Yang Jeongin
𓍯 26 años
𓍯 Azabache

Kim Seungmin
𓍯 23 años
𓍯 Rubio

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Ipsofilia: Es un comportamiento muy particular, consistente en excitarse con la propia imagen. El objeto que procura placer no es la representación -fotográfica, cinematográfica, imaginativa...- de otra persona, como suele ocurrir, sino de uno mismo.

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Otro día en el club.

Desde los 19 años este lugar es como mi segunda casa, por decirlo de forma sutil soy bailarín en este antro, la paga es bastante buena como para cambiar mi horario por completo y mantenerme en excelente condiciones, además, mis jefes y compañeros de trabajo se encargan de que el ambiente de trabajo sea cómodo para todos.

-Seungmin, te quedan 5— escuché la voz de Hyunjin quien tenía la papeleta con el orden de las presentaciones.

El traje de hoy es bastante revelador, un crop top de cuero negro negro en conjunto con una falda del mismo color y material que solo tapaba mis nalgas, las botas con un taco de 20 centímetros eran bastante firmes por lo que no me daba miedo subirme al tubo cuando correspondiera en la rutina, mi cuello estaba algo tapado con una cadena que mantenía otras tres que caían por debajo de mi ropa quedando a la vista en mi abdomen y parte de mi pecho.

Me veo increíble.

Efectivamente a los pocos minutos ya estaba sobre la tarima bailando como era usual, los mismos clientes observaban de manera lujuriosa las delicadas vueltas que daba sobre el tubo y los suaves toques que las acompañaban.

Pero una mirada en especifico llamó mi atención, mientras seguía moviéndome de forma bastante poco inocente sentía sobre mi el peso de unos ojos oscuros que me observaban desde la barra del club.

Cuando terminé con la presentación me alejé del escenario aún con esa mirada siguiéndome, el chico sonrió socarronamente pareciendo haber cumplido su objetivo, nunca lo había visto antes.

Me dirigí al camarín sintiendo mi piel hervir ligeramente, era un hombre bastante atractivo a decir verdad, cabello totalmente azabache y corto, podía decir que tenía bastantes piercings por el reflejo de las luces en el local y la polera negra de manga corta dejaba ver todo el brazo tatuado.

Bastante ardiente si me lo preguntan.

-¿Pasó algo Sung?- preguntó gentilmente Felix, quien se encarga del maquillaje y vestuario de los bailarines, cuando llegué al salón apartado de la música.

-¿Quién es ese pelinegro detrás de la barra?- me senté en mi lugar asignado dando vuelta la silla para poder ver al peliblanco.

-¿Recuerdas que estaban buscando otro barman? Ya sabes, Joshua no daba abasto.—alzó los hombros, solo asentí rememorando una de las reuniones que tuvimos como trabajadores.—Ya encontraron a un chico nuevo, se llama Jeongin― explicó tranquilamente.

-Jeongin...—saboreé el nombre lentamente.

-Parece todo un chico malo sacado de novela- rio haciendo algo de burla a la situación.— A todo esto ¿Por qué la pregunta?—

—No, nada, lo vi cuando terminé y me dio curiosidad, nadie me había avisado sobre el nuevo personal, solo eso— le quité importancia.

-Ajá— asintió Lee levantándose de su silla, ya que entraban otros bailarines buscando sus atuendos.—No intentes nada raro eh, o al menos avísame antes de hacerlo— me guiñó el ojo risueñamente dejando que un chico se pusiera frente a él pidiendo que le ayudara con el traje.

Solo sonreí sutilmente asintiendo a lo que me había dicho. Tener una relación con alguien trabajo es algo permitido en el local, por ejemplo, Lee Minho, uno de los guardias de seguridad, y Seo Changbin, mi compañero de rutinas generalmente, están juntos desde que se conocieron aquí. Pero es verdad que puede complicar un poco las cosas en este trabajo.

Además de que no suele ocurrirme.

Sentirme atraído por otros sujetos no es lo mío, mas no puedo negar que el chico de la barra, Jeongin, tiene un poco de esa intensidad peligrosa que simplemente es atractiva, además de que el chico es hermoso, no hay forma de negarlo.

Me fui hacia la parte de atrás del cambiador para ir a buscar mi casillero, en este lugar no ofrecemos servicios sexuales, solo bailes exóticos y el bar, sin embargo, hay cuartos para clientes que vengan con sus parejas, también añadiendo el servicio de motel, por ende, al terminar mi rutina solo me queda cambiarme y pasar el resto de la noche ayudando en la organización del lugar o sentándome en la barra a la espera de el llamado de alguno de los demás chicos.

Me quité el atuendo para entrar a las duchar, posteriormente me puse la ropa interior, una camisa color verde, que llegaba hasta mi cintura, en conjunto con unos pantalones cafés de tela que se ajustaban bonito a mis piernas, con unos zapatos planos, mi cabello y maquillaje lo dejé tal cual. Saqué mi bolso y tomé la ropa para dejarla en el lugar donde se dejaba todo conjunto después de ser utilizado, para finalmente dirigirme hacia la parte bajo la tarima saliendo por la pasada interna del local.

