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⟣ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 15 ⟢

Dɪᴍᴇ ᴄᴏɴ ϙᴜɪᴇ́ɴ ᴀɴᴅᴀs, ʏ ᴛᴇ ᴅɪʀᴇ́ ϙᴜɪᴇ́ɴ ᴇʀᴇs.

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Im Yeon Sun

     —No me ignores así, Sunnie —Lo miré de reojo y seguí mi camino.

     A él no le daba derecho a decirle las cosas que yo le pedía para mi beneficio y conocimiento a mi prima, porque había pasado la mayor pena del mundo, Jeon se había fijado en mi prima y no en mí, claramente mi prima era más voluptuosa y con más caderas, pero no necesitaba que obstruyera aún más mi objetivo.

     —No lo hice con malas intenciones, ¿Ok? —Rodé los ojos de nuevo.

     Había roto el código de confianza y el más importante para mí. Podía dejar pasar muchas cosas, incluyendo mentiras blancas, pero no que divulguen información sobre mí sin mi permiso.

     —Por Dios, Sunnie. Es tu prima de la que hablamos —Detuve mi andar y no seguí dándole la espalda, enfrenté la situación.

     —Claro, pero yo decido cuando, como y donde contárselo. No sabes la pena que pasé el día de ayer —Aferrada a mi cartera, él se acercó para abrazarme y rodearme con esos enormes, fornidos y blanquecinos brazos, pero me alejé.

     —Lo siento, ¿Si? —Negué con la cabeza y tragué saliva— No pensé que eras tan insegura de tí misma —Seok Jin comenzaba a irritarme.

     —¿Insegura? No lo soy, sólo será más difícil si Jeon tiene los ojos puestos en mi prima y no en mí —Confesé furiosa.

     Él no debió meterse en mis planes para enamorar a Jeon.

     —Eres insegura, Sunnie, admite que tu prima está bastante voluptuosa...

     —¿También quieres llevártela a la cama? —Lo interrumpí. Iba a abrir su boca de más. Solté una risita— Ni se te ocurra —Le advertí con la poca paciencia que me quedaba.

     Sabía cual era la adicción de Seok Jin, pero no por ello debía incluir a mi prima en su mundo, sabiendo todo lo que implicaba tener sexo con la prima de tu mejor amiga y los malos entendidos que se podrían aproximar sin avisar.

     Seok Jin me miró indignado y se cruzó de brazos, haciendo que los músculos de ellos sobresalieran aún más, intentando ¿Intimidarme? Otro imbécil a la vista, pero este ya lo conocía a la perfección.

     —Sunnie... —Retrocedí lentamente, alejandome de él.

     —No, Seok Jin. Voy tarde a recoger a mi hermanito —A penas había visto el reloj de muñeca y sabía que llegaría al menos diez minutos tarde.

     Corrí en tacones de al menos quince centímetros y quité los seguros de mi auto para subirme rápido a el, aventé la cartera en el asiento del copiloto y me puse el cinturón, me estaba tardando más de lo necesario y Jaewoo podría preocuparse por mí, más que preocuparse del como iba a volver a su casa.

     Me salté varios semáforos, casi atropello a varias ancianas y además, estacioné fuera de la línea del parámetro para estacionarse, todo para no seguir preocupando a mi hermanito, siempre era puntual y por una conversación innecesaria debía llegar tarde.

     Era necesaria, no te hagas, Yeon Sun —Habló mi consiencia como si fuera mi padre.

     Cállate.

     Comenzaba a volverme loca, tanto que tenía peleas internas conmigo misma. Sacudí mi cabeza para ignorar mis propios pensamientos y pisé la entrada del colegio, no había nadie, ni siquiera una mosca y era preocupante, ¿En dónde te metiste enano? Suspiré y me adentré, buscando en la otra entrada y para mi suerte, estaba allí sentado junto a un chico que por su ropa podría jurar que lo había visto en cualquier otro sitio.

     —¡Sunnie! —Se puso de pie y corrió hacia mí con una sonrisa en su rostro— Pensé que no vendrías por mí —Impactó levemente contra mi cuerpo y lo apreté aún más al mío.

     —Lo siento, había mucho tráfico, Jae —Mentí.

     Él no debía saber el porqué me había retrasado, no tenía que enterarse que su hermana se había enfadado con su mejor amigo por hablar de más.

     —Está bien, Sunnie. Lo importante es que estás aquí. — Su cabello lacio y a un lado era desordenado por mis traviesos dedos— Jung Kook se quedó conmigo hasta que llegaras —Tragué saliva, alzando la cabeza, viendo al personaje que antes estaba de espaldas a mí.

     Sabía que lo conocía.

     Jeon tenía una sonrisa, sabía que él podía sonreír porque ya lo había visto antes, pero lo que no, era que podía sonreirme a mí.

     —Gracias —Le devolví la sonrisa.

     Jaewoo se separó de mí para tomar su mochila y volvió junto a Junyeon que estaba sentado esperando a su amigo, mientras yo estaba quieta en el mismo sitio como si me hubiesen pegado los zapatos al suelo.

     Haz algo, pareces tonta.

     —No es nada, tu hermano me cae muy bien —Respondió sin sarcasmo, sin burla, sin segundas intenciones.

     —El tuyo igual.

     Jaewoo tomó mi mano y Junyeon agitó su mano para saludarme, cosa que imité con la mano que tenía libre.

     —¿Quieren que los lleve? No me importaría dejarlos en su casa —Me ofrecí, no porque haya cuidado a mi hermano, si no porque quería saber hasta qué punto podía avanzar con Jeon.

     Jeon negó, pero no emitió ningún sonido, no dijo ninguna palabra, dejándome como una tonta de primer plano.

     —No, gracias, Sunnie. Mi hermano prefiere irse en esa vieja motocicleta que en tu auto nuevo —Reí, por lo menos Junyeon me había contestado.

     —No quiere sentirse menos hombre si los llevo a ambos —Ambos chocamos los cinco y reímos, Jeon no tenía una bonita expresión.

     Aunque su leve ceño fruncido era tierno.

     —Yeon Sun no debería meterse en nuestro barrio, Jun —Jeon rodó los ojos y se cruzó de brazos.

     ¡Sabía mi nombre! ¿Cómo él sabía mi nombre? Bienvenidos a juegos mentales.

     —Pero no es peligroso —Devolvió Junyeon con una dulce sonrisa.

     —Ya te lo dije, ella es una fresa y debe tener un castillo de cristal a donde debería ir primero —Alcé una ceja, ¿Castillo de cristal? Era un idiota, ¿Por quién me tomaba?

     —Mi hermana es la princesa de la casa, no una fresa —Me defendió mi hermanito, dándome mucha ternura.

     —Lo que sea —Respondió el idiota de mala gana.

     Tenía a mis defensores, a que no te esperabas eso, Jeon.

     —Bueno, sólo era una pregunta. Será para la próxima, Junyeon —Me acerqué a ellos y besé su linda cabecita de gran cabellera lisa, a Jung Kook sólo le dediqué una mirada que entierra metros bajo tierra.

     —Adiós, Jun —Se despidió mi hermano, alejandonos de ellos rápidamente.

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J. Jung Kook

     —Debes dejar de tratar mal a Sunnie —Mi hermano tiró la puerta con fuerza, dejando un gran dolor en mis oídos.

     —No la trato mal, sólo no me gusta lo que dice —Entré a la cocina, viendo a la mujer más hermosa que ha podido existir en la tierra.

     Tenía un lindo vestido azul eléctrico, estaba ajustado hasta la cintura y lo demás caía en vuelo, lo acompañó con unos tacones negros y una coleta alta, amarrando su hermoso cabello lacio negro.

     —¡Hijos, ya llegaron! —Dijo con mucha emoción y era notorio el porque, ella casi no se encontraba en casa a ésta hora.

     —¡Mami! —Soltó mi hermanito corriendo a sus brazos.

     Lo abrazó como nunca antes lo había hecho, estaba emocionada y quizás sólo era una fachada para lo que realmente pasaba.

     Conocía muy bien a mi mamá.

     —Hola, mamá —Saludé dejando un casto beso en su frente, mientras acariciaba la espalda de mi hermano menor.

     Ella estaba cocinando, por como olía era pollo a la plancha con papas rústicas y estaba exprimiendo unas naranjas para acompañar la comida.

     —¿Y su hermana? —Gran pregunta.

     Yo no era su tutor legal, pero era su hermano mayor y sabía perfectamente que estaba con ese tal “Jackson” que no me fía de nada, ni siquiera ese nombre me daba confianza y menos si sabía que era del mismo barrio en donde vivíamos nosotros.

     —Debe estar en casa de sus amigas —Junyeon se adelantó en responder.

     Mi mamá me miró, corroborando esa respuesta y sólo me limité a asentir, no podía decirle a mi mamá: “No tengo la menor idea en donde se mete la malcriada cada tarde de todos los días de la semana”, mínimo ella me arranca la cabeza con toda la espina dorsal.

     —Mi amor... ¿Por qué no vas y te cambias para comer? —Junyeon se separó de ella sin protestar.

     —Pero conste que quiero la pieza de pollo más grande y también sé que hablarán cosas de adultos, —Mi mamá rió fuertemente— pero hagan como que no sé —Mi hermano era todo un payaso.

     Junyeon era amante del pollo.

     El niño de mis ojos desapareció por el pasillo, cuya pintura nueva necesitaban aquellas paredes. Me acerqué más a mi madre y escuché desde mi posición como tragaba saliva.

     —¿A dónde vas así vestida, mamá? —Fui directo al grano, no me gustaba andar con rodeos.

     —¿Por qué lo preguntas, hijo? ¿Acaso no me veo bonita? —Mi mamá era una mujer jóven e inteligente, así que desviar el punto principal era su fuerte.

     —Te ves hermosa, pero sé que algo pasa. Siempre has sido muy mala mintiendo. —Tomé ambas de sus manos e hice que me mirara— ¿A dónde vas? —Alcé una ceja, esperando su respuesta.

     Soltó un suspiro, que posiblemente ha estado reteniendo desde que nos vió llegar.

     —Tengo otro trabajo, necesito dinero para pagar la consulta de Junyeon este mes —Me decepcioné de mi mismo, ya el dinero no alcanzaba para las consultas de mi hermano.

     —Quiero ayudarte, necesito ayudarte aún más, mamá —Insistí, pero ví aún más decepción en su lindo rostro.

     —No, está bien, hijo. Tienes dos trabajos y estudias sin dejar de arrastre una materia, ¿Cómo podría siquiera pedirte eso? —Negó soltandose de mis manos, para acariciar mis mejillas con dulzura— Sal a divertirte como un chico de tu edad haría, conoce alguna chica y ten sexo con protección. —Me guiñó un ojo, como si no fuese incómodo hablar de eso con mi mamá— Porque aún no quiero hacer ser abuela —Sonreí. Aunque a veces me costaba mucho hacerlo.

     —Te amo, mamá.

     —Yo más, hijo.

     No podía decir nada más, no quería hacerlo tampoco.

¡Holaaaaa!

Gracias por leer❤️

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