Fue guiado por el peli morado hacia una de las tantas habitaciones que habían en esa enorme y lujosa mansión, aún de mala gana.

Al llegar a la habitación, Aioria pudo comprobar que eso debía ser el doble de grande que su habitación de toda la vida....incluso que la casa.

- Quédate aquí, vuelvo en un momento.

Al cerrar la puerta tras de sí, Aioria por fin se permitió a si mismo soltar un bastante profundo gruñido que se había estado aguantando duranye todo el camino desde el burdel hasta la habitación.

¿Porque debía tener tan mala suerte?

De todos los que habían el burdel en ese momento...¿Porque a él?

¿ Porque a un conserje? ¿ Porque no a uno de los veinte prostis que habían en el lugar? ¿ Porque justo a él?

¿¡Siempre le tenía que tocar siempre la mala suerte a él?!

Se sentó en la cama y se llevó las manos a la cabeza, intentando pensar en que hacer.

Pero, por más vueltas que le daba, no encontraba ninguna solución en la que saliera ileso....y virgen.

Ni loco podría escapar del lugar... aunque escapara de los gold saint, era demasiado fácil que lo ubicarán .

Era como intentar escapar de la maldita mafia rusa por el amor a Athena!

Salió de sus pensamientos en cuanto escucho la puerta abrirse, a como fuera Milo, le iba a dar un buen gritó.

Pero, al levantar la cabeza, quien estaba ahí no era ni de lejos el Escorpión dorado.

Era un joven con cabellos negros, un poco mayor que él, por decir unos 5 o 4 años, de ojos verdes y mirada afilada.

"La cabra dorada" ( alto nombre eh Shura?)

- Así que tu eres el nuevo de Milo, eh?

Aioria no le respondió, en realidad sólo le miro con cada de "acercate dos pasos de más y te llevarás el golpe de tu vida, cabra", lo cual le sacó una risilla al mayor

¿¡Es que acaso a todos en esa maldita mafia les gustaba que les miraran con cara de muerte o que?!

- Rebelde, hm, son sus favoritos..

El hombre de cabellos negros se acercó a él, demasiado para su gustó, y le agarró de la barbilla, examinandolo.

- Debo admitir que el alacran tiene buen gusto

El rubio hizo un pequeño movimiento en señal de que estaba irritado con el contacto. Ya tenía mucho con un pervertido, no quería dos..Pero eso poco o nada le importó al mafioso, quien le siguió examinando.

- Ey Shura, es mio, no toques.

El mayor fue jalado hacia atrás por la camisa, dejando ver a un ligeramente irritado Escorpión, quien traía una bolsa.

- Oh vamos, aprende a compartir

- Quizá otro día, pero no hoy, fuera de esta habitación, cabra pervertida

Casi le sacó de una patada, literalmente.

Ya sin el pelinegro cerca, el mayor se acercó al rubio, mirándole con una sonrisa burlona.

- Bueno~ Te traje ropa para que te cambies, no te ofendas pero, tu uniforme no parece hacerle justicia a tu cuerpo~

Le tendió la bolsa y Aioria de mala gana, como había estado hasta ahora, la agarro para vestirse.

El mayor se apoyó en la puerta, como si estuviera esperando.

- Eh...no saldrás?

- mmmm, no~ quiero verte completo ~

El rubio dio un suspiro y se dio la media vuelta, para ver bien que había en la bolsa.

Al ver el contenido...se le subieron los colores a la cara

- ¿¿Que mierd×!?