El sonido de una risa suave le hace voltear hacia la esquina, no hay nada, sus ojos se llenan de lágrimas, Recordando está, su mente no para de recordarle a cada momento lo ocurrido, siempre los calmantes le ayudaron, uno tras otro pero la dosis ya no funciona, ya no puede más, se encuentra en una esquina de su habitación con el recuerdo de aquellos que una vez saltaron y jugaron por todo el lugar, pero el dolor era más fuerte, el silencio de la habitación, las lagrimas corriendo por sus mejillas sin poder detenerse, todo se entremezcla, su mente se pierde de nuevo, los necesita, vaya que los necesita.

Los recuerdos vuelven, su cuerpo tiembla, sus manos están fuera de control, debería estar acompañado pero su madre debía salir, odia cada segundo de soledad, cada minuto es peor que el anterior.

De pronto una mano, una sonrisa con su cabello rojizo, siempre están allí para él, que sería de Soobin sin ellos.

— No quieres jugar con nosotros? — sonríe, esa sonrisa que le indica que estará bien – vamos a saltar en la cama tu madre no está cuando venga ordenamos.

Le toma la mano, sube a la cama y comienza a saltar sobre ella, ama sentir el viento mientras su cuerpo sube y baja sin control alguno, las risas son maravillosas, sus amigos allí como siempre, la adrenalina es enorme, su corazón late desenfrenadamente mientras trata de contener la respiración.

Se detiene entre risas, Kai le toma la mano mientras unos con otros se abrazan, Soobin nunca ha sido de mantener contacto con ellos del todo, siempre fue un poco apartado ya que su introversión era un poco complicada a pesar de sus años de amistad.

— ¿Quien tiene hambre? — dice Yeonjun levantándose.

— Yop — grita Beomgyu emocionado, el de cabellos rojos gira sus ojos hacia arriba pero igual se sabe que quiere mucho al castaño — quiero un sándwich Yeonnie.

— Bien, ¿Kai?

— Malteada por favor hyung lindo.

— Y tú Soo? — dice tomando su mano, él niega, no quiere nada — bueno vamos Tae

— Oye pensé que me ibas a preguntar que quiero— reprocha el otro pelirrojo, Yeonjun lo empuja hasta salir de la habitación— ¡Soobin no dejes que me lleve a trabajar!

— Lo siento Tae— murmura con una sonrisa.

— Deberíamos ver televisión — dice Kai.

— Quiero ir al baño — dice Beomgyu caminando hacia el sitio, Soobin lo ve irse y luego Kai se lanza de nuevo sobre la cama.

Soobin suspira con una sonrisa, se siente un poco mejor, Kai toca su barriga molestando, luego se acuesta a su lado y ambos se dedican una mirada dulce, llevaba un buen tiempo sin verlos, es bueno que regresen a esos tiempos en que no sufría por su enfermedad, esos días en que no debía tomar medicamentos y su madre no lo cuidaba tanto.

— ¿El tratamiento ha mejorado no crees? — dice Kai con una sonrisa— tu mamá nos dejó venir porque estás mejorando.

— Ya los extrañaba mucho Kai — dice con una sonrisa tomando su mano — crees que puedan venir más seguido.

— Seguro que sí hyung — dice levantándose — iré a ver a los hyungs no se apuran con la comida.

— Espérame Kai — grita Beomgyu y empieza a correr con el de cabellos castaños hasta bajar.

Un frío horrible invade el cuerpo de Soobin, sus ojos se llenan de lágrimas, no quiere estar ni un segundo solo pero no desea comentárselo a sus amigos, si su madre se entera que no funciona bien el medicamento no dejará que los vea por más tiempo, solo quiere que estos sigan visitandolo, no quiere perderlos, que el tratamiento no funcione implicaría o poder visitarlos, no poder verlos de nuevo.