Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

20 - Sana

Jimin resopló, exasperado.

Le echó una última mirada a su cabello y se acomodó la camisa dentro del pantalón, pendiente a su reflejo en el espejo. Se ve decente. Mas que decente.

Sonrió, feliz con el resultado de más de cuarenta minutos encerrado en el baño, y tomó aire antes de salir.

Lo que ve en cuanto pone un pie fuera es exactamente lo que se temía encontrar.

Yoongi no ha hecho una mierda.

-¡Agh! ¡Te dije que la vistieras!

El mayor levantó la vista aterrado y, desde donde está al otro lado de la espaciosa habitación, Jimin puede oírlo tragar.

-Es que-...

-No te justifiques, Min Yoongi. ¡Solo tenías un trabajo! -chilla, caminando aprisa hacia la cama. -Ya estamos muy retrasados y, por tu culpa, llegaremos aun mas tarde. Yo odio que las personas tenga que esperar por mi, y tu sabes eso. Lo detesto.

Sinceramente, no hay justificación. Pero Yoongi se encoje de hombros y le da una mirada de cachorro maltratado y, si eso no es suficiente para que Jimin se ablande, ver a Sana dormida con su pijama de osito es lo que termina por derretirlo.

Su pequeña es una masita de ternura cuando está dormida y no puede culpar a Yoongi por no querer despertarla. Después de todo, ambos son unos flojos de mierda cuando se trata de esa niña, quien los tiene envueltos en sus pequeños dedos.

Pero, lamentablemente, Jimin tiene que imponerse a veces.

-Hay que despertarla.

-Pero va a llorar. -se queja Yoongi. -No me gusta que llore.

-Pero es su primer cumpleaños y hay un jodido salón lleno de invitados y periodistas ahí abajo.

-¡Ese lenguaje!

-Está dormida aun. -chilla, gesticulando mas de la cuenta por el enojo de la situación. No puede gritar, pero tampoco puede detenerse de regañar al otro. -No se volverá una boca sucia por lo que no oye.

Si no hubiese una legión de invitados y reporteros, no dudaría en dejarla disfrutar su siesta. Lamentablemente, Sana fue adoptada por un CEO prestigioso y un escritor best seller. ¿Qué se le va a hacer? Es el precio de la fama.

-Ok, pero lo haces tu. -sentencia Yoongi, poniéndose de pie y alejándose de la cama como si esta tuviese espinas. Tiene una expresión tristísima en su rostro y es casi dramático. -Me parte el corazón molestarla. ¡Con lo que le gusta dormir!

Jimin rió con sorna, dándole una mirada provocativa al otro.

-¿Me pregunto por qué te sientes tan identificado?

-¡Yah! Lo digo porque eso afecta su crecimiento y su bienestar.

-Pero no pensaste en el bienestar de nadie cuando invitaste a dos docenas de paparazzis, así que te tragas tus quejas.

Yoongi rebuzna desde su rincón y alza las cejas con fingida superioridad, y Jimin finge no escucharlo mientras toma a la nena entre sus brazos. Pasa una mano tras su espalda y la otra la sostiene contra su cabeza, de manera tal que logra incorporar a la bebé y pegarla a su pecho sin que esta se de por enterada.

-Alguien se está pasando con las galletas. -bromea, puesto que cargar a Sana se está convirtiendo en un trabajo duro. La bebé se ha vuelto un poco rolliza en los últimos meses y, quizás, se deba a los sobornos del mayor.

Despertarla parece ser aun mas difícil.

-Dios mio, ¿como logra dormir a pesar de todo?

-Dormir es un arte, ¿sabes?

Oh, en diez años de matrimonio, ¿qué broma, frase o dato sobre dormir Jimin no habrá escuchado?

-Lo que tu digas, cariño. -se burla, mostrándole la lengua al mayor, y comienza a masajear con suavidad la espalda de la bebé en busca de que despierte.

Es una odisea, es lo que es.

Min Sana debe de ser la niña mas remolona de toda la península coreana y es mucha suerte que haya sido adoptada justo por ellos.

Cuando se hicieron los cambios a la ley, hace algunos años, Jimin recuerda todas las miradas de desaprobación y los comentarios malintencionados que recibieron al reconocer públicamente sus deseos de adoptar. Por aquel entonces, la empresa de Yoongi estaba mas que bien situada en la bolsa de valores, en tantos sus libros habían comenzado a llamar la atención de reconocidos productores de televisión y cine.

Yoongi y él eran una pareja poderosa y reconocida, incluso si la mitad de su fama se debía al escándalo que simbolizó su boda en medio de una sociedad intolerante. Adoptar era, claramente, el siguiente paso. Y con todos los cambios aprobados a la ley, no vieron problema en presentar su petición de adopción.