Sin darme cuenta ya estaba sentado en la barra a lo que podía ser un metro del chico nuevo que batía el envase entre sus manos de forma enérgica, provocando que sus músculos se marcaran, dejándome apreciar el bello rostro bajo las luces violetas y rostro bajo las luces violetas y rosas.

Increíble...

-Seungmin, ¿Cierto? - en ese pequeño momento de distracción que tuve, el pelinegro se posó a mi lado, su voz era dulce, muy agradable.

-Así es Jeongin- apoyé mi codo sobre la madera para dejar mi mejilla sobre mi mano.— Un chico como tu debería estar allá arriba— ser descarado siempre es la mejor arma en estas circunstancias.

También habían rutinas de strippers y con otros elementos, sin el tubo, como el baile y el terminar sin ropa prácticamente, el chico se vería genial haciendo algo así.

-Estoy bien haciendo tragos, creo que me va mejor apreciar el arte.— me guiñó con una pequeña sonrisa juguetona.— Especialmente si trae un traje negro

Este juego es de dos.

––Ven acá Jeongin― le hice un gesto con el dedo hacia mi, logrando que estuviera más cerca, me moví hacia él, aun con la barra entre ambos, pero logrando murmurar casi en su oído. Eso que viste no fue nada-noté como su mandíbula se tensó.-El arte se aprecia mejor al desnudo— su brazo estaba sobre la madera, por lo que llevé mi mano hacia la piel con tinta. —Puedo mostrarte, solo si quieres claro

Cuando me alejé su atractivo sexual había aumentado diez veces, la vibra dominante a su alrededor era notable y la mirada traviesa seguía cada uno de mis movimientos.

-¿Tienes algo que hacer después de esto?— se volvió a acercar a mi.

—No, solo me tengo que quedar hasta que cierre el club- no podía dejar que la sonrisa satisfecha saliera de mi interior.

-Salgamos juntos— ahora era él quien tocaba mi mano sobre la superficie de la barra. -Quédate aquí— ambos sabíamos que las intenciones no eran puras.

Y se sentía excelente.

Ya había llegado el momento.

Pasaron las horas al interior del local entre sonrisas juguetonas y algo de trabajo hasta que llegó la hora de cierre. Sin mucho más nos juntamos al interior del establecimiento dirigiéndonos a la zona donde se encontraban las habitaciones.

Cada bailarín tiene la llave que tiene de su habitación asignada en caso de que por alguna razón tengan que quedarse, lo cual era perfecto en este momento porque no tendría que llevar al azabache a mi hogar. Por lo que, con nuestros dedos entrelazados nos escabullimos hasta mi cuarto el cual era algo peculiar.

Abrí el lugar y encendí la luz.

-Hay muchos espejos— Jeongin tenía su mentón apoyado en mi hombro entrelazando ambas manos con las mías, logrando que nuestros cuerpos estuvieran pegados.-¿Hay alguna explicación para eso?— sentía su sonrisa en mi piel.

Todas las paredes de mi habitación eran espejos, lo único que no los tenía eran las puertas, de entrada y la del baño, y la ventana en la pared frente a la primera puerta mencionada.

-Ya te lo dije, el arte se aprecia mejor al desnudo— me di vuelta tomando los botones de mi camisa para sacarlos sin cortar el contacto visual entre ambos.—Y a mi también me gusta apreciarlo— desde joven noté la excitación por verme a mi mismo.

Las películas eróticas nunca funcionaron y tener una pareja sexual nunca se sentía bien si no tenía la posibilidad de verme en el acto, por eso es que pedí que mi cuarto fuera así, ya que el de mi departamento no lo puedo modificar.

-Eres un pervertido— sus manos lentamente se posaron en la parte baja de mi espalda desplazándose hacia mi trasero.— Creo que nos llevaremos bien—apretó con fuerza la zona acercándome aún más a él, ambos rozando nuestras intimidades algo duras.

—No tengo duda de eso— dejé caer la prenda verdosa, por lo que mis pezones rozaban con la tela de su polera.

Finalmente acorté la distancia entre los dos uniendo nuestros belfos, pasando mis brazos por sus hombros para posar mis manos en su cabello, logrando un beso largo e intenso. Él no se quedó atrás y llevó sus falanges a la parte superior de mi pantalón sacando el botón y bajando el cierre dejando que cayera sin más. No pasó mucho hasta que alejamos nuestras bocas para pasar al cuello contrario mientras yo hacía lo mismo que él hizo con mi prenda inferior antes.

Todo fue muy rápido, ambos ya estábamos nos encontrábamos sin prenda alguna sobre el colchón. Él estaba tras de mi con dos dedos en mi interior doblándolos hasta hacer ficción con mi punto repetidamente, gracias a la posición tenía ambas manos apoyadas sobre la sabana aterciopelada y podía verme perfectamente frente al espejo de la pared, mi erección goteaba y podía ver como mi cuerpo dejaba caer el lubricante sobre la tela.

