Capítulo 03
Al sur de Seúl, apartado de las casas y edificios, se encontraba la casa enorme de la familia Jeon, conocido por la justicia, "Familia mafiosa Jeon". Estos se encontraban en una discusión, la cual comenzó por el error de uno de los hombres bajo el mando, Jung Jeon. Líder de la mafia y padre adoptivo de JungKook.
—Les dije que no se enfrentaran a los Kim —golpeó enojado la mesa del comedor. Se encontraban en plena cena familiar—. ¿Acaso no estabas al mando, JungKook?
—Sí, pero no me preocupo de los demás cuando debemos correr. Ellos deben seguir tus ordenes, ya no es mi problema si te desobedecen.
—Mi hermano hizo muy bien su trabajo —lo defendió Saeron—. Tus hombres son unos pendejos que ni para seguir ordenes sirven.
—Saeron, tus palabras —la regañó su madre, la señora Hye Jeon.
—Entiendo —miró a su padre—. El tipo no murió. Sólo le disparó en el muslo para que no lo alcanzara. Cuando nos enseñaste todo, nos dejaste en claro que debemos sobrevivir, sea como sea. Él sólo hizo lo que le enseñaste.
—Sólo espero que esto no signifique un enfrentamiento entre los del Norte y los del Sur —comentó Yoon Gi, apodado Suga. Este apodo se lo otorgó la señora Jeon, ya que, en su infancia, era todo un niño dulce azucarado, también adoptado por los Jeon, aunque conservó su nombre y apellido—. De ser así, prepararé todo lo necesario para defendernos.
—Te lo encargo, hijo —también es hijo y hermano mayor.
—Insisto. Era nuestro hombre o uno de los Kim —comentó Saeron, única hija biológica de los Jeon.
—Lo entiendo, Sae —le comentó su padre—. Venga, dejemos eso y disfrutemos de la cena. ¡Oh! —miró a JungKook—. Me enteré de que te enfrentaste al hijo de los Park. ¿Cómo estuvo eso?
¿Cómo estuvo? Se preguntó para sus adentros. Extraño. No sabía si la adrenalina del momento fue por el enfrentamiento con los de la zona Centro o por reencontrarse con su mejor amigo de la infancia. Tuvo una mezcla de emociones, tanto que después de correr por 5 cuadras, al detenerse, vomitó. Sus latidos fueron muy rápidos, hasta llegó a pensar que estaba por sufrir algún ataque al corazón. Tampoco sabía si había sido producto de la maratón o por su amigo.
«Él pudo cumplir nuestro sueño. Aunque tampoco soy infeliz con la vida que llevo. Tengo una familia, cariño, hermanos, un hogar. Pero hoy, en ese momento, me sentí completo»
—¿JungKook? Cariño ¿estás bien? —le preguntó su madre.
—Lo estoy. Lo siento —le sonrió—. Fue interesante —le respondió a su padre—. Muy interesante.
Cuando JungKook, con tan sólo 9 años se dio cuenta de quiénes realmente lo habían adoptado, ya era demasiado tarde para sentir miedo, pues los amaba demasiado como para temerles o querer huir de ellos. No eran la típica familia de mafiosos, aquellos que se conocen como personas malvadas, que actúan de mala manera contra otros, bueno, lo hacían y siguen haciéndolo, pero estos realmente querían a sus hijos, por lo que, todo lo demás era insignificante e irrelevante para él. Por esto y más se prometió jamás traicionar todo lo que hicieron por él, mucho menos traicionar su cariño.
Saeron notó algo extraño a su querido hermano JungKook, porque éste ha sido su favorito desde siempre. Lo siguió hasta su habitación. Se adentró al lugar, viendo a su hermano mayor tirarse de golpe a su cama.
—Sabía que algo había sucedido con ese tipo — Caminó hacia la cama, sentándose a los pies de ésta. — ¿Lo conoces?
—Es él —JungKook soltó un pesado suspiro, pero que para ella sonó más a un suspiro de alivio—. De todos los Jimin's, tenía que ser justo "ese" Jimin.
