jiminnie no llores— Jungkook al verlo llorar enseguida se acercó a limpiar sus lágrimas y le dió un suave abrazo.
—Seré un buen omega— sollozó el menor abrazando la cintura del más alto —Seré un buen omega para alfa, no me dejes
—Escucha— tomó sus mejillas quitando las lágrimas con delicadeza —Alfa te quiere
—Entonces por qué no quiere tocarme?— cuestionario quedamente ladeando la cabeza
—Estás seguro de qué eso es lo qué quieres?
El omega asintió entusiasmado un par de veces con rapidez, sintiendo los labios del alfa impactar contra los suyos al segundo, siendo levantado del piso por los fuertes brazos del peligris, que caminaba ligeramente hacia su habitación sin dejar de besarlo.
Y continuamos en el próximo capítulo...
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