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𝐨𝟏𝟖. premios y los pasos de elías

❝ new to town with a made-up name
in the angel's city, chasing fortune and fame, and the camera flashes make it look like a dream





































































❝ día de premios y los pasos de elías que debían seguir para brillar ante las cámaras. ¿qué podía salir mal? ❞

✦•─────• EL DIA DE LA ENTREGA DEL RECONOCIMIENTO A Natalia llegó mucho más rápido de lo que esperaron. Fue casi en un parpadeo. Los días transcurrieron y no se dieron cuenta como ya se estaban viendo horas antes del evento con el equipo de maquillaje y vestuario instalados en casa de la actriz para poder alistarse para se ceremonia.

Oh, y sí.

Pedri también estaba ahí.

Un poco obvio ¿No? Era de esperarse que la noticia iba a volar a oídos de Elias y que, por lo consiguiente, iba a exigirles que fueran juntos a aquellos premios. Sería su primera aparición juntos en un evento. Aquello tenía que pasar sí o sí, siendo de las cosas más importantes de su trayecto de relación falsa. Todo el mundo estaría hablando de eso por días y cientos de fotos saldrían a la luz.

Vaya, era un día importante.

Así que tendrían que lucirse.

—No, no. Definitivamente no. No te vas a poner eso.

La negada y decidida voz de Natalia fue una sorpresa para Pedri.

Éste frunció el ceño confundido y se miró el cuerpo. No entendía la razón o la intención de sus palabras.

—¿Por qué? —se atrevió a decir.

—¿Cómo que por qué? —realmente se vio ofendida—. Eso no es algo que alguien consciente se pondría para una entrega de premios.

González sólo bufó.

Habían quedado de juntarse en el departamento de la rubia 3 horas antes del evento, cosa que a él le pareció irracional al inicio. ¿Por qué tanto tiempo? Bueno, ahora lo entendía. Todo al parecer requería un largo tiempo de preparación. Sobre todo considerando el exquisito gusto de la chilena.

El futbolista —con la mejor de las intenciones— había llegado allá ya vestido —según él— pero, según la opinión recien oída, su elección propia de vestuario no había sido para nada la mejor.

—Yo creo que está bien —alegó apuntándose.

Dietz puso sus brazos en jarra y se le acercó. Ella aún no estaba vestida. Estaba usando una bata blanca y su cabello estaba recogido a la espera de un peinado. Un grupo de al menos cinco personas estaban con ella en la sala de su departamento. El mediocampista pudo deducir que eran su equipo de vestuario y maquillaje.

—Tienes serios problemas de vestir. Te hace falta una novia —le dijo mirándolo de pies a cabeza.

—Tú eres mi novia —murmuró entre dientes hacia ella con una sonrisa falsa.

Recién allí ella espabiló e incluso se puso nerviosa al olvidar la actuación.

—Oh —se llevó una mano a la boca—. Sí, sí, es verdad... —chasqueó la lengua—. Entonces veo que yo seré la que tenga que arreglar este desastre.

—¿Qué?

Se giró un poco—Ricardo, ven un segundo por favor.

El llamado hizo que un hombre alto, moreno y de buen parecer llegara junto a ellos. Al ver a Pedri y lo más destacado de él en ese momento de crítica su reacción fue similar a la de la rubia.

—Mira esto por favor —le dijo la actriz—. ¿Crees que es apropiado para los premios de hoy?

El recién llegado negó rápidamente—Es un no definitivo.

—Pues analicemos —se puso a un lado del canario y comenzó a apuntar prenda por prenda—. La chaqueta sastre es lo único que destaco. La consideración de usarla está bien pero pudo ser mejor —él puso los ojos en blanco—. Bien, aquí comienza el desastre —hizo una mueca—. La camisa negra sí...Sí puede que haga buen juego pero...La tienes fuera de los pantalones, Pedri, Dios mío, esto no es un barrio flaite chileno.

—Y yo he estado en uno —alzó la mano Ricardo.

—¿Ya terminaste, cariño? —murmuró molesto entre dientes.