Claro, que se haya aprobado el derecho de las parejas igualitarias a adoptar no significa que fuera fácil lograrlo. Intentarlo por mas de dos años y presenciar como otras parejas conseguían lo que ellos no, había sido demoledor. Por eso, ahora, tener a Sana entre sus brazos les hacía recordar cuan afortunados eran y cuanto debían proteger esa felicidad.

Jimin no podía culpar a su esposo de hacer la gigantesca fiesta de cumpleaños que había organizado.

Todo el mundo debería saber que eran felices. Especialmente los que habían deseado lo contrario.

-Estás sonriendo de nuevo, Jiminnie.

Jimin se gira a mirar al contrario y le regala un suspiro, como quien está exhausto. Puede que esté un poquito cansado, con su trabajo y los asuntos en casa, pero ver la mirada remolona de Sana y sus bostezos quejumbrosos lo mejora todo.

[[...]]

Una hora después, e indudablemente tarde, la pareja hacen su entrada a la fiesta.

Jimin está sonriendo casi hasta hacer doler sus comisuras, mientras mira a Yoongi sostener a la pequeña Sana que usa su hanbok rosado y azul. Y la manera en la que su padre la sostiene y ella sonríe, deslumbrada por todos los colores repartidos en la habitación, hace de esa una de las imágenes mas lindas que ha visto en su vida.

Esa imagen podría inspirar cientos de libros y Jimin se contiene de decirlo porque "hoy está prohibido hablar de trabajo". Es su propia ley, y piensa ponerla en práctica.

La imagen de los tres genera demasiado furor entre los reporteros que se acomulan frente a ellos, como buitres por un pedazo de carne, para obtener una foto. Seguramente mañana serán portadas de cientos de publicaciones y, francamente, a Jimin no le puede importar menos lo que la gente dirá.

Las personas que aprecia están todas invitadas y eso es suficiente.

Sin embargo, no puede no notar para quién va dirigida la sonrisa del mayor. Porque Yoongi no habla mucho de eso, pero él ha aprendido a identificar esa mirada algo opaca como la causada por el recuerdo de su familia.

No hay mucho que hacer ahí, mas que apoyarlo. Jimin está seguro que él y Sana son mas que suficientes para enseñarle qué se siente tener una familia de verdad y piensa dedicar toda su vida a esa causa. Porque alguien tan maravilloso como su esposo no merece otra cosa que experimentar el amor que le faltó, pero multiplicado por diez.

-¿Crees que atrape el micrófono?

-Mi hija no será una ídol del pop, Min Yoongi. Conmigo en la industria ya es bastante.

-¿Por qué no? A lo mejor me hago compositor solo para escribirle canciones dignas de ella. Siempre he querido probarme en ese aspecto.

-Nunca te oí hablar de eso. No importa, de todos modos va a tomar el estetoscopio. ¿A que sí, princesa?

-Se lo enseñaste antes, ¿verdad?

-Solo unas mil veces.

-Hora de sorprender a la audiencia.

Yoongi sonrió algo incómodo en tanto uno de los camareros despejaba la mesa para colocar luego la bandeja llena de juguetes. Había de todo en ella: desde el pequeño micrófono decorado con piedras de fantasía, hasta el estetoscopios en el que tanto insistía Jimin.

No es que aquello fuese un verdadero augurio, pero la gente se arremolinó expectante cuando llegó la hora de que la bebé escogiera. Había todo una creencia sobre que lo escogido definiría la vida futura del niño y, aunque para Yoongi no eran mas que patrañas arcaicas, a Jimin sí que le hacia ilusión.

Sana le dio una mirada a todos, mas atenta al gentío que a los objetos de la bandeja, hasta que, sin mas, se lanzó a atrapar algo.

-Tiene que ser una broma.

Dol-janchi

Los invitados gritaron emocionados cuando la mano regordeta de Sana apretó el billete verde entre sus deditos.

-Ni siquiera dudó en tomar el dinero.

Sin embargo, la consternación fue aún mayor cuando la pequeña estrujó el billete y lo arrojó como si no le gustase en los más mínimo antes de voltearse a abrazar a su padre.

Yoongi podría jurar que no. De echo, pasaría años diciendo que solo fue una arenilla en el lente y que por eso sus ojos se veían así.

Pero la verdad es que lloró como un nene ese día.

Y Jimin siempre va a estar ahí para recordárselo y mostrar fotos como prueba, pese a que ese día sintió que se enamoraba más de su esposo de lo que creía ya estar.

Porque ver a Yoongi encontrar la felicidad a su lado valió la pena, pero avergonzar a su esposo también.


Fin 💍


Esta historia, en serio que tenía ganas de terminarla hace mucho..., pero como que me desencantaba.

No se, hasta en final no sentí que realmente quería a los personajes.

Ahora que ya acabo me doy cuenta que sí, que mi Yoongi se merecía ser muy feliz y mi Jimin también y que merecían tener una familia con un bebé gordo para restregarle a todos que son felices juntos.

🥲 hasta aquí mi reporte, Roxana

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro