𝗼𝟲𝟴. la primera audiencia
o68. ❝ in my head, i make a mess of it. i'm gettin' tired of feelin' delicate, i look around to find it desolate. i used to try, but nothing's helpin' it ❞
❝ y con la primera audiencia
llegó el desastre ❞
✦•─────• NATALIA HABÍA TENIDO RAZÓN: OJALÁ esa sonrisa le hubiera podido durar mucho más.
Ya que el día de la primera audiencia llegó y todo se fue al carajo.
Ni siquiera sé cómo comenzar a explicarlo pero todo fue tan...Extraño.
Dietz llegó en compañía de su abogada, su prima y de Pedri —el cual se había rehusado a quedar fuera del asunto—, dejando a Laura a cargo de Fabiana y otros amigos que cortésmente aceptaron cuidarla. Era el primer día, la actriz quería tener más de una persona con ella. Además, al ser la primera audiencia, aún no se requería la presencia como tal de la menor involucrada.
Verónica, llegó de forma similar: Con su abogado y su flamante esposo del brazo, teniendo una sonrisa triunfante de oreja a oreja como si ella estuviera segura de que ganaría el caso.
La sesión no fue muy larga ya que simplemente había que presentar la situación y los antecedentes. Se le hicieron preguntas a los respectivos abogados y también a Natalia y a Verónica, de esa forma, ya trataban de armar el mapa de toda la historia.
No obstante, la rubia no podía creer el descaro que su madre estaba teniendo al mentir en pleno juicio, y lo peor de todo era que había llegado con evidencias —evidencias que no tenían idea de donde había sacado—, las cuales avalaban que ella había sido buena madre, que había pagado los gastos de la casa, de que su desaparición supuestamente había sido para encontrar un trabajo mejor para sustentar a sus hijas y otras historias falsas que se estaba sacando del culo.
El lado demandante —dígase el equipo Nat— era incapaz de creer todo lo que oían y veían. Aquello hacía quedar a la actriz como la mentirosa y a Verónica como una víctima a la cual no le querían devolver a su hija. Lo que hacía era peligroso, falsificar evidencia era jugar con fuego, pero hasta el momento lo estaba haciendo todo tan pero tan bien que hasta el Papa le creería su actuación.
En ese momento Natalia aún no tenía la oportunidad de compartir su testimonio pero, como iba pintando la cosa, aquello parecía insignificante ante la artillería de cosas que Morales había traído.
La mujer se sintió insignificante...Inútil. Ella había llegado ahí a hablar con la verdad pero terminó siendo la persona cuestionada de la historia. Tuvo miedo...Muchísimo miedo, ya que en ese instante pensó que su madre tenía grandes posibilidades de llevarse a su hermana consigo y ganar el juego.
La primera sesión precio favorecer muchísimo a Verónica ya que pudo comprobar que tenía un trabajo estable, que había sido buena dueña de casa y que —para colmo— ahora podía ofrecerle a Laura una familia mucho más unida y mejor al tener lo que se consideraría una familia constituida: Una mamá y un papá.
Y ¿Qué tenía Natalia? Sólo la verdad. Lamentablemente, en ese primer encuentro, aquello no tuvo mucho valor.
El salir del lugar se sintió como una verdadera derrota. Todos caminaban cabizbajos y en silencio hasta sus respectivos vehículos ya que lo único que querían era estar en sus casas y encerrarse hasta el día siguiente. Sí, era sólo la primera audiencia, quedaba muchísimo por delante y podían dar vuelta el resultado, pero a lo que respectaba a ese día en específico...Sólo se sintieron como unos perdedores.
Al llegar, se encontraron con una Laura bastante emocionada por saber como les había ido pero sus caras de funeral hablaban por sí mismas. Eligieron solamente decirle que había sido una sesión larga y algo compleja en vez de decirle: ¡Oye! ¡Nos fue como el pico! ¡Creo que vamos a perder este caso!
No, no iban a hacerlo.
Obviamente aquello no dejó muy tranquila a la menor pero entre todos le aseguraron de que darían lo mejor de ellos mismos y que ella sobre todo debía mantener la calma. Aquello fue suficiente por el momento e hizo que ella pudiera irse a jugar a su habitación. Fabiana se fue y los cuatro adultos quedaron conversando del tema en la sala, con caras largas que llegaban hasta el piso.
