
once
West Village, New York
Alana despertó sintiendo el sol pegar a su rostro, había olvidado por completo en cerrar las cortinas de la habitación y ahora el lugar estaba pintado de color al ser casi las 10 de la mañana.
Parpadeó varias veces intentando adaptarse a la luz, se movió entre las sábanas y aspiró el olor fresco en la habitación, daba gracias a los aromatizantes que constantemente soltaban su olor.
Luego de un rato de poder abrir sus ojos del todo, buscó su celular por la cama, quizá lo tendría por ahí, pero se dio por vencida después de un rato, ya que luego de tanta búsqueda, el aparato vibró dentro de su bolso que había llevado la noche de ayer.
Soltó un suspiro con cero intenciones de levantarse todavía, pero el insistente zumbido de las notificaciones la obligó a moverse, se sentó lentamente, sintiendo la resaca latir en sus sienes, y echó un vistazo a la habitación, encontró su vestido doblado perfectamente y tacones en el pequeño sofá a una esquina de la habitación, quizá Taylor la había ayudado un poco.
Con una mueca, Jones se inclinó hasta tomar su celular de la bolsa y observó como le llegaban varias notificaciones, entre ellas varios mensajes de sus amigos, Fai quien había estado en el evento de la noche anterior, Justine quien le contaba un chisme que en ese momento no le interesaba, Kendall deseándole unos buenos días y mandándole una foto de ella recién despierta y hasta el final, Taylor.
"Cuando despiertes, hay café en la cocina.
No hagas ruido si tienes la brillante idea de morirte de resaca.
Estoy trabajando en el estudio"
No contesto, y luego de quedarse pensativa viendo la alfombra, decidió que tenía que darse un baño antes de salir, lo cual hizo con mucha flojera. Decidió hacerlo con agua caliente, por lo que mientras el agua caía sobre sus hombros ella masajeaba un poco su cuello y sus hombros, no tenía ni idea del por qué le dolían tanto, pero luego de disfrutar la ducha, salió envuelta en una toalla dispuesta a cambiarse, unos leggins y calcetines de alo, junto con una sudadera fue lo necesario para hacerla sentir cómoda.
Mientras texteaba algo en su celular, salió de la habitación rumbo a la cocina, en donde como el mensaje decía, permanecía un café caliente junto a un crossaint y un par de pastillas, Jones se apoyó en la barra de la cocina mirando alrededor.
El apartamento estaba en silencio, la única señal de que Taylor seguía allí era su bolso en el sofá y el eco de una ligera melodía proveniente del estudio y por un momento, Alana consideró simplemente regresar a su habitación sin decir nada, pero la curiosidad la llevó a deslizarse en dirección al sonido.
¿Qué estaría haciendo Taylor exactamente?
Se deslizó hasta el final del pasillo y se asomó a la puerta, escuchando desde afuera como habían unas voces que no podía identificar, pero suponía eran las personas que trabajaban con Swift.
Dudó por un momento, preguntándose si sería buena idea interrumpir, pero su curiosidad pudo más, Jones empujó la puerta con cuidado, lo suficiente para echar un vistazo al interior del estudio. Taylor estaba de espaldas a la puerta, sentada, su cabello estaba recogido en un moño desordenado y tenía una camiseta de "The Beatles" lo suficientemente ancha, unos shorts rasgados y apenas una ligera capa de gloss en sus labios.
En la habitación flotaba un aroma a café y papel, mezclado con el leve perfume que usaba la rubia, quien estaba sentada en su escritorio con un cuaderno lleno de garabatos y letras tachadas, su laptop abierta con una ventana de audio en la pantalla mostrando varias pistas.
A su alrededor, Jack Antonoff y Aaron Dessner estaban sentados en distintos puntos del estudio, ambos concentrados en lo que parecían ser diferentes aspectos de la canción, mientras Jack jugueteaba con su guitarra y tarareaba algo en voz baja, Aaron tenía el ceño fruncido sobre su laptop, ajustando algunas cosas en la pista.
La melodía suave que salía de las bocinas pequeñas aún no tenía voz, solo un par de acordes de piano y algunas notas, pero Alana reconoció de inmediato ese ambiente, estaban en plena creación de una canción.
—Entonces, ¿crees que la segunda línea debería cambiar? —preguntó Taylor con el ceño fruncido, golpeando el lápiz contra la mesa mientras hablaba con Jack.
—Podría ser algo más directo —respondió él, sin dejar de tocar unos acordes en su guitarra sobre su regazo. —Ahora mismo suena un poco vago, ¿qué tal algo como...?
Aaron asintió desde su laptop aparentemente de acuerdo. —Sí, creo que si le das un giro más específico va a sentirse más personal.
Pronto, la mirada de Swift cayó sobre Alana, quien apenas sonrió como una niña atrapada en algo, terminó de abrir la puerta y dio un paso hacia adentro. —Buenos días.
Jack dejó de tocar de inmediato cuando notó la presencia de Alana y entrecerró los ojos con curiosidad. —Hey...
Aaron levantó la vista de su laptop y le dio un rápido vistazo a la chica antes de mirar a Taylor con una expresión de confusión.
—Disculpa, ¿me perdí de algo importante?
Taylor que en ese momento estaba anotando algo en su cuaderno, apenas levantó la mirada y suspiró. —No, de absolutamente nada, Aaron.
Jack arqueó una ceja y dejó la guitarra a un lado. —Entonces, ¿no nos vas a presentar?
Alana sonrió antes de acercarse y extender su mano al chico de gafas y seguidamente al otro hombre en la habitación. —Soy Alana, Alana Jones.
—Mucho gusto, soy Jack... —el chico la miró con aún más curiosidad y luego volvió a ver a Taylor, quien seguía sin molestarse en hablar.
Aaron en cambio, fue un poco más directo. —¿Y qué haces aquí, Alana Jones?
Taylor finalmente dejó su lápiz sobre la mesa y apoyó el codo en el escritorio mirándolos a los dos con cansancio. —Esta aquí porque se está quedando por algunos días conmigo.
Hubo un silencio significativo en la habitación mientras Jack y Aaron intercambiaban miradas rápidas. —Ohhh... —Jack alargó la palabra como si estuviera dándole sentido a todo.
—No es lo que creen —soltó Taylor antes de que alguien pudiera decir algo más.
Aaron carraspeó, claramente intentando no reír.
—Nosotros no dijimos nada.
—Pero lo pensaron —respondió Taylor con fastidio.
Alana quien disfrutaba de la situación se cruzó de brazos y miró a Taylor con una sonrisa divertida. —Bueno, tampoco es que les hayas dado una explicación muy convincente.
Taylor le lanzó una mirada afilada y casi amenazadora, pero Alana solo se encogió de hombros. —¡Solo digo!
Jack sacudió la cabeza con una sonrisa y volvió a tomar su guitarra. —Bueno, bienvenida a nuestro proceso creativo, Alana Jones. Suponemos que no estás aquí para darnos presión, ¿o si?
—Oh, absolutamente estoy aquí para juzgar lo que sea que estén haciendo. —dijo Alana dejando caer su peso contra el marco de la puerta.
Aaron rió entre dientes y miró a Taylor, quien parecía no estar presentando demasiada atención a la conversación que mantenían con la modelo. —¡Oh, Taylor! —llamó Alana ganándose su atención, como si de verdad fuera algo urgente por el tono de su voz. —¿Escribirías sobre mi, por favor? Mi fetiche es hacerlo mientras suena algo escrito para mi...
Jack y Aaron giraron la cabeza al mismo tiempo, observando a Alana con diversión después de soltar una sonora carcajada, Taylor en cambio, solo suspiró antes de levantar la mirada con expresión incrédula.
—¿Qué?
—¿No es algo romántico? —preguntó sonriendo de manera pícara.
—No escribiré sobre ti, Jones. —refuñó con una mirada obvia y el ceño fruncido. —¿Y puedes por favor salir de aquí ahora mismo?
—¡Oye, déjala! —exclamó Jack hacia Taylor. —No deberías juzgarla por eso, también es el mío. —dijo con fingida seriedad, ganando que Alana le sonreirá con complicidad.
Parecía ser que a todos les gustaba molestar a Taylor.
Aaron asintió rápidamente llevándose una mano al pecho. —No puedes escribirle una canción a ella y no a mí, que soy tu amigo desde hace años. —exclamó con supuesta indignación.
—¡Ni siquiera le he escrito nada! —Taylor dijo mirando a ambos con incredulidad.
—Pero podrías. —Jack insistió con una sonrisa, girándose a Alana con complicidad. —Entonces, Jones, ¿quieres algo más tipo lento, o un himno pop que todos recordarán siempre?
Alana se llevó un dedo a los labios como si realmente estuviera considerando la pregunta.
—Depende, ¿estás dispuesta a admitir que te caigo bien, Swift? Porque si lo haces, quizás podríamos irnos por algo más tierno pero a la vez algo que pueda bailar.
Taylor la miró con absoluto fastidio. —No te soporto.
Jack aplaudió con entusiasmo. —¡Desamor! Creo que tenemos un muy buen material para una gran canción aquí.
—¡Ya basta! —Taylor cerró su cuaderno con un golpe seco y miró a Alana con una advertencia silenciosa en sus ojos. —Si no sales de aquí en cinco segundos, voy a escribir la canción más humillante sobre ti.
Alana sonrió con diversión y se encogió de hombros. —Venderías millones de copias, Swift.
Aaron soltó una carcajada. —Estaríamos en el top 10 de Billboard por mucho tiempo, quizá debas considerar esa idea, Tay...
Taylor rodó los ojos y empujó su cuaderno lejos antes de levantarse de su asiento. —Bien, terminamos por hoy.
Jack soltó una carcajada. —¡Taylor, es solo una broma! —exclamó cuando vio a la rubia ponerse de pie, quitarse los audífonos y comenzar a levantar todo.
Realmente se veía algo enojada.
Aaron miró a Jack con una sonrisa divertida antes de volver la vista a Taylor, quien ya estaba recogiendo sus cosas con demasiada fuerza en ellas.
—Parece que alguien se enojó. —canturreó Aaron.
—No estoy enojada. —Taylor replicó con evidente mal humor, cerrando su laptop con más fuerza de la necesaria.
Alana se acercó con una expresión inocente y se puso frente a ella, alzando un poco la mirada para poder conectar con los orbes azules de la rubia frente a ella. —¿Segura? Porque si quieres hablar de tus sentimientos, estoy aquí para ti.
Taylor la fulminó con la mirada. —Lárgate.
Jack soltó otra risa a la par que Alana sonreía con satisfacción al ver la frustración evidente en la mirada de Swift, quien pasó por su lado sin decir una palabra más y salió del estudio, dejando a los dos chicos muertos de la risa.
No dijeron mucho más entre ellos, Jack y Aarón decidieron seguir con lo suyo, luego de que Alana se despidiera diciendo que debía ir a ver cómo seguía la rubia, por lo que cerró la puerta del estudio detrás de ella y regresó a su lugar inicial, la cocina.
Taylor estaba de pie con una taza de café en la mano y la otra moviéndose con rapidez por la pantalla de su celular, ella claramente con el ceño fruncido.
—¿No te hace mal tomar tanto café?
Swift alzó su mirada afilada al escuchar su voz, y rápidamente dejó la taza sobre la barra de mármol y relamió sus labios. —¿Puedes recordarme cuando te vas?
Alana alzó las cejas sorprendida por aquella pregunta, no había escuchado así de enojada a Taylor, y aunque era gracioso observarla con el rostro algo rojo, las cejas fruncidas y la vena de su cuello resaltando, sabía que en ese momento ya no era hora de seguir bromeando.
—Oye, esta bien. Perdón por interrumpir tu increíble proceso creativo, solo bromeaba. —fue Alana, quien alzó las manos expresándose con seriedad.
Swift no dijo nada, su expresión permaneció de esa forma, sin en cambio, miró la pantalla de su celular y suspiró. —Jamie me llamó esta mañana, dijo que no quería despertarte y que yo tuviera que pagar las consecuencias de tu mal humor, pero me pidió que te diga que por la tarde llegaran a arreglarte para un photoshoot.
—¿Photoshoot? ¿De qué?
—No lo sé y no es mi problema. —Taylor respondió con evidente fastidio deslizando su dedo por la pantalla de su celular.
Alana frunció el ceño y se cruzó de brazos.
—Bueno, qué considerada eres, gracias por el recado. —rodó los ojos.
Taylor soltó un largo suspiro y finalmente la miró. —Jamie solo me pidió que te lo dijera, realmente no tengo idea de qué campaña es ni por qué no te lo dijo antes.
Alana la estudió por un momento antes de sonreír con burla. —¿Y qué tal si no quiero ir?