—No —le sonrió—. Esta es la peor parte...¿Cargo Jeans? ¿En serio? ¿Para un evento sumamente formal donde cientos de personas nos van a tomar fotos.

—Según yo pasan desapercibidos —se miró.

En ese momento, Natalia y su estilista comenzaron a reír. El mediocampista los miró con cara de pocos amigos.

—Ay, te equivocas —se limpió una lágrima imaginaria—. Mucho menos con esos zapatos...Dios, son zapatillas. ¿Por qué rayos usarías ese tipo de zapatillas? Todo en tu outfit está mal. Lo siento.

—No entiendo cómo puedes ser un hombre al que la billetera le explota de lo llena que está y no tienes un closet decente —se lamentaba Ricardo tomándose el puente de la nariz.

—Bien, bien, ya entendí —los detuvo a ambos—. La verdad es que esto nunca me importó así que no me exijan mucho. Para mí esto está bien.

—Pero para los iconos de la moda que nos miran desde el cielo eso es una aberración —puso los ojos en blanco al oír al hombre.

—Estoy de acuerdo. No puedes ir así.

—¿Entonces qué? —se encogió de hombros.

—Te vas a ir con Ricardo mientras yo me cambio ropa —lo empujó hacia su estilista—. Estoy segura que tendrá algo mucho más adecuado para ti.

—Déjamelo, yo lo arreglo —asintió el hombre tomando al futbolista por los hombros—. Tienes suerte de tener una novia como ella, sino estarías perdido —le dijo cuando estuvieron más alejados.

Bueno, no estaba tan equivocado.

No había tiempo que perder. Aquellas tres horas eran muy engañosas ya que el tiempo pasaba muy rápido y, antes de que lo esperaran, ya se estaban viendo a ellos mismos en los minutos y retoques finales antes de tener que irse al teatro donde se realizaría la ceremonia.

Finalmente, pudieron vestir a Pedri de otra forma mucho mejor. Lo que el  canario siempre buscaba al vestir era comodidad y Ricardo logró darle lo mismo pero mucho mejor arreglado. Un traje completo —chaqueta y pantalón— negros, una camisa blanca debajo y zapatos negros también. Cosa que combinaba perfectamente con lo que la actriz usaría.

Entonces ella apareció.

Ya estresada porque sentía que iban tarde, la rubia regresó a la sala preocupándose de todos los detalles con su agente a su lado. Estaba peinada, maquillada y vestida, teniendo a una de sus estilistas sujetándole parte de la cola del vestido para que no se tropezara al moverse tan rápido.

Pedri la analizó al detalle. No pudo evitarlo.

Su cabello estaba suelto y arreglado hacia atrás. Dos pequeños broches a cada lado de su cabeza hacían aquel trabajo. Su tenue maquillaje con un poco de sombra negra en sus ojos parecía darle a su rostro mucha más forma y definición, destacando sus partes más favorecedoras. Y lo que era su vestido...Llevaba uno color negro, con cuello cerrado y mangas cortas que llegaban sólo hasta su hombro, pero a la vez, tenía dos cortes laterales a cada lado de su cuerpo. Sutiles, comenzando un poco más abajo de su axila. Y si seguía hablando de cortes, también tenía uno en la espalda, el cual dejaba al descubierto la mayor parte de esa zona. Área que el español no había visto antes.

Era ancha, marcada, perfecta, y con un camino de lunares que podría contar toda la tarde.

Se dio una cachetada mental.

Por suerte.

—Oh, ahí estás —su firme voz lo trajo de vuelta a la Tierra y vio como se le acercaba—. Bien, de eso estaba hablando —sonrió mientras lo apuntaba—. Esto es un outfit para una gala. Ricardo, te luciste —chocó palmas con el hombre encargado a su lado.

—Un placer.

Sí, Dietz lo reconocía, el cambio había sido bastante notorio y él se veía...Muy bien. Quizás el mito del hombre usando un esmoquin sí era real después de todo.

—Sí, no me quejo, estoy cómodo después de todo —reconoció encogiéndose de hombros.

Entonces el futbolista comenzó a percatarse de su alrededor.

Dietz no lo notaba pero él sí. Todo el grupo de vestuario y maquillaje les estaban viendo expectantes. Sus ojos, son sonrisas, e incluso su lenguaje corporal estaban indicando que esperaban que algo ocurriera. Era como si estuvieran viendo a dos animales pequeños hacer alguna maroma tierna para luego grabarla. Dios, aquello se sentía en el ambiente y era incómodo.

¿Qué debía hacer? ¿Decirle algo? Y si era así ¿Cómo qué? Estaba bloqueado y ya no quería seguir más con ese juego de actuación.

Pero tenía que hacerlo.

Suspiró.

Le regaló una sonrisa a la chilena y pasó una de sus manos por su cintura—Te ves preciosa, mi amor.

Natalia comenzó a colapsar.

La calidez de su mano sobre su cuerpo y sus palabras le sacudieron de pies a cabeza. Había olvidado la última vez que un personaje del género masculino con el que estaba estrechamente relacionada le había dicho algo así. Se lo tuvo que pensar varias veces y mirarlo otras cuantas para creerse lo que estaba pasando.

Sin embargo, y a pesar de la calidez que aquella frase le había regalado, ella comenzó a darse cuenta que todo —obviamente— estaba siendo parte de la actuación. Por ende, se preparó para seguirla:

—Gracias, cariño —puso sus manos sobre su pecho—. Tú no te quedas atrás.

Entonces la presión del medio se hizo mucho más fuerte, casi como si los estuvieran estrujando con sus miradas. Sabían a lo que eso se refería y lo habían vivido de igual forma días atrás en casa del futbolista. ¿Por qué rayos todos esperaban que ellos hicieran eso? ¿Cuál era su obsesión? Ellos no entendían, pero estaban obligados a complacer.

En fin.

Ambos comenzaron a acercarse el uno al otro para poder besarse en frente de todos pero, cuando ya estaban sintiendo el roce de sus narices, una voz los detuvo:

—¡Alto! ¡No!

Todos se voltearon a ver a Jimena; la maquillista de la rubia.

—El labial está recién puesto y arreglado. Mejor guárdenselo para cuando ella reciba el premio.

Todo el grupo estalló en risas mirando a la mujer que había interrumpido el beso y algunos la molestaron diciéndole que había arruinadonel momento.

La pareja rió también pero de forma más nerviosa. Se habían librado al menos por ese instante de probar los labios del otro de nuevo. Pero ¿Aquello realmente sonaba como un alivio? ¿O podía ser todo lo contrario?

—Ay, salvados por la campana —le susurró ella entre dientes y aún simulando que reía con el grupo.

—Ni me lo digas —contestó del mismo modo.

—Ahora vamos al vehículo que tenemos que aprendernos un diálogo y una actuación que Elías me mandó para el momento del premio —agregó con voz de fastidio.

Puso los ojos en blanco disimuladamente—Vaya día.

Finalmente, todo el equipo comenzó su salida del departamento hasta el vehículo que les estaría esperando por la parte trasera del edificio. Por supuesto tuvieron un rápido tiempo en el que les tomaron fotografías tanto dentro de la casa, como en el pasillo y ya en la calle. Ellos sólo trataban de actuar normal. Ya estaban cansados de fingir poses a cada segundo.

El trayecto hacia el teatro en la ciudad no fue tan largo. En la amplia van iba la pareja, junto a la agente de la rubia, dos personas de seguridad y —para la sorpresa del canario— Ricardo, que era el que siempre se aseguraba de que el vestido de la actriz se viera perfecto en la alfombra roja. Pero bueno, a pesar de que hubo un poco de silencio en el camino, aquello fue fácil de sobrellevar.

Inmediatamente supieron cuando llegaron. Los gritos de los fans, el sonido de las cámaras, la música y otros ruidos del exterior les dieron a entender que había llegado el momento. Los dos hombres de seguridad fueron los primeros en bajar para abrir la puerta del vehículo. Posteriormente, Angélica y Ricardo fueron los que salieron, dejando a la pareja sola un momento.

—Bien —habló ella fijándose hacia él y tragándose el nudo de la garganta—. Sólo...Sonríe, saluda, y no me sueltes. Esto será rápido.

—Entendido.

—Repito, trataremos de que pase rápido —se oía y veía un poco nerviosa.

—No te preocupes —se había dispuesto a bajar para luego ayudarle a ella pero se detuvo un segundo—. Oye.

—¿Qué? —se mordió las uñas.

—Todo saldrá bien —le guiñó un ojo y luego bajó.

Ella se quedó paralizada un segundo procesando sus palabras y la amabilidad en ellas que no se percató de la mano que él le estaba extendiendo para ayudarle a bajar de la van.

Dándose una cachetada metal, puso su mejor sonrisa y aceptó su mano. Al notar que ella había llegado, los fotógrafos se acercaron al círculo que se había formado con su equipo y se dio el gusto de saludarles. Posteriormente —y firmemente tomada de la mano del futbolista—, caminaron entre la multitud siendo guiados por Angélica.

La pareja saludo a los que coreaban sus nombres e incluso la chilena se dio un corto tiempo para firmar autógrafos y tomarse fotos con los fans de en las barreras. Luego de eso, fueron guiados al centro de la alfombra roja para que les tomaran las respectivas fotos.

Tensión.

Primero fue para la actriz de forma individual, ya que ella era casi la protagonista de la noche. Después de estar satisfechos con eso, un bastante nervioso Pedri se le unió. El mediocampista pasó su brazo por detrás de su cintura, la atrajo hacia él y juntod sonrieron a las cámaras y trataron de soportar los infinitos flashes sobre ellos.

Aquello era algo digno de captar y les generaría dinero. Era la primera aparición pública de la pareja del momento y debían generar las mejores tomas.

Para su suerte, el momento no fue tan pesado como creyeron. Se pasó bastante rápido que casi no se dieron cuenta cuando Angélica les estaba haciendo ceñas para caminar y entrar al teatro.

Un paso más superado.

Ya en el interior del recinto, la actriz saludó a todas las personas que conocía y también a aquellas que no, pero que se le acercaban igualmente. Aprovechó de presentarles a Pedri como su novio y muchos lo reconocieron, alentando lo felices que se sentían por la nueva pareja.

Posteriormente, se les indicó cual era su mesa. La compartían con otras 6 personas y también Natalia estaba familiarizada con la mayoría de ellas, por lo que el compartir juntos no fue un problema tan grande después de todo.

Así mismo lo pensó Pedri; que el compartir con desconocidos sería difícil pero al final no lo fue tanto. Era un introvertido, pero de esos que tenían habilidades sociales, así que rápido se integró a las conversaciones del grupo y aquello sorprendió a la rubia.

De una vez por todas la ceremonia empezó. Diversas caras de la televisión española estaban siendo reconocidas ya que, era eso, una gala de reconocimientos más que premios de categorías. Hubieron reconocimientos a las películas del año, las series del año, actrices y actores principales, también de reparto y así.

Y Natalia odió que su reconocimiento fuera casi al final.

—¿No me podía tocar de las primeras? Dios, qué lata.

Pedri frunció el ceño al oírla y se acercó un poco más a su oído. Estaba detrás de ella, ambos sentados mirando hacia el frente mientras alguien daba un discurso.

—¿Qué pasa? Creí que esto era lo tuyo.

—Lo es —se volteó a verle—, pero la constante presión de que tenemos que vernos perfectos me tiene la vena por explotar —señaló su cuello.

—Así veo —la analizó—, tienes mucha tensión acumulada.

Casi sin percatarse mucho de sus acciones, el canario alzó su dedo pulgar hasta el área de su frente, exactamente entre sus cejas. Su estrés se estaba dejando ver por su ceño fruncido y el futbolista se encargó de pasar la yema de su dedo por el área buscando suavizar su expresión y disminuir la tensión cargada en la zona.

El gesto la dejó pálida. Más que nada por lo mismo que por semanas la había dejado en ese estado: Su inconsiente preocupación. Literal aquello le salía naturalmente y no se percataba de qué estaba haciendo en realidad. Ella sintió el suave roce de su dedo contra su piel y, sorpresivamente, el gesto surgió efecto: Ella comenzó a destensarse.

Qué rayos estaba pasando.

—Después saldrás en las fotos arrugada y me echarás la culpa a mí —dijo con normalidad para luego separar su mano de ella.

Ella analizó cada uno de sus movimientos hasta su neutral expresión que volvía hacia la persona en el escenario. Seguía sin entender al chico y cada día la dejaba más perpleja.

Sin embargo, minutos más tarde, su concentración tuvo que irse a otro lado:

—...Creo que es importante reconocer el esfuerzo y la dedicación —decía el presentador—. Mudarse a otro país y empezar una vida de cero es todo un desafío. No es algo fácil. Pero una persona logró hacerlo de maravilla...Ella puso un pie en este país y su nombre inmediatamente se hizo resonar. Consiguió grandes cosas, tanto en lo artístico como en lo altruista, y hoy es de los rostros más importantes del cine internacional. Es por eso, que esta Academia a querido reconocer al talento joven del año. Alguien que, de seguro seguiremos escuchando en las entregas de premios. Señoras y señores ¡Un gran aplausos para Natalia Dietz!

Todo el mundo comenzó a aplaudir al oír el nombre de la chilena y todas —todas— las cámaras se fueron hacia su persona.

Sí, exacto. Eso era lo que tenía que pasar y por eso Elías les había dado un diálogo.

Número uno: Ponerse de pie.

La pareja se puso de pie y incluso fueron seguidos por sus acompañantes en la mesa que aplaudían a la galardonada. Toda la atención estaba sobre la rubia.

Número dos: Abrazarse.

La actriz se giró hacia su novio con una sonrisa igual que él y ambos se envolvieron en un apretado abrazo. La tierna escena fue apreciada por muchos pero aquello ni siquiera era la mejor parte.

Número tres.

Oh, sí.

Número tres: Besarse.

Las manos de González atraparon su rostro y ambos se miraron con intensidad. Eran consientes de lo que últimamente había estado pasando entre ellos que besarse ya se estaba volviendo casi una costumbre. Por eso era raro. Sentían que esa parte de su trabajo se estaba volviendo demasiado recurrente y ya llegaba un punto en el cual no sabían como reaccionar.

Pero ahí estaban.

Con indicaciones de Elías de antemano.

Debían hacerlo.

Con delicadeza, el futbolista atrajo a la chica hacia sí y la besó.

El contacto fue suave y lento, así como los de las películas, ya que tenía que verse bien para todos los camarógrafos y fotógrafos que estaban captando el momento. Aquellas fotografías se venderían como pan caliente la mañana siguiente ya que la postal era simplemente hermosa.

Sus labios ya sabían perfectamente el ritmo que debían tomar. Para su desgracia, ya estaban aprendiendo a conocer la boca del otro y como era la forma perfecta de llevar el vaivén del beso.

Lo conocían.

Y no sabía nada mal.

Al separarse —ya que no podía ser un beso largo o Natalia no podría ir a recibir su premio—, fue momento de seguir con los pasos de Herrera:

Número cuatro: Pedri.

—Felicidades, mi amor —repitió el dialogo que se había aprendido en la van—. Ve a recibir ese premio que te mereces. Estoy más que orgulloso de ti.

Por supuesto que Elías se había asegurado de que todo fuera perfecto, pero ese maldito diálogo y esa maldita frase tenían a la chilena con las rodillas temblando.

Sigamos.

Número cinco: Natalia.

Sonrió como la buena actriz que era—Te lo agradezco, cariño. Tenerte aquí conmigo lo hace todo mucho mejor.

Ella estaba lista para irse ya que ese era el final de los pasos de Elías. No obstante, sintió una pequeña presión que la dio vuelta de su corto trayecto y al sentir un impacto inesperado, todo el cuerpo se le revolvió.

Pedri la había vuelto a besar.