—No entiendo como lo hizo —se lamentó Natalia quitándose su abrigo y lanzándolo con rabia en el sillón—. Pareciera que llevaba planeando todo esto por años.
—Es una gran posibilidad —contestó la abogada apoyada en la isla de la cocina—. Todo parece muy verídico...Tiene evidencia de la evidencia, argumentos de sus argumentos.
—Ella es así —meditó la rubia mordiéndose la piel de los dedos nerviosa—. Podrá ser una loca pero es...Inteligente. Por eso ha logrado salirse con la suya siempre.
—Bueno, hay un dicho que dice que la mentira tiene patas cortas —comentó Vivianne extendiendo los brazos—. Si nosotros sabemos que lo que dice es falso pues se sabrá, y si no, encontraremos una forma de destruir todo lo que dice.
—Sí, necesito que mantengamos la calma —habló Macarena—. Vamos a contradecir sus estipulaciones con lo que nosotros sabemos que en realidad pasó —miró a su clienta—. Sé que te da mucho temor dar tu testimonio en la corte pero tienes que tener en consideración que, en algún momento...Lo tendrás que hacer.
Natalia se tensó en su lugar y se tomó las manos para tratar de disimular que estaba temblando. La idea de ella sentarse en el estrado a hablar todas las verdades sobre su madre era algo que le causaba pavor, sobre todo si tenía que hacerlo en frente de ella. De sólo pensarlo la piel se le ponía de gallina y le daban ganas de vomitar. Era una sensación de...Temor al revivir todos los recuerdos del pasado. Ya no sólo contarlo por la superficie, sino con todos los detalles específicos y eso dolía.
No estaba lista.
No lo estaba.
Pero sabía que tendría que hacerlo cuando el momento llegara.
—Sí, sí, lo sé —su rascó la cabeza—. Pero no quiero hablar de eso ahora.
Todos asintieron de acuerdo entendiendo que no era algo fácil para la mujer y prefirieron guardar silencio.
No obstante, en aquel silencio, ellos pudieron escuchar un tumulto de voces lejos de ellos, como si estuvieran en el pasillo. Se miraron entre ellos confundidos sin entender lo que estaba sucediendo tan de repente y poco a poco se acercaron a la puerta para poder averiguarlo. Parecía como si alguien estuviera teniendo una discusión con alguien más afuera.
—Señor...No puede pasar...
—¡Te estoy diciendo que voy a hacerlo...!
¿Qué rayos estaba pasando? La supuesta discusión parecía inentendible y más aún al no entender porque aquello estaba sucediendo en la puerta de su casa.
En eso, y como si alguien hubiera escuchado sus pensamientos queriendo averiguar qué sucedía, el citófono apegado a la pared cerca de la cocina comenzó a sonar y Natalia comenzó a entender que podía estar sucediendo. Se alejó de sus amigos, tomó el aparato para contestar y oyó:
—Eh...Señorita Dietz. Tengo a una persona aquí afuera que dice tener que hablar con usted y está un poco...Loca.
Ah sí, ustedes se estarán preguntando de quién es esta voz y en qué momento apareció.
Bueno, finalmente los deseos de la mujer se hicieron realidad y pudo contratar un guardaespaldas para cuidar la puerta de su hogar.
Así que, obviamente se trataba de él en aquella llamada al aparato de comunicación que tenía con su nueva jefa dentro del departamento. Era un hombre grande, alto y con todas las cualidades que la chilena necesitaba para poder cubrir la entrada a su hogar.
La mujer sonrió de lado—Antonio...Gracias por avisar. ¿De quién se trata?
—No me ha dicho señorita, pero al parecer está muy molesto porque no lo dejo pasar.
—¿Estás hablando con Natalia? —se empezó a oír una voz de fondo—. ¡Déjame pasar, gorila! ¡Nat! ¡Dile que me deje entrar! ¿¡Qué rayos hace él aquí!?
La actriz suspiró, ya que inmediatamente identificó aquella voz y supo lo que le esperaba.
—¿Quiere que me deshaga de él? —ofreció el guardaespaldas.
—Tentador, Antonio... —meditó un segundo—. Pero ya qué, déjalo pasar.
—¿Está segura? Se ve errático...Dice que tiene algo importante que decirle.
Suspiró agotada—Da igual. Quizás si me hace enojar me sirve de bolsa de boxeo y le doy un par de golpes.
El hombre pareció reír—Cómo diga.
Aquello fue el final de esa llamada. Cuando la rubia cortó sus acompañantes la miraron confundidos sin saber qué había sido eso y esperando obviamente una respuesta por parte de ella. Sin embargo, ella no dijo nada al instante, solamente les miró con una cansada expresión como si con eso quisiera comunicarles lo que estaba por venir.
Segundos más tarde, la puerta se abrió por Antonio, dejando el paso libre para que aquella persona misteriosa que peleaba en el pasillo pudiera por fin libremente ingresar al departamento.
Y allí, pudieron ver de quién se trataba.
Y vaya que tuvieron ganas de golpearse la cara con la mano.
Era Benjamín, madre mía.
Así es, el sevillano había tenido la audacia de presentarse una vez más en casa de su ex pareja con Dios sabe qué intención. Uría, el cual tenía una expresión un poco agotada luego de haber estado discutiendo con el gran guardaespaldas que cuidaba la puerta, se plantó en medio de la casa de la mujer bajo la atenta mirada de todos los presentes.
—Hola —saludó—, espero me hayan extrañado.
Con tan sólo oírlo, el grupo puso los ojos en blanco y en silencio comenzaron a quejarse. Pedri fue el primero en mirar a la actriz buscando alguna respuesta en sus ojos más solamente se encontró con una mirada neutra y perdida que ya no quería batallar más con nada ni con nadie. Entendió entre líneas que debería estar atento a cualquier situación y simplemente dejar que la mujer hiciera lo que le pareciera pertinente y apoyarla de ser necesario.
—¿Qué rayos es esta nueva moda tuya de tener un guardaespaldas en tu puerta? —rió—. Lo digo en serio, me tomó por una muy mala sorpresa.
La mujer bufó poniéndose los ojos en blanco y comenzó a acercarse hacia él—¿Qué quieres y qué haces aquí? Antonio me dijo que tenías algo importante que hablar conmigo.
—De hecho sí y te va a interesar.
—Bueno entonces habla —se cruzó de brazos—, ya que créeme que este día ha sido lo suficientemente horrible como para ahora tener que aguantar tus estupideces.
Soltó una risa nasal—Qué linda.
—Habla ya —dijo seria.
—Bien —juntó sus manos—. ¿No te importa que lo mencione estando toda esta gente tuya aquí presente incluyendo al mono imbécil de tu novio?
Pedri solamente soltó una corta risa mientras miraba al recién llegado con una cara de pocos amigos. Se tuvo que contener las ganas de inmediatamente responder en su contra pero dejó que él hablara primero aquello tan importante que supuestamente tenía que anunciar. Además sabía que su pareja lo que menos necesitaba en ese momento era un nuevo conflicto que se generase ante sus ojos.
Sin embargo, la rubia reaccionó ante eso—Vuelves hablar así de mi novio y te juro que te he hecho a patadas de aquí sin importárme ni un poco ninguna de tus palabras.
Alzó las manos—Bien, bien perdón. Pero en serio necesitas escuchar esto.
—Bien, dime.
El sevillano tomó una bocanada de aire y lentamente lo dejó salir por su boca. Había que reconocerlo, en parte se estaba haciendo el dramático, era parte de su personaje, haciendo una pausa antes de responder pensando que así le daría al momento más suspenso pero lo único que estaba logrando era hacer mucho más enojar a los presentes enfrente de él.
Luego de unos segundos, el hombre fijó su mirada en su exnovia y dijo:
—He visto a tu mamá esta mañana.
El rostro de Dietz se sorprendió ligeramente al tener una conexión entre su madre y su ex. Sin embargo, al saber que Verónica ya estaba en Barcelona su sorpresa no fue la más grande de todas sino que mantuvo una expresión medianamente serena pero sí con unos ojos que radiaban un poco de miedo por lo que aquel encontrón podría significar.
Le daba miedo pensar que su madre podría haber hablado con Benjamín y haberle dicho algo de lo que últimamente les estaba sucediendo, más que nada porque podría hacerlo contando su propia versión haciéndole quedar como la mala de la historia. Si su progenitora andaba suelta por ahí cualquier cosa podría suceder.
Después de unos segundos en donde se mantuvo meditando en aquellas palabras al igual que su familia junto a ella, ante la sorpresa de enterarse que el sevillano pudo haber tenido contacto con la madre de la actriz, la chilena soltó un largo suspiro.
—¿Ah sí? ¿Dónde?
Al oír la respuesta de la rubia bastante serena y poco interesada en lo que él le había contado, Uría cambió completamente su expresión a una de plena confusión.
—¿Por qué te ves tan tranquila? Te acabo de decir que estuve en el centro de la ciudad hoy y estoy muy seguro de qué vi pasar a tu madre por ahí.
La mujer se encogió de hombros, suspiró y se acercó un poco más a él para tratar de contarle la verdad—Benjamín, yo ya lo sabía.
Aquella declaración dejó aún más perplejo al chico. Miró a todas partes, miró a la prima de la mujer, miró a la abogada, miró a Pedri y todos al parecer tenían la misma expresión que la actriz, dándole a entender que todos compartía la misma información y él era el que estaba llegando atrasado con la noticia.
—¿Qué? ¿Cómo? —preguntó sorprendido.
Suspiró—Ella vino a la casa. Ella misma anunció su llegada.
—Oh —hizo una pausa meditando la información sin saber bien que responder—. Y ¿Cómo te sientes con eso? Digo, es tu mamá, deben estarte pasando muchas cosas en este momento.
Y ahora es momento de contarles algo muy importante.
Benjamín no sabía la historia completa entre Natalia y Verónica.
Es decir, él jamás supo sobre la terrible infancia que Morales le dio a la mujer. Ni el miedo, ni la violencia, ni los traumas, ni alcohol, ni las drogas...Absolutamente nada.
Por ese motivo su reacción estaba haciendo medianamente pasiva, no una reacción de preocupación o temor por la presencia de Verónica en Barcelona, sino más bien una de curiosidad ya que él no sabía la verdadera historia detrás de esa mujer.
Y ante eso, el futbolista reaccionó.
—¿Cómo le vas a preguntar esa mierda? —escupió.
—Tú no me vengas a hablar de esa forma —lo apuntó.
Al ver lo que podría ser un destello del inicio de otra discusión entre su pareja y su ex, la rubia se puso delante del mediocampista para poder susurrarle la verdad de los hechos.
—Pedri, espera —susurró—, el Benja no sabe toda la verdad sobre mi mamá y mi infancia.
Inmediatamente el rostro del español cambió. Desde el inicio de un enojo o una agresividad pasó a uno más preocupado y sereno, enfocando toda su atención solamente en la rubia y su bienestar. Entendió que era momento de guardar silencio y dejar que la mujer continuara. No obstante, no entendía por qué el sevillano no sabía la verdad de la historia de Verónica.
—Espera ¿Qué? —lamentablemente Uría alcanzó a escuchar—. ¿De qué estás hablando? Como que no sé la verdad de tu madre.
Ahí la mujer se dio cuenta de qué había estado hablando demasiado fuerte y cerró los ojos lamentando que sus palabras fueron alcanzadas por el sevillano. Lentamente se giró para quedar cara a cara a él y notó que su ceño estaba bastante fruncido y sus ojos como dagas fijos en los de ella. Buscaba una explicación, estaba confundido, en parte cualquiera diría que era justificado. No obstante, cuando entiendan porque él nunca supo de la historia de Verónica la justificación no valdrá nada.
—Te hice una pregunta —insistió.
La rubia suspiro y a sus adentro pensó que era buen momento de contarle las cosas que no había podido contarle y además sacarle en cara otras cuantas.
—Sí...Hay una historia —confesó Dietz.
—¿Y por qué yo no la sé? —alegó alzando los brazos.
Soltó una risa nasal—¿En serio? ¿En serio me preguntas eso? —volvió a reír—. debería saberlo. Debería saberlo ya que siempre cuando estuvimos juntos me pusiste mucha, pero mucha atención ¿No es así?
Al oír como la mujer comenzaba a reclamarle cosas en las que ella sí tenía razón, él recién llegado guardó silencio avergonzado en su lugar, sabiendo que lo que venía no iba a hacer en su favor.
—Tú nunca me pusiste atención realmente —siguió la mujer—. Siempre estuviste más preocupado en ti mismo y como tú te sentías en nuestra relación más que en como yo me sentía y las cosas que yo quería compartir contigo. Siempre quise contarte la verdad de mi madre, pero a ti solamente te importó saber que yo tenía una y que un día desapareció. Fueron muchas las veces en que yo me quise sentar contigo para contarte la verdad de mi pasado ya que, como mi pareja, yo supuse que tendría tu apoyo...Pero nunca fue así.
Benjamín se estaba sintiendo sumamente avergonzado y humillado, arrepintiéndose completamente de haber ido a la casa de la mujer ya que estaba recibiendo un poco de su propia medicina al creer que él podía tener derecho de reclamar algo siendo que quien podía reclamar en esa situación solamente era Natalia.
—¿Cómo cuales veces trataste de decirme...?
Rió—En mi casa cientos de veces, es la tuya otras veces más, el Año Nuevo anterior, en acción de gracias, para uno de mis cumpleaños donde me llevaste de paseo a Marbella, una vez cuando fuimos a la casa de verano de tus padres, una vez cuando vino de visita tu abuela Ana...
—¿Esa vez que comimos paella en el restaurante con buena vista...? —interrumpió mientras meditaba en todas las veces que ella iba mencionando—. Vaya, con razón estabas rara ese día.
La rubia gruñó apretando sus puños a cada lado de sus caderas y comenzó a sentir como el pequeño gramo de cordura que le quedaba y con el que había llegado se estaba desvaneciendo poco a poco, dejando la versión serena de sí misma a un lado y trayendo aquella que siempre quería atacar a su ex pareja.
—Ahora lo analizas, pero en esos momentos jamás me prestaste atención, ya que sólo te importaba como te veía la gente y como yo me veía de tu mano, como si fuera tan sólo un llavero.
Suspiró—No digas eso...
—Pero es la verdad —alzó los brazos—. Pero ahora que estamos hablando, y ahora que tú llegas hablando de mi madre como si nada, creo que es un momento de contarte: mi mamá arruinó mi vida. Sufrí violencia por su culpa durante toda mi infancia y cuando pude escapar lo hice y por eso terminé aquí. ¿Contento? ¿Era lo que querías saber?
La fuerte declaración impactó grandemente al sevillano. De todas las cosas que podía oír esa no se la espero para nada. Las veces que Natalia alcanzó a hablarle de su madre lo hacía como si fuera una persona lejana que una vez se fue, jamás imaginó que esa persona le hubiera causado tanto daño por tanto tiempo y que él jamás fue capaz de oírla cuando ella quería compartir su dolor con él.
Primero, comenzó a sentir una inmensa rabia hacia Verónica, la misma que cualquier persona consciente siente cuando se entera de la verdad de esa mujer. Pero en segundo lugar, se sintió como un verdadero imbécil al no haberle prestado atención a quien en ese momento fue su pareja cuando estaba por contarle algo tan importante como eso.
Ya no tenía más argumentos y ya no tenía cara para poder seguir protestando. La situación era mucho más delicada de lo que él pensaba, así que ahora lo mejor sería hacerse a un lado, levantar una bandera blanca y disculparse.
—Perdón —soltó de la nada sorprendiendo a la rubia—. Joder, fui todo un gilipollas.
Asintió—Sí lo fuiste.
—Perdón por nunca haberte escuchado y por nunca haber tomado en serio lo que tú querías hablar sobre tu madre, lo entiendo ahora. Pero entonces...¿Qué hace ella aquí?
Suspiró—No lo entenderías. Es un asunto muy delicado que te agradecería que no comentaras con nadie en lo absoluto. ¿Quieres redimirte? Ayúdame guardando secreto de todo lo que veas de aquí en adelante.
Asintió lentamente—Claro...Entiendo.
Suspiró medianamente aliviada—Te lo agradezco. Pero por ahora...Lo que quiero es que te retires por favor.
Sorpresivamente el español no presentó resistencia ante aquella petición. Entendió ahora lo delicado de la situación y que su irrupción no sirvió más que para hacerlo sentir mucho más imbécil de lo que ya era. Asintió lentamente y sin decir nada comenzó a caminar hacia la puerta.
—Si te vuelves a aparecer ya sabes quién te va a estar esperando afuera —agregó Dietz haciendo referencia a su guardaespaldas.
Uría se giró ligeramente al oír la advertencia y sólo asintió otra vez. Abrió la puerta encontrándose con Antonio que lo observaba con una cara de pocos amigos pero el guardaespaldas se hizo un lado para que el joven español pudiera salir al pasillo, finalmente desapareciendo de la escena y con su ausencia dejando un pequeño destello de paz en aquella habitación. Cuando la puerta se cerró todo suspiraron más tranquilos.