—No entiendo. ¿De qué hablas?
—El niño de mi niñez. Ojos pequeños es Park Jimin, el hijo adoptivo de la pareja de detectives Park.
—¿Es una joda? ¿Qué harás? No puedes volver a verlo. Papá se enojará si llegas a verlo otra vez.
—Si quisiera ver otra vez a Jimin, me habría dejado ver hace mucho tiempo atrás, Sae.
—Ahora entiendo menos. ¿Me explicas?
—Sé que Jimin lleva buscándome hace un tiempo, pero yo me he estado escondiendo de él.
—¿Por qué? —ahora entendía mucho menos, porque ella sabía, más o menos, lo que significaba aquel niño de la infancia de su querido hermano para él.
—¿Crees que es fácil encontrarte con tu amigo de la infancia siendo quiénes somos en el presente? Él es un detective, uno muy bueno, a decir verdad. Mientras que yo soy el hijo adoptivo de una familia de mafiosos.
—¿Te avergüenza serlo? —preguntó algo ofendida.
—Claro que no. Le debo mucho a nuestros padres como para avergonzarme de ellos. Es sólo que tenía la esperanza de ser amigos de nuevo, como en el pasado.
—El pasado es eso, pasado. Deberías superar esa etapa, de lo contrario va a terminar afectándote cada vez que tengas un enfrentamiento con él.
—Entonces, haré todo lo posible para no tener que enfrentarnos.
—Sabes que eso es un imposible.
—Gracias por tu apoyo, Sae —comentó sarcástico Kook.
—Sabes que quiero verte feliz. Lo que dije fue para que tengas una idea de lo que sucederá en algún momento.
—Lo sé.
Mientras JungKook fue dejado por su hermana en su habitación para poder dormir, Yoon Gi, su hermano mayor se dirigía al lugar que suele visitar a cierta hora de la noche, buscando con quien poder platicar de algo que no tenga que ver con los negocios de su familia.
—Pensé que esta noche no vendrías.
—No vas a librarte tan fácil de mí, Zhou Mi.
—No es como que quiera librarme de ti —sonriendo, se hizo a un lado para que Yoon Gi entrara en su casa—. ¿Por qué tardaste?
—Tuve que hacer unas cosas antes de venir.
Zhou Mi es un amigo muy importante para Yoon Gi, quien, desde que lo conoció no lo ha dejado solo en ningún momento. Siempre está para él cuando más necesita de alguien que lo anime. Se conocen un par de años y su amistad ha ido creciendo bastante durante ese tiempo, pero no lo suficiente como para que Yoon le comente quién es en realidad, quiénes son sus padres y a que se dedica. Temía que dejara de ser su amigo, que le temiera y terminara de irse de su vida.
—¿Problemas en casa? Siempre que los tienes traes ese rostro malhumorado.
—Dame una cerveza mejor.
—Está bien.
Yoon Gi se dirigió al cuarto de estar, se sentó en el sofá grande frente a la tv enorme de su amigo. No podía sacarse de la cabeza que posiblemente la mafia Jeon tendría que enfrentarse a la mafia Kim. Por nada del mundo podía ocurrir eso. No quería ver a más personas morir.
—¿Me dirás qué te sucede? —con dos cervezas corona en mano, Zhou Mi se sentó junto a su amigo—. Prometo no decir nada si es que se trata de un secreto.
—¿Crees que te oculto algo?
—¿Tendría que pensar eso?
Ambos se miraron fijamente. Hubo un silencio nada incomodo, pues sentían todo lo contrario. Es más, internamente los 2 disfrutaban de aquellas miradas fijas y profundas. En ocasiones sentían que las palabras sobraban y que las miradas eran suficiente.
—No, no tienes que pensar en eso —agarró su corona y bebió—. ¿Cómo vas con tu trabajo? Vi en las noticias que hoy hubo un gran incendio y que a los heridos los llevaron al hospital de tu familia.
—Fue un total caos. Mi madre no pudo soportar ver a esos niños quemados. Algunos fueron heridos por vigas y quemaron hasta sus rostros. Lloró mucho cuando una embarazada llegó con el abdomen destrozado. Perdió al bebé en el lugar del incendio.
—Dios. Cada día debes ver ese tipo de situaciones. ¿Te afecta como a tu madre? O de alguna manera...
—Claro, no soy de piedra, pero debo ser fuerte, contener el dolor que me causa ver todo aquello por las familias de los heridos. Si el doctor llora frente a ellos ¿Quién les dará la esperanza que necesitan en esos momentos?
—Supongo que nadie. Te entiendo. Digamos que en ocasiones he tenido que ver escenas parecidas —desvió la mirada de su amigo, quién no supo cómo interpretar aquello, pero prefirió no pedir explicación alguna.
—Y tu familia ¿Cómo está? Hace poco Saeron estuvo aquí. Tenía un corte en el abdomen. ¿Cómo se lo hizo?
—No sé, no estaba informado de ese suceso.
¿Por qué Saeron le había ocultado la visita a la casa de su amigo? De momento lo dejaría pasar, pero ya tendría la oportunidad de preguntarle qué le sucedió.
—Tal vez se cayó o se pasó a cortar con algo. Sabes que ella es alocada y jamás tiene cuidado.
—No se parece en nada a ti. Aunque ambos son pálidos, pero en personalidad nada.
—No tenemos por qué parecernos. No quiero ser como ella ni ella tiene que ser como yo.
—Entiendo. ¿Y JungKook? Hace tiempo no aparece por aquí.
—Si no sé de Saeron, mucho menos de él. A veces me pregunto qué tipo de pensamientos tiene. Es extraño y con la única persona que es abierto de mente o con quien pasa más tiempo o habla es con Sae, con los demás mantiene limites, hasta con nuestra madre.
—No es fácil ser adoptado, supongo. Tal vez se pregunta qué será de su verdadera madre o padre. Si tiene hermanos biológicos. Quién sabe.
—Creo que tiene que ver con el lugar de su infancia. Una vez escuché a él y a Sae hablar de ese sitio. Le preguntó cómo estaba su mamá.
—¿Su mamá?
—Para JungKook, la monja que lo recibió en el hogar "Sonrisas" es su madre, al igual que la mía.
—Tal vez, tiene asuntos pendientes ahí.
—También pensé en esa opción, pero él suele visitar ese lugar muy seguido. Debe ser otra cosa, pero no sé exactamente qué.
—Te preocupas mucho por él. Eres un buen hermano mayor —le sonrió dulcemente.
—Cállate idiota.
Avergonzado por el elogio de su amigo, bebió de su corona.
Esa noche, como otras, decidió quedarse a dormir en casa de su amigo Zhou Mi.
***
La pareja de detectives Park y Lee al fin regresaban a ser uno en su trabajo. Sus colegas estaban, en parte, aliviados de que TaeMin regresara y, sobre todo, que su brazo derecho ya estuviera completamente sano.
—Entonces, no hay pistas del psicópata violador —comentó TaeMin al ver los documentos de las últimas tres semanas en su ausencia—. Su último ataque fue en este lugar —señaló con su dedo índice sobre un mapa de la ciudad sobre la mesa—. Y no ha atacado a ninguna mujer estas semanas. Debe estar en el proceso de seguimiento de su nueva presa.
—El maldito observa muy bien a su siguiente presa. Se aprende cada movimiento de su víctima. Su horario, a dónde va, sus amistades, direcciones de sus padres y seres más cercanos. Sabe todo, nada se le escapa —comentó Park.
—En algún momento tendrá que equivocarse y ahí entraremos nosotros, listos para atraparlo y encerrarlo.
—Me preocupa el no saber a quién atacará esta vez. ¿Qué tal si en este momento está por secuestrar a otra mujer para violarla y luego acabar con su vida? Tenemos que movernos, a donde sea, pero movernos.
