Lluvia, autobuses y confidencias
Me encontraba cambiándome para ir a las clases de idioma, esta vez debería llegar más temprano que ayer. Me puse unos pantalones de mezclilla oscuros, una camisa blanca, tenis Nike blancos y peiné mi cabello. Tomé mi mochila, que solo contenía dos libretas, dinero, tres manzanas y ropa para ir a la casa de Yoongi Hyung y el dinero para comprar los libros. Bajé a la sala y tomé las llaves de casa.
-Ya te vas, Hyung?, preguntó Jihyun, pausando el videojuego para mirarme.
-Sí, ya me voy, sonreí levemente. No salgas a menos que tengas tarea, ¿entendido? Confío en que no me defraudarás.
-No te defraudaré, Hyung. ¿Cuándo lo he hecho?
-No lo sé. Uno no se da cuenta de las acciones de los demás estando en un lugar.
-Lo sé. Bueno, Hyung, ¿puedo invitar a JungKook y hacer una pijamada con él?
-¡Claro! ¿Por qué no?, sonreí levemente. Pero no olvides hacer tu tarea. Bueno, me voy, se hará tarde. Revolví su cabello y simplemente me dirigí hacia la salida de la casa.
-Suerte, Hyung!, gritó mi hermano y solo sonreí.
Salí de casa y fui a tomar el autobús. Todo lo que quería era que terminaran ambas clases para ir a casa de Yoongi. Finalmente, tomé el autobús y esta vez tuve que ir de pie, todos los asientos estaban ocupados.
Después de salir de ese maldito autobús lleno, donde la gente se apretaba entre sí, fui a donde me impartían las clases. Me encontré con Wendy y simplemente me senté en el mismo lugar que el día anterior. Ella se sentó frente a mí para saludarme y empezar a platicar antes de que comenzaran las clases. Llegaron sus amigas, que también me saludaron y empezaron a platicar conmigo. Aunque la más callada era Seulgi, supongo que es tímida. Y de Yeri, ni hablar, agarra confianza muy rápido. Pasaron solo unos minutos y ya estábamos en el salón y había llegado la maestra para impartir la clase.
¡El día fue tan eterno! Lo único que quería era llegar a casa de Yoongi Hyung. Para mi mala suerte, empezó a llover.
¡Rayos, ¿qué hago ahora?! Debí haber revisado el clima y traer un paraguas. ¡Park JiMin, ¿por qué eres tan estúpido?! ¡Joder!
Wendy se había ido en el auto de su amiga Seulgi con las demás. Llegué a la parada del autobús un poco empapado. Después de subirme, me senté. Ahora no había tanta gente como horas antes. Sonó mi celular, un mensaje de Yoongi Hyung.
-Ya vienes?
-En eso estoy, Hyung. No te preocupes por nada.
-¿Trajiste paraguas?
-Eh, no, pero lo arreglaré ahora.
-No quiero verte empapado, te resfriarás.
-Soy fuerte, Hyung, en serio.
-Hum, te veo en unos minutos.
-Claro.
Suspiré y dejé el celular a un lado hasta llegar a la casa de Yoongi Hyung. Me levanté rápidamente del asiento, aunque no había ido tan lejos...
-Hey, conductor! Disculpa, no me di cuenta de dónde paraba.
-Tienes suerte, nos quedamos en luz roja, el conductor me sonrió cálidamente y abrió la puerta del autobús. Ve con cuidado, niño, ya es muy tarde.
-Muchas gracias!
Sonreí y le obsequié una de las manzanas que tenía en mi mochila antes de salir del autobús. Di gracias a que la lluvia había parado un poco, si no, ya estaría completamente empapado. Caminé por las calles, que estaban mojadas, y mientras caminaba, escuchaba pequeños charcos de agua. Sonreí al escuchar eso, recordando que de pequeño me gustaba salir a jugar en la lluvia con mi hermano, quien una vez llené de lodo. Quería que volviera a pasar, volver al pasado cuando éramos niños y no nos preocupábamos por lo que sucediera en nuestras vidas. Pero bueno, lo pasado, pasado está y pisado, quemado. (Lo último que quise decir con -quemado, pisado-, me refería a los malos recuerdos).
Seguí caminando hasta que sentí nuevamente gotas cayendo del cielo. No le di importancia hasta que un chorro de agua me cayó encima por culpa de un auto que iba a gran velocidad.
-¡Idiota! ¡Fíjate por dónde vas, estúpido!, grité al conductor ajeno.
¡Vamos, Dios! ¿Por qué me odias tanto?
¡Ahora sí estaba empapado! Yoongi tenía razón.
Después de pasar unas cuantas calles más, llegué a la calle de Yoongi Hyung, donde toqué el timbre y abrió una señora mayor. ¿Será su madre?
-Necesitas algo, pequeño?, habló amablemente con una pequeña sonrisa.
-Vine a ver a Min Yoongi..., respondí haciendo una leve reverencia.
-Oh, pasa, ella me dio paso y al entrar, me miró de arriba abajo. Te alcanzó la lluvia en el camino, eh...
-Lo sé..., reí levemente y ella fue a buscar a Yoongi.
Miré mi mochila, que estaba totalmente mojada, y seguramente también la ropa que llevaba puesta.
-JiMin, te dije que llegarías empapado..., Yoongi se acercó y me tomó de la mejilla.
-Yoongi, ¿no crees que deberías prestarme ropa?, habló la misma señora mayor.
-Sí, eso haré. Oh, JiMin. Quiero presentarte a mi Noonmin, ella me ha cuidado desde que soy pequeño.
-Oh, ¡hola! Mi nombre es Park JiMin, un gusto en conocerla..., hice una leve reverencia con las mejillas enrojecidas.
-Un gusto en conocerte, igual, pequeño, ella simplemente sonrió. Tengo que irme, Yoongi. Les dejé la cena servida, ¿ok?
-Está bien, Noonmin, gracias.
-Y presta ropa a JiMin, el pobre se resfriará.
-Haré que no esté en un lugar fresco, Noonmin. Estará calientito, Yoongi solo sonrió y al escuchar eso, me sonrojé aún más. Sabía a qué se refería, o al menos eso creía yo...
La Noonmin de Yoongi salió de la casa, dejándonos solos. Ambos nos dirigimos a la cocina para poder comer. Y vaya que la comida de ella era una delicia. Yoongi me preguntó sobre mis clases de idioma, donde le había contado que tenía unas amigas, pero la más cercana era Wendy. Él solo rodó los ojos y siguió escuchando lo que le contaba. Cuando terminamos de comer, Min sugirió que me metiera a bañar y me dejó ropa a un lado: una camisa holgada blanca, boxers y un short. La mía estaba en la lavadora y mis libros en la sala, abiertos para que se secaran.
Cuando salí del baño, Yoongi decidió ver películas, así que hizo palomitas de maíz y llevó refresco a la habitación.
...
-JAJAJAJA! Hyung, se le cayó el pantalón!
-JiMin, ¡no veas eso!
-¡Está... nalgon! ¡Wow! Lo que esconden los pantalones 'aguados', ¡JAJAJA!
-Jiminnie, no se dice 'aguados' y no veas eso, él solo frunció el ceño haciendo un leve puchero.
-¡Wow! ¡Ya quisiera un novio como él!
-¡Cállate!
-¡JAJA! ¡Su novia lo vio sin pantalones! ¡Hubiera deseado ser yo!
-¿Qué tanto lo deseas?
-Mucho...
-¿Le pedirás sexo?
-Eso es imposible.
-¿Por qué?
-Porque no tengo nada con él- dije jugando con una cara algo triste.
-¿Lo prefieres a él que a mí?
-No me pregunte eso, Hyung- me acosté en sus piernas y seguí viendo la película.
-Te has olvidado de tu Hyung... ¿Verdad?- susurró en mi oído y no pude evitar reírme. ¿Estaba celoso por un actor?
-Vamos, Hyung, no se ponga en ese plan.
-¿En cuál plan, Jiminnie? - lamió el lóbulo de mi oreja, lo cual me tensó.
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