Un suspiro de alivio salió de la boca de cada uno de los presentes. Efectivamente se sentía más tranquilidad al no tener al excéntrico español en medio de ellos sabiendo todos los problemas que siempre causaba. Si bien es cierto había llegado con una supuesta buena intención contando sobre de la presencia de su progenitora en la ciudad, se fue con un regaño bastante importante que lo dejó notoriamente avergonzado.
—En serio no entiendo cómo este idiota sigue apareciendo así de la nada cada vez que puede —se oyó reclamando a Vivianne—. Es como si fuera un duende mágico.
El comentario de su prima, con un poco de sarcasmo que buscaba al menos sacarla de su angustia, efectivamente la hizo reír un poco. Con la mirada cabizbaja la mujer solamente pudo observar sus pies enfundados en aquellos tacones cerrados altos que completaban su outfit negro completamente formal, aquel atuendo que había utilizado en la audiencia y que le trajo nuevamente recuerdos de todo lo malo que había sucedido en aquel lugar.
Nuevamente vino a su cabeza los recuerdos de la fallida audiencia y comenzó a sentirse mal nuevamente. Pensó en su hermana, pensó en su madre y en todas las infinitas posibilidades que había en ese caso luego de qué Verónica decidiera ir a jugar de forma sucia pero lamentablemente efectiva.
Luego vinieron a la cabeza las palabras de su abogada: debía ir un paso a la vez. Quizás ahora estaba viendo todo gris y todo en su contra, sin embargo debía mantenerse con la esperanza en alto, ya que era lo único que podría sostener ese caso y a su hermana de un eventual y dura caída en la realidad de una pérdida del juicio.
—Ahora conozco al ex idiota que me mencionaste una vez —habló ahora Macarena—. Efectivamente es un gilipollas.
La actriz soltó una risa nasal—Lo es.
Después de aquellas palabras hubo un corto momento de silencio en donde Vivianne le ofreció a Macarena algo de beber o algo de comer y ambas se mantuvieron conversando más alejadas en la cocina. Por otro lado, al ver que la rubia seguía estática en su posición mirando un punto inexacto, el futbolista se acercó delicadamente a ella, poniendo sus manos sobre sus hombros y suavemente masajeando aquella zona. El gesto sirvió para atraer a la mujer de regreso a tierra y ella giró ligeramente su cabeza para poder mirar al canario.
—¿Estás bien? —preguntó este con suavidad.
—Sí, sí —se pasó las manos por la cara y se giró completamente para quedar frente a frente al hombre—. Sólo que...Ha sido un día largo.
—Sé que sí —siguió masajeando sus hombros—. Necesitas descansar. Trata de no hacer mucho más durante este día, tómatelo para simplemente tener un tiempo de descanso. Ya oíste a Macarena, quizás la audiencia hoy fue un poco caótica, no es el final de este camino, aún tenemos muchas oportunidades de dar vuelta este resultado, así que por hoy... Descansa.
—Lo intentaré —sonrió de lado.
Nuevamente un silencio se formó entre ambos, un silencio en donde el hombre meditó un segundo en la conversación que habían tenido con Benjamín. Obviamente no se llevaba bien con el tipo, para él era un desgraciado más que había tratado de forma horrible a Natalia, no obstante le prestó mucho atención a cada una de las cosas que se narraban en la historia que la mujer contaba sobre ella y su ex, cosas que lo hacían reflexionar aún más en lo terrible que debió haber sido la relación que la actriz tuvo con el sevillano tiempo atrás.
—Oye... —se animó a decir el mediocampista luego de unos segundos—. ¿Puedo preguntarte algo?
La mujer balbuceó un poco sus primeras palabras ante la sorpresa de aquella petición pero finalmente asintió—Claro.
El isleño tomó una bocanada de aire y espero que sus palabras no fueran a incomodarla—Es que...Él nombró algo que me dejó pensando más de la cuenta. Habló de una vez que se reunieron y comieron paella.
Dietz sólo asintió cerrando los ojos sabiendo perfectamente que era lo que él le iba a preguntar.
—Pero... —siguió—. La paella muchas veces tiene...
—Mariscos —completó ella—. Lo sé...Y efectivamente era una paella a la marinera.
Que la rubia estuviera consciente de ese hecho lo descolocaba aún más. Tartamudeó antes de seguir hablando ya que se encontraba bastante confundido.
—Pero...Pero tú...
—¿Recuerdas la vez que te conté cuando casi tuve anafilaxia...? —apretó sus labios haciendo una línea recta—. Fue ese día.
