Quería besarme nuevamente. Pero al saber sus intenciones, rápidamente me coloqué en pie en donde enseguida guardé una distancia entre los dos considerable.

-¿Qué pasa? ¿Acaso estuvo mal lo que te dije? -el pelirrojo imitó mi acción también levantándose del asiento. Llevé mi corto cabello detrás de mis orejas ¿Como le dicía que no me sentía segura en que un chico tan atractivo como lo era él, quisiera verme desnuda?

-No quiero pasar por esto -hablé. Minie soltó un suspiro y despeinó un poco su rebelde cabello.

-Hye. Comprendo que no te...

-No. Tú no sabes nada -lo interrumpí en un tono serio -No sabes como me siento YO cada vez que me veo enfrente de un espejo y veo tanta grasa reunida. Mirame Park Jimin -le exigí -¿Desearías a una mujer como yo, que no tiene un abdomen plano y envés de eso mi estómago se arruga cada vez que tomo asiento?

-Eres tan estúpida -su dicho me hizo entristecer. Avanzando hacia mí me miró directamente a los ojos -¿Por qué vergas Kim Hye es la única que no se da cuenta de lo HERMOSA que es?

-No lo soy -frustrada permití que se me escapase un llanto. Park me sujetó del mentón e hizo que lo mirara nuevamente.

-Lo eres -aseguró con ternura -Qué más da que no tengas un cuerpo de modelo. Tú eres perfecta para mí. En todo el sentido de la palabra.

-No es verdad.

-No miento -su expresión igualmente se puso sería -Creeme cuándo te digo que eres hermosa. Lo eres, realmente lo eres, miro tus ojos y es como si estuviera en el cielo de una noche estrellada.

-¿Y lo demás?

-Lo demás no importa -se encogió de hombros -Yo no necesito a una flacucha para saber que es la adecuada. Contigo me basta y me sobra, eres la mujer más completa que e conocido en mí vida.

Sus confesiones me llenaban de esperanza y la vez me confundían.

-Hablas como si yo te gustara.

-¿Cuál sería el problema? -susurró cerca de mis labios -¿Acaso no me puedes gustar? ¿Esta prohibido que me fije en ti?

–Jimin...

-Quiero estar contigo. En todo -rápidamente me sonrojé -Quiero convertirme en tú dueño, en el chico que pueda disfrutar de tus ojos brillantes llenos de cariño. Tus delgados labios con sabor a cerezo. Verte sonrojarte por cada cosa que te diga. Oír la melodía de tú voz y sobre todo, ser la única llave en tener acceso a tú corazón -sus cálidas manos sujetaron las mías. Hubo un silencio prolongado entre los dos, donde nuestras miradas hablaban por nosotros.

-Será que... -me dio harta vergüenza decirle -Será que me...-mis mejillas agarraron más color -Ehm... Yo...

-Solo dilo -me sonrió. Dejando que se me escapara el respiro contenido, me sentí preparada para decirle.

-¿Me puedes be...besar?

-Jajjajajj que tontita eres -sonrió con burla. Al fruncir un poco mí ceño fui atacada por sus dulces labios. Enredando mis brazos en su cuello me sentí desfallecer al ser tan dichosa de que por fin mí sueño más anhelado se había hecho realidad -Se mi novia ¿Qué dices, Hye? -me propuso apretando un poco la punta de mí nariz. Me quedé sin aire ante lo dicho.

-¡Que sí! -totalmente shockeada quedé.

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(Una semana después)

Cogidos de la mano Minie me dejó enfrente de mí casa. Con una sonrisa le recibí mi mochila, en cambio, él me dio un beso rápido en los labios. Dos tórtolos nos habíamos convertido después de que acepte ser su novia.

-Mañana no iré a clases, amor -me advirtió levantando su rostro para mirar a la metiche de mi madre que muy inoportuna, nos observaba por medio de la ventana en la cocina -Hola eomoni* ¿Como está? -le sonrió. La anciana se vio avergonzada al ser descubierta por esos ojos de halcón que tenía el pelirrojo.

