Esa mañana, TaeHyung despertó con un nuevo olor en su nariz, moviendola de un lado a otro, se levantó de la cama lleno de curiosidad. Una muy grande, pues su amigo –hermano, más bien– no estaba a su lado en la cama. Con un fuerte gruñido estiró las extremidades en un bostezo ruidoso, solía abrir los ojos y lamer el cuello de JungKook, a él le gustaba eso, decía hacerlo sentir más acompañado. ¿Cuál sería la razón de su ida? Bueno, puede que esté relacionado al olor proveniente de la sala. Abrió la puerta de su habitación y salió de esta, atravesando el corto pasillo hasta llegar a la sala, donde las feromonas de JungKook estaban estallando. 

Lo vio cómodamente aferrado a la humana, con sus brazos a los costados de ésta y su cabeza enterrada en el cuello de la mujer. Lamia, olfateaba, y suspiraba de placer. 

—¡Jeon! —gritó sorprendido— Tendrás que separarte en este mismo instante de ella si no quieres que deje marcas en tu cuerpo, idiota. —con pasos feroces camina en su dirección, Aeri súplica ayuda sin decir nada, aterrorizada de cómo el híbrido reaccionó de un segundo a otro, tomándola sin previo aviso  

TaeHyung usó su voz de alfa, lo cual hizo que JungKook temblará un poco, pero no se separó. Sus dientes se clavaron en su cuello, y la hicieron sollozar adolorida. 

—E-Espera. —suplicó— N-No me… 

—¡Ya no la toques! —el rubio lo jaló de tal manera que ambos cayeron hacia atrás en la alfombra, y Aeri quedó agitada— Joder, hombre, ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás tan caliente? 

El menor jadeaba desesperado, se removieron entre los brazos de su hermano mayor mientras su boca largaba unos fuertes suspiros suplicando atención. La humana tomó su teléfono, y googleo aquella acción, desde que él vino a ella hace una hora atrás y le pidió dormir a su lado, sospecho que estaba aburriendo algo extraño. Quiso negarse, pero verlo tan susceptible la ablandó de cierta manera, y ahora es donde se arrepiente, puesto que el conejito cedió a sus instintos naturales. 

Primero la sostuvo fuerte detrás de ella, bajo las mantas y los ronquidos de Aeri su pelvis no tuvo la privación necesaria para no moverse, se sintió atraído por ella, su olor, su cuerpo, todo era simplemente bonito. Y aunque estaba enojado por las malas decisiones que tomaba, eso se lo dejaría a su cabeza de arriba, porque la de abajo estaba cegada. Fueron unos placenteros minutos antes que despertara y lo tratara de quitar, estaba en armonía, sin exaltarse, se aseguraba de hablarle lentamente y de esta forma no asustarlo o hacerlo enojar. 

Como fuera, JungKook no quería alejarse, intentaba poseerla hasta que TaeHyung hizo acto en la sala. 

Vio en su móvil las letras en grande: 'CELO.' 

El celo en los machos es bastante problemático, los hacía actuar de una forma molesta y tajante, tratando de meterse entre las piernas de cualquier ser atrayente a su miembro. Aeri jamás imaginó pasar por una situación de ese estilo. 

—¿Es su primer celo? —inquirió, levantándose del sofá con una mano sobre su herida, busco el botiquín de primeros auxilios en el mueble. 

—No, no lo es. —frunció el ceño— ¿Por qué dejaste que durmiera contigo? —abrazó al menor, desconfiado— Es peligroso tenerlo cerca de una hembra, intentará aparearse contigo cuantas veces sean necesarias. 

—Lo sé, pero no sabía que estaba en ese estado hasta recién. —suspiró, colocando un parche sobre el rasguño de sus filosos dientes— Lo mejor sería dejarlo en la habitación hasta conseguirle una pareja. 

—¡No quiero! —se quejó el Jeon, y levantó la vista, tenía los ojos dilatados— P-Por favor, no quiero una pareja de apareamiento. 

—No tendrás crías, hay métodos…

—Aún así, me rehusó a estar con una desconocida. —negó frenéticamente, y desvió la vista al rubio— Hyung, no puedo, en verdad no. 

—Está bien, no estarás con ninguna chica. —sacudió su cabello— Estarás en el cuarto hasta que pase. 

JungKook fue dejado en la habitación, y en ese mismo instante, TaeHyung giró a la castaña con un entrecejo fruncido, no podía creer que de verdad él haya ido a esa apestosa humana para aparearse, su hermano no mostraba deseo por ninguna chica, ¿Por qué a ella sí? ¿Por qué incluso estando tan enojado se le hacía linda? Oh mierda, estaba confundido. 

—Más te vale mantenerte alejada de él. —amenazó— Yo lo voy a cuidar. 

—Bien. —asintió— Pero es mi deber como dueña apoyarlo, le compraré medicación para sus dolores. 

Ambos se dieron una última mirada antes de irse cada uno por su camino, disgustados el uno con el otro. 

¡Holaa! Esta es la primera parte del maratón, será uno corto porque no tuve muchas inspiración para escribir jendjd pero espero que de alguna forma les llene. ¡Recuerden votar! De esta forma sabré si les está gustado el contenido uwu