( Capítulo O2 )
—¿Estás listo para irnos de compras? —preguntó Minho cuando vio a Yongbok salir del baño.
La pared de la parte derecha de la cocina era baja, por lo que desde ahí podía ver la puerta del baño y del único cuarto, también la entrada principal. Minho caminó al menor cuando notó que éste se sujetaba la nariz con la mano, en la cual contenía papel higiénico.
—¿Estás bien?
—Claro, creo que me voy a resfriar. —Soltó una risa y desvió su mirada a la derecha— Estoy listo, sólo déjame ir por mi cartera, no sé dónde la dejé.
Ambos entraron al cuarto, Minho observó algunas cosas sobre la cama de Yongbok. Era una mochila con fotos y adornos dentro por lo que decidió echarle un ojo a éstas mientras el pecoso buscaba por los cajones su billetera.
Entre las cosas habían varias fotos de él y su familia, en varias estaban él y sus hermanas, aunque en algunas el menor lucía diferente. Sin embargo, una foto captó su atención, era su mejor amigo con un sombrero mexicano posando delante de una gran estatua color dorada.
—¿Cuándo estuviste en México? —cuestionó mirando a su amigo quien sólo le miró rápidamente para saber de qué hablaba.
—Ah...
Continuó con su búsqueda.
—Ese no soy yo, es mi hermano.
Minho frunció el ceño.
—¿Tienes un hermano? —Su tono expresó sorpresa.
Finalmente encontró su billetera debajo de toda su ropa en el cajón principal. Con una amplia sonrisa la sacó y después se giró al mayor. Su expresión cambió a una de confusión pero continuó sonriendo.
—Es mi gemelo...
—¡¿Tienes un gemelo?! —Esta vez no pudo evitar su sorpresa.
Yongbok rió.
—¡Claro que sí! —respondió antes de guardar nuevamente las cosas en la mochila—. ¿No lo había dicho?
—Evidentemente no. —Se encogió de hombros— ¡Pudiste decirlo!
—Bueno, él está en Australia con nuestros padres y... —Detuvo sus palabras cuando su celular vibró por un mensaje de Changbin— ¡Luego te contaré, vámonos, necesito comprarle el regalo a Bin!
—¡Ah, claro, también yo!
Ambos se dirigieron a la salida. Planeaban ir a un centro comercial a buscar algún regalo para Changbin ya que mañana era su cumpleaños y además, Yongbok necesitaba dos porque también cumplían nueve meses de relación. Cada vez sentía que el tiempo pasaba más rápido, lo cual comenzaba a preocuparle.
Al estar en el centro comercial recorrieron gran parte de las tiendas, no sabían con exactitud qué regalarle a Changbin, había tantas cosas pero al mismo tiempo dudaban mucho. Sin embargo, Yongbok quería darle todo a causa de que sabía que su novio se merecía todo el mundo.
No obstante, cuando supieron que debían marcharse (gracias a un mensaje por parte de Hyunjin), Minho compró algunas cadenas para los pantalones porque solían gustarle bastante. Por otra parte, Yongbok optó por dos peluches, un conejo y un cerdito debido a que no era un secreto el amor que Seo le tenía a estos dos animales.
A continuación regresaron al auto para ponerse en marcha a la casa de Hyunjin, ahí se reunirían todos para planear la fiesta de Changbin, aunque gran parte de ella ya la tenían, también iban a hacer ajustes y pulir detalles.
—¿Entonces tienen todo listo? —preguntó Hyunjin mirándoles.
Yongbok sintió su celular vibrar por lo que se fijó quién era ya que era una llamada. Al ver de quién se trataba, inmediatamente se apartó del resto, teniendo que salir de la casa de Hyunjin para atender la llamada.
—¡Sí, no falta nada! O al menos nada que no recordemos —dijo Seungmin con una amplia sonrisa sobre sus labios—.
—En ese caso, nos vemos mañana. —Hyunjin volvió a sonreír.
