-¿De verdad quieres que salgamos está noche? -no sabían lo emocionada que estaba por aceptar su propuesta. Pero al recordar que ya tenía planes con Jungkook para ESTA MISMA noche, todo se me venía abajo.

-Así es -se cruzó de brazos -¿Qué dices? ¿Aceptas en salir conmigo? -sonrió.

Estaba que me mordía la lengua en tratar de decirle que NO. Era el sueño de mi vida, no sabían cuanto esperé para que sucediera algo así, y ahora que se me presentaba la oportunidad todo estaba un poco jodido.

-No puedo -casi estuve al punto de llorar. La bella sonrisa de Minie poco a poco se desvaneció.

¿Por? -esperaba una buena justificación.

-Es que ya tengo planes para hoy.

-Ah -se rascó la punta de su nariz -¿Y, se puede saber de que se tratan esos planes? -tosió un poco. ¡Maldición! ¿Como le dicía que lo estaba despreciando por solo el hecho de que saldría con otro chico? Su curiosidad me dejó en un balancín de si decirle o no la verdad.

-Con... -dudé un poco -una amiga. Ahm, es que... Se hará una pijamada y...

-Comprendo -me interrumpió nuevamente sonriendo -Entonces lo dejaremos para después ¿Estás de acuerdo?

-¡Si! -le sonreí.

-Tengo que ir al laboratorio ¿Hablamos después?

-Por supuesto -asentí.

-Perfecto. Cuidate -acercándose a mi rostro me depósito un suave beso en la mejilla. Después de despedirse por última vez siguió su camino muy tranquilo -¡¡Me besó!! -dije sonrojada sobe el mismo punto que sus labios habían tocado -Jimin me dio un beso en la mejilla -casi dando brinquitos de la emoción también proseguí mi trayecto con intensión de ingresar a clases.

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Muy puntual Jungkook llegó a mi casa a recogerme. Como la noche estaba tan fría abrigué mi voluminosa figura con una chamarra. Al salir a la calle mis ojos se elevaron hacia el balcón de la habitación del pelirrojo, pero al encontrarla cerrarla y oscura, ideé porque todavía no había llegado.

-¿Pasa algo? -preguntó Kook ante mi insistencia en mirar aquella dirección.

-No -me avergoncé -¿A dónde iremos?

-Al cine. Creo que sería un buen comienzo ¿Qué dices tú? -metió sus manos en los bolsillos.

-Me parece genial, vamos entonces.

Todo estaba marchando de maravilla. Demasiado perfecto diría yo. El de cabello negro terminaba accediendo a todo lo que yo le pedía, no había nada el lo que él no me dijera NO. Después de una buena película romántica elegida por mí, fuimos a uno de los mejores restaurantes a disgustar uno que otro platillo. Fue notorio que quedó sorprendido al verme comer, pues estaba completamente segura que NUNCA en su vida había llegado ver comer tanto a una chica, como lo había hecho yo.

Al pagar la cuenta fuimos a dar una vuelta por Seúl. Estuvimos en el parque, platicando de todo un poquito aunque no fue muy fluida, a decir verdad nuestra plática fue un tanto aburrida ya que él no aportaba mucho.

Salimos a las ocho y regresamos a las once.  En el mismo punto en donde me recogió, en ese mismo punto me dejó.

-Hablamos después Hye. Buenas noches.

-Buenas noches Jungkook. Adiós -al chico marcharse solté un suspiro. Giré en mis talones para ingresar a mí casa pero cierta voz me habló de repente.

-Con que una pijamada ¿No?

Abrí mis ojos como platos y pasé saliva. Mis ojos se enfocaron en ese rostro visiblemente molesto que delataba el chico pelirrojo. Al parecer también estuvo fuera y había acabado de llegar, ya que el cigarrillo encendido que sostenía entre los dedos de su mano lo confirmaba.

-Jimin, yo...

-Si ibas a salir con tú novio, no habría la necesidad de haberme mentido -hizo una mueca enfado -Ojalá hallas disfrutado tú cita. Buenas noches.

Sin permitirme explicarle chico bonito se retiró.

Consejo número uno: nunca digas mentiras y más si la verdad va a salir a la luz de una manera que no te conviene.

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