-¿En dónde estará ese tonto?

Llevaba un largo rato buscando al pelirrojo por toda la preparatoria entera. Esta misma mañana le peleé porque no viniera a clases, sus heridas no terminaban de sanar, temía porque se le lastimaran pero él era demasiado terco. Con pasos lentos me conducía por los pasillos repletos por gentuza estudiantil. Mis ojos rodaban a cada rincón no desperdiciando nada pero aún así no podía encontrarlo.

Rendida me detuve. Mis brazos se cruzaron y me quedé meditando un lugar exacto, o más bien preferido por parte de él cabiendo la posibilidad de que esté allí.

-Jajaja No creí que fueras tan divertido, Park Jimin.

-¿Park Jimin? -abrí mis ojos como platos. ¿Fue una voz femenina quién pronunció su nombre en medio de una risa divertida? Apurando mis pasos me dirigí hacia donde se escuchaba la agradable plática. Al llegar al encuentro pude darme cuenta que mis sospechas eran ciertas.

Jiminie platicaba muy sonriente con otra chica tan solo a unos pasos de distancia en donde me encontraba parada. La sangre me hirvió, automáticamente mi ceño se frunció y mi quijada se apretó.

No soportaba la idea de que otra resbalosa quisiera metersele por los ojos a mi chico, él es mio y no lo compartiré con nadie. Todavía ninguno de los dos se percataba de mi presencia, así que siendo más paciente esperé por su siguiente movimiento. Todo transcurría con normalidad, no se que carajos conversaban tanto pero a simple vista era algo demasiado entretenido. Al ver como la castaña posó una de sus manos sobre el hombro del pelirrojo y quería restregar esos labios en su mejilla, ahora si intervine con rapidez.

-¡Park Jimin! -mi llamado resonó. Tanto mi novio como la atrevida cjica giraron sus rostros para verme. Sin esperar más empecé acercarme con pasos fluidos -Hasta que al fin te encuentro, mi amor -aquellas palabras las remarqué para darle a entender de una maldita vez que este hombre tenía dueña. Enredando mis brazos en el cuello del mayor no dudé en plantarle un beso en esos dulces labios.

Después de que ambos nos besamos un poco, noté enseguida como la castaña alzó una de sus cejas no gustándole mucho la provocadora escena. Sin querer soltarme de la cintura de Park, crucé miradas con la chica ante su posición de brazos cruzados.

-Que bueno que llegaste mi amor, te quiero presentar a DaeHyung. Es una gran amiga -me la presentó girando sus ojos hacia la ojinegra -DaeHyung. Ella es Hye, mí...

-Su novia -terminé de completar. Estirando mi mano en muestra de saludo así se vea más como hipocresía, la castaña dudó un poco en corresponder -Mucho gusto -dibuje una falsa sonrisa en mis labios.

-El gusto es mío -asintió correspondiendo el apretón. Quisimos fulminarnos con la mirada, lástima que los hombres no noten nada en lo absoluto -Jimin, hablamos después ¿Ok? Te dejo a solas con tú novia -no le importó que yo haya fruncido mi ceño, al fin y al cabo resultó dándole un beso de despedida en la mejilla.

-Cuidate -se despidió él. En cuanto la atrevida se marchó, inesperadamente solté un grito asustado al pelirrojo enredar sus brazos en mi cintura y acorralarme contra una de las paredes del pasillo.  Ambos nos miramos directo a los ojos.

-¿Se puede saber que ocurre contigo? -reclamé -Ya llevas dos veces. Dos, que me causas tremendos sustos -hablé seriamente. La expresión del cabellos rojos seguía tan inquebrantable, pero luego se deformó al mostrarme una de esas sonrisas engreídas sin dar la necesidad de enseñar los dientes -¿Por qué sonríes? ¿Qué te causa tanta gracia? -demandé. Él no me contestó -Esa mujer te pone muy feliz ¿O qué? -alcé una ceja. Maldita sonrisa torcida que empezaba a molestarme -¡Ah! Basta Park Jimin, ¿Dime por qué sonríes? ¿Qué tanto hablabas con ella? Ahora te volviste comediante que los encontré entre un jijiji -a cada segundo mi ira incrementaba, y más si él no respondía -¡Ya! ¡Respondeme! -mi rostro se tornó rojo.

-¿Terminaste? Doña celos -se oyó tan divertido. Mis mejillas se inflaron en son de un enorme berrinche.

-No estoy celosa.

-¿Ah No? &arqueó una ceja -Entonced Kim Hye se convirtió en toda una policía de interrogación ¿No? Jaja -se carcajeó. Furiosa quise retirarme de ahí mismo, pero los brazos de mi novio al rededor de mi cabeza y ese cuerpo unido junto al mío, no me permitía el escape.

-Dejame ir.

-No.

-¡Park Jimin! ¡Me quiero ir!

-Sabias que... -deslizó su dedo índice por toda mi mejilla -Te ves mucho más hermosa cuando te pones celosa.

-Ya te dije que no estoy celosa. Dejame ir, es una orden.

-Soy tú novio. No hago parte de un pelotón - evité su mirada, en cambio su acción fue besar mi barbilla cerca de mis labios -Solo tengo ojos para ti.

-Uhm -me hice la difícil.

-Mi amor, mirame por favor -me pidió. Al principio no quería acceder a su petición, pero terminé por doblegarme. Pude ver mi rostro en medio de esos brillantes y trasparentes ojos negros que tiene el pelirrojo -¿Quieres tener a una cita conmigo esta noche?

Abrí mis ojos sorprendida. La última vez que la íbamos a tener una, no se pudo realizar debido a las malas acciones de los demás hacia nosotros.

-¿Una cita? -repetí totalmente emocionada.

-¿Qué dices? Mi celosita -tocó la punta de mi nariz. Abrazándolo por su cuello volví a buscar su boca.

-Que si -acepté besándolo.

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