─ three!
Riki nunca se había considerado una persona celosa, tras ser el más pequeño siempre tenía atención de sus mayores los cuales lo consentían como si de un infante se tratase, pero nunca espero sentirse desplazado por alguno de ellos, ni mucho menos por el peli negro de tez blanca cual nieve.
Sunwoo, desde el día en que le pidió una selfie, se había estado comportando muy extraño con él, lo evitaba cada vez que podía, cuando mucho le daba los buenos días, y, como sí eso no fuera suficiente, se la pasaba todo el día con Sunghoon, ¡Con Hoonnie! Era un feo sentimiento que se instalaba en su pecho cada vez que Sunwoo besaba con dulzura las mejillas de Sunghoon o cuando el mayor abrazaba espontáneamente por la espalda al peli negro, quien luego solo se reía luego de haber tapado su rostro. Él no tenía nada en contra de su hyung, Sunghoon, lo quería mucho en realidad como a todos, pero eso no quitaba el hecho de que lo habían reemplazado, y el amargo sabor que quedaba en él luego de haber presenciado tales actos.
No sabía sí eran celos o un capricho, así que solo trataba de pasarlo por alto, siendo esto casi imposible.
Todos se encontraban reunidos, cenando ramen instantáneo como todas las noches en las cuales le tocaba cocinar al australiano, el japonés apenas y había tocado su comida, su apetito se había esfumado luego de haber visto como Sunwoo le daba de comer a Sunghoon y viceversa. Eso no había pasado por alto para el joven líder de mejillas abultadas, quien ya se había dado cuenta del comportamiento de ambos chicos, los conocía muy bien y sabía que algo andaba mal entre ellos.
Él estaba conciente del enamoramiento del peli negro hacia el peli morado, lo había presentido mucho antes de haber hecho su debut como grupo pero luego de que Sunwoo le dijo de sus sentimientos había confirmado sus sospechas. Se alegró mucho por su hyung peli negro, era un gran chico que de verdad se merecía lo mejor, pero le preocupaba las repercusiones que podía tener entre todos, en especial en el joven maknae. El japonés se levantó de la mesa, no sin antes hacer una reverencia para luego retirarse en silencio hacia su habitación, la cual compartía con Jungwon. Los presentes se quedaron extrañados por la acción del menor.
─¿Pasó algo con Ni-Ki? ─preguntó Heeseung, preocupado por el peli morado, él sabía que el japonés no se levantaría de la mesa sin haber devorado todo lo que se encontrase en su plato a no ser que algo lo estuviese abrumado. La mirada del mayor se juntó con la de Jongseong, quien solo se encogió de hombros mientras que los demás negaban del conocer el porqué de sus actitudes.
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