16 - Arrepentido.
Cuando la mañana llegó, Jimin se sorprendió al despertar completamente abrazado al cuerpo del contrario. Los brazos de Yoongi envueltos posesivamente a su cintura y sus piernas en una enredada posición. Piel y calor como si fuesen uno solo.
Tan cómodo, sin embargo, que Jimin experimentó un tirón de culpa al recordar todo lo sucedido la pasada noche.
La sonrisa de su cara se esfumó.
<<Dios, ¿qué mierda va a pasar ahora?>>
Con su cabeza bullendo como una olla, salió de la cama y recogió una bata de felpa blanca para cubrir su desnudes. Antes de salir no pudo evitar asegurarse que Yoongi estuviera correctamente arropado.
Bajó los escalones con pesadez y terminó, por algún motivo, remojando sus pies en la tibia piscina de color violeta. Viendo como, en la oscuridad, podía observarse la densa bruma sobre el agua.
<<Bueno, brillante Shakespeare, ¿y ahora qué?>> pensó.
-Estás pensado tan alto que casi puedo oírte culpándote.
Al voltearse, Yoongi estaba tras el, sosteniendo una mullida manta que colocó con gentileza sobre sus hombros antes de sentarse a su lado.
-¿Despertaste hace mucho?
Jimin negó. Agitó sus pies dentro del agua y el mayor le imitó. Sentados hombro con hombro.
-¿Piensas en lo que sucedió anoche entre nosotros? -musita el mayor, muy bajo por respeto al horario, al parecer.
-Creo que será mejor que me marche a mi casa, Yoongi.
-¿Por qué?
-Porque esto se arruinó. -dijo el escritor, poniéndose de pie y caminando lejos de la piscina. -Porque ya rompimos todas las reglas del contrato, Yoongi. Todas. No puedo seguir viéndote o viviendo aquí.
Yoongi le miró sin entender puesto que, desde el inicio, ninguno había seguido al pie de la letra el dichoso contrato. Ambos se habían reclamado, habían tenido más que simple contacto físico y, al menos él, había dejado claro que tenía sentimientos por el otro. (Comprobado y más que comprobado después de conocer al tal Johnny, gracias.)
Entonces la falta no recaía solo en uno, sino que ambos. ¿No podía ser eso tomado como señal de que había algo importante surgiendo entre ellos?
Lo que sea que fuese, a Jimin no parecía importarle lo suficiente.
-Recogeré mis cosas y me iré a mi apartamento, Yoongi. -murmuró el escritor desde la puerta, claramente decidido.
-Vamos, Jiminnie. -rogó él. -¿Podemos hablar esto? ¿No puedes quedarte un tiempo? Lo que sucedió entre nosotros...
-¿Para qué? -inquirió el mas bajo, jugueteando con sus manos con nerviosismo. -Me enamoré de ti y eso era lo único que quería evitar.
Una pequeña esperanza surgió en Yoongi. -Pero eso no es malo..., no si yo-...
-No, no es malo.!Es catastrófico! -interrumpió el escritor -Solo soy un escritor con futuro incierto y un éxito. Soy de familia pobre y lo único que tengo es un titulo de la universidad pública.
Además de que, bueno, no soy una mujer.
-Sabes de sobra que no me gustan las mujeres. Y esos son estúpidos estereotipos. En ningún lugar dice que yo debería casarme con una chica solo por ser un CEO y heredero.
-Pero es lo que todos quisieran para ti. Es lo que van a decir cuando nos vean juntos. -argumentó Jimin. -Yoongi, eres rico y guapo. Tienes un futuro brillante por delante y, como mínimo, deberías salir con alguien de tu nivel.
-¿No crees que yo debería elegir mi futuro?
El más bajo lo miraba fijamente a los ojos cuando una lágrima rodó por su mejilla. Yoongi no se detuvo a si mismo de llevar una mano hasta ella para secarla.
-Jimin, quiero esto.
Pero Jimin no lo dejó continuar. Apartó su mano y se encaminó al interior de la casa con rapidez. Subió las escaleras y, desde ahí, Yoongi pudo escuchar el portazo seco de la puerta de su habitación.
Joder, ¿decirle que lo quería y que deseaba tenerlo en su vida no era suficiente?
No entendía qué de malo podría ser que ambos se enamorasen. Era mas que obvio que se llevaban bien en todos los aspectos. La convivencia había resultado perfecta y, por dios, que Yoongi no pensó que eso resultara así con alguien. No sabía que sería capaz de acoplar su vida y cada mínimo aspecto de ella a otra persona.
Y luego aparece Park Jimin con su carácter de miel, y su forma risueña y Yoongi está jodidamente enamorado de todo en este chico.
Jimin era su complemento. Su persona ideal y, jodido todo, no iba a perderlo por un estúpidos conflicto de clases.
Esto no sería el remake de The Heirs. Aunque hubiese Park's involucrados.
[[🍒]]
Sin poder resolver el asunto de Jimin aún, Yoongi recibió una llamada de su madre. Era muy temprano, pero su madre no entendía de horarios.
Al parecer, ver a Jimin y a él discutir durante la fiesta no fue suficiente para saciar su curiosidad y, ahora que no había millonarios rodeándolos, quería acercarse a su "novio".
Genial.
Con toques suaves golpeó la puerta del cuarto de Jimin y, al recibir respuesta, abrió lentamente.
