Cuando estoy lo bastante lejos de la casa de Lit pido un taxi y le doy la dirección del Luna Park. Tengo una ligera idea de quién puede haber montado todo este embrollo y me da miedo estar en lo correcto. Recibo varias llamadas de los chicos, supongo se habrán dado cuenta de que no he vuelto a casa, ignoro todas poniendo el teléfono en silencio.

El taxista me deja justo enfrente de mi destino, me bajo después de pagarle y miro la entrada del recinto, la gente entra y sale. Me acerco y veo unos carteles anunciando una jornada de puertas abiertas para amantes de la lectura, no tendre problema en entrar. Camino entre el gentío en busca de alguna señal, pero no encuentro nada que me llame la atención.

-Roooo, ¿Qué haces acá?- pregunta una voz femenina detrás mía.

Me giro y suspiro aliviada al ver a Nicki allí parada, me acerco y la saludo.

-Pasaba por aquí- sonrío levemente -No sabrás de algún lugar más apartado para leer ¿no? Aquí hay mucha gente.

-Oh pues si, hay una zona más alta, en el piso de arriba, allá se está mejor- sonríe ampliamente y me despido de ella.

Me dirijo hacia allí, veo unas escaleras de incendio así que decido subir por ahí. Al llegar al piso de arriba todo está sumido en silencio, miró a mí alrededor y solo puedo ver muchas ventanas y algunos sillones. Comienzo a recorrerme todo hasta que doy con una puerta que está entreabierta, del Interior de la sala emana un destello de luz. Miro por la rendija y lo que veo me hace ahogar un grito, Lit esta tirado en el suelo inconsciente, tiene la cara ensangrentada y la ropa desgarrada.

Saco el valor suficiente para adentrarme en la habitación sin hacer ruido y con cuidado. Miro a mí alrededor y no parece haber nadie así que me acerco deprisa hasta Mauro.

-Por dios Mauro reacciona- le pido dándole leves golpes en la cara.

Unos segundos después siento como se remueve entre mis brazos, sonrío aliviada cuando abre los ojos.

-Cuidado- susurra mirando detrás de mí y justo siento un golpe en la cabeza que me hace retroceder.

Caigo de culo al suelo sobándome la nuca, veo algo borroso pero no me ha dado tan fuerte como para quedarme inconsciente.

-Pensé que no vendrías- la voz que habla me pone los pelos de punta -Se ve que sigues siendo igual de ingenua-

Miro donde proviene la voz y me lo encuentro ahí parado sonriendo cínicamente. Me levanto cómo puedo y me pongo delante de Lit cara a cara al chico.

-¿Qué quieres Adrián? ¿Qué ganas con todo esto?- le pregunto con rabia mirándolo fijamente.

-Te quiero a ti cariño y lo sabes- se acerca despacio pasando una mano por mi rostro -No acabamos muy bien la última vez y no me gusta que me ignoren así que he decidido buscarte yo-

-Creo que te dejé bastante claro que no quiero nada que venga de ti- me aparto bruscamente de él y aprieto mis puños -¿Porqué coño lo has metido a él? Lit no tenía nada que ver aquí-

-Claro que tiene que ver, a él le gustas y tú solo eres mía- susurra divertido -Sabía que si lo cogía a él tú vendrías corriendo, te gusta mucho ejercer de superhéroe-

Se acerca de nuevo a mí agarrándome por la muñeca, hago una mueca ya que su agarre es muy fuerte y me hace daño. Intento zafarme pero me es imposible, de repente saca una navaja de su bolsillo. Me da la vuelta de forma brusca y pasa el filo de la navaja sin llegar a cortar por mi garganta.

-No tienes escapatoria- siento su aliento contra mí cuello y me estremezco ante su tacto.

Cierro los ojos fuerte y respiro hondo para no perder la calma. Adrián me agarra de la cadera haciendo que gire y quedemos cara a cara, miro a Lit muy asustada ya que no es capaz ni de levantarse.

-Vamos a hacer un trato- suspiro resignada mirándolo -Dejas que él se vaya y yo me quedo contigo-

-Pero si no se puede ni levantar- rueda los ojos.

-Por eso lo ayudaré yo- digo sonriendo.

Aprovecho que anda distraído mirando a Lit y lo empujo contra la pared haciéndolo caer al suelo. Levanto a Mauro deprisa y salgo como puedo de la habitación, voy lo más rápido que puedo ya que cargar con el peso de mí amigo, que no es capaz de mantenerse en pie, me hace ralentizar me. Escucho a nuestras espaldas como Adrián me maldice y corre hacia nosotros.

Me apresuro por las escaleras saliendo al gentío que hay en el piso de abajo, tiró de Lit rápido hacia la puerta y justo veo a Nicki a lo lejos, gracias al cielo sigue aquí.

-NICKI- grito llamando su atención y me acerco hasta ella.

-Ro ¿que pasó? ¿Porqué está Lit en ese estado?- pregunta ella preocupada.

-No puedo pararme a contarte todo, tenemos que irnos- digo exahusta.

-ROCÍO- grita Adrián detrás mía haciéndome soltar un grito.

-Llevatelo corre- añado dejando que Nicki cargue a Lit hasta el otro lado de la calle.

Adrián se acerca peligrosamente a mí con la navaja aún en la mano, le agarro la muñeca antes de que pueda hacerme nada y miro a mí alrededor con miedo. Nadie hace nada, no se percatan de que mi ex loco quiere matarme ahí mismo.

-Por favor Adrián déjate de tonterías- le digo muy seriamente.

-Ahora no vengas a suplicar puta, me has engañado- dice de mala gana removiendose.

No consigo sujetarle lo suficiente ya que se suelta y me agarra del pelo haciéndome retroceder mientras pasa el filo de la navaja por mi cuello despacio sin llegar a profundizar. Me enseña la navaja un poco manchada de sangre y es ahí cuando me doy cuenta que voy a morir.

-QUE ALGUIEN LA AYUDE- grita Nicki con horror desde el otro lado de la calle.

Un chico al oír el grito fija su mirada en Adrián y se acerca amenzante, yo intento zafarme de su agarre mientras el chico discute con él para que me suelte. Cuando menos lo esperamos todos me suelta pero antes de poder alejarme del él siento como la hoja de la navaja penetra en mi espalda baja; me acaba de apuñalar.

Caigo al suelo de rodillas y miro hacia mis dos amigos que expresan horror en sus rostros. Sonrío débilmente y me dejo caer en el suelo comenzando a llorar mientras escucho como reducen a Adrián entre varias personas.

Siento como me zarandean, Lit está con lágrimas en los ojos pidiendo que por favor no lo deje y Nicki se encuentra llamando a una ambulancia. Mis ojos comienzan a cerrarse lentamente, agarro la mano de Mauro con fuerza y me dejo caer en el limbo de la inconsciencia.