Soobin
Soobin despertó por la voz de su madre, estaba cansado, no recuerda cuando fue que durmió, cuando fue que sus amigos no estaban y no le despertaron, solo recuerda estar sobre la cama pensando hasta cerrar los ojos y dormir profundamente.
Baja de su habitación a la cocina donde su madre prepara el desayuno, ya es de día, recordaba que estaba en la noche jugando con los chicos y se fueron un momento porque su madre los llamó, toma el desayuno y luego los medicamentos, la menos ya están funcionando bien.
—El doctor dijo que puede que ya no necesites las terapias— comentó su madre, Soobin solo siguió comiendo— ¿no te has sentido raro verdad?
—No— dijo antes de dejar la leche a un lado— crees que pueda tomar jugo? La leche...
—Claro— dice ella quitando el vaso.
Soobin toma el vaso de jugo más tranquilo, su firme pensamiento lo ha mantenido con vida un día más, un día más de vida, solo, que gratificante.
—Ayer Yeonjun dejó su peluche en el sofá luego de que vieran televisión— dijo ella.
Soobin tomó aquel preciado objeto para el de cabello azulado, recuerda que ama llevarlo en su mochila siempre que puede y lo cuida como si fuera su vida luego de que casi se quema en el horno cuando hacían galletas y pastel de fresa.
Un pequeño yeti o algo así color grisáceo con ojitos negros similares a los suyos, Yeonjun siempre decía que su pequeño yeti se parecía mucho a Soobin ya que no le gustaba hablar mucho y solía ser muy creativo todo el tiempo, casi le decía Mini Soobin, sonrió dejando de lado su comida.
—Si no tienes hambre puedes ir a tu cuarto Soobin— dijo su madre pero el menor niega con una sonrisa.
La señora Choi ama ver esa sonrisa de su hijo que tan pocas veces puede apreciar, recordaba el primer día que Soobin llegó de la mano de un niño de cabello negro un poco más alto que él, Yeonjun era un poco liberal y bastante desordenado pero Soobin lo quería mucho y era uno de los únicos amigos que tenía debido a su actitud, luego se le unieron más niños, Beomgyu era de los mas tranquilos, siempre se sentaba en donde le decían, obedecía todo al igual que Taehyun, Kai quizá no le parecía tan agradable pero nunca hizo nada demasiado raro, al menos no en su presencia.
Soobin subió a la habitación para poder usar un poco su celular, estaba aburriéndose a mas no poder hasta que pensó en dibujar algo, quizá no quedara bien como la ultima vez, quizá terminara de nuevo llorando porque no salió como esperaba y el mundo es horrible, pero al final recordaba lo que Yeonjun siempre le decía y como le daba animo aunque Kai se burlara de lo feos que quedaban sus dibujos.
De todas formas estaba mas que cansado aunque recién se había levantado, el doctor decía que eso era su depresión hablando pero cada día era más explosivo todo, desde el dolor de espalda, las dificultades para dormir hasta los problemas con las pesadillas que tenía. Se dejó caer sobre la cama tranquilamente mientras el viento ingresaba por la ventana, sus ojos pesaban ingresando de nuevo en aquel mundo que tanto le invadía últimamente.
"El camino se volvía corto y en menos de lo que pensaba estaba allí, frente a aquella puerta enorme de color blanquecino, la conocía, tanto como la palma de su mano, ingresó en aquel sitio con una sonrisa, sabía que ellos estarían allí, al atravesarla sus ojos se encontraron con aquellos en los que sabía que podía confiar.
—Binnie— dijo Yeonjun con esa sonrisa tan linda de siempre— Ven, Kai quiere robarse las flores.
Soobin sonrió corriendo hacia ellos, Kai estaba como siempre molestando las flores pero Beomgyu lo detuvo, Yeonjun se fue con Taehyun por un poco de madera dejándolo solo en algún momento, revisaba las agujetas de sus zapatos cuando escuchó un ruido extraño, en sus sueños siempre había un sonido que no podía evitar.
Él estaba allí.
Al levantar la vista notó sus ojos, un azul como el cielo y tan profundo como el mar cuyo mundo sabía era la melancolía y el ahogo de un mar lleno de interrogantes, y por otro lado, un verde tan hermoso como el propio bosque en el que estaban pero tan raro el jade de las piedras de aquella cueva extraña en la que solía entrar.
Soobin podía sentir el miedo correr por sus venas e inundarle el pecho de mil maneras que solo en aquellos sueños podía sentir, porque se sentían tan lúcidos como la propia realidad, se sentían tan presentes como los propios personajes que los interpretaban en su mundo real.
—Soo-bin— musitó Yeonjun al verlo, sus ojos llenos de lágrimas le hicieron reaccionar tratando de moverse pero no podía.
Con dolor y desesperación sus ojos contemplaron aquella herida en el cuello del mayor, un quejido de dolor escapaba de sus labios ante lo que ocurría, Soobin trataba de moverse pero no podía, a lo lejos Taehyun y Beomgyu trataban de acercarse pero algo se los impedía y mucho mas allá de lo que creía el fuego comenzaba, sabía que llegaría pronto hacia ellos.
Una luz amarillenta llegó mientras estrellas comenzaban a caer, logró moverse ayudándole a Yeonjun con la herida, sus ojos llenos de lágrimas apenas dejaban ver como el menor trataba de detener el sangrado, Beomgyu les dijo que debían irse, corrieron pero Soobin se quedaba atrás por alguna razón.
Una llama creció frente a él, por inercia retrocedió pero sus amigos lo veían del otro lado, Beomgyu estaba preocupado, lo reconocía por como sus ojos brillaban, Yeonjun llevaba a Taehyun lejos del fuego pero Soobin no podía hacer nada, desesperado corrió rodeando la línea de fuego aunque se alejaba de sus amigos.
--Mañana estaremos juntos, nos veremos tu y yo en el cielo
El sonido de un tren acercándose interrumpió su carrera, pero en lugar de estar allí era una casa, era su casa, ya no había más árboles cuando menos lo esperó, escuchó aquella canción que a Kai le gustaba cantar.
~~I meet the devil by the Window,
trated my life
Temptation touched my tongue
Spread the wings of desire ~~
Se acercó escuchando sus risas, al verlos por la ventana allí estaba, recordaba ese día en que su hermana mayor llegaba a casa viendo aquel grupo de niños bulliciosos en la sala mientras veían televisión con pistolas de juguete en mano, tendrían una tarde jugando con las pistolas a lanzarse agua, quizá podrían jugar con la piscina un poco.
Kai entonaba la canción aunque no recordaba que la supiera hasta los catorce años, la creó él mismo diciendo que describía su vida en alguna forma y que quizá no era tan malo eso, pero a diferencia de aquel momento la casa comenzaba a tomar fuego.
Ellos seguían sentados como si nada viendo la televisión.
Kai amaba ver Molang.
Gritaba y gritaba pero por más que lo intentaba nadie escuchaba, poco a poco la televisión tomó el amarillo de las llamas, ellos seguían viendo como si nada, un extraño dolor en el cuello le invadió, sus ojos se llenaban de lágrimas, Yeonjun comenzaba a arder ante la vista de los demás, se colocó frente a ellos y contemplaron su cuerpo arder con una sonrisa.
Soobin gritaba su nombre rogando hiciera algo pero Yeonjun lo vio a los ojos, esa mirada suplicante de aquel día que falló, aquel día en que destruyó la vida del chico que arregló la suya, susurró un gracias antes de perecer aún ardiendo en llamas mientras el fuego se volvía más fuerte que nunca.
Luego fue el momento de Beomgyu, Soobin trató de romper el vidrio pero lo que lograba era herirse, Beomgyu dejó que las llamas lo invadieran recibiendo a Taehyun en sus brazos mientras él y Kai lo veían arder, pero no era sino un pequeño Soobin, mismo que vio el mundo de sus amigos deshacerse y no hizo nada para detenerlo.
Porque Soobin,
Soobin jamás hizo nada
"
Despertó con lágrimas en los ojos, se levantó hasta quedarse sentado sobre su cama, su respiración era frenética, sus manos temblaban de nuevo, sabía que algo estaba mal, pero quizá solo era lo que le dijo el médico, simplemente pensamientos intrusivos.
Tenía unas cinco llamadas de Yeonjun en su celular, temía que estuviera mal de nuevo, llamó rápidamente pero nadie contestó, desesperado y temiendo o peor buscó colocarse los zapatos que tenía en caja, salió de su habitación y bajó corriendo las escaleras.
—Mamá iré a buscar a Yeonjun me llamó y no...
Volteó notando al chico de cabellos ahora rubios que sonreía, lo abrazó sintiendo su cuerpo liberarse de un peso terrible, su madre sonrió enternecida al ver a su hijo abrazar efusivamente al mayor que estaba preocupado por el tratamiento de Soobin.
—Pensé que no te volvería a ver— susurró al mayor.
—Es lo que menos quiero en este mundo Binnie— respondió Yeonjun correspondiendo el abrazo.
—bueno nosotros somos malditas paredes— se quejó Kai— si te gustáramos seguro nos hablarías como a Yeonjun.
—Cállate Kamal— dijo Taehyun.
—Oye tú te callas mocoso que si Beomgyu te defiende se las va a ganar también eh ni creas— Soobin lo abrazó haciendo que Kai se callara— ¿me vas a besar también?
Soobin besó su hombro.
—Me basta con eso— dijo haciendo una mueca.
—Seguro?
Kai lo empujó lejos— ¡ya podemos irnos a algún lugar!
La señora Choi rio ante la actitud inquieta del menor de todos, Kai era todo un caso con sus dramas, ocurrencias y actitudes infantiles cuando se lo proponía, luego se quedaron hablando un rato antes de proponerle salir a Soobin, este aceptó gustoso ya que llevaba días sin salir y quería que su amistad con Yeonjun siguiera siendo igual de linda como era.
—Muy bien, vamos a divertirnos— dijo Yeonjun encendiendo el auto.
Una furgoneta pasó al frente llamando la atención de Taehyun y Kai ya que les encantaba pelearse por qué auto era mejor, Beomgyu solo los escuchaba quejarse a pleno pelito.
—Te teñiste de amarillo.
—Te gusta?
—Se te ve increíble— dijo Soobin con una sonrisa, Yeonjun asintió.
—Nos vamos?
—Claro.
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