9 - Yoongi life in the DreamHouse
En Gangnam hay casas y CASAS.
Lo de Yoongi no parecía ni lo uno ni lo otro. Era algo mas, no lo sé, de YoonGi. Y como su dueño, era perfecta.
Jimin solo puso un pie fuera de la casa y ya la estaba amando. Imaginando que vivía el resto de su vida entre esas elegantes y carísimas paredes.
Bueno, soñar no cuesta.
-¿Te gusta? -se burló Yoongi, seguramente por la cara de baboso que le había quedado.
Ahan, recomponerse y fingir.
-No está mal. -respondió con su mejor tono neutro. -No está mal.
-¿Imaginabas otra cosa? ¿Mas tradicional o, no sé, mas chic?
-Bueno, definitivamente no imaginaba que tenías este tipo de gustos. -admitió riendo. Tomó una de sus maletas y se permitió el gusto de que Yoongi cargara con las otras dos. Él lo quería ahí, ¿no? -Tu casa parece un palacio.
-Si, solo que nunca tendrá princesas. -comentó Yoongi, caminando hacia las escaleras principales. -A menos que aceptes modelarme en un vestido, claro.
-Creo que eso no se incluye en el contrato, señor Min.
El ambiente entre los dos estaba deliciosamente relajado, y Jimin planeaba que permaneciera así. Bueno, ya se estaba mudando con el hombre, era obvio que le agradaba. Así que, incluso si sabía que no pasaría nada, iba a disfrutar la experiencia, iba a vivir como niño rico y trataría de cultivar una amistad para el futuro.
En ningún lugar estaba escrito que no podrían quedar como amigos.
-Esa de ahí es mi piscina climatizada. -señaló Yoongi, a lo que Jimin describiría como una enorme piscina olímpica de tonos lilas y con jodido humo saliendo de ella. -Me encanta nadar, así que la construí. Por supuesto puedes usarla cuando gustéis.
-¿De verdad? -gritó Jimin, comportándose como niño de seis años y corriendo a tocar el agua.
-Mh, de verdad. -rió Yoongi. -Pero ahora acompáñame, la casa es grande y te daré el tour una sola vez.
Jimin asintió, con tanta energía como si aquello fuera un parque infantil, y siguió a Yoongi por toda la casa.
Había una mezcla interesante, donde predominaba blanco, negro y azul. Un enorme salón decorado con un sofá azul oscuro, la cocina con tonos negros y plateados, una elegante bodega con cientos de botellas, el dormitorio principal y el que ocuparía él mientras estuviera ahí.
Era una habitación gigantesca, que sería casi del tamaño de su departamento, con cama de tres plazas, techos altos y una pared entera de cristal con la increíble vista de la playa y la piscina violeta. Además, el cuarto de baño tenía de todo, incluso jacuzzi, pequeñas bolsitas de jabones artesanales, taza de váter inteligent-...
-¿De verdad necesitas esa herencia?
Yoongi solo rió. -¿Sorprendido?
-Bueno, teniendo en cuenta que tu casa es jodidamente increíble, pues sí. #Sorprendido. #NoMeLoEsperabaTanCool. -admitió.
-#SoyRicoPorqueTrabajo. No soy solo un heredero, Jimin. -explicó el empresario con una ceja alzada y aire de snob. -Pero creí que no te gustaría porque le falta el aire modernista de tu casa.
-Es clásico, pero también súper moderno. El baño es, puff, solo perfecto. Y los colores oscuros resultan tan románticos que... - Jimin se aclaró la garganta. -No romántico de amor, claro.
-Claro.
-Romántico de, bueno...no.
-Siendo un escritor deberías describir mejor.
Ambos solo rieron. Sí, todo estaría bien.
[🌊🚣]
Unas horas después de llegar, y habiendo desempacado todo, Jimin nadaba en la increíble piscina purpura de agua caliente. Mientras él nadaba, Yoongi permanecía en una de las tumbonas, fingiendo leer cuando en realidad lo estaba mirando.
-Se honesto, Yoongi. -dijo Jimin, apoyando sus brazos en el borde de la piscina y recostándose ahí. -¿Has traído a muchos chicos aquí?
-¿Que es mucho para ti?
-Muchos, solo muchos. . . No sé, ¿Mas de diez?
-Pues, entonces, sí. Y más de cien. -Jimin lo miró con los ojos abiertos y sorprendidos, algo que lo hizo reír. -He hecho fiestas aquí, ya sabes.
-Imbécil -gruñó Jimin, sumergiéndose en el agua para ocultar su sonrisa, y luego emerger. -Vives como un rico, Yoongi. También te vistes como uno, y al inicio me lo pareciste. Pero actúas muy normal.
-Oh, ahora sí te parezco normal. ¿Después de ver que vivo en la DreamHouse de Barbie?
Jimin rió avergonzado y salió de la piscina, su cuerpo se erizó de inmediato con el aire frío que contrastaba con el agua, y buscó una toalla para cubrirse. Terminó sentándose justo al lado del otro, ignoró las cervezas y los snack.
-No te equivoques, Yoongi. Cuando nos conocimos, antes del juicio, te comportarse soberbio y prepotente. Viniste en tu limusina y me secuestraste, me acusaste y me trataste como si fuera inferior a ti.
-Jimin, eres inferior a mi. -aseguró Yoongi, viéndose muy serio. -¿Cuanto mides? ¿1'45?
-Un metro setenta y tres, imbécil. Mido casi lo mismo que tu. -ambos empezaron a reír.
A Yoongi no le gustaban los chicos dulces y, siendo Jimin alguien que derrochaba ternura incluso enojado, debería estar fuera de su vista. Pero nada mas lejano. Yoongi no lograba apartar sus ojos de ese escritor.
Y no es que solo se fijara en el increíble cuerpo del hombre, vale, caderas estrechas, cintura diminuta, piernas y muslos perfectos y esos jodidos labios de pompom. Anotado. El chico tenía lo suyo, lo que incluía uno de los mejores culos que Yoongi había visto.
Pero, además de todo eso, el chico era listo, con carácter y sexy, incluso sin intentarlo. Y todo aquello combinado con su increíble amabilidad, su dulce forma de hablar y sus ojos bonitos.
Bueno, Yoongi estaba condenado a sentirse hechizado por ese hombre que no encajaba en su despiadado mundo.
Y, con aquel paquete tan completo, estaba seguro de que Jimin encontraría al hombre que quisiera.
Cualquiera que no fuera él.
-Gracias por aceptar mi propuesta. Aunque creo que te coaccioné un poco. -dijo, tomando una de las botellas heladas que descansaba en medio de ambos.
-Yoongi, prometí ayudarte y lo haré. No te tortures. Esto... -dijo señalando todo al rededor. -no es precisamente Guantánamo.
-Lo sé, pero puede ser... incómodo. Verte forzado a vivir conmigo y-...
-Yah, Yah, yah. ¿Forzado, Yoongi-ssi? ¿Yo? Puedo medir lo que dijiste, pero soy duro. Si no quisiera estar aquí no hubieras podido moverme. -rió el escritor. -Olvida la escena en la que me secuestras, eso también fue porque yo lo permití.
-Claro, Jiminnie.
Jiminnie, el nombre escapa de sus labios sin siquiera pensarlo mucho. Se escucha bien y se dice suave. Yoongi puede acostumbrarse a eso también.
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