O17
—No puedo creer que Hoseok haya dicho eso de mi. —incrédula se sienta en la alfombra, con la mesita de la sala en el medio. Los tres devoran unas enormes hamburguesas, mientras que Aeri también bebe un poco de vino— Tal vez hayan escuchado mal…
—¡No es así! —negó TaeHyung— Él en verdad se mostraba muy grosero al hablar de ti, creía que porque somos hombres compartimos opinión —él niega, fingiendo estar asqueado de un acto que provocó por sí mismo horas antes—. No le vuelvas a hablar, es un mal tipo.
—Pero…
—No necesitas de otros amigos, nos tienes a nosotros, y eso es suficiente. —fue JungKook quien dijo eso, aferrado a la idea de tener para él solo a su amada dueña, quien lentamente comenzaba a caer en sus trucos.
Aunque, honestamente, Aeri no les creía del todo. Algo dentro suyo le gritaba desconfianza de esos dos híbridos caprichosos, no había forma de que su buen amigo dijera 'palabras obscenas' –según palabras del leopardo– para denigrar y burlarse de ella frente a otros. En el tiempo que llevaba conociendo al Jung jamás lo oyó hablar mal de alguien más, o si quiera insultando a una persona, ¡Era un santo! En cambio, los muchachos que le ven con sus ojos grandes y sonrisas maquiavélicas tienen registros de mala conducta.
JungKook posa su nariz en el espacio de su cuello, y la huele. Era su forma de intentar conservarla con su olor, era detestable tener que verla llegar a casa con el aroma a un macho humano, ya lo había pasado mal con Hoseok, la forma en que él la ve es… diferente. Y eso lo hace sentir mal, porque Aeri lo mira de la misma forma.
Se pregunta si su hyung ya ha ablandado su corazón al estar con la chica, en el tiempo que estuvo en celo los notó más cercanos. ¿Tendrá los mismos pensamientos? Si es así, sería un problema, porque Aeri no es algo que está dispuesto a compartir.
—Cambiando de tema —dice ella, aceptando el apego del conejo contra su cuerpo—, decoraron muy lindo.
—Es porque tengo un gusto demasiado fino, algo que a ti te falta: elegancia. —el castaño tomó la única copa de la mesa e intenta llevarla a sus labios, pero Aeri lo detiene— ¡Hey!
—Los híbridos no pueden consumir alcohol. —le recuerda.
—Ya he tomado vino antes, humana tonta.
—Eso te vuelve agresivo, hyung. —una sonrisa intenta ser ocultada en el rostro del menor, queriendo reírse de la expresión molesta del carnívoro, ¡Odia ser contradecido! Y mucho más por JungKook, alguien de su manada.
—Como dueña responsable, es mi deber no dejarte beber…
—¡Beberé cuanto quiera! —ante el intento de ella por quitarle la copa, TaeHyung toma la botella y la lleva a sus labios, bebiendo el contenido sin medirse, cegado por el deseo de mostrarle audaz frente a la femenina.
Su manzana de adán se mueve con cada respiración entrecortada al vaciar el contenido, pequeñas hileras rojas se escapan de sus comisuras y caen sobre su camisa blanca del costoso pijama, manchándolo. JungKook desvía la vista, mordiendo su hamburguesa y finge no haber provocado el incidente, burlándose internamente de su querido hyung. ¡Jura ser solo diversión! No hay verdaderas malas intenciones, la vida es un juego que debe ser vivido a máxima potencia.
E incluso cuando el leopardo termina, sabe que todo será muy divertido.
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