CAPITULO XVII
— EL DESTERRADO BLACK —
Tassia Weasley no había pasado un peor verano que el de 1995, jamas olvidaría aquellos dias. Sus suplicas hacia Percy para que no se fuera y mucho menos los desprecios de Molly Weasley hacia ella.
La chica se la pasaba encerrada todo el día en su habitación, miles de sobres estaban amontonados sobre una pequeña cómoda que tenia a lado de su cama y sabía que eran de Draco, Daphne y Harry, ninguno de sus hermanos había tocado la puerta, ella no salía y aquello le había pasado factura.
La pelirroja estaba mas delgada de lo normal, los huesos de su clavícula eran mas visibles, pero eso se debe a que Molly Weasley no le hablaba para comer y la chica trataba de despertarse temprano para comer algunas tostadas para luego volver a subir, en la cena solía bajar en la madrugada para calmar el dolor de estomago que la azotaba y después de un tiempo su cuerpo pareció acostumbrarse a la falta de alimento.
Una mañana sucedió algo inusual y fue que los gemelos entraron a su habitación, realmente se aparecieron frente a su cama y se encontraron con Tassia leyendo uno de los tantos libros que Daphne le obsequiaba.
— Debes bajar tu baúl — dijo George y Tassia dejo el libro se lado mientras se sentaba.
— Parece que nos quedaremos en otro lugar y bueno... mamá nos esta esperando.
— Debo guardar todo y...
— Mamá dijo durante la cena que quería que los tuviéramos listos — ahora Fred dijo.
— Este... Fred, yo no bajo a cenar y bueno... realmente no bajo a ninguna hora mientras mamá esta ahí — Tassia dijo mientras se encaminaba por su baúl para después arrastrarlo cerca de su cama. Los gemelos aprovecharon aquello para mirar a su hermana y se dieron cuenta que la chica estaba sobre los huesos, las manos le temblaban ligeramente y parecía pálida, a pesar que la chica trataba de disimularlo con un labial color rojo y rubor en las mejillas.
— ¿Comiste hoy? — pregunto George y vieron como la chica asentía.
— Me hice huevos revueltos y los acompañe con tostadas — la chica mintió descaradamente en la cara de sus hermanos y por sus expresiones ella supo que no le creyeron pero igual no insistieron.
La chica rápidamente guardaba todo en su baúl: uniformes, ropa, libros, pergaminos, plumas, zapatos, etc. Después, Tassia iba a arrastrar su baúl fuera de su habitación pero Fred se apresuro a tomarlo y sonreírle a su hermana.
— Yo lo llevare, tu baja en veinte minutos — dijo el gemelo.
— A esa hora nos iremos — ahora dijo el otro y ambos desaparecieron frente a ella.
•
Todos miraban a los lados desconcertados, estaban en Londres muggle y exactamente en la dirección que le habían dado a Molly. El papel fue pasando por cada uno de los presentes y cuando llego a las manos del ultimo, Ron el rompió el silencio.
— Solo veo un numero once y trece — todos procedieron a pasar sus miradas de un número a otro. — ¿Donde est...?
Ron no terminó la pregunta cuando las paredes del once y trece comenzaron a separarse, los muggles dentro de sus hogares parecían no percatarse de lo que sucedía afuera y todos fueron testigos de como una casa mas mugrienta que las demás aprecia frente a ellos.
— Vamos, todos dentro — Molly dijo y se aseguro que sus hijos entraran a excepción de Tassia que recibió un pequeño golpe de la puerta en su brazo, debido a que Molly había regresado la puerta para que se cerrara detrás de ella.
La chica cerro la puerta y se encamino hacia la única habitación que parecía haber gente dentro. Se encontró con sus hermanos, su madre y dos hombres, de los cuales solo reconoció a uno.
— Señorita Weasley, ¿como esta? — pregunto el profesor Lupin mientras se acercaba a estrechar su mano.
— Muy bien, profesor — respondió la chica claramente incómoda. — ¿Y usted?
— Aun la vida me trata bien — respondió el con una sonrisa y Tassia trato de sonreírle de regreso pero solo hubo una mueca.
Sabia que todos sus hermanos la miraban detenidamente, estaba consciente que su físico estaba diferente, sabia que estaba mal y probablemente se veía terrible, ya que el maquillaje ya no le ocultaba lo suficiente.
— ¿Tienes hambre, Tassia? — preguntó el otro hombre al que ella reconoció como Sirius Black. — Tu madre comentaba que habían comido antes de tomar camino hacia aqui, pero soy consciente que el camino es largo y...
— Muchas gracias, Sirius — lo interrumpió Molly. — Mis hijos comieron lo suficiente y son capaces de esperar la hora de la cena para comer de nuevo.
Tassia miro por menos de un segundo a su madre y decidió salir de aquella habitación, sentía que su madre estaba siendo muy cruel con ella y solo por la decisión de un sombrero viejo y remendado.
— No hubiera sido difícil ser una serpiente disfrazada de leon — dijo la chica mientras caminaba por aquella casa, la chica pareció llegar a lo que era una sala de estar y le llamo la atención un gran cuadro de una señora que parecía dormir.
La chica la siguió observando y de un momento a otro la mujer abrió los ojos, al principio la miro con terror y después sus expresiones parecían suavizarse.
— Tienes la maldita cara de aquella traidora inmunda y despreciable — soltó la mujer del cuadro. — Eres la nieta de Cedrella.
Tassia asintió dubitativa y la mujer suspiro.
— Se caso con aquel traidor de Weasley y jamas supe de ella — dijo la señora.
— Veo que de alguna u otra manera estoy emparentada con Draco — Tassia dijo. — El dice que somos primos de muchos lados.
— Eso es lo que pasa con los pura sangre — la mujer alzo el cuello con orgullo. — Te conectas con todas aquellas familiar prestigiosas de un lado u otro.
Tassia asintió y en ese momento alguien entraba a aquel mismo lugar, la chica volteo sobresaltada y se encontró a Sirius Black ahí.
— ¡Maldito traidor! — exclamó la mujer y Sirius se acerco hacia las cortinas a lado del tapiz y las cerro.
— Mi cariñosa madre, ¿nos parecemos, verdad? — Sirius preguntó y Tassia asintió.
— Mismo encanto natural — ella respondió y Sirius se veía ofendido.
— ¡No me digas eso! — exclamó el Black mientras se acercaba a la licorera y se servia un poco de whisky de fuego en un vaso y después se sentaba, el hombre señalo los sillones frente a el y la pelirroja no dudo en sentarse.
Por unos segundos, Sirius revolvía los hielos del vaso y Tassia veía a cualquier lado que no fuese eso, hasta que el hombre habló.
— Creo que tenemos cosas en común, comenzando con que ambos quedamos en la casa que nuestros padres aborrecen — dijo Sirius y rio irónicamente, el hombre era un verdadero Gryffindor mientras que el resto de su familia fue por generaciones Slytherin.
Tassia miraba a Sirius y no podía negar que aquello era cierto, su clasificación a Slytherin había ocasionado que con los acontecimientos presentes su madre se comportara así.
— Y bueno, tenemos amistadas que nuestros padres no aceptan — Sirius ahora sonreía melancólico, Tassia sabía que estaba recordando a James Potter. — También tu madre me odia.
— Parece que no soporta la idea de que seas amable conmigo — Tassia le dijo.
— Soy amable con todos...
— Ella no esta siendo muy amable conmigo — Tassia revelo ante aquel hombre y el pareció paralizarse.
— ¿Que es lo que hace? — preguntó Sirius y la chica se arrepintió se haber abierto su boca de mas.
— Ella solo no deja que mis hermanos pasen tiempo conmigo — dijo y se puso de pie mientras se encaminaba hacia la salida.
— Tassia — el llamado de Sirius la hizo detenerse y voltear a verlo. — ¿Has comido?
Ella estuvo tentada a llorar y gritarle que desde hace tiempo no comía algo decente, decirlo lo cruel que Molly estaba siendo con ella y lo mucho que le dolió la partida de su hermano mayor de su casa, pero ella no hizo eso.
— Si, justo antes de venir — respondió la chica y el hombre le dio un trago al whisky mientras veía como la pelirroja salía de aquella habitación.
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