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⟣ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 11 ⟢

Nᴀᴅᴀ ғɪᴊᴀ ᴛᴀɴ ɪɴᴛᴇɴsᴀᴍᴇɴᴛᴇ ᴜɴ ʀᴇᴄᴜᴇʀᴅᴏ ᴄᴏᴍᴏ ᴇʟ ᴅᴇsᴇᴏ ᴅᴇ ᴏʟᴠɪᴅᴀʀʟᴏ.

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⟡ J. Jung Kook

     ¿Las casualidades existen? Porque no le encuentro lógica a lo que nos acababa de pasar, ¿Por qué mi hermano no podía hacerse amigo de otro niño que no tuviese a una psicópata como hermana? Es decir, ahora tendría que verla seguido, no sólo en la universidad junto a su amigo que se cree el más guapo e irresistible de la universidad, si no también en el colegio de mi hermano, no era suficiente quemar mis ojos una vez, no, ahora llegaría sin vista a mi casa.

     Ella definitivamente no era mi tipo.

     La niña rica se fue junto a su hermano, por lo visto tenía un buen auto, un lindo Audi plateado. Había progresado con respecto a ella, su hermanito la había llamado Sunnie, ¿Ese realmente sería su nombre? Tendría que preguntarle a su enamorado que en este caso era mi hermano.

     Tomé a mi hermano de la mano y lo guié hasta donde había estacionado mi moto, mi hermoso bebé nos esperaba para volver a casa.

     —¿Por qué hiciste eso, Jung Kook? —Miré al menor serio. Él no debía juzgar lo que hacía.

     —¿Cómo que porque?, ¿Acaso soy el único que ve lo princesa que es? No podemos estar con ese tipo de personas, se creen el centro del universo —Aseguré y él negó con su cabeza, abultando los labios en un lindo puchero.

     ¿Qué? Tengo una gran debilidad por mis hermanos y Junyeon era el que más me afectaba.

     —Ella nos hubiese llevado a casa, hermano y no creo que sea mala para nosotros —Frunció su ceño, volviendo aún más tierna su acción.

     —No quería y no dependo de ella para transportarme, —Saqué las llaves de mi moto con mi mano libre del bolsillo de mi pantalón— además, traje a mi bebé —Sonreí de lado.

     Ella fue mi primera adquisición.

     —¡Tu moto no me gusta! —Se removió inquieto, llevando su puchero a una rabieta.

     —Es lo único que hay o te dejaré caminando a casa y no es muy cerca que digamos, Junyeon. —Cerré los ojos con fuerza al ver sus ojos cristalizados. Ya no sabía cómo ser un buen hermano— Lo siento, desde que papá se marchó he olvidado que se siente ser tu hermano...

     Me interrumpió apretando mi mano fuertemente, haciendo que abriera mis ojos rápidamente para mirarlo a él.

     —No quiero que seas mi padre. No me gusta tu actitud —También quisiera ser sólo su hermano, ese que no se preocupaba en criar al suyo para que sea un mejor hombre.

     Para que sea mejor que yo.

     —No trato de serlo, Junyeon, sólo te ayudo a crecer —Negó con fuerza.

     —No quiero crecer —Solté su mano para subirme a mi motocicleta, su asiento era tan cómodo.

     —Algún día lo harás y te graduarás de la universidad, trabajarás en lo que te gusta y formarás una familia, con hijos y una esposa que te ame de verdad —Junyeon desconocía lo que había pasado con papá, sólo le habíamos hecho creer que no había regresado por los viajes que hacía al rededor del mundo.

     —¡No quiero, no quiero! —Exageró, como si crecer fuera realmente malo, sólo tenían muchas responsabilidades.

     —Yo tampoco quería crecer, ¿Y mírame ahora?, Soy bastante guapo. —Me regaló una hermosa carcajada y negó— No mientas, tu hermano es muy guapo —Caminó hacia mí y lo cargué por debajo de sus axilas para subirlo delante de mí en la moto.

     —Yo no dije lo contrario. Cuando crezca seré más guapo que tú —Su sonrisa y la de mi madre eran mi motor de vida. No quiero decir que la de mi hermana no lo fuera, pero ella me sacaba muchas canas y verdes por su comportamiento.

     —No lo dudo.

     Le coloqué un casco y sin más encendí la moto, debíamos volver rápido a casa, tenía que hacer el almuerzo para mis hermanos y mi madre, claro, para mi también, si era que alcanzaba. Conduje con cuidado, pasando los autos a una velocidad considerable, el viento golpeaba mi rostro, dándome una sensación de libertad y era maravillosa

     —Jung Kook —Me llamó mi hermanito, detuve la moto en un semáforo en rojo y acerqué mi rostro a su oído.

     —¿Si, Junyeon? —Dije suavemente, no quería gritarle.

     —¿Por qué no te gusta Sunnie?, Es linda, muy linda —Ni siquiera su pregunta me tomó por sorpresa, ya sabía que en algún momento lo preguntaría.

     —Porque no me gusta lo lindo, ¿Entiendes? —Negó con su cabeza levemente, ésta sería una plática bastante larga.

     —Pero tus anteriores novias nunca me gustaron, son muy tenebrosas —No tenía pruebas, pero tampoco dudas. Quizás eran un poco más mi estilo.

     —¿Tenebrosas? —Pregunté curioso, pensé que le agradaban mis exnovias.

     —Sí. Tenían tatuajes en la cara y piercing por todo su rostro, no me gustaban para tí —Describió con cierta molestia, como si fuese un pecado tener tatuajes o piercings.

     —Pero ese es mi tipo de chica ideal —Afirmé.

     —No, Sunnie lo es —Su tono salió un poco más grueso que de costumbre.

     El pequeño comenzaba a irritarse.

     —Basta, Junyeon, no quiero seguir hablando de esa niña rica —Primer alto, no quería que pasara a una advertencia.

     —Pero...

     Lo interrumpí, ¿Qué obsesión tenía con la chica de mechas rosadas? Era ilógico para mí tener una relación amorosa con una chica que, en lo único que piensa es en como se ve.

     —Detente, no me gustan las chicas delicadas —Segundo alto.

     —Porque no les gustan que las partan, ¿Cierto? —Sus palabras me hicieron abrir los ojos como platos, estaba sorprendido, ¿En dónde había escuchado eso?

     —¿En dónde oíste eso?

     —Lo escuché de Jun Young , decía que quería que un chico la partiera y creo que a las chicas rudas les gusta eso, pero Sunnie no parece ser de esas —No podría explicarle a un niño de diez años como se hacían los bebés y menos enseñarle en donde debía meter su polla... Eso se lo dejaré a los maestros o a mi madre.

     —Ella me va a escuchar.

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     Toqué la puerta de la habitación de mi hermana repetidas veces y no hubo respuesta alguna. Acerqué mi oído a la puerta e intenté procesar lo que ella estaba diciendo por el teléfono que le había regalado en navidad.

     —No, Jackson es mayor, pero es un bombón, Hwasa. —Hablaba animadamente de un tal Jackson como si fuese el hombre de su vida— Sí. Me encantaría perder mi virginidad con él, es mi tipo de hombre ideal.

     Al escuchar aquello abrí la puerta de golpe, sin importarme mucho que debía esperar a que me invitaran a pasar, ella era mi hermana menor también y no dejaría que un imbécil se aprovechara de ella de esa manera.

     —¡Jung Kook, sal! —Gritó enojada y negué.

     —Tranca el teléfono, debemos hablar —Cerré la puerta detrás de mí con seguro, no quería que Junyeon entrara y escuchara todo, menos quería que viera como sus hermanos se gritaban mutuamente.

     —¿Qué no podías tocar? —Me crucé de brazos y me erguí al regresar frente a ella, ¿Acaso ser sordo era de familia?

     —Llevo minutos tocando.

     La miraba inquieta, acomodándose en la cama cada segundo.

     —¿Qué es lo que quieres?

     —Junyeon hace un rato me preguntó que era partir y adivina de donde lo sacó. —Ella me miraba con cierto nerviosismo— De ti, genio —Alcé una ceja, esperando una profunda explicación, para exterminar las ideas que tenía en mi cabeza, no quería que fuesen ciertas.

     —No es lo que parece —Vaya, fue la explicación más corta que había escuchado en mi vida.

     —Espero y no lo sea —La miré tragar saliva y jugar con sus dedos.

     En su cabeza había gran conflicto y confusiones, todas sus expresiones me daban certeza de que así era. Ella no sabía cómo salir de mi interrogatorio sin soltar más de la cuenta.

     —Pero es mi vida y mi cuerpo, tú no puedes prohibirme nada, ¡Nada! —Habló a la defensiva.

     Era su hermano, no un extraño que miraba sentado como arruinaba su vida.

     —No me alces la voz si todavía quieres conservar el maldito teléfono. —Sentía que salía humo de mis orejas, yo no era el malo de ésta película— Iré a trabajar, cuida de Junyeon y vigila que haga sus tareas, sobre todo que estén bien —Le ordené en tono fuerte.

     —¿Qué no es lo que siempre hago?

     —Mi deber es recordartelo.

     —No vuelvas tan tarde —¿Cómo ella sabía de mis llegadas tardes?

     —Tú no te acuestes tan tarde, sé que cuando vuelvo a casa tú estás despierta hablando con ese tal Jackson —Solté, mejor dicho, contraataqué.

     —¿Cómo sabes eso? —Ella se sentía observada.

     —Te conozco lo suficiente —Quisiera decir lo contrario, pero era cierto, conocía a mi hermana como la palma de mi mano.

     —¡Me espías! —Chilló como una niña pequeña.

     —No, claro que no.

     —Eres de lo peor —Era el mejor hermano del mundo, pero ella aún no se daba cuenta.

     Sólo me preocupaba por ella.

     —Dí lo que quieras, debo irme.

     Sin más, me dí la vuelta y salí por donde había entrado, luego de abrir la puerta.

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     Me acerqué a la mesa de un señor que usaba un costoso traje color azul marino con rayas blancas, no le presté mucha atención y me acerqué aún más con la libreta en donde debía anotar su pedido.

     —Buenas tardes, ¿Qué pedirá? —Quitó el menú que me impedía ver su rostro y bufé.

     Esto no era bueno.

     —Vende para mí de nuevo, Jeon —Era la quinta vez que insistía, pero no caería de nuevo en sus juegos.

     —No, Hoseok, no dejaré que me envuelvas en tu mundo de mierda. Lo dejé y acéptalo, porque jamás volveré —Le aseguré, dispuesto a irme a atender otra mesa.

     Su mirada pensativa llamó mi atención, él era una persona poderosa y debía temerle.

     —Hay una chica importante para tí —Dijo sin vacilar.

     Reí amargamente. Jeon Jung Kook no tenía amigos, ni conocidos, si acaso familia y era porque la vida ya me había asignado una.

     —No tengo amigos y tú lo sabes muy bien.

     —Ella parece estar interesada en tí y para que negarlo, es muy atractiva, ¿Qué se sentirá poseerla en la cama? —Fruncí mi ceño.

     Aunque ella no me importara en lo más mínimo, no le daba derecho a meterse con ella, menos cuando ni siquiera está involucrada conmigo.

     —Jung, no agotes mi paciencia y sal del café si no vas a consumir —Primer llamado o les diría a los de seguridad que lo sacaran a la fuerza del café.

     —Está bien, está bien, Jeon. Sólo piénsalo. Podrías darle los lujos que tu familia se merece —Empezó a manipularme, no iba a funcionar.

     —No dejaré que me munipules con tu basura, Jung. Ya te lo dije y sólo lo repetiré una última vez, no trabajaré para tí jamás —Terminé dándome la vuelta para atender a los demás clientes.

Sé que en este capítulo no apareció Yeon Sun, ya que es completamentario, así entenderán un poco más sobre la historia de cada personaje.

Gracias por leer❤️

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