Unique ;; Ice.
—Hyung...
—¿Qué?
—Tengo frío.
—Ese no es mi problema, Kai.
—También eres demasiado frío, Beomgyu-ssi, ¿acaso te pones de acuerdo con el ambiente para conspirar contra mí?
¿Conoces esa sensación de no saber cómo llegaste a un lugar en particular?
—Un café caliente, por favor.
Fue lo primero que dijo aquel pelinegro en cuanto entró, empapando el suelo del local sin caer en cuenta de que su saco, boina y cabello estaba mojado.
Olor a café recién preparado, los trabajadores desplazándose de un lado a otro en busca de la mejor atención para sus clientes, el sonido de las máquinas y la lluvia inundaban el no tan lleno lugar de color marrón y decoración de madera oscura donde en una de las mesas de las que estaban junto a las grandes ventanas, un chico de cabellos rubios y piel extrañamente pálida miraba al exterior mientras esperaba su café caliente que había pedido unos minutos antes, perdiéndose entre las gotas de agua que golpeaban y se arrastraban por el vidrio.
Las nubes grises coloreaban el cielo por completo, cubriendo el azul que el cielo debería tener aún y el intenso brillo del sol, una lluvia no tan fuerte pero sí fría limpiaba las amplias calles de Seúl, llevándose las penas de muchos enamorados que ni siquiera se molestaban en cargar un paraguas, alegando que empaparse y pescar un resfriado siempre sería mejor que su sufrimiento, al igual que obligaba a los animalitos de la calle a buscar refugio para no morir de hipotermia.
Hipotermia.
Las calles se veían realmente frías, tanto así que las pocas personas que se encontraban en las calles estaba buscando inmediatamente un lugar donde refugiarse.
—Joven. -Le llamó un mesero, con calma el pelinegro giró a ver cómo este dejaba la humeante taza de café sobre la mesa.- Tenga cuidado, el café está bastante caliente.
El cliente asintió, dando por finalizada la "conversación", el mesero se retiró y el rubio directamente tomó la taza que pareciera estar hirviendo entre sus frías manos.
—¡Tengo frío!
—Usa una chaqueta.
—Pudieras abrazarme, ¿sabes? como en las películas.
—Nuestras vidas no son películas.
—Pero sería lindo verlas como una de vez en cuando.
Y no se había dado cuenta pero en algún momento de su ensoñación (De la que no sabe siquiera cuando entró) logró tirar algo de su café sobre su mano, ganándose una quemadura de primer grado que realmente no sentía y de la cual realmente no sabría nada de no ser por aquella joven mujer que se apareció desesperada frente a él.
—¿Está bien? -Preguntó una joven del local, preocupada sinceramente por el hecho de que aquel rubio parecía no estar afectando en lo más mínimo por su quemadura.
—Si... estoy bien.
Luego de hablar con la chica sobre porqué no necesitaba ir al doctor por su quemadura tomó su ahora frío café, tomando al mismo tiempo su teléfono para marcar al número de su novio.
¿Que estará haciendo Kai? fue el primer pensamiento que cruzó su mente mientras podía escuchar los tonos que indicaban que la llamada se estaba procesando.
El número que usted ha marcado no se encuentra disponible.
Intentó una vez más y nada.
Luego de cinco intentos más y también cinco fallos más, el pelinegro decidió llamar al único con el cual su pareja podría estar.
Persona quién atendió luego del segundo repique.
—¡Beomgyu ¿dónde está-...?!
—¿Kai está contigo? -Interrumpió directamente el menor.- estoy llamándolo pero no agarra, ¿están juntos?
—Beomgyu... -Un fuerte silencio se escuchó por unos segundos, luego el chico al otro lado de la línea carraspeó.- ¿De qué hablas?
—Hablo de Kai, claramente... -Respondió Beomgyu seguro de lo que decía, automáticamente un silencio fue lo único que quedó en la llamada.
—¿Donde estás? -Preguntó Soobin, el chico al otro lado de la línea, luego de un largo silencio.
—En la cafetería de Eun-Myeong Noona, ¿Por qué?
—Por favor, no te muevas, iré por tí.
Y la llamada finalizó.
Beomgyu notó la confusión y el ligero titubeo en la voz de Soobin en cuanto habló de Kai; Y al final tampoco supo si su novio estaba con Soobin o no.
¿Qué acaso había pasado algo de lo que él no estaba enterado?
Al pensar en eso un frío abrazó su cuerpo de repente, sus manos perdieron parte de su calor y a pesar de cargar su saco ahora seco no pudo evitar sentir un peso frío sobre él. Todos esos extraños acontecimientos obligaron al pelinegro a pedir un nuevo café caliente mientras esperaba a su Hyung.
—Ah... Quizás solo hace mucho frío en Seúl, ¿no?
La voz de Kai resonó en la mente de Beomgyu, demasiado clara para su gusto, pero antes de que alcanzará a cuestionarse a si misma, la campanilla de la tienda sonó llamando su atención.
Un alto pelinegro que vestía del mismo color e iba cerrando su paraguas para no empapar todo el camino de la tienda entró algo apurado y tenso al lugar, mirando a todos lados en cuanto terminó de entrar y, aparentemente, calmandose en cuanto conectó miradas con Beomgyu.
En cuanto Soobin llegó hasta él, el mismo mesero que le atendió en un principio estaba dejando una nueva y humeante taza de café antes de retirarse sin olvidar la reverencia, claro.
Soobin enarcó una ceja de una forma pronunciada.
¿Desde cuándo Beomgyu toma café?
—Hey, Soobin... -Saludó el contrario con una pequeña sonrisa.- ¿Y Kai?
—Gyu, ¿Cómo demonios no te estás dando cuenta que te estás quemando? -Preguntó en su lugar Soobin, sin despegar la vista de las manos ahora realmente rojizas del menor.
El Choi menor miró sus manos, notando que ciertamente estaba al borde de sufrir una quemadura -de nuevo.- por tomar la taza de esa manera; envolviendola con sus manos e intentando absorber todo el calor posible de aquel recipiente de porcelana.
—Solo tengo frío. -Respondió simple antes de llevar la taza hasta sus labios y sorber de una forma lenta el líquido.
Soobin lo miró sorprendido, y es que soportar una bebida que no te gusta y que esta te esté quemando la lengua no es agradable desde su punto de vista; pero es que Beomgyu se veía tan tranquilo haciendo aquello.
—¿Ya me dirás dónde está Kai?
El más alto miró al contrario con ligero miedo y sopresa antes de sentarse frente a Beomgyu.
—¿De verdad no recuerdas?
—¿Recordar qué? -Preguntó Beomgyu, su ceño estaba fruncido, se sentía confundido.
Un silencio los inundó, el menor sin abandonar su rostro confundido y el contrario mirándolo con pena.
—Kai murió está mañana, Beomgyu.
Ya recordaba cómo llegó allí.
Kai, conocido también como el novio de Beomgyu, dos días antes salió de excursión con su grupo de la facultad de psicología de su universidad a un centro de esquí.
—Si hace mucho frío te llamaré. -Afirmó el castaño mientras guardaba de antemano algunas cosas en su maleta.
—¿De qué te sirve hacerlo si no estoy allí?
—Amargado.
—Yo también te quiero.
Durante toda la excursión Kai llamó cada que pudo a Beomgyu quién aunque parecía fastidiado con ello realmente lo disfrutaba.
Beomgyu amaba mucho a Kai, ¿Si no lo hiciera porqué serían novios?
Cada llamada, cada mensaje, cada excusa para verse, todas esas cosas hacían a Beomgyu realmente feliz, era algo que apreciaba y adoraba demasiado del más alto; su forma de expresar constantemente su cariño le hacía feliz aunque no fuera capaz de responder de la misma forma.
—Hyung.
—¿Si?
—¿Sabe que quiero en este momento?
—No... ¿Qué quieres?
—Un abrazo, pero solo uno de usted; acá hace más frío del que creí.
—Siempre tienes frío, ¿Será que debo estar más al tanto de eso?
—Es que siempre quiero un abrazo suyo.
—¿Por eso siempre tienes frío?
—Quizás solo hace mucho frío en Seúl...
Beomgyu iba de camino a retirar algunos papeles que Kai le dejó como tarea antes de irse, desde que el mayor salió supo que el día sería frío por lo que llevo su saco además de su boina favorita para combinar.
El cielo estaba gris y probablemente llovería pronto, pero a Beomgyu se le había quedado el paraguas; estaba pensando seriamente en devolverse a buscarlo pero el sonido de su teléfono en su bolsillo no lo dejó pensar.
Antes de contestar revisó el contacto, para ver si valía o no la pena contestar; resulta que se trataba de Kai, persona a la que Beomgyu no podría negarle nada así que contestó de inmediato.
—¡Kai! Creí que no me llamari-...
—¿Choi Beomgyu?
Entonces el tono eufórico que el chico estaba usando fue reemplazado por completo en cuanto una voz ronca y masculina que claramente no era la de su pequeño Kai le interrumpió.
Estuvo a punto de preguntar cuando nuevamente fue interrumpido.
—Mi nombre es Kim Taehyung. Soy rescatista pero tengo el penoso deber de informarle que su novio falleció.
Y Beomgyu jura haber visto como todo su mundo se derrumbaba frente a sus ojos.
—¿Q-Que?
—... Hace unas horas, hubo un derrumbe en la montaña, una parte de la cúspide de nieve se vino abajo. El joven Huening estaba junto con otros de sus compañeros de universidad en la zona afectada. -El tono de voz del mayor al otro lado de la línea dejaba entrever lo apenado que estaba de dar esa información.- Realmente lo siento tanto.
Existen muchas formas de reaccionar a este tipo de cosas, muchos gritarían, otros llorarian de inmediato y eso en cierta forma está bien, pero la peor reacción de toda es la que desafortunadamente le tocó a Beomgyu.
Bloqueo.
Su mente se bloqueó por la noticia.
Sus recuerdos se bloquearon.
Sus lágrimas también.
Estaba estático en medio de la vereda con su teléfono aún en su oreja pero sin decir absolutamente nada porque su cerebro simplemente no podía procesar nada de lo dicho antes.
Y esa era la peor reacción de todas.
—¿Beomgyu? -Habló Soobin intentado traer al rubio de regreso al ver como este se había perdido en su mente luego de haber sido tan directo con la noticia.
—Pideme otro café caliente, por favor.
(...)
Muchos creyeron en la fuerza de voluntad y estabilidad mental del rubio, sin estar concientes que ninguna de esas dos cosas existían realmente.
Muchos creyeron que hacer que Beomgyu mirara el rostro pálido y frío de su amado antes de hacer el proceso de cremación sería buena idea.
Muchos creyeron que Beomgyu podría hacerlo, que lograría lidiar con ello.
Y es que nadie creyó que Beomgyu, en medio del funeral, luego de haberse mostrado tan recto durante tanto tiempo, casi inexpresivo, comenzaría a llorar con fuerza mientras se abrazaba a sí mismo, repitiendo entre murmuros constantes que tenía demasiado frío.
Y le gente del lugar lo intentaban abrigar, trayendole chaquetas, abrigos y demás al notar que realmente el rubio estaba helado.
Pero no entendían que Choi, más allá de su temperatura corporal, se estaba refiriendo a su frágil corazón que estaba tan frío como lo estuvo su amado antes de morir.
Siento tanto no poder haberte abrigado, Kai. Perdóname.
Prometo que cuando nos encontremos de nuevo te abrazaré hasta que más nunca tengas frío.
Lo prometo.
(...)
El día de hoy se ha reportado un caso de incendio en la ciudad de Daegu. La casa aparentemente habitada por una sola persona sufrió un incendio intencional durante las horas de la mañana.
Se reporta que hubo un fallecido; Choi Beomgyu de veinticuatro años, quién se sabe que cometió suicidio gracias a la carta que dejó, sin explicación alguna con su vecino del frente horas antes del accidente.
"Prometo no dejar que pasemos frío nunca más" era una de las frases que contenía el sobre de papel con el nombre "Kai Huening" como destinatario.
Nuestras condolencias a los familiares del chico.
~{❄}~
1900+ Palabras de mero sufrimiento.
Sufrimiento con el cual no soy buena, okay? Lo siento por todo pero es que últimamente solo quiero escribir Angst's unu.
Si hay algún error juro que lo corregiré en otro momento, por ahora esto es todo, aún debo ir a dormir para alcanzar a terminar unas tareas luego.
Bsos y disculpas.
—Hyuka.
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