Su plan era el siguiente: Yongbok, Jisung y Hyunjin se encargarían de decorar la casa de Changbin en compañía de la hermana, madre y padre del mismo. Pero, ¿cómo lo harían? Minho ya había quedado con él para ir a la universidad el domingo por la mañana a dejar un estudio que recientemente habían hecho juntos, tras eso, se encontrarían por "casualidad" a Seungmin y Jeongin, quienes les van a entretener lo suficiente para ganar un poco más de tiempo.
Finalmente, Minho se ofrecería a llevarlos a casa, yendo primero a la de Changbin y dándole la bienvenida a ésta con una gran fiesta sorpresa.
Nada podía salir mal.
—¿Estás bien? Estuviste callado el resto del camino —cuestionó Minho mirándole rápidamente de reojo.
Aunque no duró mucho así ya que de inmediato tuvo que regresar la vista a la calle considerando que iba manejando. Yongbok estaba a su lado, mirando por la ventana con la mirada pérdida hasta que le oyó.
—Sí, estoy bien —contestó al mismo tiempo en que se estiraba en su sitio—. Es que estoy cansado y me duele un poco la cabeza.
No le permitió a Minho responder ya que continuó:
—Además pronto lloverá, sabes que la lluvia no me pone de tan buen humor. —Le sonrió suavemente.
—Sin embargo, mañana nada puede arruinar el día, ni siquiera el clima, ¿de acuerdo? —Estiró su mano para tomar la ajena— ¡Todo será perfecto para ti y para Changbin!
—¡Ya todo es perfecto! —Una risa acompañó sus palabras.
El auto se detuvo frente al edificio, y Yongbok no dudó en apretar el agarre en sus manos para captar la atención de su mejor amigo.
—Muchas gracias por traerme, LeeLee.
—¿Estás seguro de que no quieres que te lleve mañana a casa de Changbin?
—Estoy seguro, ¡no podemos arriesgarnos a que nos vea llegar juntos! Todo debe ser una sorpresa. —Se mantuvo firme con su decisión, logrando hacer reír al mayor.
—De acuerdo, entonces nos vemos mañana, LeeLee. —Soltó su mano para palmear con suavidad el cabello ajeno.
Yongbok bajó del auto y con un último gesto de mano se despidió de su mejor amigo hasta que le perdió de vista. Su sonrisa se borró y soltó un largo suspiro antes de retroceder lo suficiente para poder recargarse en la pared, de esa forma levantó la mirada al cielo y pudo apreciar todas las nubes grises cubrir la poca luz solar que quedaba antes de anochecer.
Se quedó afuera un par de minutos más, le gustaba mucho tomar aire fresco aunque prefería hacerlo en días cálidos. Al pasar un poco más de tiempo finalmente regresó a su departamento con la intención de meter los peluches recién comprados a una bolsa de regalo.
—¡Feliz cumpleaños, Changbin!
Gritaron todos al unísono al mismo tiempo en que lanzaban confeti. El nombrado mostró una amplia sonrisa y con asombro miró a sus amigos y familiares. Había notado cierto comportamiento extraño en ellos pero realmente no esperaba una fiesta sorpresa, tal vez una salida sí, pero una organización tan bonita no.
—¡Ouh, así que esto estaban tramando! —dijo feliz—. ¡Muchas gracias a todos!
Entre todos buscó a su novio pero no lo encontró, lo cual fue extraño pero decidió no preguntar para no arruinar el momento o hacer creer que sólo le importaba él, además, quizás sólo estaba en otra parte de la casa.
Todos y cada uno de ellos le dieron un fuerte abrazo. Su madre había preparado la comida en compañía de Jisung, por lo que pronto todos se sentaron a comer y a convivir un poco más antes de empezar con los juegos. También prosiguieron con algo de karaoke y baile, no eran expertos en el tema pero lo importante era divertirse y que el cumpleañero la pasara bien, cosa que estaba saliendo bien.
—Minho... —habló con un volumen bajo para no llamar la atención de los demás—. ¿Dónde está Yongbok?
—No lo sé... El plan era que él estuviera aquí para cuando nosotros llegáramos —respondió.
—Ni siquiera vino a ayudar con los adornos. —De repente Jisung se metió en la conversación— No se ha aparecido en todo el día.
Jisung no quería meterse a propósito, pero al salir de la cocina logró oírlos debido a que estaban frente a ésta, y sólo quiso aclarar que en ningún momento había pisado la casa de Changbin.