-Hola querido ¿Bien y tú? -se hizo la tonta para no mostrar su incomodidad -¿Porque no vienes a cenar con nosotras? Prepare un platillo exquisito.

-Señora Kim. No quiero ser grosero, pero no puedo, tengo algo importante por hacer -sentí sus calurosos brazos alrededor para abrazarme.

-¿Por lo de tú cumpleaños, amor? -le correspondí su abrazo. Minie acercó su boca en mi oreja para susurrarme algo en secreto.

-Quiero adelantar la celebración de mí cumpleaños contigo esta noche -besó mi mejilla -Solo los dos. Mis padres no están, así que podemos aprovechar ¿Vamos?

-Pero ya habíamos quedado que lo celebraríamos mañana -me crucé de brazos -Es un día especial.

-¿Que más especial que estar a tú lado! -trató de convencerme. Medité un poco su propuesta hasta que...

-Hablamos mañana, ¿Oki, mi Amor? -antes de que pudiera detenerme le di un beso por último -Que tengas una linda noche. Te amo -poco a poco me fui retirando.

-¡Hye espera! -me pidió entre un berrinche -Estoy sólo en casa.

-¿Olvidas a Ddosun? -le alcé una ceja.

-Pero yo te quiero a ti.

-Te amo.

-Yo también reina pero...

-Adiós mí amor. Que tengas una linda noche -después de lanzarle un beso al aire y guiñarle un ojo, cerré la puerta una vez ingresé a mí casa. Recargué mi espalda contra el fino madero, mi estresante hermano menor quién vio toda la escena imitaba mis suspiros de una manera exagerada para molestarme.

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(Al otro día)
(Park Jimin)

Hoy era mí cumpleaños número veinte y quise pasar un día completo con la encantadora chica que elegí como novia. Sabía a la perfección que mi gordita bella se acomplejaba por no tener una figura envidiable, pero si me atreví en traerla a la playa era para demostrarle que no me avergonzaba en lo absoluto andar de la mano con una chica como ella. Tenía la difícil tarea de sacarle ciertas idioteces de la cabeza, era hora de que ella aprendiera a quererse tal y como la adoro yo.

Al llegar al hotel, la recepcionista no tardó en asignarnos una maravillosa habitación con vista al mar. Preocupada la bonita me venía insistiendo por el camino hacia acá que no gastara mucho de mí dinero en ella por ser mí día, pero como a mí me fascinaba darle de lo mejor, no me importaba gastar el dinero si era con ella.

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-¿Estás loco? Yo no usaré eso -de rebelde lanzó la lencería encima de la cama mientras se cruzaba de brazos. Tomando el bikinis entre mis manos detallé la sexy prenda.

-Te quedará bien, mi amor.

-¿Bien? -me miró enseguida -Voy a quedar como una BALLENA ahí metida.

-Pero yo quiero verte con el puesto. Para eso te lo compre -insistí.

-Yo te dije que no malgastaras el dinero.

-Comprarle detalles a mi novia no es malgastarlo -me acerqué a ella y de nuevo se lo ofrecí -Pontelo, solo un ratito ¿Si? Hazlo por mí -le hice ojitos.

-Pero... Mi amor -no se vio animada -Voy a quedar súper fea.

-Hye -frunci mí ceño en regaño al oírla expresarse así de si misma -Ya te e dicho mil veces que no me gusta que te trates así. Eres hermosa, metetelo en la cabeza -le ordené -Si te pido que te pongas el bikini, es para YO contemplar a mí novia, debería valerte un bledo lo que piensen los demás ¿Por qué no me puedes complacer en algo que quiero?

La oí suspirar.

-Esta bien -asintió -Me lo pondré, pero ya quita esa cara de serio -caminando hacia mí buscó mis labios -Solo por ti lo haré mi amor ¿Humm? -sonreí atontado.

-Eres sexy. Realmente lo eres para mí.

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