Jungkook caminaba intranquilo por todo el salón. No sabía cuánto tiempo había pasado allí encerrado y el mal presentimiento dentro de él se volvía más intenso con el paso de los segundos. El humano de traje elegante e impecable le hacía preguntas banales como que esperaba hacer luego de salir, como se sentía al saber que era el único de su especie vivo y temas de ese estilo.
Respondía con sinceridad, no estaba de ánimos para iniciar una riña, sólo quería salir de allí.
— ¿Pasa algo malo, Jungkook? — Sooyun preguntó consciente del extraño comportamiento que había adoptado desde hace rato.
— ¿Falta mucho para culminar esto? — El mal humor volvía a salir a flote en su tono de voz, ya estaba bastante harto de esas preguntas sin sentidos, no le haría daño a nadie si no lo provocaban eso ya se había aclarado no encontraba sentido en alargar aquella reunión.
—Unas pocas cosas de las cuales cerciorarme, ¿por qué no vuelves a tomar asiento? — Invitó y el lobo estuvo a punto de obedecer de no ser por cierto ruido que chilló en sus oídos de repente.
"Jungkook"
—Debo irme.
Era demasiado para soportarlo, el instinto que le obligaba a salir de ahí e ir con el felino ya no podía resistirlo, creyó que había sido su imaginación la que lo hizo escuchar la voz de Taehyung llamándole por ayuda, quería creer eso, que estuviera equivocado al esperar lo peor y que el castaño estaría esperándolo sonriente fuera de ese salón, que luego de verlo salir alterado le regañara por no cooperar y meterse en problemas.
Incluso si estaba equivocado no se echaría para atrás, debía verlo sano y salvo con sus propios ojos.
—Jungkook. — Al sentir una mano sostenerle el brazo volteó y gruñó con amenaza, el dorado de sus ojos y los gruesos colmillos que se asomaban lo que obligó a Sooyun a retroceder.
—Oye, sólo déjame salir un momento. — Jungkook se dio cuenta que había cometido un error e intentó remediarlo aunque su voz sonaba como si estuviera dándole una orden.
Sooyun abrió la boca para decir algo, pero un portazo lo interrumpió.
— ¡Hyung está en problemas! — El nervioso chico respiraba con dificultad y sus ojos lucían desorientados. — ¡Taehyung!
Jungkook reaccionó y lo empujó fuera del camino para salir de allí con pasos rápidos y firmes. El joven supo que había tomado la decisión correcta y fue tras el híbrido seguido por Sooyun.
Cuando presenció como ese hombre se le iba encima al felino no supo qué hacer, no podía ir hasta el salón donde estaban los mayores porque lo más probable es que sin importarle que él se tratara de un humano ese individuo lo atacaría a él también con tal de exigir respeto hacia él, por lo mismo pensó lo más rápido que pudo en una solución y sin meditar en las consecuencias corrió hasta donde sabía se encontraba el lobo.
No estaba seguro si el pelinegro le haría caso, pero debía intentarlo. Fue un gran alivio verlo salir dispuesto a ayudar a Taehyung.
Jungkook seguía el aroma del felino mientras corría y el hecho de que este se mezclara con el hierro de la sangre lo alteraba. En el momento que dio vuelta en el pasillo y los ojos del lobo divisaron al híbrido inconsciente sobre las manchadas baldosas el ambiente a su alrededor se tinturó de rojo y su corazón bombeó tan rápido la sangre a sus venas que la parte blanca de sus ojos comenzaba a inyectarse en ella.
Sintió la misma frustración cuando los humanos invadieron su territorio, la misma furia y dolor le apresaron el pecho, la diferencia es que en ese momento si podía hacer algo frente a el que atentó contra su hogar para defenderlo.
Luego de que el humano se estrellara contra el concreto saltó hacia él con los colmillos fuera de su boca, el hombre solo divisaba los ojos dorados mientras era golpeado hasta perder toda capacidad por quitárselo de encima. La fuerza descomunal no se parecía en nada a la de los otros lobos que antes apaleó.
El escándalo y la ausencia de cierto individuo en el salón por fin alertó a Seokjin y se apresuró a salir para ver qué pasaba. La escena era aterradora, la híbrida temblaba y lloraba de miedo, Jungkook golpeaba al funcionario de Nerium y el rostro de este ya estaba cubierto por sangre mientras Choi Sooyun era testigo de todo aquello.
Era un escenario infernal, creyó que todo se había perdido hasta que vio el cuerpo golpeado de Taehyung tirado en el piso y entendió la ira de Jungkook. Quería correr junto al híbrido y dejar que el lobo hiciera lo que deseara con el causante, pero no podía permitírselo.
Si no hacia algo para pararlo Jungkook sin duda lo mataría y eso acabará en dictaminar la ejecución del lobo.
Namjoon caminó y se agachó junto al inconsciente híbrido, no tenía idea de cómo debía proceder y para no cometer un error sólo levantó un poco su cabeza. Seokjin contuvo el impulso de velar primero por el castaño y en su lugar caminó hasta donde ocurría la masacre.
—¡Jungkook! ¡Detente! — El lobo nunca lo obedeció antes no sabía con exactitud a donde quería llegar en ese momento, pero debía hacer todo lo que estuviera a su alcance.
— ¡Voy a matarlo! — Lo único que estaba en la mente del lobo era la imagen del castaño inconsciente y golpeado, imaginarse a ese humano haciéndole daño como si no valiera nada no dejaba espacio a su razonamiento, quería hacerlo pagar y mientras continuará respirando no drenaría toda su furia.
Abrió la boca y arremetió directo contra la garganta del hombre, mordió la piel con fuerza apretó la mandíbula hasta escuchar los huesos crujir. Sólo entonces se permitió calmarse y fue una gran sorpresa al darse cuenta que no fue el cuello de ese humano lo que mordió.
Seokjin aprovechó que en esa posición era más manejable y con el brazo adolorido entre las fauces del lobo no lo pensó demasiado para echarse hacia atrás y llevarlo con él.
— ¡Tienes que calmarte! — Gritó en su oído y chocó su espalda contra la pared. El cuerpo de Jungkook estaba entre sus piernas, al tener control en una parte tan sensible como lo era el interior de su boca el lobo no opuso resistencia y el hecho de que le había atravesado la carne con los colmillos y aún así el humano se empeñaba en mantenerlo quieto hizo que volviera un poco en sí.
— ¡Él le hizo daño! — Gruñó sin liberar el brazo de Seokjin ya que esta era una forma de contener la furia.
—Lo sé, lo sé. — Repitió con calma y se concentró en cualquier cosa que no fuera su adolorida extremidad. — Eso no se quedará así, él pagará, pero si lo matas complicarás las cosas.
Jungkook gruñía con capa respiración que daba, ver al humano moverse con dificultad para levantarse sólo ocasionaba que la furia de hiciera más grande. Las palabras de Seokjin llegaron a su entendimiento, pero no podía controlarse al ver el cuerpo inconsciente de Taehyung en el suelo.
Seokjin tuvo que volver a poner fuerza hacia atrás y rodear con el otro brazo el cuello del lobo para retenerlo, agradeció a todo lo que pudo cuando escuchó al felino toser y la fuerza de Jungkook desapareció al instante.
Taehyung recuperó la consciencia y se apoyó de los brazos de Namjoon para poder mantenerse erguido, todavía estaba aturdido y la cabeza le dolía, estaba seguro que Jungkook estaba cerca y comenzó a buscarlo con la mirada, entre tanto aroma a sangre aún era capaz de percibir con claridad el olor del pelinegro.
—Jungkook. — Escuchar su voz llamarlo fue lo único que necesitó para olvidarse de todo y caminar hasta donde se encontraba Taehyung.
Seokjin respiró con alivio, aunque le haya costado la movilidad de su brazo fue capaz de detener al lobo a tiempo.
— ¡Van a pagar por eso! ¡Exijo que nos entreguen al lobo de inmediato! — El otro funcionario exclamó y tiró de la cuerda de la híbrida tan fuerte que está cayó de rodillas frente a él. — ¡Presidente Choi, esto va en contra de todo lo estipulado en nuestro acuerdo! — Señaló a Jungkook quien no dudó en mostrarle los colmillos y gruñirle mientras sostenía al lastimado castaño entre sus brazos. — ¡Ese semi-humano por poco mata a un oficial de nuestro país! ¡Se irá con nosotros y las autoridades decidirán si la ejecución es el mejor castigo para él!
—Eso no le incumbe a usted.
Con parte del brazo destrozado inmóvil contra su pecho y aguantando el dolor Seokjin se esforzó en caminar hasta ellos. Se colocó enfrente de ambos híbridos, su mirada semblante estaba serio y por primera vez ya no era neutral, demostraba lo enojado que estaba con solo una mirada.
—Su compañero agredió a un híbrido de este centro y eso es un grave delito en Acalypha. Ustedes fueron los primeros en quebrantar el acuerdo.
—El semi humano atacó primero... — El hombre que había logrado recuperarse estaba sentado en el suelo y elevando una mano limpió parte de la sangre de su magullado rostro para descubrir la herida que las pezuñas del felino le habían ocasionado. —...Yo sólo me defendí, ¿Cierto, niña?
Miró a la híbrida de pelo blanco que todavía estaba de rodillas en el piso y al tener tantos ojos en busca de respuestas se encogió a punto de ponerse a llorar. El humano que sostenía su cadena volvió a tirar de ella para obligarla a responder, su vista se encontró con la de Taehyung quien escondía parte del rostro en el cuello del Alfa, aún con dolor en su mandíbula pudo sonreírle sin mostrar los dientes y las ganas de llorar por lo siguiente que diría fueron incontenibles.
—E-Es verdad. ─ Dijo con voz entrecortada ahogada en la tristeza y el dolor de la culpabilidad que cargaba esa alegación. — Él atacó primero.
Los dos humanos sonrieron con suficiencia y Taehyung sostuvo la camisa de Jungkook cuando intentó moverse, sabía que estaba molesto y que ella mentía, lo más probable es que si no lo detenía fuera a atacarla.
—Está bien. — Le susurró. — No tiene opción.
Jungkook apretó los dientes para contener la frustración y sostuvo una de sus manos en un intento por querer encontrar tranquilidad.
—Ahora... — Choi Sooyun aplaudió para llamar la atención de todos los presentes y con esa aura de superioridad y liderazgo que lo caracterizaba procedió a concluir con ese desagradable giro de acontecimientos. -...Este caso será cerrado hoy mismo, no abandonaran Acalypha sin antes ponerle un fin. Pero no será aquí. - Señaló a los dos funcionarios y caminó para colocarse en el centro. — Llévelo al apartamento clínico y que sea atendido de inmediato. — Ordenó a Namjoon quien obedeció al instante y aunque fue muy en contra de su voluntad brindarle ayuda a ese sujeto tuvo que ayudarlo a caminar para dirigirse a su destino.
Heena le dio una última mirada a Taehyung antes de desparecer al final del pasillo.
—Lo mismo para ustedes... — Bajando la guardia ahora que los intrusos no se encontraban se agachó frente a los tres individuos que seguían en el suelo. —
...Que el empleado los ayude a llegar allá, deben revisar sus heridas cuánto antes... El lobo vendrá conmigo.
Seokjin cerró los ojos con fuerza al escuchar lo último y lo único que pudo hacer fue esperar lo peor.
Jungkook no se movió ni un milímetro salvo para rodear con ambos brazos al castaño tembloroso que se aferraba a él.
—Jungkook, ¿Me escuchaste? — Sooyun preguntó al ver que no tenía intenciones de obedecer.
—No voy a separarme de él. — Alegó y en su voz no dejó espacio para que quisieran discutirle.
Taehyung lo miró con miedo y luego dirigió los ojos al presidente que no tenía expresión alguna en el rostro, las lágrimas corrieron por sus mejillas antes de que pudiera darse cuenta de ello.
Sólo atinó a abrazar el torso del lobo, sin importarle que lo más correcto sería convencerlo para que hiciera caso, no quería alejarse de él otra vez, escondió el rostro de nuevo en su cuello para concentrarse en el aroma que lo hacía sentir seguro y le daba tranquilidad.
— ¿Es así? — Murmuró y ninguno de los tres lo miró. Ni siquiera Seokjin despegó la vista del suelo, estaba del lado de los híbridos y eso no era una sorpresa para él.
Sonrió y nadie pudo verlo salvo el joven y nervioso empleado que todavía se preguntaba cómo es que seguía de pie.
—Entonces, supongo que todos iremos al departamento clínico. — Concluyó y por fin Seokjin se dignó a mirarlo.
Esperaba que dijera que eso era todo, que ejecutarían ellos mismos al lobo para no crear más conflicto y acabaría el problema de raíz, no esperaba encontrarse con esa sonrisa compresiva mucho menos pudo deducir que se inclinaría para ayudarlo a ponerse de pie y comenzar a caminar.
Sabiendo que Taehyung necesitaba que lo atendiera lo más pronto posible Jungkook si obedeció esta vez la orden y cargándolo de forma nupcial siguió a los humanos.
Taehyung le abrazó por el cuello con ambos brazos, la verdad es que podía caminar, pero prefería mantenerse entre los brazos del lobo todo el tiempo que le fuera permitido.
🐾🐾🐾
Heena observaba a aquellos dos humanos sentada en una silla que estaba arrinconada a la pared. Ya no tenía fuerzas para llorar, con las manos sobre sus piernas cruzadas el cuello le colgaba como si hubiera perdido la consciencia. No tenía la voluntad siquiera para tenerlo erguido.
El rostro lastimado del felino la perseguía, la imagen del hombre pegándole hasta dejarlo inconsciente no la dejaba tranquila y el argumento que fue forzada a respaldar hacía sentir su corazón pesado por la culpa.
—Ese híbrido es un monstruo.
El humano que fue apaleado respondía al nombre de Hiro, al menos así era como lo llamaba su compañero. Alto de complexión gruesa y musculosa era una sorpresa verlo tan herido y golpeado, una persona corriente habría perdido la consciencia a garras del furioso lobo, que ese individuo pudiera hablar y mantenerse erguido sobre la camilla demostraba mucho la fuerza y resistencia que poseía, por lo mismo Heena no se quería imaginar el dolor de los golpes que proporcionaba al castaño.
A ella nunca la había agredido de esa manera tan bruta, tenían mucho cuidado cuando se rehusaba a obedecer y debían disciplinarla, otra como ella ya no existía, era como un tesoro para esos humanos y eso llegó a odiarlo en muchas ocasiones, habían matado a golpes a varios de su compañeros, ella sentía envidia porque sin importar la manera ellos escaparon de ese infierno mientras a ella la mantenían con vida, pero con toda esperanza perdida. Eso no podía llamarse "vivir" se definía a sí misma como una existencia vacía. Tuvo sólo una pequeña luz de esperanza al hablar con el felino, creyó que de verdad podría escapar ese día, había pasado demasiado tiempo desde que alguien le había preguntado su nombre, escucharlo de la boca de alguien más despertó en ella una ilusión que no podía describir con palabras.
Fue muy ingenuo de su parte pensar que en serio conseguiría su libertad, al contrario de eso seguía encadenada y el castaño había terminado malherido.
—Te dio una buena paliza. Y el gato dejó un recuerdo en tu rostro —se burló el otro y una mirada que carecía de diversión fue lo que tuvo a cambio.
Estaban solos los tres en ese cuarto, los enfermeros le hicieron compañía por más o menos una hora para tratar los golpes del funcionario. Por suerte para él no había nada roto o fuera de lugar, los hematomas dolían como si estuvieran presionándolos en todo momento, pero no había mucho más que hacer respecto a eso salvo darle un anestésico. Lavaron la sangre de su cara y los profundos arañazos que cruzaban por su ojo derecho ahora estaban exhibidos a simple vista.
—Mira el lado positivo, Hiro. No hay manera de que lo dejen quedarse luego de ser tan agresivo. — Al escuchar tales palabras Heena levantó la vista.
—¿Cómo lo controlaremos? — Inquirió el otro. Si el lobo se rehusaba a ir con ellos no había manera de que pudieran forzarlo.
—Le aplicaremos la suficiente anestesia para dormirlo y luego le colocaremos el collar. —Sacó un celular de su bolsillo para comunicarse con los ayudantes que quedaron en los vehículos fuera del centro —. Les avisaré que tengan todo preparado cuando salgamos. Oye.
La chica bajó la cabeza de nuevo cuando el humano volteo hacia ella y el temblor que se extendió por todo su cuerpo de miedo fue inevitable.
—Será mejor que te compongas y estés en tus mejores ánimos para coger cuando lleguemos, es un Alfa igual que tú si no funcionas con él no nos servirán de mucho. — Su forma de hablar le daba asco, que se refiriera a ella como un objeto echado a perder no era una novedad, lo hacía todo el tiempo y cada vez dolía más que la anterior.
Apretó sus manos y frunció los labios, trataba de reunir el valor para hablar.
—No funcionará —soltó titubeante y cuando los dos pares de ojos se clavaron en ella exigiendo por una explicación se encogió —. E-El Alfa reconoce a alguien más como su pareja, no reacciona a mí.
Los humanos la miraron sin poder creer sus palabras, la ira era clara en ambos rostros.
—Estás inventando. —El hombre rodó los ojos y volvió a concentrarse en su teléfono—. No existe otra hembra de tu especie y el único que se escapó de ese miserable valle fue él.
—No es una hembra, y tampoco es de mi especie. —Alzó la voz un poco frustrada por ser acusada de mentir—. Es el híbrido que él golpeó. —Señaló con un dedo.
Se miraron entre sí y encontraron sentido en las palabras de la híbrida, ninguno de los dos se explicaba el repentino arranque de furia contra él, pensaron que podía deberse a que reconoció quien invadió su territorio, jamás imaginaron que el híbrido de gato tendría algo que ver.
—Lo marcó y aunque sea algo insignificante mientras vea a alguien más como su pareja no hay manera que entre en celo por mí, no importa que sea hembra o de su especie —aseguró y tuvo la esperanza que olvidaran todo lo que tenían planeado.
No estaba inventando nada, si el lobo estuviera solo en absoluto su cuerpo habría reaccionado al estar cerca de ella incluso si no lo quisiera, ella tampoco lo quería, pero era inevitable frenar su naturaleza, supo que algo andaba mal cuando el pelinegro ni se inmutó en su primer encuentro, al tropezarse luego con el híbrido castaño solo fue una confirmación que no había manera que pudiera reproducirse con ella.
—¿Dices que el gato es su pareja? —preguntó el que estaba en la cama y su tono sonaba como si dijera la cosa más absurda del mundo, ella asintió con seguridad—. Entonces solo tenemos que sacarlo del camino.
La expresión de la híbrida se deformó y se apresuró a tratar de decir algo que cambiara su mentalidad.
—No... No es así como funciona.
—Cállate. — El otro individuo se frotó las sienes aún con el teléfono en mano —. Los semi humanos solo sirven para causar problemas. Si matamos al gato el Alfa quedará dispuesto, es tan simple como eso —. La respiración de Heena se aceleró y esperó con terror la respuesta del humano.
—Tienes mucha confianza... —dijo distraído ...Viste como lo protegían, no hay manera que nos entreguen al gato también.
—Yo no dije que nos lo llevaríamos. — Se colocó el teléfono en la oreja y mantuvo silencio por un rato en el que su compañero lo veía expectante — Tora... Es un alivio que nos hayas seguido hasta aquí.
Sonrió de lado, una sonrisa tan malévola que incluso el otro humano allí presente sintió escalofríos.
— ¡No! —Heena no pudo contener su reacción al escuchar aquel nombre que con él arrastraba recuerdos y anécdotas terribles, de solo escucharlo la hacía temblar de pies a cabeza y sus vellos se erizaron. Cayó de rodillas y se aferró al regazo del humano sin pensarlo demasiado. Lo miró suplicante con lágrimas en los ojos — ¡No lo involucren! ¡Sí estaba mintiendo! ¡Era un intento para que me liberaran! ¡Agh!
Recibió una fuerte patada en el rostro y el impacto la obligó a caer de costado sobre el suelo, la cadena tintineó al levantarse y apretó los dedos al mismo tiempo que las lágrimas corrían sin parar por sus mejillas.
El hombre se limpió las piernas e ignoró las palabras de la híbrida.
—No le hagan daño... Él no tiene la culpa —pidió entre dientes y su tono era tan lastimero que a alguien que pudiera sentir el corazón en ese momento estaría doliéndole sólo por escucharla— ...Por favor.
—¿Quieres defenderlo a tal punto que te arriesgas a ti misma por confesar que nos metiste? ¿Acaso su raza tiene alguna fijación con los gatos? — Pronunció Hiro y bajó de la cama mientras el otro seguía hablando por teléfono, Heena divisó como su sombra la cubría—. Son asquerosos.
El llanto de la híbrida se hizo más fuerte al escuchar las siguientes palabras de quién hablaba por teléfono.
—Puedes hacer lo que quieras con él, sólo asegúrate que quede muerto. — La chica se cubrió las orejas con fuerza y se abrazó a sí misma en posición fetal incapaz de seguir escuchando, la carcajada que salió de la bocina del aparato y llegó hasta su canal auditivo la hizo querer vomitar en ese mismo momento—. Te avisaré cuando sea prudente.
Colgó y Heena no pudo volver a levantarse. No sabía que al hablar de más traería esas consecuencias, ella sólo tenía un poco de esperanza que desertaran de ese país, aún si era claro que se regresaría con ellos no quería que nadie más saliera herido o que ese infierno donde la tenían recluida ganara otro prisionero.
Hubiera sido mejor cerrar la boca y aceptar su destino, gracias a ella el único ser que alguna vez pensó en ayudarle estaba corriendo gran riesgo de ser asesinado y todo sería por su culpa.
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