Taylor dejó su celular sobre la barra y apoyó las manos en la superficie, inclinándose ligeramente hacia adelante. —No es mi problema, Jones. Pero si decides quedarte aquí, al menos hazlo sin interrumpirme cuando te pida que no lo hagas.
—¡Ya te dije que lo sentía! ¡Por dios, que exagerada!
Taylor alzó una ceja con incredulidad y dejó escapar una risa seca. —No me digas exagerada cuando entraste al estudio solo para decir estupideces.
Alana sonrió con diversión. —No fueron estupideces, fue entretenimiento. ¿Viste lo mucho que se rieron Jack y Aaron?
—No me importa lo que ellos piensen. Me importa que tú no respetaste mi espacio.
—¿Tu espacio? Si te molestara tanto mi presencia, me habrías echado desde que llegué.
Taylor apretó la mandíbula claramente conteniéndose, y tomó su taza de café solo para soltarla con frustración segundos después.
—¿Siempre tienes que discutir todo?
—No, pero tú eres muy divertida cuando te enojas. —Alana apoyó los codos en la barra y la miró con descaro.
Taylor rodó los ojos y tomó su celular otra vez, ignorándola por completo. —Si me vas a ignorar, entonces supongo que no te importará si me quedo aquí contigo.
—Haz lo que quieras.
—Perfecto. —Alana sonrió con satisfacción, sacando su propio celular mientras se acomodaba en la silla.
Taylor dejó escapar un suspiro de rendición.
Era obvio que Alana no se iría, y aunque le molestara admitirlo, parte de ella tampoco quería que lo hiciera.
[>>>]
El día pasó volando, y aunque esa mañana Taylor no continuó escribiendo, decidió ocuparse en otras cosas.
La verdad era que estaba disfrutando del todo las vacaciones que ella se había auto-regalado, ya que luego de la situación que había pasado con Joe y todo ese drama, decidió que lo mejor para ella era darse un respiro, en lo que al The Eras Tour le daban los últimos toques.
Alana no tardó en marcharse, luego de que terminaran de arreglarla para su evento, su equipo y Jamie de por medio ayudaba a trasladar y sacar todo lo que había estado utilizando en el departamento de Swift.
Lamentablemente, o quizá para la suerte de Taylor, Alana se marchó cuando ella estaba tomando una ducha, por lo que apenas pudo escuchar cuando Jamie le agradeció por todo y salió cerrando la puerta principal con fuerza.
Cuando Taylor salió del baño con su cuerpo apenas goteando y expulsando un vapor, notó de inmediato el silencio en el departamento.
Se pasó una mano por el cabello húmedo, caminando descalza hasta la sala, donde todo estaba inusualmente ordenado.
No había rastro del caos que Alana solía dejar, ni su bolso en el sofá, ni su chaqueta sobre una silla, ni su perfume ligero en el aire.
Taylor suspiró, ajustando la toalla alrededor de su cuerpo, mientras veía a Benjamin salir de una esquina de la habitación, como si él también supiera que finalmente tendría paz.
Se dirigió a la cocina y se sirvió un vaso de agua, pero antes de beber, su mirada se deslizó hacia la barra, justo allí en una esquina había una nota garabateada en una servilleta medio arrugada.
"Extráñame mucho, Swift.
Quizá también lo haga"
Y justo abajo del escrito, la marca casi perfecta de un beso con un labial de un tono rojo intenso, ligeramente desdibujado, como si Alana lo hubiera dado sin preocuparse por dejar 15 minutos del arduo trabajo de sus maquillistas ahí.
La rubia resopló con diversión mientras negaba con la cabeza y sostenía la nota entre sus dedos, con una vez más el extraño sentimiento en su corazón.
—Idiota... —murmuró levemente.
Pero cuando se llevó el vaso a los labios, no pudo evitar sonreír un poco más que antes.
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(1/3)
N.A: holaaa como están? feliz inicio de mes:))
van entendiendo un poco la dinámica entre ellas dos? espero que si... y bueno, debido a que tengo un puente bastante largo, voy a subirles dos capitulitos, entre hoy y mañana, entonces voten mucho y comenten todo lo que crean venir, ya para el próximo se viene todo el dramita (el primero de muchos, si me preguntan)
voten, comenten y díganme que les gustaría ver, les adorooo <3
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