𝘾𝘼𝙋𝙄𝙏𝙐𝙇𝙊 𝘿𝙄𝙀𝘾𝙄𝙉𝙐𝙀𝙑𝙀
Respiro por la nariz. Inhalo, exhalo. Inhalo, exhalo. Inhalo, exhalo.
—Es solo una simulación, Noah —dice Cuatro en voz baja.
Sí, lo es pero todavía no me acostumbraba a eso, aunque sea una simple simulación parecía ser muy real, la pesadilla de ser abusada era simplemente terrorífico.
Repentinos ataques de terror en la ducha, en el desayuno, de camino aquí. Y no soy la única que se siente así, me doy cuenta.
Sin embargo, asiento con la cabeza y cierro los ojos.
Estoy a oscuras. Lo último que recuerdo es el sillón de metal y la aguja en el brazo. ¿Qué pasará ahora? ¿Cuál será el nuevo monstruo que me atacará? Está vez, no me encontraba en la ciudad sino, el lugar donde estaba era extraño, parecía un desierto, un lugar muy solitario, no había nada ni nadie, comencé a caminar sin rumbo alguno. A lo lejos en el cielo pude ver una nubes muy inusuales, parecía que una tormenta se aproximaba, así que apresure mi paso lo cual no funcionó de nada; las nubes ya se encontraban encima de mi. Me relaje, después de todo es solo lluvia, nada malo.
Pero de pronto un rayo cayó a unos metros de donde yo me encontraba, esto no era normal en lo absoluto, continúe caminando y otro rayo cayó pero está vez más cerca, comencé a correr y entonces otro rayo en frente de mi, me di la vuelta y corrí, pero sucedió lo mismo; iba de un lado a otro intentando esquivarlos, pero era algo imposible.
>> Llegué al punto de que no había escapatoria, los rayos me rodearon por completo, y yo ya estaba comenzando a entrar en pánico; no había salida, en cualquier momento el rayo me iba a llegar a mi, y de esa manera podría morir. Estaba aterrada, no logro buscar una solución porque el pánico me invade, el miedo de morir de esta forma nubla mi mente. No tengo ni una sola idea de como salir de esto.
Entonces lo único que se me ocurre es ponerme de cuclillas, con el rostro abajo y mis manos sobre mis oídos, y de pronto la frase "esto no es real" viene a mi mente, entonces me la repito una y otra vez mediante susurros, esto no es real, esto no es real, esto no es real. Intentando convencerme de que esto no está pasando realmente, es solo una ilusión.
Si todo esto es una ilusión, significa que esta en mi cabeza, entonces yo lo controlo. Levanto las manos de mis oídos y me incorporo, a lo lejos veo un refugio, entonces, sin miedo voy caminando, sin importarme si un rayo llega a caer en mi. Un rayo llega lo suficientemente cerca para chocar con mi brazo, pero no me afecta, no siento nada. Entonces sigo, sigo caminando, cada vez más cerca de ese refugio. Llego, y trato de abrir la puerta, con un empujón y abre.
Suelto el aire y estoy en el sillón. Tomo aire con ganas y sacudo las manos. Cuatro está a mi lado, pero, en vez de ayudarme a levantarme, se me queda mirando.
—¿Qué?
—¿Cómo has hecho eso?
—¿Eso?
—Caminar como si nada, sin que un rayo te destroze.
—No lo se.
Cuatro por fin me ofrece una mano, así que paso las piernas al lateral del sillón y, cuando me levanto veo que puedo mantener el equilibrio y estoy tranquila.
Él suspira y me sujeta por el codo, medio llevándome, medio arrastrándome al exterior de la sala. Caminamos deprisa por el pasillo, pero me paro y aparto el brazo. Se me queda mirando sin decir nada, no me dará la información si no se la pido.
—¿Qué? —le exijo.
—Eres divergente —contesta.
Me quedo mirándolo y noto que el miedo me recorre el cuerpo como si fuera una corriente eléctrica. Lo sabe ¿cómo lo sabe? Tal vez cometí un desliz, de haber dicho algo que estaba mal.
Tendría que actuar como si nada. Me echo para atrás, apoyo los hombros en la pared y respondo:
—¿Qué es divergente?
—No te hagas la tonta —responde—. Lo sospeche la última vez, pero ahora resulta obvio. Has manipulado la simulación, eres divergente. Aunque borraré la grabación, si no quieres acabar muerta al fondo del abismo, ¡tienes que encontrar la manera de ocultarlo durante las simulaciones! Ahora, si me disculpas...
Vuelve a la habitación y cierra de un portazo. Me doy cuenta que mi corazón está en la garganta. He manipulado la simulación, he caminado sin problema por ese campo de rayos por doquier, no sabía que era un acto de divergencia.
¿Cómo lo sabía él?
Me aparto de la pared y sigo andando por el pasillo. Necesito respuestas y creo saber quién las tiene.
Me encuentro a Tris dentro de la habitación, se encontraba con sus amigos. Necesitaba hablar con ella, siento que puedo confiar en ella, así que es a quien puedo preguntarle y pedirle ayuda.
Me acerco hasta obtener cada una de sus miradas—, Hola chicos —me saludo. Luego dirijo mi mirada a Beatrice Prior —. Tris, ¿podría hablar contigo?
—Claro —me responde, se levanta y me acompaña hasta llegar fuera del dormitorio.
—Tris, necesito confiar en ti. Debes decirme si realmente puedo hacerlo —le menciono.
—No entiendo, de que se trata —me dice ella confundida.
Me dejo de rodeos, debo decirle, ya la había hecho venir. Después de todo, creo que sería la única, en quien podría confiar esto.
—Bueno, Tris. ¿Sabes que es un Divergente?
La cara de Prior cambió completamente, se volvió pálida, y no pude comprender el porqué. Sus nervios se mostraban de forma muy evidente. Sentía que me había equivocado en decirle todo eso, me arrepentí.
—¡¿De que hablas?! —se exaltó, entro en un estado de desesperación—. Yo no se nada, no soy Divergente ¿De qué estas hablando?
Ahí fue cuando me di cuenta del porque de su reacción, ella también era Divergente.
Lo primero que hice fue poner mis manos en sus hombros para calmarla, un ataque de nervios comenzaba a atacarla.
—Tranquila... Tris, Tris —mis intentos de calmarla, no funcionaban.— ¡Prior! —tuve que gritarle para que me hiciera caso, logrando el objetivo, ella me miró—. Cálmate, solo quiero saber que es eso... porque... porque yo, yo soy divergente.
Después de esa "agradable" charla con Prior, ella lo comprendió y no solo eso, sino que también me confeso que también era Divergente. Así que sabía a quién acudir para obtener respuestas.
Nos encontrábamos en el Pozo en la sección de tatuajes, donde pudimos divisar a Tori, quien ni bien nos vio—, Hola Tris —la saludo.
Prior le hizo una señal que dio a entender a Tori que necesitábamos hablar con ella acerca de este tema de la divergencia.
—Vayamos atrás —nos susurró mientras se aseguraba de que el otro hombre cerca de nosotros esté ocupado para no tomar en cuenta nuestra pequeña plática.
La seguimos a la parte trasera de una cortina que separa dos habitaciones. En esta se encontraban algunas sillas, agujas para tatuajes de repuesto, almohadillas de papel, tinta y algunas obras de artes enmarcadas.
Tori cierra la cortina y se sienta en una de la sillas, nosotras seguimos su acción de tomar asiento.
—¿Qué pasa? —pregunta ella— ¿Cómo les está yendo en sus simulacros?
—Bastante bien —responde Tris.
—Vinimos para hablar acerca de...—me pongo a pensar si es seguro decirlo asi que busco la manera— bueno, solo quiero, queremos saber ¿qué somos? ¿qué tiene que ver con los simulacros?
El comportamiento de Tori cambia, su expresión en su rostro se transforma a uno melancólico como si un recuerdo destructor llegara a ella de forma repentina. Se recuesta, cruza los brazos.
— Entre otras cosas, ustedes son capaces de manipular el simulacro, incluso cerrarlo. Son capaces de darse cuenta si lo que estan experimentando es real o no—exclama ella—. La sociedad teme de esa inexistente posibilidad de control sobre ustedes, por eso es que no importa a que faccion pertenezcan, aun sea Osadía, pueden llegar a matarlos.
Tras esas palabras me pongo nerviosa, pero recuerdo todo. Yo era consciente de todo esto; los recuerdos de mi pasado en Erudición van pasando por mi mente, como si fuera una recopilacion de todo lo que he vivido, los gritos que escuche aquella vez que fui a dejarle unos papeles a ese sotano perteneciente a la casucha alejada mas conocida como un depósito de cosas que estaban arruinadas, cuando mas bien, abajo de esa simple casa, se encontraba como un laboratorio con su propio equipamiento pero ¿para qué?. Yo me pregunté lo mismo esa vez, ese lugar parecía un laboratorio clandestino al estar tan oculto, pero luego escuche gritos, un chico gritaba de dolor ¿qué estaba pasando?. Solo recuerdo que me iba acercando hasta que choque con mi madre, quién solo me reprendió, ya que me encontraba en el lugar equivocado y en un momento inapropiado.
—¿Asi que voy a morir entonces? —pregunto Tris, desesperada por que la respuesta sea lo que ella quisiera escuchar. Ay Tris, si supieras que no me ayudas a mantener la calma.
—No necesariamente, los líderes de intrepidez no saben sobre ustedes todavía —dice— porque si asi fuera, ya te habrian matado.
La miro fijamente. Ella parece estar segura de lo que dice. Suena firme, pero algo no es muy confiable, y es que nunca hubo un asesinato en nuestra ciudad, no que yo lo recuerde. ¿Los lideres de faccion son capaces de llegar a eso?
—Estás paranoica —suelta Tris, lo cual me sorprende—, los lideres de Osadía no me matarían . La gente no hace eso. Ya no. Ese es el punto de todo esto...
—De todas las facciones—continuo, no se si eso era lo que Tris queria decir, pero necesitaba soltarlo.
—Oh, ¿eso crees? —planta sus manos y nos mira fijamente, su rostro se tensa con una súbita ferocidad—. Ellos mataron a mi hermano ¿Por qué no te matarían a ti, o a ella? ¿Acaso tienes algo de especial?
—¿Tu hermano? —cuestiono.
—Sí. Mi hermano. Él y yo nos transferimos de Erudición , sólo que su prueba no fue concluyente. En el ultimo día de los simulacros lo encontraron en el abismo, sin vida. Dijeron que fue un suicidio. Sólo mi hermano lo estaba haciendo bien en el entrenamiento, el estaba saliendo con otra iniciada, él era feliz —sacude su cabeza y se dirige a Tris—, ¿tú tienes un hermano, verdad? ¿no crees que sabrias si el fueraun suicida?
Y me pierdo tratando de recordar si alguna vez pude conocerlos, si ellos venían de Erudición, debí haberlos visto al menos una vez. Trato, pero ningún recuerdo me llega a la mente.
—En la segunda etapa del entrenamiento, Georgie lo hizo muy bien. Dijo que los simulacros no eran nada atemorizantes para él, le parecian como un juego. Así que los instructores tomaron demasiado interés en él. El último día de los simulacros, uno de los lideres de Osadía vino a verlo en persona. Y al día siguiente, Georgie se había ido.
—¿Eso es todo lo que es ser Divergente?— pregunta Tris,— ¿solo es cambiar los simulacros?
—Lo dudo —sisea Tori—, pero es todo lo que se.
—¿Cuantas personas saben sobre esto? —pregunto pensando en Cuatro—. Acerca de manipular los simulacros.
—Dos tipos de personas —responde sin dudar—. Las que las quieren muerta. O las que lo han experimentado por si mismas. De primera mano; o de segunda mano, como yo.
Cuatro me dijo que borraría la grabación. Él no me quiere muerta ¿él es un Divergente? ¿era miembro de una familia? ¿algún amigo? ¿novia?.
Dejo de lado todo eso, no puedo permitir que él me distraiga.
—Debo irme o Bud hará preguntas. Sean cuidadosas.
Entonces se fue. Tanto Tris como yo estabamos sorprendidas de todo lo que habiamos descubierto. Tris habló— No entiendo. ¿Por qué a los lideres les importaria que yo pueda manejar las simulaciones?
Y asi conecte todo, lo que habia descubierto recien, la cabaña en Erudición, aquellas muestras de sueros. Ahora todo tenía sentido para mi. No puede ser.
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