González seguía perplejo, su ceño fruncido, sus ojos abiertos y las palabras en forma de balbuceo que trataban de salir de su boca eran el conjunto perfecto que el sentimiento tenía.
—Pero tú eres alérgica ¿Acaso él no lo sabía?
Un largo y pesado suspiro salió de los labios de la ojiverde. Nuevamente el recuerdo de su relación con Benjamín vino a su mente junto con tantas cosas malas que le tocó pasar.
—Claro que lo sabía —respondió—. Se lo mencioné muchas veces cuando estábamos juntos. Pero en ese tiempo yo era un inexperta en todo lo relacionado a España. No conocía la cultura, las tradiciones, los lugares y mucho menos la comida, por lo que ese día comí paella sin saber realmente lo que contenía. Él sí lo sabía, por supuesto, pero lo que había ignorado era el hecho de qué yo era alérgica a los mariscos y que literalmente me podía morir con una pequeña dosis de ellos.
Pedri aún seguía sin entender como aquel negligente comportamiento de Benjamín había sido posible.
—Pero era tu novio —reclamó.
—Y ya oíste —se encogió de hombros—, nunca me puso más atención que a sí mismo.
Poco a poco la tensa expresión del futbolista fue cambiando cuando se dio cuenta de la nostalgia dolida con la que la mujer hablaba.
—Obviamente yo no sabía que ese plato tenía mariscos, por ende comencé a sentir los síntomas un rato después y deduje que era por eso. Me sentí tan avergonzada de qué él ignorara el hecho de mi alergia así que simplemente inventé que tenía algo que hacer y mi chofer fue el que me llevó de urgencias al hospital —el mediocampista cerró los ojos—. Ese día realmente estuve a punto de tener anafilaxia y morirme...Pero lo pudieron controlar a tiempo y simplemente estuve en observación unos días en el hospital.
—Lo siento mucho... —susurró.
—Ahí comencé a comprender más que nunca que Benjamín realmente no me quería, solamente se sentía orgulloso de que una mujer como yo fuera su novia, y poder presumir sobre eso. Tiempo después eso sólo fue el detonante que me hizo rechazar su propuesta de matrimonio y luego huir para abandonarlo. No me arrepiento en lo absoluto. Jamás me ponía atención, solo era un trofeo más para él.
El futbolista asintió en silencio entendiendo todo lo que ella le decía. Comprobó una vez más que su ex pareja era de los más grandes idiotas que había conocido pero también se sintió mal por los malos tratos que una mujer tan maravillosa como ella tuvo que soportar por un tipo que no la merecía en lo absoluto.
—De hecho... —siguió—. Muy pocos hombres realmente me pusieron atención... —miró al hombre—. Excepto tú.
Aquellas palabras comenzaron a hacer que el interior del hombre comenzara a revolverse con una pizca de nerviosismo y deleite. Por un instante se sintió como ella normalmente se sentía cuando él le decía cosas que se podían considerar como lindas. Se sintió nervioso, alcanzado por sus palabras y no supo bien que decir durante los primeros instantes más que mirarla a los ojos con una medida sonrisa que comenzaba a acrecentarse más y más.
La veía, la veía una y otra vez y seguía viendo a la mujer más maravillosa que había conocido en su vida.
—Bueno es que... —habló reaccionando segundos después—. ¿Cómo no hacerlo? Si eres una mujer fantástica.
Para Pedri lo era, ella era una mujer asombrosa.
Y para Natalia...El futbolista también era el hombre más asombroso que había conocido en su vida.
HOLA HOLAAAAA
sí, estuve un poco desaparecida por cuestiones personales PERO YA VOLVIMOSSSSS
como están? qué les pareció el cap? lo que nos faltaba era que apareciera este idiota JDJFJDJ pero se fue bien avergonzado. se dieron cuenta de la historia de la anafilaxia??? pues si, lo que se habló el el capítulo "vaya bienvenida a tegueste" se resuelve acá djdjd que les parece???
oigan
yo sé que el caso va a parecer muy confuso en ocasiones y que quizá hay soluciones obvias pero TRANQUILOS, LO SÉ DJDJDJFJD pero tenemos que darle emoción a la cosa así que calma, calma. solo lean, disfruten Y QUÉJENSE DE VERÓNICA !!!!!!!!!
porque la odiamos
120 votos para actualización ✨
bueno gente, con esto me despido por ahora. HASTA LA OTRAAA
SEE YOU SOON
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