4 - Tendría que pensarlo.
Luego del juicio, Jimin tomó unas cortas vacaciones en su ciudad natal.
Puede que hubiera ganado el proceso, pero igual lo había agobiado bastante el hecho de que todos dudaran de su capacidad como escritor. Además de la petulancia de ese estúpido riquillo con hipocondría.
Estuvo un total de tres semanas en Busan.
Salió con amigos de la escuela, tuvo una maratón de series con su hermano, cocinó con su madre, y le ocultó a su padre cualquier copia impresa de Sweet Love .
¡Dios lo librara de la vergüenza que su padre leyera algo suyo! Estaría bien si escribiera poesías, pero prefería que su padre continuara sin leer escenas de descontrolado sexo homosexual que él escribía.
Para cuando volvió a Seul tenía un total de veintitrés eventos agendados. Presentaciones, firmas de autógrafos y charlas. Joder, en menos de dos días ya quería pedir otras vacaciones.
Una buena tarde, cuando ya hacían tres días de su regreso, alguien tocó la puerta de su casa. Pero no solo tocó la puerta. No. Parecía que el dueño de la casa había salido sin la llave y ahora aporreaba la puerta como si hubiera pagado por ella.
Jimin se enojó tanto por la acción que abrió la puerta sin pensarlo.
Su sorpresa y enojo crecieron un poco mas al ver quien era su visita.
-¡¿Yoongi?!- exclamó -¿De donde sacaste mi dirección? ¿Me vas a demandar por algo mas?
Yoongi pareció mirarlo de arriba a abajo varias veces. Jimin se golpeó mentalmente por no ponerse nada sobre la ropa que traía, pues unas mallas negras y una casi transparente camiseta blanca no dejaban nada para imaginar. Y, hey, el chico era gay.
-Venía en la denuncia -dijo Yoongi todavía mirando algún punto entre sus muslos o abdomen.
-No sé a que vienes, pero no te quiero aquí. Podría ser decente y fingir cortesía, pero llevas dos minutos mirándome las piernas y estoy comenzando a enojarme.
Yoongi rió, finalmente mirando hacia su cara. Se cruzó de brazos y avanzó un paso hacia el interior del apartamento, sin poder entrar por el obstáculo que era el pie de Jimin.
-No me importa, Jimin. Tienes que ayudarme.
-¿Tengo? Disculpa, pero no, gracias. -Jimin le señaló la escalera. -Por ahí te puedes ir al carajo, Yoongi-ssi.
-Necesito que me ayudes.
-No veo porqué deba, así que disculpame pero...
Jimin hizo el ademán de cerrar la puerta, pero Yoongi lo tomó por los hombros y, como si bailaran, los giro para quedar él dentro de la casa y Jimin fuera de la puerta.
El escritor se quedó boquiabierto por el atrevimiento. Quería gritar de frustración cuando vio al castaño adentrarse en su apartamento. Caminó tras él y cerró la puerta.
-Necesito que te hagas pasar por mi novio.
Jimin boqueo. Ok, no esperaba ese movimiento.
-Tu famoso libro me hará perder una herencia millonaria. -continuó Yoongi, ante su silencio. -Nadie sabe de mi sexualidad, ni siquiera mi familia. Con el asunto del libro terminaron enterándose y mi padre quiere desheredarme. Debo mostrarle que soy serio, y que, aunque soy homosexual, tengo una relación estable.
-El libro no está basado en ti -repitió Jimin -Y no puedes demandarme porque tus padres sean unos cavernícolas homofóbicos, no es mi culpa.
-El juez te dio la razón, pero es demasiado exacto. Sigo creyendo que ....
-Puedes creer lo que quieras, Yoongi-ssi. No me importa.
-Me lo debes, por arruinar mi vida.
Jimin lo miró y, dos segundos después, se acercó a él con paso firme y lo agarró por un brazo para sacarlo fuera.
Yoongi era un poco mas alto que él, también era mas fuerte.
-Vete de aquí.
-Puedo pagarte.
-¿Me estas llamando puta, Yoongi-ssi? Porque puedo y voy a golpearte.
-Podemos tener un contrato, sería poco tiempo- le ofreció el otro.
Jimin rió.
-No, gracias. Quiero que te largues ya. Busca a otro.
-Oh, vamos. ¿Crees que viniera a ti si tuviera otra opción?
¿Como se atrevía a decirle aquello? ¿Park Jimin ultima opción? No, nunca.
