Luces de la Ciudad
-Hyung!!! - Grité por todo el cuarto y corrí hacia él, pidiéndole que me levantara.
-¿Qué pasa, Jiminnie? - Él me sostuvo de los muslos para que no me cayera.
-Nada. - Sonreí como un tonto. - Solo quería que me levantaras.
-Aish! No estoy para juegos, Jiminnie... - Él me bajó al suelo.
-Estoy aburrido, Hyung. ¡Tengo hambre, ¡son las 8:30 pm!
-¿Eso es culpa mía? - Habló seriamente, como siempre.
-Iré con Eunwoo.
-Vamos a cenar. - Él tomó su abrigo y yo sólo lo miré.
-Que disfrutes tu cena, Hyung. Iré con Eunwoo.
-Dije que vamos, no me voy. - Él me tomó del brazo. - ¿Te vas a cambiar o vas a ir así?
-Sólo me pondré tenis... - Bufé y me solté para ir a la entrada y ponerme los tenis. Una vez listo, dije: - ¿Podemos llevar a Eunwoo?
-No. - Su tono volvió a ser serio.
-Oh... Bueno.
Salí del cuarto junto con Hyung y fuimos al elevador.
-¡Hyung! ¡Yo aprieto el botón!
Él ya lo había apretado...
-Lo siento, Jiminnie... - Sonrió de lado.
Solo suspiré y sonreí. Me gustaba verlo sonreír, aunque fuera poco frecuente.
Salimos del elevador y luego del edificio. Caminábamos por las frías calles de Tokio, a pesar de ser julio, hacía frío por las noches.
Sonreí mientras observaba los edificios iluminados y las tiendas.
Llegamos al restaurante donde íbamos a cenar. Nos sentamos en una pequeña mesa. Yo elegí Taka Sasaki, o mejor dicho, Mushipan en forma de Totoro, que me encantaba. Min Yoongi optó por Yakitori, brochetas de pollo.
Una vez que nos sirvieron la comida y el té para acompañarla, cada uno comió lo suyo. Hablaba con Min Yoongi mientras comía, compartiéndole cosas interesantes para mí, mis gustos y lo que pasaba en mi vida. Le hablaba emocionado, pero él seguía serio como siempre, escuchando atentamente.
-Hum... ¿Debería llamar a Hiroto? - Miré mi celular que estaba sobre la mesa. Min Yoongi también lo miró, lo tomó y me lo arrebató.
-No deberías llamarlo. - Siguió comiendo.
-¡Min Yoongi! Ese es mi celular... - Bufé.
-No vas a llamarlo. - Guardó el celular en el bolsillo de su pantalón.
-¿Por qué no?
-No me gusta.
-¿Por qué no te gusta?
-¡Ponte a comer! - Me metió una brocheta de pollo en la boca para que me callara.
-¡Uh! Esto está delicioso. - Comencé a comer.
-Sí, es delicioso. - Habló mientras probaba mi Totoro.
-¡Oye! ¡Eso es mío!
-Y esta brocheta es mía. - Él siguió comiendo sin preocupaciones.
-¡Pediré un Kumamon! ¡Veremos si le gusta que me coma su Kumamon! - Bufé y hice trompitas, mi gesto habitual cuando me molestaban.
-No lo harás, pequeño cachetón. No te comerás mi Kumamon. - Min Yoongi me tomó de la barbilla y luego juntó sus labios con los míos. - ¿Verdad?
-N... no... No, Hyung. No me comeré tu Kumamon. - Hablé avergonzado.
-Vamos, ya regresemos al departamento, ¿sí?
-Está bien...
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