PASADO

Desde los principios de la humanidad los híbridos han existido, y con ellos, dos especies más: Los humanos, y los animales. Pero, ¿A qué clasificación pertenecen ellos? Si no son humanos, ni mucho menos animales, ¿A qué se les puede asociar? La especie dada fue tomada como una burla por la civilización, llevándolos a ser tratadas en un nivel más bajo que un simple animal sin gracia, eran los monos de circo diseñados para entretener a la sociedad.

Y mil años después de su descubrimiento, en la actualidad, servían para ganar dinero. Los híbridos de raza pura podían ser vendidos hasta a millones de dólares a las familias de un nivel social elevado que querían una mascota exótica, pues ellos eran vistos como un objeto que definitiva tu nivel económico en la sociedad, tener uno o más sólo era para gente adinerada. Por otra parte, los híbridos mayores de veinte años, con apariencia atractiva, eran llevados a los barrios bajos para servir como esclavos sexuales, hombres o mujeres, todo servía. 

Eso era algo que TaeHyung sabía más que bien, y teniéndolo grabado en su cabeza, no se quiso arriesgar a romper las leyes naturales de la vida. Con su mente fuera de sí, y los colmillos picando por romper algo, observó a la persona frente a él, un hombre obeso, con un cigarrillo entre sus labios secos, le sonreía arrogantemente atrás de los barrotes. 

—Nacieron. —dijo— Fueron cuatro, tres machos y una hembra. —el humo escapa de sus labios y se esparce por la celda, viajando a la nariz del muchacho, quien evita toser del disgusto.

TaeHyung no deseaba saber más información de ellos, quería evitar todo tipo de encariñamiento, eran fruto de su ceguera mental y el aprovechamiento de los humanos malvados que lo acorralaban a él y a más híbridos. Por supuesto, saber si sus crías pudieron sobrevivir, si ella seguía viviendo, o que tipo de lugar era a donde iban a parar era lo último en su lista. Lo principal era, sin duda, huir. 

Esos niños… todos ellos, no eran nada suyo, compartían sangre, pero jamás podrían ser familia. 

—En tu siguiente celo traeremos dos hembras, así tal vez haya doble camada. Te gustará, chico. No cualquiera maneja a dos como tú. —su apestosa risa provoca más furia en el leopardo.

Sus palmas sangran por el fuente agarre de sus garras clavándose en estas, gruñe, y algo dentro suyo súplica matarlo, ver su cabeza siendo devorada. Más, no puede. No ahora. No allí. 

Pero algún día lo hará. 

ACTUALIDAD

Aeri suspiró, abriendo la puerta del apartamento, eran cerca de las ocho y ya debía haber estado allí hace más de una hora. Con una bosa de comida rápida en su mano se quita los zapatos y avanza a la sala, observando su alrededor con asombro, ellos pudieron limpiar y ordenar los muebles. Orgullosa del gran avance sonríe, hace algunos días ni siquiera levantaban su ropa del suelo, ¡Y ahora hicieron todo el trabajo! Deja la bolsa en la mesa redonda de la sala y va al pequeño pasillo, con dos habitaciones de cada lado. 

—¡Chicos! —llama— ¡Traje comida! ¿Les gustan las hamburguesas? Podría evitar su dieta por hoy… —abre una de las puertas, queriendo comprobar si estaban allí— Oigan… —ve al frente, y ladea la cabeza— ¿Dónde está Hoseok? Dijo que se quedaría. 

—Se fue. —el leopardo se levanta del puff donde jugaba frente a la consola al lado de su hermano y camina hacía ella con una emocionada cola moviéndose— Y no volverá, si tenemos suerte. 

Oh, no debió dejarlos juntos tanto tiempo. ¿Ahora que hicieron?

He estado pensado en hacer otro maratón, pero me gustaría trazar una meta antes de hacerlo, ¿Qué opinan? Tal vez a las 10k de lectura...