-Ro- escucho que me nombran, me doy la vuelta continuando con el sueño.

-Rooo- otra vez mi nombre.

-LA PUTA MADRE LEVANTA- grita de repente Wos haciéndome dar un salto de la cama.

Me agarro el pecho asustada y lo miro incrédula, a veces no puede ser más imbécil enserio. Sale corriendo de la habitación porque obviamente voy a por él para darle una hostia bien fuerte que se la merece.

Lo alzanzo en él salón, intenta evitarme escondiéndose tras el sillón pero yo soy más lista y me subo a este saltando encima de él. Ambos caemos al suelo riéndonos, aunque aún sigo teniendo ganas de darle la hostia y es lo que hago. Comienzo a darle hostias no muy fuertes y puños, hasta que agarra mis manos haciendo que lo mire.

-Boluda, ¿te volviste loca?- dice bufando.

-¿Loca por ti? Siempre bebé- digo de broma robándole un beso -La próxima vez no me grites y verdad como no me despierto con tan mala leche-

Me levanto de encima suya sonriendo y le doy la mano para ayudarlo. Él me mira negando y sonríe de lado.

-No te despertabas y son las 9 de la noche- dice encogiéndose de hombros -Te garché tan bien que te la pasaste durmiendo toda la tarde-

-Imbecil- susurro dándole una colleja y miro la hora sorprendida.

Pues sí que había sido largo el sueño, me miro de arriba a abajo y sigo desnuda cosa que me hace sonrojarme. Sé que ya me ha visto desnuda pero mi vergüenza nunca se irá. Salgo corriendo hacia el baño y decido que mejor me doy una ducha. Dejo que el agua corra sobre mi cuerpo mientras tarareo una canción cualquiera que resuena en mi mente.

Me alisto enseguida y voy hacia el salón donde está Wos sentado metido de lleno en lo que lee en su móvil. Lo abrazo por la espalda haciendo que pegue un brinco y guarde deprisa el teléfono cosa que me hace extrañarme, aunque decido no darle importancia.

-Preparé la cena- dice tirando de mí hacia la cocina.

-Mmmm que bien huele, tengo un hambre...- suspiro sentándome enfrente de él y miro mi plato.

-¿Estás bien? Quiero decir no te arrepientes ni nada ¿No?- notó como su voz tiembla un poco y niego.

-No me arrepiento de absolutamente nada, es más volvería a repetirlo- me muerdo el labio divertida.

Valentín me mira y se le escapa una sonrisita tonta, no puedo estar más enamorada de este señor. Comemos en silencio, salvo de vez en cuando algún chiste malo que soltamos. No es que no queramos hablar, es que hasta en silencio nos comprendemos.

Cuando ya he recogido la mesa y todo me voy a tumbar en el sillón con él, prende la TV y pone Netflix. Después de la tempestad viene la calma dicen. Después de haber echo el amor viene la película.

A lo tonto nos dan las 2 am, ninguno de los dos tiene sueño y creo que es normal después de la siesta que nos echamos. Decidimos entonarnos un poco, con él será divertido beber hasta la saciedad.

Saca un par de botellas de alcohol y yo agarro dos vasos e hielo. Me siento a su lado riéndome por algo que acaba de decir y agarro la copa dándole el primer trago.

-Uh está bien cargada- digo mirando el vaso.

-¿No querés pasarlo bien?- sonrío pícaro acariciando mi pierna -Vamos a divertirnos-

Le da un largo trago a su copa invitándome a hacer lo mismo, yo que soy muy competitiva lo hago de golpe y le saco la lengua. La música suena suavemente para no molestar a los vecinos, nuestros cuerpo se pegan y bailan al compás sin separarse ni un milímetro.

La ropa desaparece poco a poco entres besos y risas, ninguno de los dos tiene pudor en este instante. Lo miro divertida cuando noto su mano en mi culo.

-Vamos a jugar- susurro empujándolo contra el sillón.

Me pongo encima suya a horcajadas y con mis manos acaricio su torso desnudo. Acerco mi lengua a su cuello y la paso lentamente dejando algún que otro mordisco. Sonrío de lado al notar su erección de nuevo presionando contra mí entrepierna. Suelto un jadeo comenzando a moverme sobre su bulto y haciendo que yo me moje más.

De repente su teléfono comienza a sonar y se pone nervioso, lo miro negando y me bajo de encima echándome a un lado del sillón. Veo como sale a la terraza a hablar, no puedo escuchar nada y tampoco quiero, no soy una cotilla. Pero ¿quién lo llamara a las 4am?.

-Perdon amor, esto.. tengo que salir en busca de un amigo que se puso muy borracho y está formando quilombo- se rasca la nuca nervioso.

-No te preocupes, ve anda- niego sonriendo y veo como se viste rápido.

Sale de la casa a una velocidad inhumana y cierra de un portazo. Bufo mientras me coloco la ropa, hay algo que me está ocultando y tengo que averiguar qué es.

Intento dormir un rato pero no soy capaz, lleva casi 2 horas fuera, ya ha amanecido y le he dejado como 5 llamadas perdidas pero nada. Hace rato que he comenzado a dar vueltas por el salón, la incertidumbre me mata. Escucho como intentan abrir la puerta y voy corriendo a hacerlo yo.

Me encuentro de frente a Wos el doble de tomado que cuando salió de casa, viene solo pero noto algo raro en él. Se apoya en mí cuando va a entrar y ahí es cuando me doy cuenta, tiene marcas de pintalabios en el cuello y huele a un perfume que no es el mío.

-Valentín ¿Dónde coño has estado?- pregunto tirándolo al sofá y aprieto los puños.

-Ya te dije que un amigo andaba tomado- dice él arrastrando las palabras.

-¿Un amigo? Pues ese amigo parece usar carmín y un perfume femenino de marca- me cruzo de brazos reprimiendo el dolor que tengo ahora mismo en el pecho.

-Bueno una amiga, ella quería verme, estaba tomada y bueno tomamos de más- comienza a reírse -Acabamos garchando en el coche pero tú shhh, no quiero perder a Ro-

Siento mis ojos arder, a estas alturas ya he comenzado a llorar, ¿Cómo ha podido?. Respiro hondo mirándolo, está muy bebido pero esa no es excusa.

-A Ro la acabas de perder- hablo con voz ronca mirándolo fijamente.

Él no hace nada, me mira y simplemente se echa a reír, luego se deja caer en el sillón quedándose dormido al instante. Mis ganas de matarlo aumentan pero prefiero que esté lúcido para que le duela más. Agarro mis cosas y salgo de su casa dando un portazo.

Camino hasta mi piso, voy dando tumbos, entre algo bebida que estoy y la decepción que me acabo de llevar mis fuerzas no están al cien por ciento. Al llegar abro la puerta como puedo y me dirijo a mí habitación sin ni siquiera hacer caso a las chicas que me llaman varias veces. Cierro de un portazo y me tiro a la cama comenzando a llorar y descargar toda mi furia contra el colchón.

-Hey cariño ¿que pasa?- pregunta Isa acercándose a mí.

Se sienta a mí lado acariciando mi espalda y yo niego repetidas veces, me duele tanto que no puedo ni expresar lo que siento.

-Yo... Estaba con Valen.. hemos.. hemos dado el paso y todo iba bien- susurro mirándola -Hasta que de repente cuando estábamos de nuevo camino a hacerlo le han llamado y se ha ido diciendo que un amigo estaba tomado y necesitaba ayuda- me sorbo los mocos

Intento tranquilizarme un poco respirando hondo, me cuesta muchísimo volver a recordar todo esto.

-Ha llegado horas después a casa y tenía marcas de pintalabios en el cuello y olía a un perfume que no era mío- rompo a llorar de nuevo -Lo peor es que me lo ha contado tranquilamente y me ha dicho que se ha follado a otra tía. Iba tan bebido que no sabía ni que era yo-

-Pero que hijo de puta- suelta Isa de repente abrazándome -No voy a matarlo porque te hago más falta aquí, que si no...-

Me aferro a ella bien fuerte, ahora mismo es lo único que necesito, un abrazo. Siento como deja leves caricias en mi pelo, me relajo y lo único que distingo es su voz y la de Lucía, ambas hablan de lo que ha pasado. Decido no prestar más atención y descansar, así que me quedo poco a poco dormida, ya bastante he escuchado y visto por hoy.

------------------------------------------------------------------

No me matéis que yo os quiero muchooo.
Espero que os esté gustando la historia, queda poquito para su final. El capítulo 30 será el último de Inefable, así que disfrutad mientras podáis.
Eso sí, no dejaré de escribir, tengo otra novela en proceso: Luz/Mnak. Y se vienen muchas más, si queréis leer más novelas mías simplemente seguirme y estaréis al tanto.
Os quiero ♥️