Aᴘʀᴇɴᴅᴇ ᴀ sᴇʀ sɪɴᴄᴇʀᴏ, ᴅᴇ ʟᴏ ᴄᴏɴᴛʀᴀʀɪᴏ ᴛᴇʀᴍɪɴᴀʀᴀ́s ᴇɴɢᴀɴ̃ᴀ́ɴᴅᴏᴛᴇ ᴀ ᴛɪ ᴍɪsᴍᴏ.

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⟡ Im Yeon Sun ⟡

     —¿Y? —Mi prima y su entusiasmo nunca tenían un límite, ¿Qué no sabe que estoy decaída? ¿Qué le hace pensar que aceptaré?

     Acababa de perder aquella apuesta por querer algo más con la persona más insoportable del planeta tierra.

     —No dejaré que hagan una fiesta sorpresa para mí —Negué y con la cabeza también. Habían escogido el peor momento para entusiasmarse con tal noticia, la pizza me había adelantado el cansancio que debía de tener dentro de unas horas.

     —¿Por qué no? Es decir, tu padre nos ha dado permiso de organizar una fiesta e invitar a todos los chicos de la universidad —Su cara de decepción era épica y la de los presentes también.

     Era la primera vez que me rehusaba a tener un evento importante e impresionar al resto de nuestros vecinos, amigos y familiares. Este año sin duda me había quitado las ganas de llamar la atención de todos los imbéciles que teníamos a nuestro alrededor que, solo se relacionaban con nosotros por nuestro dinero.

     —No creo que sea buena idea, sinceramente, ni siquiera estoy de humor para una —Confesé poniéndome de pie, no sin antes pedir permiso porque me gustara o no, mi papá me había brindado la mejor educación de este mundo.

     —SunSun, deberías considerarlo, Seo se esforzó tanto para convencer a papá que es injusto que rechaces de esta forma lo que ha planificado para tí —Mi hermano habló por primera vez desde que estábamos sentado en la gran mesa e intentó convencerme, ¿Acaso sus sentimientos por nuestra prima revivieron?

     —¡Y yo quiero participar en ello! —La emoción de Jaewoo por querer ayudar era increíble, pocas veces había presenciado ese brillo en sus lindos ojitos.

     —¡Vamos, Yeonnie! No invitaré a los profesores, lo prometo. Aunque mi profesor de estadística está de infarto —Otro intento por parte de mi prima, pero fue en vano, ¿Qué estaban sordos?

     —Ya les dije que no.

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     Cabizbaja me tiré en la cama. Estaba de malhumor, triste y resentida a la vez, ¿Qué le pasaba a ese idiota? ¿Acaso él creía que yo era un juguete? Era un ser humano al igual que él y por lo menos, yo no fingía no tener un corazón latiendo dentro de mí, ni que hay veces que las acciones de otros duelen o que las palabras también suelen lastimar más que las balas.

     Tocaron la puerta de mi habitación, un toque tras otro, interrumpiendo mi paz mental. Ya sabía quién era y Seoyeon no me iba a dejar en paz hasta dejarle hacer una estúpida fiesta para mí.

     —Seo, ya te dije que no quiero ninguna fiesta —Contesté de inmediato antes de ver un espectáculo por parte de mi prima.

     —No soy Seoyeon, soy papá —Mi progenitor habló detrás de esa puerta, dejándome totalmente confundida, ¿Desde cuándo me dirigía la palabra en todo dulce?

     —Puedes pasar, papá —Me senté mejor en la cama, sin tomar en cuenta que mi bebé Cookie estaba caminando de un lado a otro sin parar.

     —Hija, tenemos que hablar —Insistió por quinta vez este mes, ¿Estaba lista para ello?

     —Sí, pero ¿Crees que ahora es el momento? —Cuestioné viéndolo suplicante. No quería más insultos ni palabras hirientes en mi vida. Ya no más.

     —Siempre es un buen momento para disculparse y asumir los errores cometidos —Cerró la puerta detrás de él y soltó un suspiro casi desesperadamente.

     —Me lastimaste —Le recordé e incluso, recordé toda aquella escena y lo mal que me había hecho sentir por un malentendido.

     —Y lo siento tanto, hija —Se disculpó, pero no era suficiente. Podía ver el arrepentimiento en sus ojos y sabía que podía hacerlo mejor.

     —Eso no arreglará nada.

     —Temo perder uno de los tesoros invaluables más preciados que tengo en mi vida. —Confesó con una lágrima recorriendo su rostro. Odiaba ver a mi papá llorar, lo hizo más de la cuenta junto a mamá y después de su partida a la cama de algún otro hombre— Hice mal en querer controlar tu vida, sabiendo que hice un gran trabajo al educarte. Lo siento, hija. —Extendió sus brazos para que lo abrazara fuertemente, ¿Era prudente hacerlo?— ¿No me darás un abrazo?

     —Claro que sí.

     Los segundos se transformaron en minutos, solos mi papá y yo abrazados sin decir ni una palabra, disfrutando del contacto de padre e hija. Se sentía muy bien. Me sentía aliviada.

     —¿Desde cuándo tenemos un perro? —Preguntó al sentir a Cookie muy cerca de nosotros, olía nuestros pies.

     —Desde hace un tiempo... —Comenté soltando a mi padre. Quería tomar a Cookie en brazos y presentárselo a mi papá como era debido— Su nombre es Cookie.

     —Es hermoso.

     —Es mi bebé.

     —Sunie... Deberías considerar hacer una fiesta y sacar toda esa tristeza que llevas dentro —Estiró su mano para acariciar a mi hermoso Golden retriever.

     —Lo pensaré.

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⟡ J. Jung Kook ⟡

     Me acerqué a la mesa número cuatro y me tomó por sorpresa ver a la prima de Yeon Sun en ella, ¿Acaso debe mandar a su prima a hablar conmigo cuando ella ni se digna a buscarme para hacerlo frente a frente?

     —¿Qué haces aquí? —Fui directo a ella junto a mi uniforme y la libreta que debía llevar conmigo.

     —Vine a hablar contigo —Soltó dejando el menú sobre la mesa. Sus ojos me analizaban y podía jurar que buscaba las mil formas de asesinarme.

     —Si no vas a consumir, te puedes retirar —Le pedí amablemente señalandole la puerta del café.

      —Estoy saliendo con tu mejor amigo, ¿Sabes que significa eso? —Alzó una ceja con superioridad y para mi desgracia, ella tenía razón, no podía sacarla del café de Suga.

     —¿Inmunidad? —Solté una carcajada llamando la atención de otros clientes— Sé que sales con él, gracias por el dato. Entonces, ¿Para qué quieres hablar conmigo? —Directo al grano, no quería rodeos, su presencia me incomodaba.

     —Yeon Sun.

     Suspiré, ¿Por qué la fresa debía estar en mi cabeza? ¿Por qué todo me recordaba a ella? ¿Por qué no dejaban de mencionarla? Estaba cansado y más por tener que verla en los descansos, en el estacionamiento, en el colegio de mi hermano menor.

     —¿Qué tiene que ver tu prima en todo esto? —Mi indiferencia se hizo mayor, ya no soportaba tener que pensar en ella.

     —Sientes algo por ella, ¿Qué acaso no te arrepientes de tus palabras alguna vez? —Su pregunta salió de forma abrupta, como si quisiera hacerme reflexionar sobre mis acciones, pero solo me daban la razón.

     Por esto yo no tenía amigos, los problemas era algo que evitaba al igual que los conflictos.

     —No.

     —¡A pasado un mes y ni siquiera la has buscado! —Alzó la voz llamando la atención de una señor de setenta años que frecuentaba el café a menudo.

     —¿Acaso te has dado cuenta de dónde vive? —Susurré. No necesitaba que todos los clientes se enteraran de nuestra conversación— En una de las zonas más ricas de Seúl y además, ella a mi no me importa —Respondí mi propia pregunta, intentando cerrarle la boca un momento, pero solo me amenazaba con esa mirada.

     —Mientes —Acusó y me señaló con su dedo índice de la mano derecha.

     —¿Por qué crees que lo hago? —Rodé los ojos. No estaba para estas situaciones.

     —Porque se nota que te gusta —Confirmó con una sonrisa en su rostro, como si hubiese descubierto la cura contra algún mal.

     —¿Y cómo? Según tú —Esta conversación no llegaba a ningún sitio y yo seguí parado como un idiota frente a ella, escuchando cada una de sus palabras.

     —Te brillan los ojos, deja de fingir —Comentó nuevamente y ya no sabía cómo callarla de una buena vez.

     —Yo no...

     —Deja de negarlo. Sólo vine a dejarte esta invitación, mañana es su cumpleaños y debes asistir —Me extendió una especie de sobre, era rosado y contenía algo de cartón en su interior.

     —¿Para qué? —La mire sin comprender la situación, ¿Se había vuelto loca?

     —Disculparte.

     Fue su respuesta. Bastante acertada por todos los ajenos a la situación, pero errada para mi persona.

     —¿Y eso de que me sirviría? —Lastimosamente, le sacaba provecho a todo y esto no era beneficioso para mí.

     Yeon Sun era una niña mimada y fresa con todos los lujos que quisiera, ¿Por qué quería ella tener mi amistad?

     —Que Namjoon no te aleje de ella —Su advertencia me tomó por sorpresa, al igual que su acción repentina.

     Se levantó de la mesa con elegancia y su típico meneo de caderas particular. Ese vestido morado corto le quedaba muy ajustado, pero acentuaba cada parte voluptuosa de su cuerpo.

     —¿Su ex-novio? —Alcé una ceja, ¿Por qué ella volvería con él? Sería una estúpida al querer hacerlo.

     —Quiere volver con ella desde hace unas semanas y más cuando se enteró que tiene el camino libre —Me hizo saber, pero todo su esfuerzo fue en vano, ¿De verdad creía que me importaba la vida de su prima?

     —No me interesa —Finalicé con una sonrisa.

     —No faltes.

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¡Holaa, mis bebus!

Por fin actualización de esta historia 🙈 espero les guste.

Gracias por leer ❤️