Jeongin se veía increíble, su piel brillaba y mordía su labio mientras también se masturbaba con algo del lubricante para que pudiera entrar de mejor forma. Era enorme, su miembro fácilmente llegaba hasta su ombligo y más que miedo, sentía la necesidad de que me llenara.

Estaba mi reflejo hacia evidente esa hambre voraz por él, mi piel también se encontraba perlada por el sudor, mi cabello estaba totalmente desordenado y el maquillaje ya era casi inexistente, la imagen era tan sexual.

-Jeongin, por favor...— en conjunto con sus dedos y lo que mis ojos estaban presenciando estaba a punto de llegar a mi orgasmo.

-¿Quieres mi polla, Seungmin?- sacó sus dedos de mi y su vista, al igual que la mía, se encontraba en nuestra imagen en el espejo, mientras su pecho rozaba con mi espalda y sentía la punta de su miembro en mi entrada, con el condón ya puesto.— Quiero escucharte- mordió ligeramente la piel de mi cuello.

-Si-si, quiero tu polla...—era apenas un murmuro.

Sin decir más me penetró y no pude evitar correrme ante la sensación de estar lleno por completo. No solía ser así, pero él sumaba aún más sensualidad a la imagen de mi mismo siendo llevado al límite.

Las estocadas eran lentas, pero agresivas, sentía como cada lugar de mi interior era tocado. Tomó mi mandíbula para compartir saliva, lo cual acepté con gusto, para después besarnos sin lugar alguno. Con el mismo tacto hizo que sacar mis manos de la cama quedando ambos arrodillados y fijando mi vista en el espejo.

Yo también me movía en busca de su clímax, haciendo mis caderas hacia atrás cuando él me penetraba, complementando nuestros a la perfección. Besaba desde el final de mi oreja hasta mis clavículas lamiendo de vez en cuando. La piel tatuada se veía magnifica y todo él provocaba que me sumergiera en un placer indescriptible.

No aguantaría mucho más.

Llevé mi mano a la parte de atrás de su cabeza logrando tocar su suave cabello para mantener firmes los movimientos. No podía sacar la vista de nuestros cuerpos, sus ojos se veían feroces y quería complacerlo con completo, pero eso también me llevaba al borde del orgasmo nuevamente.

Los gemidos nos rodeaban, el aroma dulce del cuarto se veía sucio por la esencia natural del sexo y la imagen era tan obscena que resultaba sobre estimulante.

-¡Estoy cerca-a...!- chillé notando la tensión en mi estomago, además del bulto en la zona baja del mismo gracias a su pene.

-Yo también Seungmin—murmuró rasposamente en mi oído, para después morder el lóbulo de mi oreja.— Hagámoslo juntos...— besó mi mejilla suavemente.

—A-ah si-si...¡Jeongin!— los movimientos eran aún más agresivos y rápidos, su cabello mojado caía sobre su frente dándole un aspecto salvaje.

Mi interior se hizo un manojo, dejando por fin salir el semen mojando mi pecho y cayendo hasta las sabanas, él salió de mi interior y se sacó el plástico rápidamente para correrse sobre mi trasero.

Las respiraciones aceleradas eran lo único a nuestro alrededor, mientras apoyaba su frente sobre mi hombro y yo hacia lo mismo con mi cabeza hacia atrás recostándola sobre él.

El mejor sexo que he tenido...

Ninguno parecía querer moverse de la posición y es que realmente era muy cómoda.

-Puedes quedarte, si quieres—susurré con la voz algo rasposa.— Pero primero tengo que tomar un baño— me iba a parar sin mirarlo porque tenía algo de miedo por su respuesta.

Sería una pena que el único hombre con el que he experimentado esta química sexual solo fuera algo de una noche, pero el suave tirón que sentí en mi muñeca me dio algo de esperanza.

-¿Te puedo acompañar?- su expresión era sincera.

Se veía como un buen chico.

-Si Jeongin, acompáñame—me solté de su agarre para ofrecerle mi mano.

Nuevamente entrelazó nuestros dedos y nos dirigimos al baño con el fin de limpiar el desastre sobre nuestros cuerpos.

Tal vez el nuevo barman sería más que simple colega del club.

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Sweeties aquí les dejo este último capítulo de la serie de os, ya que estoy muy desaparecida por aquí :3 espero y lo hayan disfrutando, esperen próximamente "J de filias" los quiero <3

« 𝗔𝘃𝗶𝘀𝗼 »

Se que han de preguntar del porqué no aparece "J de filias", lo que pasó fue es que a a la autora original, Wattpad le había bajado unas historias entre ellas dos de Filias, la autora original se cambió de plataforma y no pude localozarla para seguir con la serie de filias, espero y la comprensión y na disculpa por avisar hasta ahora, cuídense mucho, te quiero mucho <3