—¿No le llamaste? —cuestionó mirando al mejor amigo, esta vez con preocupación.
—Sí, varias veces pero tiene su celular apagado. —Hizo una mueca— Ayer dijo que le dolía un poco la cabeza, tal vez se sintió mal hoy también.
—¿Lo suficiente para no venir a la fiesta de su novio? Pf... —comentó Jisung mientras rodaba los ojos.
—Ya cállate, Han. Sólo buscas cualquier cosa para hacer ver a Yongbok como una mala persona, ya relájate con eso, no sé qué tienes en contra de él. —Minho no se quedó callado.
Pero las palabras dichas por Jisung hicieron pensar bastante a Changbin. Entendía perfectamente si su novio se sentía mal y decidía quedarse en casa, ¿pero era normal no avisar? Es decir, después de todo era un día especial para ambos al cumplir ese día, 11 de agosto, nueve meses de relación.
Tras siete horas, los chicos comenzaron a abandonar la casa. La fiesta había continuado en un ambiente alegre por parte del resto menos de Changbin, quien realmente intentó relajarse y pasarla bien pero no podía.
Cuando todos se fueron y él se fue a su habitación, se sentó en su cama y se puso a pensar aún más. Ya no le estaba importando el hecho de cumplir años o cumplir meses con Yongbok, le estaba importando que su novio no había dado señales de vida en todo el día, por lo que la preocupación comenzó a adueñarse de él.
¿Qué iba a hacer si algo le había pasado a Yongbok? ¿Qué tal si esa había sido la razón de su ausencia? Peor aún, si no se encontraba en casa no sabía dónde más buscarlo. Ni siquiera tenía el número de alguno de sus familiares, ¿cómo iba a contactar con ellos si algo le pasaba al pecoso?
Dio un brinco cuando su celular sonó con el timbre de notificación, era un mensaje de Yongbok: «Estoy afuera».
Tan rápido como pudo salió de su habitación y corrió a la entrada principal, saliendo de inmediato a su jardín, donde se detuvo. Al fondo y detrás del portón pudo apreciar a su novio, llevaba ropa holgada y su mirada transmitía cansancio.
«Está bien...» Fue lo que pensó antes de calmarse.
Caminó hasta él y abrió la puerta de la reja para tenerle de frente. Hicieron contacto visual pero ninguno dijo algo, al menos no hasta pasar varios segundos que fue donde Changbin finalmente se atrevió a hablar:
—No estuviste aquí.
Yongbok desvió su mirada a la derecha, evitando verle a los ojos.
—Lo lamento.
Fue lo único que respondió.
Para cualquier otra persona sería necesario pedir alguna explicación o siquiera una excusa, pero eso a Changbin no le importó. Su lindo novio estaba frente a él, no importaba más así que rápidamente le abrazó con fuerza y suspiró profundamente relajado.
Claro que podía estar un día sin su novio, sin embargo; se había preocupado bastante por él, creyendo que algo grave pudo pasarle.
—Te extrañé... —murmuró Changbin—. Me preocupé mucho por ti, debiste avisarme que no ibas a venir, yo sólo... —Tragó saliva— Pensé lo peor.
Una lágrima se derramó por la mejilla del pecoso.
—Lo lamento —Repitió antes de corresponder el abrazo— Yo también te extrañé mucho, me hiciste mucha falta.
—¿Te sientes bien? —Se alejó y con sutileza tomó el rostro ajeno entre sus manos— Minho me dijo que ayer te sentías un poco mal, ¿te sientes mejor?
Yongbok asintió y sorbió por la nariz.
—Estoy mejor, ha decir verdad amanecí con dolor de cabeza, por eso no vine con los demás... —confesó desviando su mirada hacia la derecha—. Y por la tarde me quedé dormido, perdón.
—No te preocupes por eso, —Le sonrió suavemente— lo importante es que ya te sientes mejor. ¿Te quedarás conmigo a dormir?
—Si me lo permites, sí.
—¡Por supuesto que sí! Ven, por favor pasa. —Le tomó de la mano para llevarlo consigo a su propia habitación.
Por supuesto que en el caminó cerró las puertas, incluyendo la de su cuarto cuando entraron al mismo. Una vez dentro, Yongbok soltó la mano del mayor para posicionarse frente a él y extenderle la bolsa de regalo que llevaba encima.
Changbin miró con un poco de incredulidad aquella bolsa puesto que no se lo esperaba, pero finalmente mostró una sonrisa y aceptó el regalo.
—¿Qué es? —preguntó aunque claramente no obtendría respuesta— No debiste molestarte, Bokkie.
Terminó por sacar ambos peluches y los miró con ternura y emoción. Tras eso se lanzó rápidamente sobre su novio para abrazarlo y besar sus labios de forma rápida. Yongbok comenzó a reír feliz de que su regalo haya sido bien recibido y finalmente le regresó el corto beso al mayor.
—¿Te gustaron? —cuestionó el pecoso mirándole.
—¡Por supuesto que sí! —Sonrió ampliamente— Muchas gracias, mi amor.
Yongbok se estremeció ante ese apodo y pudo sentir sus mejillas calentarse ligeramente, por lo que rió de forma nerviosa.
—N... No es nada, Binnie. Feliz cumpleaños.
—Tengamos una cita —dijo con alegría—. La siguiente semana, el sábado, ¿te parece bien?
—¡Oh, me encanta la idea! Así podré recompensar mi ausencia el día de hoy.
—Ya te dije que no te preocupes, —Le acarició el cabello con dulzura— ¿vamos a dormir?
Su novio asintió y ambos fueron a la cama para acostarse y posteriormente abrazarse. Las palabras ya no hicieron falta; Yongbok se acurrucó en los brazos ajenos mientras Changbin le daba caricias suaves, dulces y con cariño a su cabello. Ése gesto le gustaba mucho al pecoso, le hacía relajarse y sentirse de buen humor, por lo que el mayor procuraba hacerlo seguido.
Finalmente y tras largos minutos, ambos quedaron profundamente dormidos.
—Hey, LeeLee —dijo llegando a su amigo desde atrás de él.
—¿Mmh? —Se giró suavemente para verle— Oh, hola, Minho. —Sonrió— ¿Terminaste tu examen?
—¡Sí! Estuvo bastante fácil pero era obvio, ¡seré el mejor cardiólogo de Corea! —Se sentó junto a él y pasó su brazo por los hombros ajenos.
—¡Tienes razón!
Ambos rieron.
—Quiero teñir mi cabello de rubio, ¿crees que me quedará bien? —preguntó mirando al mayor.
—¿Rubio? —Repitió la pregunta— Creo que te quedaría bien, ¿por qué quieres hacerlo?
—Sólo quiero intentar algo nuevo.
Minho asintió.
—Debo irme, aún tengo que recoger algunas cosas. —Se apartó de él y luego se puso de pie— Changbin pasará por ti, ¿cierto?
Yongbok asintió.
—Nos vemos después, LeeLee. —dijo el mayor antes de despeinar a su mejor amigo.
El pecoso le miró alejarse con un poco de prisa. Aún era temprano así que entendía que el resto de sus amigos y novio saldrían un poco más tarde de lo habitual. Estaban en exámenes finales, no era algo que se tenía que tomar a la ligera, y menos estudiando medicina. Toda la semana tendrían pruebas, así que reducirían un poco el tiempo que se verían debido a que también debían estudiar muy bien.
Miró la hora en su celular y soltó un largo suspiro antes de levantarse y sacudir suavemente su propia ropa para eliminar cualquier rastro de polvo.
Y así pasó toda la semana. Finalmente era viernes, el último día de exámenes. Para entonces; los chicos sólo se habían visto dos veces durante los siete días, y aunque pudieron aprovechar ese último día para hacer algo juntos, todos preferían tomarse un descanso y simplemente hacer nada; a excepción de Changbin y Yongbok, quienes se reunieron en el departamento del pecoso.
—¿El número de mis padres? —Repitió la pregunta antes dicha por parte de su novio— ¿Por qué?
—Es algo que decidí hace una semana, en mi cumpleaños —dijo mostrando una leve sonrisa—. Cuando no supe nada de ti en todo el día tras enterarme de que el día anterior te sentías mal, yo realmente imaginé lo peor... —confesó con cierta tristeza ante ese recuerdo— Y pienso que es mejor tener algún contacto, por si pasa algo malo.
