Capítulo 1
Park Jimin se encontraba sentado en el sillón individual de la bonita sala de estar de su mejor amigo, suspirando por su lindo hermano mayor.
Así es, al rubio le gustaba el hermano mayor de su mejor amigo, Kim Yoongi.
Y se sentía tan mal, porque el azabache jamás lo había mirado con otros ojos que no fueran de un hermano. Como él decía: "Eres el mejor amigo de Tae y tienen la misma edad, por lo que eres como un hermano pequeño para mí" Recordar esas palabras lo deprimían.
¿Por qué Yoongi no podía verlo de otra forma? Era sólo dos años menor, no estaría cometiendo ningún crimen por fijarse en él.
Aún recuerda cómo lo conoció, arrebatándole su cálido corazón y haciendo que no pudiera despegar sus ojos de él nunca más.
Flashback.
—¡Vamos Jimin! ¡No te quedes atrás! —un eufórico Taehyung lo animaba a subir la colina a varios metros de distancia, pero él ya no podía más. Llevaba más de cinco horas caminando, ¿era necesario seguir?
—¡Ya voy! —gritó con la poca fuerza que le quedaba.
—¡Vienes diciendo eso desde hace media hora! —respondió el castaño—. ¡Jungkook salió bastante más tarde que nosotros y ya está aquí!
—¡Él es subnormal! —se defendió.
Reunió un poco más de aire en sus pulmones y movió sus piernas lo más rápido posible, así callaría la boca de su amigo y le daría un golpe al novio de este por superarlo.
Ya estando en la cima, hizo lo que se prometió y fue perseguido cruelmente por la pareja.
"No es justo, son dos contra uno y yo ya estoy cansado" Pensó en ese entonces.
—¡Taehyung! ¡¿Qué están persiguiendo ustedes que parecen perros?!
Una desconocida voz logró que el dúo dejara de correr y a la vez Jimin también lo hiciera. Queriendo saber de dónde provenía aquella voz, se dio vuelta y buscó con la mirada, hasta que encontró a un extraño sujeto recostado en un árbol, observando con el ceño fruncido a la pareja.
—Yoongi, no seas pesado —respondió el castaño a sus gritos—. No parecíamos perros, aquí no hay ardillas.
—¿Entonces qué perseguían con tanto esmero? —indagó.
Taehyung desvió la mirada de su hermano y empezó a buscar al pequeño rubio. Cuando ya lo hubo encontrado, corrió hasta él, lo tomó del brazo y lo llevó hasta donde se encontraba anteriormente—. Lo perseguíamos a él, su nombre es Park Jimin y es mi mejor amigo.
Yoongi dirigió su mirada al nombrado y este sentía que iba a desmayarse.
El azabache no se parecía mucho a Taehyung, su piel era más pálida y se veía más serio, muy contrario a la alegre personalidad de su amigo, aún así, Jimin jamás había visto un chico como él. Un chico que sin conocerlo hacía que su corazón revoloteara.
—¿Park Jimin? —el aludido asintió—. ¿Cómo es que soportas a este par de idiotas?
—¡Oye! —reclamó el castaño—. ¡No somos un par de idiotas!
—No hablaba contigo —respondió con indiferencia y dirigió su mirada nuevamente al rubio—. ¿Cómo soportas a este par de idiotas?—
—Pues... —tragó pesado—. Con mucho esfuerzo y dedicación.
—Te pasas, Jimin, te pasas —dijo Jungkook mientras negaba con la cabeza.
—Espero que nos llevemos bien, Park Jimin —el azabache sonrió suavemente y devolvió la vista al libro que estaba en su regazo, sin importarle si le respondía o no.
El rubio se sentía en el cielo, por más que fuera el amigo de su hermano, no pudo evitar sentir un flechazo hacia él. Uno que nunca había sentido antes.
Y es que Jimin ya estaba cansándose de eso, llevaba casi un año así, ¿era necesario esperar más? ¿Qué ganaba él a cambio de su paciencia? Nada.
Quizás debería arriesgarse, pero no sabía qué hacer y no lograba encontrar un momento adecuado para intentar declararse o siquiera darle pistas sin que su amigo estuviera presente.
Desvió la mirada de Yoongi e inspeccionó la casa una vez más; la casa de los hermanos Kim no era muy grande, lo suficiente para dos personas (o en realidad para una, ya que el castaño pasaba más tiempo en el departamento de su novio que en su propio hogar), estaba decorada de una linda, pero simple manera y sólo estaban ellos cuatro, por lo que había un ambiente sereno y agradable en el lugar.
Estando a punto de bajar la mirada, encontró un pequeño muérdago colgado en el umbral de una de las puertas de la casa.
A Jimin se le prendió el foco, la idea no era mala, Taehyung y Jungkook se besaban cada vez que pasaban por éste, ¿por qué él no podía hacerlo?
Aunque, siendo honestos, también tenía miedo, ¿qué pasaba si el azabache lo rechazaba? Eso rompería su corazón en muchos pedacitos y quería evitar ese dolor, pero también deseaba pasar por alto sus miedos y soportar el posible dolor que podría venir. Sin embargo, podía echarse en cara que al menos lo intentó y no fue un cobarde.
El rubio miró en dirección a la cocina, Taehyung y Jungkook se estaban encargando de la cena, por lo que esperaba que no salieran pronto de ahí y no resultar intoxicado.
Se acercó a Yoongi y se sentó al otro extremo del sillón donde se encontraba, carraspeando para desviar la vista de su libro y le prestara atención—. Hyung.
—¿Ocurre algo? —preguntó con un suave tono y, al ver que no respondía, siguió con la acción que realizaba anteriormente.
Es ahora o nunca, pero... ¿debería ser muy directo o no?— Hyung —llamó su atención—. Ahí hay un muérdago —señaló con su dedo la planta.
—Sí —asintió, sabiendo dónde estaba—. ¿Qué hay con eso? —dijo con desinterés.
—Pues... —tragó pesado—. Si hay dos personas bajo él, estas deben besarse.
—Ve al punto, Jimin—
Oh vamos, ¿por qué no lo capta de una vez? ¿Tengo que ser directo?
—Hyung, béseme.
Finalmente, el azabache desvió la vista de su libro y la dirigió al chico junto a él, quien se encogía cada vez más en su lugar—. ¿Qué? ¿Por qué quieres eso? —preguntó confundido.
El rubio empezó a jugar con sus manos, en un intento por controlar sus nervios—. Porque... bueno... —suspiró—. Me gusta.
Yoongi se quedó estático en su lugar, sin saber qué sentir con respecto a las palabras de su menor.
Park Jimin era encantador; bondadoso, comprensivo, tierno, expresivo, pero también sabía reaccionar cuando algo no le parecía y eso era algo que le gustaba. Sin embargo, ¿sentía algo más por él? ¿Cómo descubrirlo?
Empezó a analizar; le gustaba la presencia del menor cerca suyo, era una agradable compañía, se sentía a gusto con él y le tenía bastante afecto por ser tan bueno con él y su hermano, ¿eso era amor? ¿Debía aceptar su petición y besarlo? Pero... ¿y si él no sentía amor en realidad y lo ilusionaba? No quería romper su corazón.
—Jimin, yo... —el rubio levantó la mirada, con sus ojos brillando por la esperanza. Yoongi suspiró, quizás el menor no buscaba ser correspondido, tal vez solo quería que respetara sus sentimientos y ser besado al menos una vez—. ¿Estarías bien con eso? Digo... no sé si puedo corresponder tus sentimientos.
—Hyung, es suficiente con que los acepte —sonrió—. El amor no siempre es recíproco, pero... ¿podría fingirlo por esta vez? No pido más que eso.
¿Fingirlo? Oh, eso sonaba deprimente. Yoongi no podría fingirlo, le tenía mucho cariño al rubio, pero tal vez sus sentimientos no eran tan fuertes como los suyos—. Jimin, no podría fingir afecto hacia ti porque sí lo tengo, solo que no de la forma en que tú lo esperas. Respecto a lo otro... —suspiró—. Si no te incomoda la situación... lo haré.
El rubio sintió su corazón latir con alegría, ¡había aceptado! Quizás no de la forma en que le hubiera gustado, pero algo era algo, el resto se podía dar con el tiempo.
El azabache se levantó de su lugar y se ubicó bajo la planta, pensando de dónde es que había nacido esa tradición. Pero, viniera de dónde viniera, estaba a punto de cumplirla—. ¿Ahora te arrepentirás?
Jimin negó con la cabeza y caminó hasta donde se encontraba su hyung, con su corazón latiendo fuertemente—. Pues... ¿simplemente lo hacemos y después fingimos que nada ocurrió?
Yoongi, a pesar de no estar muy conforme con esa idea, asintió. No sabía qué hacer, ¿solo lo hacía y ya? No podía ser tan complicado.
El rubio vio al chico frente a él acercarse y detenerse a medio camino, frunció el ceño, ¿por qué se había detenido? Decido y cansado de esperar, tomó el impulso y lo atrajo con fuerza, haciendo que sus labios finalmente chocaran.
Yoongi, un poco sorprendido, empezó a mover sus labios sobre los de Jimin, haciendo que ambos tomaran un ritmo suave.
El rubio estaba conforme, podía sentir los sinceros sentimientos que su hyung le transmitía y eso era suficiente para él.
Cuando se separaran, fingiría que no había pasado nada entre ellos para que el mayor no se sintiera incómodo. Quizás él no estaba muy feliz con esa idea, pero el simple hecho de haber cumplido su deseo, hacía que sintiera que había recibido el mejor regalo de navidad en toda su vida.
[Hi. ¡Feliz navidad!
Espero que les haya gustado y que hayan o estén pasando un momento agradable con sus seres queridos.
Bye.]
Portada y separador by afrikiboy, gracias tesoro 💜
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