
01 🎃┋secrets.
Coventry, un reino en donde la magia existe y cada una de las personas allí presente lo poseía... O al menos eso era antes de describir la amenaza qué aterrizaba cada rincón de las casas, campos y pasillos de todo el mundo.
La Reina Miranda decidió que aquello era lo mejor, que sólo la familia real poseyera el poder de la magia para defenderse y ayudar a aquellos que lo necesitaba porque después de todo, en la familia es en lo único que se podía confiar. Por supuesto yo formaba parte de esa familia, incluso sorprendida al saber que mi tía, la reina, decidió dejar mis poderes intactos sabiendo quien es mi padre y que yo también tengo la habilidad de controlarlo, todo gracias a la herencia qué dejó para mi.
Antes de ser destruido, por supuesto, gracias a mis primas quienes resultaron estar vivas por 21 años después de creerlas muertas, mi tía dijo que lo mejor era permanecer un perfil bajo hasta que todo se calmara por lo que ni las princesas saben de mi existencia por el momento... Se mantuvo así por un tiempo, hasta que ella comenzó nuevamente a alterarse y estar alerta en todos los sentidos, sin siquiera contarme nada pero las paredes lo dicen todo y el estar encerrada varias semanas en el castillo, me hizo dar cuenta de eso.
El personal especulaba en rincones, ellos pensando que nadie era capaz de escucharlos sin embargo ellos se olvidaron qué la familia real aun posee magia, y eso me ha ayudado a entender muchas cosas aquí dentro. Como que en su mayoría, nadie confía en mi y creen que puedo ser la nueva amenaza qué atenta una vez más con el reino de Coventry. Es impresionante lo que unos pocos rumores que se expanden, pueden lograr en la vida de alguien.
Camino por los pasillos del castillo, varias personas del personal me miran de una manera extraña, mientras que otras me hacen una pequeña reverencia que devuelvo con placer. A medida que avanzo, las personas de allí se van alejando al igual que las voces, pero veo una qué está allí parada al lado de una puerta. Mi tía extiende su mano y aquella puerta de madera es cubierta en su totalidad por ladrillos qué se camuflan a la perfección con la pared.
—Miranda.— Mi voz la sobresalta, por lo que pega un brinco llevando una mano a su pecho girando para ver de quien se trata.
—Callie, me has asustado, ¿Cuánto tiempo llevas allí? — Dice ella en su tono característico y elegante qué sólo una mismísima Reina puede poseer.
—Lo suficiente, ¿Por qué has tapado esa puerta? ¿Qué hay detrás qué no quieres que la gente vea? — Pregunto sin rodeos, lo que provoca un cambio radical en su expresión.
Gira sobre sus pies causando un gran movimiento de su vestido comenzando a caminar dándome la espalda.
Esa reacción no significa nada bueno.
—No es de tu incumbencia, Callie.
—¿Por qué? ¿Por qué no soy digna de confianza? ¿Es eso? Creí que ya habíamos pasado eso, seré hija de mi padre pero tu me has criado mucho más que él, ¿Por qué nadie entiende eso?
Así es, yo soy dos años mayor que mis primas, pero a diferencia de ellas, yo perdí mi madre atrapada en la oscuridad a los pocos minutos de haber nacido. En ese momento nadie sabía quién era o qué era esa cosa, hasta que hace poco se descubrió que fue el gran Thantos.
Mi propio padre fue quien hizo desparecer a mi madre, a quién ni siquiera conocí, y quién sabe los motivos detrás de eso porque antes de poder preguntarle, ya había desaparecido y desterrado de este plano... O eso es lo que quiero creer. Y así es como antes de tener a las gemelas, la reina Miranda fue quien se hizo cargo de mi sin ningún tipo de molestia, y luego sucedió su tragedia en donde perdió a sus hijas el mismo día de su nacimiento al igual que al amor de su vida, por la misma fuerza que destrozó a mi mamá.
Mis palabras logran hacerla detener de golpe, vuelve a verme y esta vez de una forma con la que intenta calmarme y darme confort de alguna manera, algo que no estaría sirviendo. Miranda camina en mi dirección y coloca sus manos sobre mis hombros dando un apretón sobre ellos.
—Sabes que busco lo mejor para el reino y para ti, tengo que estar segura antes de poder decir algo en voz alta y que en realidad sea mi cabeza jugando conmigo, corazón. No tiene nada que ver con que no confíe en ti, Callie.
—Es Thantos, ¿No es cierto? Ha vuelto. — Vuelvo a decir las cosas sin rodeo.
Miranda suelta un gran suspiro qué al final hace tensar cada parte de su cuerpo.
—Es una posibilidad pero nada es seguro aun, tal vez y ni siquiera lo es.
—¿Lo sentiste detrás de esa puerta que cerraste?— Asiente con la cabeza ante mi pregunta y me quedo mirándola a los ojos.— Prométeme que en cuanto sepas algo, me dirás enseguida, recuerda que es mi papá y merezco saber si aun sigue dando vueltas.
—Te lo prometo. — Me está mintiendo.
Doy una pequeña sonrisa para que ella creyera qué de verdad le creí, y sin más, se va por los pasillos del castillo. Pongo una expresión seria de golpe en lo que vuelvo mis pasos para atrás, para ser más especifica, volviendo a la puerta, ahora pared, qué Miranda construyó con magia.
Coloco mis manos sobre los ladrillos, pasando justo la palma con delicadeza sobre el cemento tratando de descifrar como quitarla. Apoyo mi oreja sobre la pared tratando de escuchar algo del otro lado, porque para ser sincera, nunca antes había entrado en esa parte del castillo y con razón, la única que tiene la llave para abrirlo es Miranda. Quién por cierto, no puedo creer que me esté ocultando algo tan grande como esto.
No sé si el reino está listo para una nueva amenaza, apenas se logró derrotar a mi papá, una batalla en la que no estuve presente porque él me mantuvo encerrada todo ese tiempo, con la idea de "protegerme" y vaya maneras qué él tenía. Lo que así mismo evito el que yo conociera a Alex y Camryn, y ahora no creo que quieran hacerlo, es probable que ni siquiera sepan de mi existencia y si debe permanecer así, que así sea.
—¿Qué haces apoyando tu oreja en la pared?
Ahora soy yo quien se lleva una sorpresa, pegándome un susto ante mi poca ineficiencia ante volverme alguna clase de espía. De todas formas esa voz la reconozco, y no sólo me pongo nerviosa por lo de la pared, porque sino se trata de él.
Vance, un chico que trabaja aquí en el castillo más que nada siendo mesero y de limpieza. Rubio, de ojos azules que llevan sombra de ojos negros con delicadeza que los hacen resaltar aun más y se vuelve hipnótico. Siempre ha sido un buen amigo desde que nos conocimos acá hace un par de meses.
El chico me mira con una mirada curiosa en lo que cruza sus brazos, en una de sus manos sostiene un trapo blanco, al parecer estuvo o está haciendo limpieza y me acaba de encontrar a mi como una rara apoyada sobre una pared. Sólo me río en lo que me alejo de la pared para acercarme a él con una pequeña sonrisa.
—Ojalá tener una respuesta clara a esa pregunta pero ni yo sé por qué lo estaba haciendo.— Digo simplemente con la idea de que lo dejara ir porque no quiero transmitir el miedo de Miranda a ninguna de las personas que trabajan aquí, ya están bastante desprotegidos sin sus poderes.
—Realmente no te creo, sin embargo que tendrás extrañas razones, nunca entenderé a los de la realeza.— Se burla el chico, a lo que yo ruedo los ojos.
—No somos un estereotipos de raros, que yo lo sea ni significa que toda mi familia también.
—Eso es algo a discutir.— Le doy un suave golpe en el hombre a Vance con una pequeña risa.
—Por cierto, te he visto poco este tiempo, ¿Dónde te has metido?— Pregunto con cautela porque la verdad es que me estoy haciendo una pequeña idea del por qué desapareció.
Vance suelta un suspiro y deja caer sus brazos a los costados, está inquieto de la nada, como si se hubiera olvidado de algo en especifico.
—Puedes decirme, somos amigos.— Insisto.
—Las personas aquí están hablando, sobre tu padre y tu sangre.
—¿Qué tiene que ver mi sangre?— Frunzo un poco mi ceño cruzándome de brazos.— Y si creen que no sé que habla de mi a escondidas, están locos, las paredes hablan... Y las estatuas.
Literalmente, a veces me dan miedo.
—Creen que a ti deberían ser una de las personas a quienes deberían haberles quitado sus poderes, como al resto de nosotros, ellos no confía en ti y que seas buena... Que estés de nuestro lado.— Al juzgar por el tono de voz de Vance, le cuesta decirme eso pero entre nosotros no nos guardamos secretos, eso o que tal vez acabo de murmurar un pequeño hechizo de la verdad.
—Si Miranda cree que soy digna de mantenerlos, es porque es así... — Sé que cada cosa que diga ahora puede llegar a tomarse en mi contra, y no quiero que Vance sea una de esas personas, puede ser cualquier persona de este castillo pero no él, no lo toleraría.— ¿Tu crees que nos lo merezco? ¿Tu confías en mi?
—Por supuesto que confío en ti.
El rubio no duda ni un segundo en su respuesta, y al mismo tiempo que lo dice me toma de ambos hombros causando que una corriente eléctrica recorriera mi cuerpo. Ambos nos quedamos mirando mutuamente a los ojos por un largo tiempo, o eso parece, hasta que alguien más aparece para romper el contacto visual y físico.
Paso mi mano por mi cabello dando varios pasos para atrás viendo a Demitri, el mejor amigo de Vance y también trabaja con él.
El pelinegro se nos queda viendo a ambos con una mirada picara pero no dice nada al respecto, sin embargo se dirige a mi cuando dice lo siguiente.
—La reina Miranda te está buscando, Callie.
Frunzo un poco el ceño.
—¿Por qué? Hace poco la vi.
—Una de las princesas acaba de llegar.— Demitri aprieta sus labios y me quedo congelada por un par de segundos.
—¿Cómo? ¿Cómo qué una de ellas, una princesa está aquí?
—Así como has escuchado.— Confirma y una vez más, los nervios comienzan a comerme.— Me parece que es momento de que conozcas a una de tus primas.
Genial, algo me dice que terminaré destruida en este preciso segundo.
FELIZ SEGUNDO DÍA DE OCTUBRE, acá les traigo el primer capítulo de este fanfic que me tiene emocionada y estaré subiendo todos los días para festejar este mes ya que es de mis festividades favoritas, incluso superando Navidad, es tremendo JALSDJLAD así que espero que les guste <3
Recuerden:
—VOTAR; por favor no se olviden y no les pido mucho, es gratis y consiguen actualizaciones más seguido.
—COMENTAR; amo leer sus comentarios y opiniones sobre la historia.
—SEGUIRME; para no perderse ninguna actualización, noticia o lo que sea de la historia.
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