—Min —Lee miró a su alrededor, viendo la zona despejada. Se acercó a Park y agarró su diestra—. No sacas nada con alterarte. Te necesito calmado, sereno y así podrías razonar mucho mejor.
—Lo sé, pero temo que otra mujer muera por no poder hacer bien mi trabajo.
—Lo haces muy bien —le sonrió—. Eres de los mejores y el más comprometido con su trabajo. Es cosa de tiempo y lo sabes.
—Lo sé.
Pero Jimin tenía otra preocupación a parte del caso del psicópata y muchos otros más. Le preocupaba no saber nada de su amigo de la infancia. Habían pasado 3 semanas y no había encontrado más rastros de JungKook, como en los últimos años.
«¿Acaso tiene que haber otro enfrentamiento para poder verte otra vez, JungKook?»
Tenía tanto que decir. Tanto que preguntar, pero, sobre todo, abrazar a su amigo de la infancia y pedirle perdón por tardar tanto en encontrarlo. Aunque Park desconocía el hecho de que JungKook ha estado ocultándose a propósito de él.
En el norte de Seúl se encontraban en disputa los Kim, pues algunos estaban a favor de atacar a los Jeon, sus enemigos, y otros preferían esperar a que ellos atacasen primero y así anular el acuerdo al que llegaron los jefes de ambas familias mafiosas.
—Si atacamos primero, por sorpresa, tenemos la victoria asegurada.
—Sabes que ellos siempre están a la defensiva. Preparados para cualquier ataque sorpresa —comentó el mayor de los hermanos Kim, quién estaba sentado junto al jefe de todos—. Los Jeon son cosa sería. Si atacamos por sorpresa, tal vez nosotros seremos los perdedores. Tenemos que pensar muy bien un plan de ataque donde obtengamos la victoria sin perder las vidas de nuestros colegas.
—¿Es que acaso vas a pensar en un plan que nos ayude a ganar? —le preguntó el menor de los hermanos Kim—. Sabes que en esa familia hay personas que son una espina en el culo.
—Por ello vamos a debilitarlos a través de esas personas. Sabemos que la hija biológica, Saeron, es muy unida a JungKook, siempre van juntos a dónde sea, mientras que el mayor de ellos, Min Yoon Gi prefiere la soledad. Podemos atacar por ahí primero.
—También sabemos que Yoon Gi es capaz de acabar con muchos él solo.
—Busquemos una debilidad.
—No la tiene. No hay información de él.
—¿TaeHyung, podrías dejar de ser tan negativo?
—No soy negativo, simplemente digo la verdad. Tampoco es que me importe toda esta mierda de disputas entre los Kim y Jeon.
—¡TaeHyung!
—Deja a tu hermano, Nam Joon. Sabes que él odia estas cosas —comentó calmado el padre de ambos. Kim Jae Hyun—. Debemos tener en cuenta lo que ha dicho Tae. Los Jeon tienen a esos tres y mientras siga así, poco podremos hacer.
—¿Entonces? —preguntó Nam Joon ya calmado.
—Observaremos. En algún momento uno de ellos caerá y será cuando atacaremos.
—Como unos cobardes —murmuró el menor—. Como sea, tengo cosas que hacer.
TaeHyung se levantó de la silla donde estaba sentado. Miró a su padre, le hizo una reverencia y abandonó la sala de reuniones. Prefería salir con sus amigos MinJae y Amber, quienes eran parte de su mundo y fieles seguidores de su padre.
—¿Otra vez te opusiste a un plan de Nam? —Amber paso su brazo derecho por los hombros de su amigo—. Te estas buscando una buena paliza.
—Lo sé, pero no por eso no daré mi opinión. ¿Y bien? ¿A dónde iremos esta vez?
—Sugiero que a ningún sitio de la zona Sur. La última vez casi nos descubren —mencionó MinJae algo molesto recordando lo ocurrido anteriormente.
—Venga Jae, no seas marica —se burló Amber.
—Hasta Amber tiene más huevos que tú —Tae siguió con la burla.
—Los míos son reales.
—Comienzo a dudarlo —prosiguió ella—. Venga, vamos por algo de adrenalina.
Entre TaeHyung y Amber convencieron, con burlas, a su amigo MinJae en buscar diversión en la zona prohibida para ellos, sobre todo cuando están sin los hombres que suelen acompañarlos en alguna "misión" ordenada por el jefe de los 3 y padre de uno de ellos.
Para no llamar tanto la atención, decidieron no utilizar el escondite que suelen usar para observar a sus enemigos. Rodearon la zona y se mezclaron con ciudadanos del lugar.
—Estos hijos de puta tienen los mejores clubs para pasar un buen rato —comentó Amber observando el club "Placer" frente a ellos—. Espero haya buenas tías.
—Ya salió tu lesbianismo a flote —se burló TaeHyung.
—Si veo algún tío bueno por ahí, no te diré.
—Era broma, lo sabes —se colgó del cuello de su querida amiga—. Anda, vamos en busca de diversión. MinJae nos cuidará, ¿verdad?
—No cuidaré ni tu culo ni tu vagina —los señaló.
—¡Claro que lo harás, amigo mío! —Amber palmeó la espalda de MinJae—. Entremos que quiero diversión.
La canción Pour It Up tenía algunas tipas bailando sensualmente sobre una plataforma en ambos lados del club. Amber gritó excitada, sorprendiendo a sus amigos. Ese era el tipo de ambiente que le gustaba desde hace mucho tiempo, sobre todo cuando frente a ella tenía a tantas chicas hermosas y con muy buenos cuerpos.
—Esto falta en la zona Norte —mencionó ella sin quitar la mirada de las chicas bailando—. Claro, también de tipos para que TaeTae pueda disfrutar con la mirada, ¿Verdad, amigo?
—Le comentaré la idea a mi padre.
—Hazlo y de paso le comentas que la idea surgió después de ver a unas tipas bailando semidesnudas en un club de la zona Sur.
—¿Tienes que arruinar siempre nuestra diversión? —le preguntó.
—Claro que sí. Uno de nosotros debe tener ese papel en el grupo —rio y luego sus dos amigos le siguieron.
Se acercaron al bar y pidieron unas cervezas. No querían abusar tan rápido del alcohol, por lo que comenzaron con algo "menos fuerte". Amber no quitaba la vista de las bailarinas, hasta que su mirada se detuvo en cierta chica de piel blanca, casi pálida y su acompañante, a quién conocía bastante bien, al igual que él a ella, pues se enfrentaron varias veces.
Miró a ambos costados, al frente y tras ella, viendo a varios tipos de la mafia Jeon en el bar. Se habían metido a la boca del lobo, sin la necesidad de ser cazados.
—Tenemos un pequeño problema —les comentó a sus amigos quienes estaba platicando—. ¡Hey, que tenemos un pequeño problema!
—¿Cuál pequeño problema? —preguntó MinJae.
—Nos hemos metido en zona peligrosa.
—Ya lo sabemos, estamos en la zona Sur.
—Me refiero que este club pertenece a los Jeon y hay muchos de ellos aquí, ahora mismo. Entre ellos está JungKook.
—¡Mierda!
MinJae se puso nervioso. Comenzó a observar a su alrededor sintiendo miedo. A pesar de ser bueno con las armas y peleas cuerpo a cuerpo, le preocupaba estar rodeado de tantos Jeon y solo 3 Kim. El ambiente apuntaba contra ellos y a pesar de eso, le molestó ver a TaeHyung tan tranquilo.
—Debemos irnos.
—No me iré —dijo Tae—. Me gusta el lugar y Amber está disfrutando de las bailarinas. Mira cómo se le cae la baba.
—No se me cae la baba, idiota.
—Vete si quieres, Jae, de paso puedes pedir ayuda y comenzar una guerra entre los Kim y Jeon.
—No lo haré, lo sabes.
—Entonces cállate y disfruta.
Pero Amber notó algo mucho más preocupante que el hecho de estar tan cerca de los Jeon. Algo que le causó un escalofrío extraño y hasta terrorífico.
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