Yongbok se sorprendió ante sus palabras y retrocedió un poco.
—¿De... —Su voz tembló un poco— De dónde sacas que me pasará algo?
—¡No! —Inmediatamente le corrigió— ¡No pienso que te pasará algo! Sólo es por si llegase a pasar aunque sé que jamás te pasará algo, mi Bokkie.
Extendió su mano para sujetar la ajena, ahí percibió como el menor temblaba ligeramente.
—Perdón... ¿Eso te molestó? —cuestionó al verle tan impactado.
—N... No —respondió tratando de calmarse—. Perdón, —Finalmente reaccionó— si eso quieres entonces está bien.
Forzó una sonrisa sin que el mayor se diera cuenta de que era falsa. Changbin; mostrándose más feliz y calmado, sacó su propio celular y esperó pacientemente hasta que Yongbok comenzó a dictarle los números de manera lenta, haciéndolo también con cierto temor y por supuesto duda, aunque su compañero no lo percibió. Fueron cinco números en total, sorprendiendo un poco al mayor con el quinto, siendo éste último.
—Es el de mi hermano —dijo al ver la expresión de confusión en el rostro ajeno.
—¿Tienes un hermano?
Yongbok sonrió con tristeza antes de responder:
—Sí.
—¿Por qué no lo sabía? —preguntó mientras sonreía ampliamente.
—En realidad no he hablado mucho de mi fami... —Dejó de hablar al momento en que comenzó a toser.
Se puso de pie rápidamente y golpeó ligeramente su pecho de forma leve. Su novio también se levantó y se acercó a él, apoyando la mano sobre la espalda ajena.
—¿Estás bien?
Yongbok asintió pero la tos continuó por unos segundos más. Y cuando cesó, mostró una amplia sonrisa y miró a su novio.
—Sí —contestó.
—De acuerdo. —Se acercó para besarle la mejilla— Debo irme, Bokkie. Pero mañana nos vemos en la cafetería detrás de mi casa, ¿si?
—Claro. Es a las tres, ¿cierto? —Su novio asintió— Ahí estaré.
Changbin llevó su mano al cabello ajeno y acarició de forma sútil este, por lo que Yongbok no dudó en acurrucarse aún más en su mano, disfrutando de aquellas caricias que le encantaban.
Finalmente y luego de varios minutos, Changbin se retiró y Yongbok regresó a su habitación, sin embargo, cuando se echó a la cama miró su celular que había dejado en la misma y leyó los mensajes que tenía antes de irse a dormir.
—Buenos días, Changbin. —Saludó Minho antes de sentarse a su lado— ¿Todo en órden?
El contrario suspiró.
—Oye, ¿tú... —Tragó saliva duramente— hablaste con Yongbok este fin de semana?
—¿Yongbok? —Frunció ligeramente el ceño— No, ¿no iban a salir el sábado?
—Eso se suponía pero —Hizo una mueca— no se presentó. Y es raro, el viernes por la noche hablamos de eso.
—¿Le llamaste?
—Claro, incluso fui a su casa pero no lo encontré, tampoco ayer y hoy no asistió a clase, hablé con uno de sus profesores, ni siquiera justificó.
—Que extraño, no es propio de él. —Miró hacia otro lado mientras pensaba— ¿Quieres que vayamos a su casa saliendo de clases? —Volvió a mirarlo.
—Por favor. —Le sonrió.
Terminaron las clases y ambos se encontraron en la puerta principal del edificio, por supuesto que los demás también se encontraron con ellos y aunque quisieron ir con ellos para saber si Yongbok estaba bien, Minho les pidió, casi exigió que se quedaran, cosa que luego de muchas quejas aceptaron, por lo que sólo Lee y Seo se pusieron en marcha.
El camino a casa del rubio fue en silencio, Minho estaba concentrado en el camino mientras Changbin miraba la ciudad en busca de distracción a toda esa preocupación que sentía, cada vez sentía que algo andaba bien pero no lograba decifrar ni hacerse una pequeña idea de qué podía ser.