Empujó con mas ganas hasta sacarlo, y cerró la puerta antes de que el otro pudiera decirle "Miau".
•~(☀)~•
Min Yoongi no era cualquier chico. No, por supuesto que no. Aún no llegaba a sus treinta y ya tenía un imperio a sus pies, había amasado una fortuna gracias a su cerebro y carisma. Había comprado lo que quería, había sido todo lo déspota o imbécil solo porque podía.
¿Cosas que no había podido hacer? Salir con alguien.
Sí, había tenido sus pequeños momentos con algunos chicos, pero clandestinaje y relación real no ligaban. Porque nadie quería una relación escondida como algo estable.
Así que, cuando salió el dichoso libro de Park Jimin y sus padres se enteraron o asumieron que él era gay, lo mejor que se le ocurrió fue mostrarles lo maduro y serio que era.
¿Qué mejor que una relación?
Podía decir que llevaba años con alguien, que estaba comprometido, que era serio respecto a eso. El zoquete de su padre seguro le terminaba dando su parte de la herencia y él podía librarse de todo.
¿Pero quien podría hacerse pasar pos su novio? Porque la idea del scort que le dio NamJoon fue descartada muy rápido.
La imagen de cierto escritorcito vino a su mente. Y todo encajaba. Jimin era abiertamente homosexual, había sido quien lo perjudicó con su libro, y era de buen ver.
Claro que al chico no le pareció tan genial, porque faltó poco para que lo pateara.
Yoongi esperó, esperó mucho fuera del edificio de Park. Pensando otro argumento, otro tipo de ataque. Porque era obvio que su movimiento no había funcionado muy bien. Pero lo único que se repetía en su cabeza era la imagen del chico abriendo la puerta y mirándolo como el enemigo que era.
Marcharse y no insistir era la mejor opción, pero justo en ese momento, lo vio salir.
Lo siguió.
Jimin caminaba rápido, todavía usando esa pecaminosa maya que acentuaban sus curvas. A Yoongi nunca le había resultado tan fácil seguir a alguien.
Cuando lo vio sentarse en un banco, no pudo mas que imitarlo.
-P-pero... ¿que haces?
-La cicatriz que tengo en el brazo me la hizo mi hermano cuando cazabamos. Mi padre nos había dado unas estúpidas escopetas y unos cuchillos. Nos dijo que fuéramos a cazar, el que llevara el animal mas grande se quedaba con el 60% de su dinero.
-¿Por qué me dices eso?
-Yo solo tenía doce años. Mi hermano veinte. Era un tipo bastante agresivo para esas fechas. -Yoongi sonrió. -Yo seguí un ciervo que me pareció bastante grande. De pronto sentí un disparo, todo se volvió oscuro después.
-¿Y qué pasó?
-Morí y me convertí en MinHo de tu historia.
-Estúpido.
Jimin se puso de pie, pero Yoongi le sostuvo un brazo, obligándolo a que volviera a su lugar.
-El disparo me rozó el brazo, y entró a mi abdomen. Perforó mi hígado y el intestino. Estuve cerca de un mes en coma.
Jimin boqueó.
-Mi padre consideró que mi hermano había casado la criatura mas grande, o sea yo. Le dió el 60%, por supuesto. El otro 20% estoy por perderlo gracias a tu libro.
Yoongi finalmente le miró.
-¿Entiendes porqué necesito tu ayuda?
-¿Sería tan grave que seas gay? ¿No quieres solo... ser respetado por lo que eres, sin necesidad de pretensiones?
-Mi sexualidad es un tema que solo me concierne a mi. Nunca quise que mis padres supieran por esto, porque lo tomarían de esta manera. Y ya era bastante malo no poder tener una relación real, como para ser despreciado por mis padres.
-Pero ahora lo saben.
-Ya no quiero esconderlo mas - dijo Yoongi -Quiero que me respeten, que vean que puedo tener una relación real. Por eso tienes que ayudarme.
Jimin decidió pensarlo. Escuchar la historia le hablando un poco, no por la historia en sí, sino por la clase de familia toxica que había criado a Min Yoongi.
Sin dudas, el chico tenía que tener ese mal carácter.
-¿Qué tendría que hacer? -preguntó sin mirarle.
-Poca cosa. Te visitaría una veces, tu irías a mi casa otras. Saldríamos a tomar algún café. Solo necesitaría que nos vieran juntos algunas veces, que sea creíble que salimos.
-¿Puedo pensarlo?
Yoongi sonrió y asintió.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro