-¡DEMONIOS!-la peli castaña gritaba a todo pulmón mientras corría-¡no voy a llegar!

Se había quedado dormida más de la cuenta, y a consecuencia de eso estaba retrasada diez minutos, sus piernas ya dolían por correr tanto, y en esos momentos se culpaba por tener una vida tan sedentaria, una vez más miro su reloj y un quejido de decepción salió de su boca.

Sus pasos se detuvieron lentamente mientras observaba desde lejos como la entrada principal iba cerrándose, su respiración empezó a regularse y tomo de sus cabellos, ¿Qué haría ahora?, pero un sonido la quito de sus pensamientos, unos fuertes pasos que venían en su dirección.

-NO NO NO NO, esto no puede estar pasando-era aquel chico que la había salvado, ambos estaban retrasados y llegar tarde era una falta que se pagaba con hacer ejercicio alrededor del instituto. El chico de los ojos peculiares se la quedó mirando, al parecer ni siquiera se había dado cuenta que ella estaba cerca de él.

-¿Qué haremos?-pronuncio él mientras se sostenía de sus rodillas para recuperar el aliento, la peli castaña solo negó con la cabeza, nunca antes había llegado tarde y mucho menos había sido castigada, tal vez era algo irresponsable, un poco holgazana y desatenta cuando se trata de dar clases pero nunca había llegado a la magnitud de ser castigada o enviada a junto con el director.

-¡Oigan, ustedes dos, deben de entrar en su Instituto!-ambos miraron en dirección al sujeto que les había gritado, un policía-¡lo que me faltaba!-pensó.

-Que mierd--él peli negro no termino su oración y empezó a correr-¡debemos de apurarnos!-, hablo, pero no sintió nada siguiendolo, así que paró en seco y giro sólo para corroborar que aquella peli castaña seguí parada en el mismo sitio, maldijo y volvió a correr en dirección a ella, la tomo de la mano y la llevo había los arbustos, el policía al ver que ellos empezaron a huir, empezó a correr detrás de ellos.

-¡Estudiantes, paren ahí!-ambos jóvenes miraron detrás de ellos, había que admitir que aunque aquel policía tenía unos kilos de más, sabía correr.

-Aquí-señaló un gran cartel de una marca nueva de gaseosa, la peli castaña tomo por los hombros al peli negro y lo obligó a bajar para esconderlo, para luego ella hacer lo mismo. Ambos fijaron sus vistas en aquel hombre que los perseguía, al parecer lo habían burlado, al fin podían respirar con tranquilidad.

-¿Porque cada vez que nos encontramos, ocurre esto?-preguntó, el más alto soltó un carcajada limpia.

-La pregunta correcta sería, ¿el porque te persigue la desgracia?-pronuncio en un tono burlón, la más baja soltó un quejido disgustada.

-¡¿Disculpa?!-trato de defenderse, pero fue interrumpida.

-Debemos de irnos, esto fue peor que correr alrededor de la pista-ambos rieron, en parte eso era cierto.

...

-¡Vamos, sólo tiene que subir!

Ya habían llegado al instinto, pero había un obstáculo, un gran obstáculo, especialmente para los de bajo en estatura y en este caso hablamos de Jeongyeon.

-¡NO!-gruño en protesta-¡no puedo!

-¡¿Quién te obligó a ser tan enana?!

-¡¿Y a ti un poste de luz?!-Taehyung suspiro rendido, negó con la cabeza y se cruzó de brazos, suspiro una vez más y froto su frente-, bien, te ayudare, pero no te quejes.

-¿Que harás que?-miro en dirección al chico, que se encontraba doblando las mangas de su saco-, ¿Cómo piensas ayudarme?

Sin siquiera darse cuenta, aquel chico la estaba sosteniendo de la cintura-demonios-dijo para ella misma, odiaba el contacto físico, ¿Como llegó a estar en esta situación con un sujeto el cual casi no conocía?

-Sostente...-la peli castaña, hizo caso y empezó a tomar impulso para subir por la muralla, sólo le faltaba subir las piernas.

-Lindo día para traer falda...-susurró avergonzada.

-¿Que dijiste?-preguntó.

-¡NADA!-grito en respuesta, mientras pensaba como subir sin tener que alzar tanto las piernas.

-¡Ya súbete!-el más alto tenía la cara roja de tanto esfuerzo-, ¡se valiente!

-No hables de valentía-bufo molesta-, valiente son aquellos que se bañan con agua fría en pleno invierno

-Solo sube, ya estamos muy retrasados-realmente ya se estaba cansando, sin tener opción alzó su pierna derecha como impulso, pudiendo lograr su cometido, una vez dentro del instituto miro por todos lados, por suerte no había nadie por los alrededores.

-¡Puedes subir!-grito lo más despacio que pudo para que el chico la oyera.

-¡Voy!

La altura del peli negro era una gran ventaja, en un abrir y cerrar de ojos pudo saltar sin ayuda de nadie, ambos acomodaron sus uniformes y se encaminaron a sus clases.

-Sabes-empezó a hablar-, a mi hermana también le gusta Kumamon-termino de hablar y corrió a toda velocidad, dejándola a ella procesar lo que le había dicho, hasta escucho un pequeño click en su mente, se había olvidado por completo que traía puesto su ropa interior de Kumamon, su rostro se había tornado de un carmín intenso y comenzó a correr para alcanzar y darle la golpiza de su vida a aquel chico.

-¡Te mataré, maldito!

...