Kai
El sonido de la música de aquel bar retumbaba por todo el sitio, los gritos, las risas, toda una armonía impecable que creaban aquel ambiente de fiesta todo el tiempo, Kai se acostumbró a esos dos mundos, ese oscuro pero alegre y alocado y el mundo claro pero aburrido y serio.
—Maldita sea al fin llegas— dijo con una sonrisa, el hombre a su lado sonrió con gracia.
—Lo siento mi padre me tenía en la tienda en pleno interrogatorio.
—Bueno pero la llevaste no?
—Claro, dame mi pago.
—Sabes lo que pasa si no cumples tu parte no Niki?
—Si ya sé dame el dinero y te llevo la otra línea el martes.
Kai sacó dinero de su bolsa, le entregó el fajo de billetes al chico que se fue tan pronto como vino, necesitaba una línea pero no quería llegar a la iglesia tan mal, ya lo había hecho pero no quería cometer el mismo error de nuevo, le costó demasiado que el sacerdote dejara de seguirlo enamorado luego de una buena follada.
—Jay dame un wiski y dos botellas de soju.
—Claro — dijo el americano con una sonrisa.
Kai parecía un ángel, lo veías tan lindo y dulce, un chico ejemplar en la iglesia, claro, los esposos de aquellas mujeres creían que el chico era un santo, las mujeres pues... ellas se gozaban de vez en cuando de su juventud, Kai no era quien para negarse a darles el placer que habían perdido con sus viejos y decrépitos esposos, malditos sacos de carne y hueso avejentado.
Pero claro, su mundo no solo se trataba de probar mujeres a punto de morir, le gustaba cogerse a aquel chiquillo hijo de los Shim, en serio amaba escucharlo gritar y rogar por más cuando sus padres no estaban en aquella casa, su hermana podía moverse bien, pero no había nada como Jake aunque este a veces estaba demasiado cerca del hijo de los Park, podía con ambos, esa era buena idea.
Tomó el vaso que Jay le había entregado, su madre le envió un mensaje, debía ir por las cosas para la reunión de la iglesia al día siguiente, odiaba a veces las insinuaciones de la señora Park y de la misma señora Shim, pero a Kai le gustaba follarse a Jake no a su madre, suponía que allí estaría Beomgyu y Jeongin, oh vaya que se divertiría con el de cabello negro, solían hacerlo en donde pudieran, fuera incluso dentro del baño de la iglesia, entre las bancas cuando lo dejaban limpiando o sobre el altar a plena noche, Jeongin siempre hacía todo lo que le pidiera y quisiera.
Dejó el celular a un lado para tomar su trago, era casi como su agua bendita, en serio le encantaba al alcohol sin importar cuanto le repitieran que era malo y que haría pedazos su vida, su vida ya estaba destruida desde que su padre era el mayor proveedor de drogas del sitio y él estaba encantado con el placer carnal, Huening Kai podía parecer un ángel pero eso no significaba que lo era, porque en el mundo nada es lo que parece.
El sonido de su celular vibrando de nuevo interrumpió el tercer trago de la extraña mezcla, revisó quien era su amigo Yeonjun, sonrió y contestó casi de inmediato saliendo del lugar para poder escucharlo.
—Que quieres?
—Otra vez allí Kai?
—Si, sabes que no puedo cambiar además mi papá solo confía en mí para los negocios.
—Bueno, ¿quieres salir en el auto un rato?
—¿Aceptarás que te deje invalido?
—Si o no Kai no digas tonterías.
—Otra vez te lo robaste. — dijo con burla.
—Quieres o no estúpido? Saldremos todos.
—Claro, no tengo nada más que hacer aquí además necesito relajarme y liberarme del olor a sexo de este lugar.
—Mándame la dirección de donde estés y llego en veinte.
—Me gusta más en cuatro, pero como digas.
Colgó con una sonrisa, a veces pensaba mucho en su vida, sus amigos eran lo único que lo sacaba del mundo tan dividido en el que vivía, de un lado super lindo que parecía puritano y otro oscuro sin una pizca de bondad y lleno de mentiras, sus amigos eran ese balance, Yeonjun era una mezcla de ambos lados, Beomgyu era un poco puritano, el único jovencito que no se había follado de la iglesia, le agradaba el muchacho a pesar de todo.
Taehyun era puritano, casi como el más inocente de todos a pesar de que se notaba las ganas que se traía con Beomgyu, Soobin, ay Soobin, era lindo, un poco tonto, pero a la vez terrible, quizá no era adicto a nada y aún virgen pero el chico podía ser un poco mal pensado y entendía su forma de ser a la perfección cosa que los unía mucho, se sentía casi como ese hermano mayor que siempre quiso, ese que podía sentirse como familia a pesar de que no lo fuera.
Encendió un cigarrillo, la primera calada, notó a Niki hablar con un chico y besarlo para luego irse tomando su mano, era Sunoo, el hijo de aquella mujer que se vendía en el bar, la conocía porque le llegó a deber dinero a su padre, su marido era adicto a sustancias que su padre facilitaba, ella tuvo que pagar por su culpa, aun así, solía visitarla.
Se veía linda aún en aquella silla de ruedas.
Terminó el cigarrillo, era el último, notó el auto llegar así que aplastó lo que quedaba del cigarro, sonrió al ver a sus amigos, un Beomgyu sonriente de verlo y Yeonjun igual, subió a la parte de atrás con Beomgyu.
—Hola Kai— dijo Beomgyu.
—Hola enano, ¿y los demás?
—Iremos por Tae y luego por Soobin. — respondió Yeonjun encendiendo el auto.
—Claro, quieren algo para celebrar la reunión. — dijo tratando de sacar una de sus bolsas de polvo mágico.
—No gracias— dijo Beomgyu.
—Yo paso— dijo Yeonjun.
Kai simplemente asintió dejando de lado la idea, al menos podría divertirse con los chicos libre de responsabilidades y de un mundo que cansaba su pobre alma.
Se me había olvidado poner que en la historia se hacen muchas referencias a el universo de txt y las canciones y cosas de los mv así que fijense a ver si encuentran todas las referencias :)
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