Jimin estaba mirando por el gran ventanal, un desastre de ropa sobre la cama y su maleta abierta sobre esta. El traje que había usado anoche estaba tirado en el piso de la habitación de forma descuidada.
-Mi madre quiere conocerte. -espetó, asustando al chico ensimismado en la ventana. -Vendrá para acá pronto.
-¿Qué? ¿Qué se supone-...?
-Solo actúa como hasta ahora, por favor. -pidió. -Después de que mi madre se vaya hablaremos.
Jimin asintió cabizbajo y volvió a observar el ventanal sin mas atención a él.
¿Ahora qué? Estaba como ¿enojado? ¿Triste? ¿Decepcionado?
AH, alguien debería explicarle a Yoongi porque sinceramente no tenía ni idea de cómo arreglar todo su enrollo. ¿Qué parte de que nunca ha tenido novio no entiende? Es claro que no es el gurú de las relaciones, pero no quiere perder a este maravilloso chico.
Así que, sin mucho que perder, se sentó cerca del escritor. -Nuestra diferencia de clases no es motivo para que no podamos estar juntos y lo sabes. Eres escritor, ¿has escuchado hablar de Cenicienta?
Pese a la atmósfera, Jimin se ríe. Una risita pequeña, pero oh gracias a todos los cielos por ella. Yoongi renueva su confianza y energía solo con ese dulce sonidito. Se siente alegre, alegre y muy agradecido.
Al menos su humor de mierda va a sostener la situación por un rato. Es como una copia mala de Chandler, pero funciona.
-Si nos guiamos por los cuentos de hadas, las diferencias sociales son la receta para matrimonios perfectos. -continúa, con media sonrisa. -Deberías pensártelo.
-¿Me estas pidiendo matrimonio? -devuelve Jimin, arqueando elegantemente una de sus cejas. -No veo nada brillante en una cajita, así que voy a negarme. Pobre de mi que ni siquiera logro una petición normal.
Yoongi suspira, aliviado de que el escritor devuelva su juego.
-Dame diez minutos y puedo conseguir ese anillo.
La sonrisa del escritor calló y perdió su brillo.
-Ventajas de tener dinero, supongo.
Solo un respiro. Yoongi solo quería un respiro.
-¿Me comporto como un excéntrico millonario para ti?
-Me secuestraste en limusina. Me pusiste una demanda porque creíste que había basado un libro en ti, tienes una mansión de Gangnam con una piscina violeta y una empresa propia antes de los treinta. -enumeró Jimin sin siquiera dudar. -Lo que quiero decir, Yoongi, es que eres un gran, gran hombre y cualquiera te querría como pareja pero..., también eres una figura pública.
»Respeto que quieras exponer tu sexualidad al mundo y a tus padres, que quieras obtener su reconocimiento partiendo de quién eres en verdad. Pero eso no cambia la realidad..., tus padres pueden hasta admitir que eres gay, pero seguro que nunca estarán conformes si sales con alguien como yo.
-No me importaría.
Permanecieron en silencio uno al lado del otro, solo escuchando la nada. Jimin se iría, eso estaba claro, pero ayudaría a terminar lo que sea que fuese esto. Y eso jugaba a favor de Yoongi; aun tenía algo de tiempo para convencer al chico.
-¿Hay..., hay algo que deba saber sobre tu madre? -preguntó Jimin, al cabo de un rato. -Digo, como se supone que estamos en una relación ella supondrá que hablamos de ella a veces.
-Ella no supondrá. No es una persona amorosa y nuestra relación es tan desastrosa como puede ser. Se casó con mi padre en un matrimonio arreglado y ha sido infeliz incluso antes de que mi hermano o yo nacieramos.
-Entonces el dinero no da la felicidad después de todo.
-No, pero se parece. Yo no tuve el amor de mis padres pero era bastante feliz cuando obtenía buenos juguetes o cosas que mis compañeros no.
-Pero no tenías quien te diera un beso de buenas noches, ¿de qué te sirvieron los juguetes si te sentías solo?
-Ayudaba. -confesó. -Me daba la sensación de que se preocupaban por mi. Como..., anoche, en la fiesta, todos reían o conversaban y, no lo sé, parecían tan felices. Como si no tuviesen ningún problema salvo no saber en qué gastar su dinero. El dinero tiene ese no se qué, lo hace a uno mas ligero. Tu mismo te veías feliz en tu traje caro.
-Fui mas feliz cuando me lo quitaste.
Un suave rubor inundó las mejillas del escritor, quien mordió su labio inferior y murmuró mil maldiciones. Yoongi solo rió suave, sintiendo enormes ganas de hacer lo mismo con la ropa que llevaba puesta ahora y solo..., perderse en el otro un rato.
Su madre, cierto.
Dios.
-Hay una cosa. -dijo finalmente. -¿Recuerdas la pulsera que perdí en tu departamento aquella vez?
-Mmh.
-Ella me la regaló cuando fui a la Universidad. -contó con una sonrisa triste tirando de sus labios. -Yo como que, inventé toda una historia sobre la pulsera. Sobre como mi madre que me amaba tanto me la regaló y le contaba esa basura a mis amigos y un poco a mi también. Siempre la he usado porque me apegué a la mentira que cree y, no lo se, sería buena idea que tu la usaras delante de ella.
Jimin acarició su mano y le dio un pequeño apretón reconfortante. -Lo haré.
[[★]]
El Jimin bebé es demasiado bueno Yoongi, no lo pierdas perro.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro