Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4.- Café como intermediario

Hasta la semana siguiente Wonsik no tuvo noticias de Taekwoon, y eso que siguió con su rutina de ir todos los días a la biblioteca después de clases, inclusos se sentaba a esperar cuando la mesa junto a la ventana estaba desocupada, pero no había rastro de su nueva musa.

Aquella tarde estaba sentado justamente en esa mesa, con ambos audífonos puestos escribía notas y rayones en una de sus tantas libretas de composición, en ellas solía poner las cosas que se le ocurrían, ideas que después podría desarrollar mejor pero que no quería que se perdieran en su momento. En ese momento él escribía sus pensamientos, como una carta a Taekwoon:

"Es obvio que te asusté, claro, llegué a decirte que te había estado buscando, que conocía tu nombre, maldición incluso acepté que te había comprado varios cafés, debes creer que soy un maldito acosador, psicópata, pervertido o algo así.

Pero yo solo quiero agradecerte, la inspiración que me das me ha salvado de varias materias, no solo la del profesor Jae-sang, sino que tu imagen me ha inspirado a escribir muchas cosas más.

Incluso ahora no puedo dejar de escribir, no puedo dejar de pensar en ti... tal vez sí soy alguna especie de acosador, ¿por qué otra razón estaría justo en esta mesa, sólo porque aquí es donde te he visto antes? Pero juro que no quiero hacerte daño, todo lo contrario, solo quiero conocerte."

Se quedó golpeando la goma del lápiz al ritmo del rap que sonaba en sus auriculares, mismo ritmo que llevaba con su pierna. Apenas se percató de la presencia que se sentó del otro lado de la mesa, supuso que se trataba de algún otro estudiante solitario que no había encontrado otro lugar para sentarse.

Sin embargo había otra posibilidad, que le hizo levantar la vista entusiasmado para comprobar que, en efecto, se trataba de Taekwoon que se había sentado frente a él.

De inmediato se quitó los audífonos, que quedaron olvidados sobe la mesa, soltando su murmullo musical como fondo.

—¡Hola Taekwoon! Me alegra mucho verte, pensé que no lo volvería a hacer.

Pero el pelinegro no lo miraba y no le contestó, simplemente miraba los dedos de sus manos entrelazadas sobre la mesa mientras jugaba con sus pulgares.

—¿Taekwoon? ¿Está todo bien? —preguntó el peliblanco ante su falta de respuesta.

El otro chico se movió de golpe, sujetando con fuerza su mochila por algunos momentos antes de abrirla, Wonsik se quedó embelesado mientras el otro sacaba el termo que le había dado antes y lo ponía sobre la mesa. Luego empujó el cilindro metálico con la punta de los dedos en dirección a Wonsik.

—Gracias —dijo el pelinegro con voz sumamente baja.

Aquello enterneció el pecho de Wonsik, quien con una sonrisa tomó el termo y lo guardó.

—No tienes por qué darlas, espero que te haya gustado.

Taekwoon asintió una vez para luego levantarse, aún abrazando su mochila.

—Espera no, no es necesario que te vayas... si quieres sentarte aquí puedes hacerlo, o si quieres estar solo me puedo ir yo.

Taekwoon negó, el movimiento de su cabello llamó la atención de Wonsik y lo distrajo lo suficiente para que no pudiera evitar su huída.

El resto de ese día Wonsik estuvo con una gran sonrisa en el rostro, además de estar bastante más inspirado de lo usual por lo que incluso terminó varios ritmos y tonadas para diferentes canciones.

—¿A qué viene esa sonrisa de bobo que traes? —le preguntó Jaehwan, saliendo de clases.

—Es solo que soy feliz, pensé que él me odiaba o me tenía miedo, pero me agradeció y me regresó el vaso así que no creo que lo haga.

—Eso, o te tiene el suficiente miedo como para no querer deberte nada, aunque eso sea sólo un vaso para café —lo molestó Hongbin.

—¡Cállate! —Wonsik le dio un golpe suave en el hombro—, además, yo no doy miedo.

—Claro, lo dice el tipo tatuado y con el cabello teñido de blanco que para nada parece que le va a romper la cara a alguien si se mete en su camino.

—¡Ey! Eso no es cierto... Bueno, la última parte no lo es. Además, mis tatuajes se alcanzan a cubrir casi todos con la ropa, no soy como ese chico de primer año que tiene tatuada la cara.

—Pero él se ve tierno, tú das miedo, —insistió también Jaehwan.

Wonsik también hizo aspaviento de golpearlo, por lo que el castaño se apresuró a esconderse detrás de su otro amigo, desde ahí le sacó varias veces la lengua al otro.

—¿Lo ves?

—¡Ah! Como sea, es inútil discutir con ustedes —se quejó el peliblanco antes de seguir su camino.

***

A la tarde siguiente, cuando Wonsik fue a la biblioteca de nuevo ahí estaba Taekwoon, de nuevo leyendo y tomando notas de un pesado libro, Wonsik se sentó frente a él aunque al inicio pareció no darse cuenta, tan enfrascado como estaba en el libro que estudiaba

"Psycopathia sexualis" alcanzó a leer en las letras de la portada, así como el nombre de Krafft-Ebings. No tenía ni la menor idea de qué era eso, pero la primera palabra del título le dio una idea.

—¿Estudias psiquiatría? —le preguntó de golpe.

Taekwoon se vio sorprendido por la repentina interrupción, levantó la mirada ceñuda para increpar a quien le había molestado, sin embargo al ver que se trataba de Wonsik volvió a bajarla, cohibido.

—No, psicología —contestó con voz muy baja.

—Oh, ya veo, y perdón por asustarte.

Taekwoon levantó de nuevo la vista de su libro, solo para hacerle a Wonsik un gesto con el dedo en la boca para que bajara la voz. Wonsik asintió antes de comenzar a sacar uno de sus cuadernos de notas. El pelinegro suspiró un momento antes de retornar a su estudio, debía terminar aquel proyecto para su derecho a examen final.

—¡Ah! Cierto, te traje más café —exclamó de pronto un emocionado Wonsik, sacando el termo para extenderlo hacia él.

Taekwoon miró a todos lados antes de tomar el contenedor y guardarlo en su propia mochila.

—¿Qué? ¿No vas a beberlo? No me digas que la ves anterior lo tiraste, porque...

Wonsik detuvo su perorata ante la mirada enojada que le dedicó el contrario, esta la recordó aquella vez en el café que lo había mirado con frialdad.

—Está prohibido consumir alimentos dentro de la biblioteca —le recordó el pelinegro con voz severa, aunque igual de baja que antes—. Y para el caso, tampoco se puede hablar en voz alta.

Wonsik hizo un puchero con los labios que logró ruborizar al pelinegro antes de que volviera a bajar la vista a su libro.

—Ya lo sé, lo siento —se disculpó Wonsik, rascando un poco su nuca—, es solo que cuando me emociono me cuesta trabajo controlar el volumen de mi voz... ¡Ya sé!

Ante el grito emocionado Taekwoon volvió a silenciarlo, a lo que el otro se encogió un poco, ambos esperaban a que la encargada apareciera, para su buena fortuna no lo hizo.

—Lo siento, pero se me ocurrió la idea de que, si aquí no podemos hablar bien, podríamos hacerlo en otro lado. ¿Podría invitarte a comer a algún lado? Lo que tú quieras.

Taekwoon lo miró por algunos momentos.

—De, de acuerdo, podemos ir a la cafetería después, si con eso guardas silencio ahora, —contesto.

Wonsik sonrió abiertamente e hizo un gesto con el puño en señal de victoria, aunque siguiendo la indicación del otro no hizo mayor ruido.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro