Rendidos al Placer
- ¿Qué tienes, Jiminnie? – Yoongi preguntó con su voz ronca, haciéndome estremecer.
- N-nada, hyung… – titubeé.
- ¿Nada? – Me arrebató el pequeño bote de palomitas y lo tiró al suelo antes de besarme bruscamente.
- ¡Hyung! – exclamé al sentir un mordisco en mis labios, doloroso. Lo miré con un leve puchero. – Eso dolió… – susurré, tocándome el labio.
Él rió entre dientes.
- No vuelvas a hablar así de ese actor, ¿entendido? – dijo en tono de regaño.
Pero no había nada malo en hablar de eso… ¿Entonces, qué estaba pasando?
- Es imposible que deje de hablar de un actor, Min.
- Ya te veo en Estados Unidos viendo a tus estrellas favoritas.
- Cof, cof – dejé salir un sonido falso, recordando que pronto me iría…
- Creo que será imposible, eres malo con el inglés, pero estás aprendiendo, ¿no?
- Ah, sí… ¿Podríamos dejar de hablar de eso? – No quería tocar ese tema por ahora.
- ¿Por qué?
- No quiero hablar de eso.
- Entendido.
Él soltó una risita.
- Tengo sueño… – Me froté los ojos, agotado.
- Está bien, entonces deberíamos dormir.
Apagó la televisión y la lámpara, y nos acostamos. Me volteé para darle la espalda, mientras él parecía observar el techo. Cerré los ojos y me fui quedando poco a poco dormido; estaba tan cansado que ni siquiera noté si Yoongi también se había dormido.
- Ah… no… – Hablé dormido al sentir algo en mi entrepierna, algo que me hacía cosquillas pero también me incomodaba.
Junté las piernas y al hacerlo sentí algo húmedo en mi cuello, como si algo suave estuviera rozándome. Mi cuerpo reaccionaba instintivamente…
- Ah… – jadeé de nuevo al despertar por completo, dándome cuenta de que lo que sentía en mi cuello eran los labios suaves y delicados de mi hyung. La mano que tocaba mi miembro pertenecía a Min Yoongi. Había tenido una erección dormido por los toques de Yoongi.
- Has despertado, mi pequeño Minie… – dijo Yoongi con la voz ronca.
- Hyung… ¿No… estaba… dormido? – Traté de hablar sin gemir, mientras sentía los toques que me dolían y excitaban al mismo tiempo.
- Primero te quería a ti~ – dijo roncamente en mi oído. Estaba dejándome llevar por sus toques. Me giró hacia él para que lo mirara; me puse tan rojo que sentía que iba a explotar.
- ¿Por qué tan tímido, Jiminnie? ¿Aún no te acostumbras a que aprecie tu cuerpo?
Él se posicionó sobre mí y comenzó a frotar nuestros miembros sobre la tela del short. Su boca se abría ligeramente para dejar escapar jadeos, al igual que la mía. Se acercó a mi cuello para besarlo y succionarlo, sin dejar de moverse. Pasó sus manos bajo mi camiseta, recorriendo mi abdomen, y luego volvió a mis labios para besarme. Mis labios se hincharon al sentir el contacto con los suyos, y nuestras lenguas chocaron en un beso húmedo y profundo. Solo se escuchaba la mezcla de nuestra saliva y nuestros jadeos.
- ¡Ah, hyung! – gemí sobre sus labios, echando la cabeza hacia atrás al sentir su miembro erecto. Él solo rió pícaramente y se quitó la camiseta para dejar al descubierto su estómago, sin marcas notorias de gimnasio. Colocó sus labios en mi muslo izquierdo y comenzó a besarlo y morderlo, provocándome cosquillas y más excitación en mi parte íntima, donde mi miembro ya dolía intensamente.
- ¡Yoongi, joder! ¡Chúpalo ya! – Dije excitado pero desesperado. Solo escuché una pequeña risa de Yoongi, quien me miró.
- Todavía no, bebé. Espera un poco más.
Se acercó a su armario y sacó una bolsa de la que extrajo unas esposas y un vibrador. Lo miré perplejo y él sonrió de nuevo antes de esposarme las manos.
- ¡No, Yoongi! ¡No hagas esto! – Intenté liberarme, pero no pude. Mis manos estaban sobre mi cabeza y Yoongi solo miraba el vibrador.
- Quiero saber qué tanto puede hacerte esto, bebé.
- ¡No, Min! ¡Por favor! – Yoongi encendió el vibrador al nivel más alto y lo colocó sobre mi miembro, haciendo que soltara un gemido enorme. "¡Gaahh...!" Fue lo único que pude emitir mientras sentía el vibrador en mi miembro. Yoongi lo movía arriba y abajo del tronco de mi erección, y yo me retorcía de placer y dolor, incapaz de detenerlo debido a mis manos esposadas. Mi cabeza se arqueaba hacia atrás mientras emitía sonidos agudos. Ambos estábamos totalmente desnudos.
Yoongi dejó de usar el vibrador y se posicionó entre mis piernas. Por alguna razón, lo necesitaba dentro de mí. Lo deseaba intensamente, pero a veces no podía expresarlo claramente...
- Hyung… quiero sexo. – Aún sentía la vergüenza, pero necesitaba que me entendiera. Yoongi sabía cuándo lo necesitaba y nunca me lo reprochaba; simplemente me complacía a su manera.
- ¡Ah! – Gemí fuertemente al sentirlo entrar de repente. Mi cabeza se inclinó hacia atrás y me retorcí, pero Yoongi continuó con sus embestidas, aumentando gradualmente la velocidad. El cuarto resonaba con nuestros gemidos; ambos estábamos sudando por el esfuerzo de nuestros movimientos. Mis ojos estaban nublados por el placer y mi cuerpo temblaba con cada embestida de Min. Sentía mis pupilas dilatarse y mis ojos pesados como si estuviera a punto de colapsar.
Yoongi me giró para que mi culo quedara frente a él. No podía mantener una postura estable, y mis manos esposadas me impedían detenerlo. Escuché la primera nalgada, seguida de sus embestidas. Los sonidos de nuestros cuerpos chocando, las nalgadas y los gemidos llenaban la habitación. Yoongi masturbaba mi miembro mientras seguía con las embestidas, provocando que gemiera y jadease aún más alto. Estaba demasiado excitado para resistirlo, y mis manos esposadas me hacían sentir impotente. Yoongi lamía y besaba mi miembro de vez en cuando, haciendo que mis gemidos se hicieran más intensos.
- Me encanta ver tu cara bonita gimiendo, bebé. – Aún no podía hablar mucho más que emitir mis característicos sonidos agudos. Me moría de vergüenza, quería cubrirme la cara con las manos, pero era imposible con las esposas que me quemaban la muñeca. Yoongi se colocó entre mis piernas; necesitaba tenerlo dentro de mí, lo deseaba tanto, pero a veces no podía expresarlo claramente...
- ¡Hyung! ¡Quiero sexo! – Aún estaba avergonzado, pero necesitaba que me entendiera. Yoongi sabía cuándo lo necesitaba y nunca me lo reprochaba; simplemente me complacía a su manera.
- ¡Aahh!
Grité fuerte al sentirlo entrar de repente, mi cabeza se arqueó hacia atrás, retorciéndome peor que antes. Yoongi también gemía, pero sus gemidos sonaban más graves. Aumentaba la velocidad de las embestidas, llenando la habitación con nuestros gemidos. El sudor corría por nuestras frentes, moviéndonos con un vaivén frenético. Yoongi llevaba el ritmo, nuestros cabellos enmarañados, nuestros cuerpos húmedos por el esfuerzo. Sentí mis pupilas dilatarse, mis ojos pesaban como si fueran a colapsar.
Yoongi me giró de modo que mi trasero quedara frente a él, no pude mantener una postura estable. Mis manos esposadas intentaban aferrarse a una almohada. Sentí el primer azote de Yoongi seguido de su entrada. Escuché su gemido resonar, la única boca que ha recorrido completamente mi cuerpo. Ambos estábamos tan excitados que no queríamos acabar tan fácilmente. Sus embestidas eran intensas, los sonidos de nuestros cuerpos chocando, los azotes, nuestros jadeos...
Yoongi comenzó a acariciar mi miembro mientras continuaba con sus embestidas, gemía tan alto como si hubiera olvidado la vergüenza por completo. Quería llegar al clímax, pero Yoongi aún no lo deseaba. El dolor de intentar contenerlo todo dentro de mí era abrumador. Sentía su sudor goteando por mi espalda.
- Puedes correrte para mí, precioso... ~ ¡Aahh!
Fue lo único que escuché de él mientras susurraba en mi oído. Ambos llegamos al clímax, yo en su mano que sostenía mi miembro, él dentro de mí. Caímos rendidos en la cama, nuestras respiraciones agitadas llenando el silencio, empapados de sudor.
- Tus labios están rojos y preciosos, ¿necesitan los míos, bebé?
Yoongi sonrió de lado, tomó mi mandíbula y unió nuestros labios en un tierno beso largo. Se separó para quitarme las esposas, las cuales habían estado en mis manos durante unas dos horas y ya dolían.
- Descansa, mi bebé...
Acarició mi mejilla y cerró los ojos para dormir, y yo hice lo mismo. Antes de quedarme dormido, solo me pregunté...
¿Qué significaba todo este afecto?
¿Bebé?...
Me estaba volviendo loco...
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