El canario impidió su momentánea caminata y volvió a estamparla contra sus labios, esta vez sosteniéndola por la cintura. El gesto evidentemente la tomó desprevenida pero, usando sus dotes de actuación, logró disimular su expresión y siguió la corriente del beso.

Aquello estaba convirtiéndose en un problema. La dulzura de compartir sus labios iba a terminar por...Sí, por gustarles más de la cuenta.

Quizás sentir sus labios sobre los suyos otra vez no era tan malo después de todo.

Finalmente, se separaron. Sí, quizás había tardado en subir al escenario pero estaban dando un show mucho mejor que los mismos premios y todos lo disfrutaban.

—¿Improvisaste? —le susurró ella sobre su boca.

Él tartamudeó sus primeras palabras—Elías me escribió por interno para agregar ese paso a su lista.

Mentiroso.

Número seis: El número seis no estaba en la lista. Simplemente a Pedri se le ocurrió.

Estaba perdido.

Después de salir de su trance y tratar de olvidar lo que había sucedido, Dietz subió al escenario a recibir su reconocimiento que —para su sorpresa— le fue entregado por su compañera de reparto Penélope Cruz.

Dio un breve discurso agradeciendo a la Academia y hablando sobre la importancia de acoger a los inmigrantes que llegan a otros países a buscar una vida mejor. Además, agradeció y envío saludos a Laura y a Vivianne que estaban viendo desde casa.

Al terminar, obviamente, tuvo que incluir a Pedri en su discurso por ordenanza de Elías y el público amó eso.

Todos la aplaudieron cuando acabó y se retiró en compañía de su compañera con el premio en mano para unas fotos mientras ingresaba al backstage para luego volver a su asiento y ver como a acababa la ceremonia.

Allí, se encontró con Angélica, la cuál llegó a felicitarla con un gran abrazo.

—Estoy muy feliz por ti, te mereces esto y más —le decía durante el abrazo.

—Gracias. Sigo temblando como jalea —rieron al separarse.

—Oh —le extendió lo que parecía ser su teléfono—. Esto no ha dejado de sonar. Creo que deberías aprovechar de revisar en caso de que sea una emergencia.

Ella asintió un poco confundida y aceptó su aparato que Angélica siempre le guardaba y luego vio como esta se retiraba. Perdida en su propia mente, Natalia desbloqueó su teléfono y buscó sus notificaciones. Efectivamente, tenía una videollamadas perdidas de Laura, pero eran unas que le había hecho durante el viaje en la van y otros mensajes varios de gente felicitándola.

No obstante, hubo un mensaje que no esperó.

Número desconocido.

Clave numérica chilena.

Otra vez.

"Felicidades preciosa. Te veías muy bien arriba. También me das orgullo"

Ella simplemente colapsó en el momento reviviendo lo vivido días atrás en casa de Pedri y lanzó su teléfono al suelo.

Miró a todos lados asustada por el hecho de que esa persona podía estar viéndola y que ya sabía las cosas que pasaban en su vida. Era una locura, y esa locura estaba comenzando a comérsela viva.

Día arruinado.

Día arruinado por una persona desconocida que...En el fondo...

Ella sabía quién era.

Y no estaba lista para tenerle en su vida otra vez.








































HOLA HOLA HOLA, AHORA SI ES MIERCOLEEEEEEEES

ahora sí no me confundí de día xd

cómo están?? qué les pareció todo??? AY, PRIMEROS PREMIOS DE LA PAREJA. que opinamos de ese sorpresivo segundo beso??? y de quien mensajeó a Natalia al final? 👀 los leo!!!

y les traigo una propuesta, POGANME ATENCION !!!!! tengo varios capítulos ya escritos de esta fic y muero por avanzar al momento que todos queremos mujajaja. les parece un mini maratón la otra semana? subiría un capítulo el lunes y el otro el miércoles.

que les parece??? díganme para ver si lo hago o no. cualquier cosa avisaré en mi tablero, así que atentis !

80 votos para actualización

lo que se viene, se viene bueno. la línea de la tensión sexual no les va a durar mucho más...

upsi

SEE YOU SOON

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