Al llegar al departamento y estar frente a la puerta, Minho golpeó suavemente ésta al ver que su amigo no se animaba.
Esperaron varios segundos hasta que la puerta se abrió sólo un poco. Yongbok les miró a ambos y volvió a cerrar la puerta de la manera más rápida que pudo.
**¡E... Esperen!**
Fue lo único que lograron oír por parte de Yongbok. No escucharon algo más, esperaron por un minuto aproximadamente pero para ambos chicos afuera fue como esperar una eternidad debido a la sorpresa y confusión que esa reacción les había dejado.
Después de todo, Yongbok volvió a abrir la puerta, y como si nada hubiera pasado les sonrió y les invitó a ingresar a su casa, cosa que ambos hicieron. Sin embargo, Changbin notó la primer cosa extraña, la puerta de su habitación estaba cerrada, lo cual jamás había pasado.
—¿Dónde te metiste? ¡Estábamos preocupados por ti! —Regañó Minho sin importarle lo sucedido hace unos minutos.
—Pe... Perdón. —Soltó una leve risa— ¡Los días se me van volando!
Changbin le miró con intriga antes de acercarse para abrazarlo fuertemente. Minho no tardó en darse cuenta de los pensamientos del novio de su mejor amigo, así que para brindarle un poco de apoyo se despidió de ambos y se retiró de ahí.
—¿Cómo te fue en tus exámenes, Binnie? —No tardó en separarse.
—Bien, aunque me dejaron bastante cansado. —Dudó en preguntar lo siguiente—: ¿Crees que pueda quedarme a dormir?
Yongbok dio un paso hacia atrás:
—No.
Su respuesta inmediata sorprendió a Changbin.
—Pe... Perdón. —Trató de reír— Es que quiero estudiar un poco y si estás aquí no podré evitar estar contigo —dijo desviando la mirada a la derecha.
Aunque sus palabras y "excusa" fue buena, Changbin no pudo evitar sentirse... Raro.
—Seungmin, te vas a caer si contin... —No pudo terminar la frase cuando el nombrado cayó.
Hyunjin soltó un suspiro seguido de una risa y se acercó al menor para ayudarle a levantarse.
Del otro lado de la habitación estaba Changbin con la mirada perdida sobre la ventana. Minho lo notó así que se acercó a él, colocándose de frente para captar su atención, cosa que sirvió.
—¿Qué pasa, Changbin?
Éste se cruzó de brazos y soltó un suspiro.
—El miércoles tampoco asistió a nuestra cita —confesó.
El miércoles once de septiembre Yongbok y Changbin cumplieron diez meses de novios.
Ya era sábado catorce, estaban terminando de decorar la casa de Minho donde estaban organizando una fiesta para Yongbok y Jisung, evidentemente sería una sorpresa. Jeongin se estaba encargando de distraer a Han, y con Lee no hubo problema pues desde ese día por la mañana no sabían algo de él.
La siguiente semana, también el sábado sería la fiesta de cumpleaños de Seungmin, cosa que el castaño no sabía ni se imaginaba porque ese día sus padres le dijeron que irían a un viaje a Seúl, aunque era una excusa para hacerle creer que saldrían de la ciudad y por ende no podría tener fiesta.
—¿Cómo sabrá que debe venir? —preguntó mirando al chico frente a él.
—No te preocupes, Changbin. —Le sonrió— Le mandé mensajes, le pedí que viniera para que me ayudara con el regalo de Han.
Pero Changbin aún se miraba con duda.
—Él vendrá —dijo Minho.
Sin embargo, Minho se equivocó ya que cuando la fiesta acabó, el día quince de septiembre a las cuatro de la mañana, Yongbok no había aparecido.
• ¡Holi! Espero estén teniendo una linda mañana/tarde/noche y que estén disfrutando de ésta.
Perdonen si tuve algún error ortográfico o en la redacción, si es así pueden decirme y lo editare.
No me alcanzó el capítulo JAJAJA, pero si seguía con mis planes iba a estar muy largo, entonces al final si se nota muy forzado el final lo lamento, es que ya van casi 4k palabras.
¡Muchas gracias por leer!<3
¡Hasta luego!
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