Capítulo 8
-¿Hye? Sal de ahí por favor, deja de esconderte de mí. No tendrías porque sentirte avergonzada -trataba porque mí convencimiento fuera algo que solo ella pudiera escuchar. Mis manos se aferraron de las barandas de mí balcón, paciente esperaba que mi vecina del frente abriera nuevamente sus persianas, pero al parecer eso era algo que no iba a suceder.
Se me escapó un suspiro. Otros minutos más transcurrieron hasta que al menos se dignó en asomar su rostro por medio de las cortinas.
-¿Qué tal? -moví mis dedos en aquél gesto de saludo. Las mejillas de la pelicorta se inflaron en son de un berrinche.
-¿Te estás burlando de mi? -resopló.
-Para nada -me vi tranquilo -Anda. Dejate ver, ya te dije antes que puedes confiar en mi, además ya somos amigos ¿No?
-Los amigos no se ven desnudos.
-Ahm -medité su dicho -Esa es una opinión muy válida. Pero yo no te estoy viendo desnuda, estás en ropa interior.
-Eso no cambia las cosas.
-Solo quiero hacerte entender que puedes confiar en mí, que no tienes porque sentirte apenada tan solo porque...
-Tu no entiendes nada.
-¿Podrías salir de tú escondite? -le pregunté.
-¡NO! -sus mejillas agarraron color.
-Esta bien, esta bien... Si eso es lo que...
-Estas acostumbrado.
-¿Disculpa? -me confundí.
-A ver mujeres desnudas.
-Me estás queriendo decir que soy un...
-Tan flaquitas. Tan bonitas, tan...
-¿De que vergas estás hablando? -me confundí aún más.
-¿Para qué quieres ver a una gorda como yo? Llena de celulitis, estrías, rollitos, con senos de una tonelada y nalgas flácidas cuándo tienes mil mujeres hermosas detrás de ti? -se vio molesta. Trataba de comprender lo que me estaba diciendo pero entre más me decía todo eso menos hallaba una explicación.
-A mí no me importa las demás.
-¡Mientes! -su ceño se arrugó -Todos los hombres les gusta las mujeres perfectas.
-Púes a mi sacame de esa lista porque yo no suelo ser así -al parecer mí comentario no lo quiso creer. Enojadísima terminó por cerrar las persianas y asegurar la puerta de su balcón -¡Hey! Hye, creeme por favor. A mí no me interesa el físico de una mujer, si no sus verdaderos sentimientos. Quizás suene patético de mí parte pero te juro que...
-No suena patético. Suena a MENTIRA.
-¡Hye!
-Buenas noches, "MEJOR AMIGO" -después de eso ya no quiso volver hablar conmigo. ¿Como la hacía entender que estaba siendo sincero? ¿Que no era igual a mi hermano menor Jihyung? ¿Que si quizás me tenía con ese concepto no fue porque yo lo obtuviera si no porque él pelinegro en mí nombre me lo había manchado?
Kim Hye era esa chica que me hipnotizaba entre sus despampanantes ojos brillantes. Su cabello negro liso brilla mucho más que las estrellas del cielo, su cara redonda como una luna y sus delgados labios alineados a la perfección. Su rostro era hermoso, no importaba que fuera mas bajita que yo, sus mejillas eran rojitas siempre, dándole ese toque de inocencia y ternura. Era muy notable que no se quisiera ni un poquito, pero yo me encargaría de demostrarle que la perfección física no vale más que la pureza del alma.
Cree que porque mi cuerpo sea un poco tallado, que mi piel sea lisa y que mi cabello parezca una llamarada de fuego, no me podré fijar en ella tan solo porque es gordita. No se lo había dicho, pero quizás me atrevería a hacerlo cuando llegara el momento. Kim Hye sin planearlo, se había convertido un mí gordita hermosa.
─━━━━━━⊱✿⊰━━━━━━─
(Al otro día)
(Kim Hye)
Recordando el suceso tan vergonzoso que pasé ayer en la noche con el chico pelirrojo, cerré mí casillero con lentitud. Antes anhelaba tanto estar a su lado y ahora que lo tenía al menos como amigo, debería dejar de comportarme tan infantil con él. Lo que debía de hacer realmente era aprovecharlo, con todas las letras de la palabra.
-¿Es Hye tú nombre, verdad?
Aquella voz ya la había oído antes. Pero al darme vuelta y confirmar, pude entender que estaba en lo cierto. Él chico pelinegro me sonrió tan tiernamente, de un modo que inevitablemente recordé cuando me ayudó y lo conocí por primera vez.
-¿Jungkook? -fue lo primero que dije.
-¿Osea que sí recuerdas quién soy? -metió sus manos en los bolsillos delantero de su uniforme.
-Como olvidarte -le donreí -Se que no te lo dije antes pero te agradezco infinitamente por haberme ayudado aquél día -él de cabello cara de conejito tierno recostó su espalda contra uno de los casilleros ajenos.
-No agradezcas. Realmente para mí fue un placer -no sabía porqué sentí que me miró con mucha ternura -Como antes te había dicho y vuelto y te lo repito. En mí, puedes encontrar un gran amigo -acompañó su dicho posando la palma de la mano en su pecho. Esta vez le brindé una de mis sonrisas más cálidas -¿Aceptas ser mi amiga?
-Por supuesto -no dudé en responderle.
-Genial -sonrió más ampliamente -Ahora que aceptaste ser mí amiga ¿Que te parece si te invito a salir esta misma noche? Podrías ser una salida de amigos, para conocernos más afondo, o... ¿Ya tienes planes?
-Para ser sincera no tengo planes para esta noche. Yo estaría encantada de salir contigo -acepté. Jungkook se cruzó de brazos.
-Paso por ti a la hora que tú quieras.
Me quedé pensando unos segundos.
-¿A las ocho estaría bien? -arreglé.
-Tú decides -apartó su espalda del casillero para pretender retirarse -Tengo clases en estos momentos, así que a las ocho paso recogerte a tú casa ¿Esta bien?
-Ajam -asentí.
-Nos vemos después. Cuidate Hye.
Solté un respiro en cuanto el de cabello oscuro se retiró. Mi rumbo se dirigió hacia mi próxima clase. Matemáticas, la materia que más amaba en mi vida. Con prisa caminaba los pasillos para llegar a tiempo, pero mis intenciones fueron intervenidas por una pared masculina que por poco hizo que callera. Nuestros ojos se cruzaron, regalándome esa sonrisa provocante de infartos, solo supe sonrojarme.
-Hasta que te encuentro -comentó.
-Ahm, tengo clase y...
-No te quitaré mucho tiempo, te lo prometo -me enseñó su mano en muestra a su palabra.
Condenado chico pelirrojo ¿Como es que fácilmente me pone en un mar de nervios?
-Ok -terminé por acceder.
-No quiero que pienses que soy un pervertido, por eso te pido disculpas.
Mis cejas se subieron automáticamente.
-¿Eso significa que nunca pervertirías a una chica como yo? -mi tono de voz salió molesto. Minie arqueó una ceja.
-Yo no dije eso.
-YO LO ESTOY DICIENDO -empuñé mis manos.
-¿Por qué estás molesta?
-Ya no quiero seguir hablando. Me voy para mi clase -enfadada me di la vuelta para marcharme. Si acaso logré avanzar dos pasos cuando lo oí hablar nuevamente.
-Me doy cuenta que eres una chica con un temperamento fuerte -dijo. Mis pasos se detuvieron -Por alguna razón, esas chicas son las que más me llaman la atención -di gracias a los cielos que todavía le estaba dando la espalda, porque así no vería mí GRAN sonrojo.
-Pero no soy delgada.
-Me vale una mierda. Tú eres hermosa.
Contuve las inmensas ganas de ir a abrazarlo muy fuerte y de paso a comérmelo a besos.
-¡Juegas!
-Jamás -oí sus pasos acercarme a mí hasta detenerse detras -Mirame Hye. Por favor -sentí su cálida mano recargarse en uno de mis hombros.
Con lentitud me giré. Una vez más nos miramos fijamente.
-¿Quieres salir conmigo? -me propuso.
Abrí mis ojos como platos.
-¿Salir? -no lo podía creer.
-Esta misma noche ¿Qué dices? -terminó por completar entre una sonrisa.
¡Maldición! Jungkook y Jimin me habían dejado en una situación algo complicada.
─━━━━━━⊱✿⊰━━━━━━─
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro