El silencio era pesado de una forma increíble casi podía sentirse sobre los hombros. Nadie hizo preguntas, no hubo objeciones ante las órdenes del presidente, todos obedecieron y levantaron el cuerpo sin vida de lo que antes era una pantera y ahora era un hombre que no aparentaba más de treinta años. Se llevaron también al chico que resultó herido quien se mantenía consciente respirando a duras penas.
Taehyung se puso de pie con dificultad y con ayuda del lobo que inclinó su espalda para que se apoyara en ella y seguidamente impulsarlo hacia arriba. Por órdenes de Seokjin se dirigió directo al departamento clínico caminando siempre con el animal frente a él que llamaba la atención tanto de empleados como de internos por su gran tamaño e imponente presencia incluso cuando en ese momento se notaba bastante tranquilo.
Seokjin se encargó de encerrarlos en una de las habitaciones para asegurar que Jungkook se mantuviera pasible mientras él ponía en orden todo lo demás.
Tuvieron que darle tratamiento de emergencia al humano herido, tanto para evitar que el virus de la rabia lo infectara a él también como para apresurarse en saturar la profunda herida con sumo cuidado de tener el menor contacto posible. Era más sencillo salvar a un híbrido o a un animal de esta enfermedad que a un humano por lo que tendrían que administrarle todo lo que fuera necesario antes de que se hiciera tarde.
Descubrió luego que aquel híbrido de pantera no se habría salvado de todas formas, la enfermedad estaba demasiado avanzada y arraigada a su cerebro, no hubiera existido manera de contrarrestarlo a esas alturas.
En ese momento, sentado en el pasillo fuera de la habitación donde Taehyung se encontraba todo estaba pacífico, pero sabía que los problemas no tardarían en llegar.
Aun teniendo el conocimiento de esto respiraba tranquilo observando las esposas separadas que antes apresaban a Jungkook y a Taehyung. Le fue difícil conseguir la que pertenecía al lobo pues el brazalete se separó en dos cuando cambió de forma y pudo abrir el del castaño en un corto momento que Jungkook le permitió acercarse a él. Ni bien le puso una mano encima sintió los ojos de esa bestia mirarlo sin parpadear vigilando cada uno de sus movimientos, la suerte no estuvo de su lado ya que al tener tanto tiempo el metal rodeando su muñeca Taehyung gimió de dolor una vez fue liberado ocasionando que el lobo gruñera no muy alto, se adelantó sólo un paso para hacer al humano retroceder de nuevo. En ese momento confirmó que el objetivo principal del lobo era asegurarse que Taehyung no fuera lastimado.
No entendía aquella actitud sobreprotectora, en ese estado Jungkook estaba un ochenta por ciento conectado a su lado animal y le sorprendía que este sólo se enfocara en mantener al castaño a salvo. Aunque agradecía que en su forma humana también hubiera despertado en él cierto instinto de hacerlo, siendo lo contrario Seokjin no hubiera llegado a tiempo para sacar a Taehyung del camino de esa pantera y no quería ni imaginarse como hubiera terminado todo de no ser por el pelinegro que reaccionó al instante.
— ¿Cómo estás? – Reconoció la voz de Kim Namjoon, el segundo a cargo del centro luego de él, alzó la vista para encontrarlo parado delante de él.
No respondió la pregunta y la otra persona decidió sentarse a su lado, observó como detallaba las esposas rotas con detenimiento sin apartar la vista ni un milímetro de ellas.
— ¿Sabes que significa esto? – Seokjin finalmente habló moviendo el metal de una mano a otra.
— ¿Que debemos comprar esposas de mejor calidad? – Aunque sonara como una mala broma en realidad fue lo primero que cruzó la mente de Namjoon. El castaño suspiró fijando su vista esta vez en él.
—Que Jungkook habría podido escapar si así lo hubiera querido. – Aclaró. – Desde que puso un pie fuera de aquí, las esposas no eran nada. Estábamos listos para afrontarlo si decidía cambiar de forma, pero luego de verlo... No sé si hubiéramos sido capaces de detenerlo.
Rió sin gracia negando con la cabeza. Pasó las manos por su cabello revolviendo este con frustración.
—Es una locura. – Prosiguió. – Se trata de una especie que creíamos extinta, no sabemos nada de él o hasta dónde puede llegar su fuerza y aun así, aunque todo esto represente un riesgo inmenso tanto para el centro como para los habitantes de Acalypha, confío en que las cosas saldrán bien.
Namjoon lo escuchaba con atención y colocó una mano en su hombro para que tuviera presente que no importa qué decisión tome siempre lo apoyaría en todo lo que haga pues confiaba plenamente en él aun cuando Seokjin mismo tenía dudas sobre su propio juicio.
— ¿Que te hace creer eso?
—No tengo idea. – Se sinceró.
Su acompañante suspiró guardando silencio por unos minutos. Se puso de pie asomándose por la cuadrada ventana de la puerta de la habitación que estaba a un costado de aquellos asientos y lo que observó fue suficiente para forjar las palabras de aliento que soltó luego hacia Seokjin.
—No dudes de ti. – Se guardó las manos en los bolsillos sonriendo con suavidad ante la mirada confundida que el otro le daba. – Hay algo cierto en todo esto y es que si las esposas no eran lo que mantenía a Jungkook apresado aquí, algo más lo hacía.
Seokjin no entendió de primera mano lo que quiso decir y él no se molestó en explicarle, sólo se dio la vuelta despidiéndose con la mano derecha y alegando luego que tendrían una reunión para manejar internamente lo que dirían al público sobre lo sucedido debido a que con tantos testigos la información se filtraría sin duda y preferían ser los primeros en aclarar todo antes de que se creen malos entendidos.
Además, gracias al escándalo el momento de informar a las autoridades gubernamentales sobre la existencia de Jungkook se adelantó y no sabían que reacción exactamente esperar de estos.
Las palabras dichas por Namjoon tomaron sentido para él cuando por fin abrió la puerta de la habitación. A pesar del empeño por el lobo de proteger a Taehyung y la inexplicable cercanía que mostró hacia el castaño no esperó para nada lo que tenía frente a él.
El inmenso animal de abundante pelaje negro descansaba encima de la cama de una manera tan pacifica que transmitía paz a todo el que lo viera. Estaba sobre las piernas estiradas de Taehyung que mantenía la espalda recta mientras lo acariciaba con lentitud, el lobo movió las orejas al percibir los sonidos que Seokjin provocó ingresando a la habitación. En otras circunstancias hubiera reído de ver a Taehyung prácticamente hundido en una gigantesca bola negra de pelos.
—Volverá a su forma humana, ¿Cierto? – El híbrido preguntó y le miró esperando una respuesta positiva y al mismo tiempo temiendo por una negativa. El mayor rió y avanzó hacia él. – Ha pasado mucho tiempo y ahora sólo duerme. – Se escuchaba preocupado.
Seokjin tomó una silla para sentarse sobre ella a un costado de la cama.
—No sé mucho sobre los cambia formas, pero hace tiempo leí una investigación... - Taehyung lo miraba con total atención. - ...Sostenía la teoría de que el cuerpo humano dolía una vez se volvía a la normalidad y la intensidad del dolor dependía del tamaño de la especie. Mientras más grande o pequeño en exceso se fuera el nivel de los espasmos sería más alto ya que los huesos y los músculos cambian de manera abrupta.
El castaño agachó las orejas y mordió su labio inferior bajando la vista hacia el lobo que descansaba sobre sus piernas.
— ¿Eso qué significa? – Preguntó con algo de vergüenza, de todo el palabrerío anterior lo único que logró captar fue "dolor" y lo no le gustó para nada lo que eso implicaba para Jungkook.
—Que quizás Jungkook este postergando volver a su forma humana debido a eso. – Se encogió de hombros y aclaró luego que aquello solo era su deducción basada en el poco conocimiento sobre esa clase de híbridos.
A parte de tratarse de una raza ya extinta Jungkook también poseía aquella habilidad que no ha sido estudiada a profundidad debido a los pocos casos que existían. Todo en ese lobo era un misterio total y la intriga de Seokjin le ganaba por mucho a todas las alertas de peligro que esos hechos indicaban.
— ¿Aun te duele el brazo? – Olvidó por un momento al lobo y se concentró en Taehyung. El felino asintió.
—No puedo moverlo. – Informó. Seokjin se puso de pie para tantearle desde el hombro hasta el antebrazo con cuidado de no lastimarlo demasiado y no fue un desafío descubrir que tenía un esguince en el hombro, probablemente causado por el fuerte golpe al momento de estrellarse contra un muro después que Jungkook lo lanzara para quitarlo del camino de la pantera.
—Sólo es un esguince, podrás moverlo en un momento. – Alargó y sin previo aviso cubrió con fuerza la boca del castaño antes de levantarle el hombro bruscamente para volverlo a colocar en su lugar. Sabía que el híbrido maullaría por el repentino e intenso dolor y se adelantó a intentar callarlo o al menos a amortiguar el bramido para no perturbar el sueño del lobo, no contó con que gracias a su aguda audición Jungkook había despertado desde el momento que abrió la puerta de la habitación.
Si no hubiera tenido la rapidez suficiente para alejarse ahora mismo vería su mano atrapada en las fauces del lobo.
— ¡No! – Taehyung exclamó nervioso por el ladrido que el animal dejó salir simultaneo al ataque. - ¿Qué te sucede? – Inquirió como si de verdad fuera a tener una respuesta.
En realidad el castaño no entendía porque se ensañaba en acometer contra Seokjin, al principio pensó que por ser humano, pero descartó esa idea en su camino al departamento clínico pues estuvo rodeado de numerosos humanos y no había ni atisbo por su parte de agresividad hacia ellos. Quizás se debía al hecho que era por naturaleza despistado, realmente Taehyung no se daba cuenta que el único objetivo de Jungkook era mantenerlo a salvo.
—Hyung, ¿Por qué se comporta así? – Esta vez se dirigió a Seokjin quien luego de ver al lobo más tranquilo se acercó de nueva cuenta. Aunque no gruñía y tenia los colmillos escondidos la expresión del animal no estaba del todo pacifica, este se sentó junto a Taehyung irguiéndose. La forma en la que silenciosamente se imponía sumado a su gran tamaño y el espesor del pelaje lo hacían lucir como la perfecta definición de un acto solemne. Se quedó allí inmóvil aun sobre la cama rozando el brazo izquierdo del castaño.
—No lo sé. – Respondió con sinceridad. – En este momento Jungkook no piensa del todo y actúa por instinto, por alguna razón ese instinto le exige protegerte. – Taehyung frunció el ceño. – Debo inyectarle el inmunizante contra la rabia para anular completamente la posibilidad de que contraiga el virus, ¿Crees poder mantenerlo quieto?
—Un momento, ¿Protegerme? – Seokjin escuchó la cuestión mientras se ponía de pie para buscar todo lo que necesitaría y preparar la jeringa con la que le administraría el tratamiento al lobo.
—Sí, ¿Qué más podría ser? – Encogió los hombros. – No quería que me acercara a ti desde un primer momento y reacciona con agresividad cuando muestras estar lastimado. Además, está en paz absoluta junto a ti.
Taehyung volteo a mirar al animal luego que Seokjin culminará sus palabras y se encontró con los orbes dorados observándolo fijamente.
¿Jungkook lo estaba protegiendo? ¿Por qué?
No tenía sentido, si no fuera por él ahora probablemente estuviera luchando por su vida gracias a esa pantera y le agradecía aquello, pero pensó que el pelinegro había reaccionado de esa forma por estar esposado a él y quería protegerse a sí mismo el que haya ayudado a Taehyung fue casualidad de segundo lugar, al menos eso era lo que creía el híbrido. Aunque ciertamente luego de eso no se había separado de su lado, nunca habría llegado a la conclusión que eso se debía a que lo estaba protegiendo.
Seguía mirando sus ojos con la cabeza levemente inclinada hacia arriba debido a que en esa posición la cara del lobo se encontraba unos cuantos centímetros sobre la suya. Jungkook otra vez olvidó el espacio personal acercándose a la cara del felino hasta rozar la húmeda nariz contra su piel, movió esta de un lado a otro para olfatearlo con determinación ocasionando el sonido de resople por estar respirando tan cerca de él.
Taehyung se retorció cuando hundió el hocico esta vez en su cuello y le causó cosquillas, el lobo aprovechó aquel movimiento para dirigirse nuevamente hacia su cabeza y lamer repetidas veces el pelo detrás de sus orejas queriendo limpiar la suciedad que se pegó a él por haber estado en el suelo.
Seokjin se acercó con disimulo y jeringa en mano, no tenía que tantear el muslo del animal para encontrar el lugar correcto donde debía inyectar era algo que gracias a tantos años de experiencia lo sabía con solo una mirada. Tan rápido como la vez que acomodó en su lugar el musculo del hombro de Taehyung clavó la aguja y administró la dosis necesaria para que la salud del lobo no se viera luego comprometida. Este al sentir el piquetazo chilló alto dando un respingo y sorprendiendo al felino de igual forma por el repentino alarido, cuando se volteó para enfrentar a lo que lo había lastimado ya Seokjin estaba a una distancia segura de él.
—Con eso será suficiente. – Dijo el mayor desechando la jeringa que había usado. - Los llevaré a la cúpula. – Ambos se encontraban ya fuera de peligro, Taehyung estaba vacunado así que no necesitaba que le inyectaran nada con unas compresas frías en el hombro estará en perfecto estado dentro de poco.
—Hyung, ese híbrido... – El castaño habló en voz baja con la curiosidad y la preocupación carcomiéndole los pensamientos. – ¿...E-Está...? – Seokjin asintió antes de que culminará la pregunta sabiendo ya de sobra cual sería. Taehyung tragó pesado siendo aquella respuesta la que más temía. – ¿Jungkook tendrá problemas?
El mayor abrió la boca para la responder, pero volvió a cerrarla sin decir una palabra. Respiró profundo y se acercó para acariciar al híbrido tras las orejas como solía hacerlo para calmarlo y en cierta forma para calmarse a sí mismo cuando el estrés lo superaba, se sorprendió de que el lobo se lo permitiera aunque no dejaba de observarlo se mantenía tranquilo.
—No debería, aun así... No puedo adivinar cómo reaccionarán las demás personas. – Respondió con sinceridad.
—No es justo. – Bufó. – No fue su culpa, fue un accidente la culpa no la tiene nadie. Los trabajos como estos son propensos a esa clase de cosas, las autoridades ya deberían saberlo. – Cruzó los brazos molesto y Seokjin sonrió con ternura, Taehyung tenía toda la razón, pero solucionar las cosas seria tarea fácil.
—Lo sé, Tae... Por ahora creo que lo mejor es que todos vayamos a descansar. – Sugirió con voz suave y al contrario no le quedó de otra más que asentir.
El lobo negro bajó de la cama dando un salto luego que él se pusiera de pie. Creyó que lo seguiría como había venido haciendo, sin embargo este mordió la sabana que cubría la cama y tiró de ella hasta sacarla completamente para llevarla en el hocico. Tanto el híbrido como él humano miraban confundido sus acciones sin llegar a interrumpir. El animal caminó con elegancia hasta el pequeño baño arrastrando la tela consigo.
— ¿Va a...? – Ninguno de los dos fue tras él y Taehyung dejó la oración incompleta en el instante que un horroroso grito llegó hasta sus sensibles oídos. – ¡Jungkook! – Conocía la voz del pelinegro, sabía que provenía de él y su primer instinto fue correr a verificar que estuviera bien. No logró su cometido, Seokjin lo rodeó con un brazo y aunque el mayor igualmente se notaba tenso le pidió que guardara la calma.
Otro grito se escuchó esta vez acompañado por gruesos gruñidos que comunicaban dolor puro. Taehyung enrolló los dedos en el brazo que lo rodeaba comenzando a sentirse alterado por querer saber el estado del lobo y el por qué emitía aquellos sonidos.
Esperaron largos segundos de no escuchar nada más salvo una pesada y errática respiración. Seokjin permitió que el híbrido avanzara despacio siempre yendo él un paso por delante, inconscientemente volvió a obligarlo a retroceder empujándolo hacia atrás con un brazo una vez vieron a Jungkook de vuelta en su forma humana acostado a lo largo con los codos sobre las baldosas del baño y la sabana cubriéndole de la cintura para abajo.
Estaba sudado y los músculos de su espalda se movían con velocidad a causa de su respiración, era un humano, pero en cierta forma seguía teniendo una apariencia animal con los colmillos más largos de lo común, el cabello revuelto pegado a su frente a la causa de la transpiración y por la manera en la que se movía con intención de ponerse en pie.
— ¿Jungkook? – Seokjin lo llamó y cuando este elevó la mirada notó los ojos dorados aun más brillantes de lo que solían ser. Cada que inhalaba y exhalaba emitía gruesos gruñidos como si los estuviera amenazando. Taehyung aprovechó el descuido del mayor y lo paso de largo para colocarse de cuclillas frente al pelinegro, él sabía que no los estaba amenazando la expresión de Jungkook era similar a la que tenía antes cuando debía curar la profunda herida de su pierna ocasionada por una trampa para osos: era de puro e intenso dolor.
— ¿Puedes ponerte de pie? – Murmuró. No tenía idea por lo que estaba pasando y no quería aturdirlo de alguna forma.
El aroma del lobo se había vuelto tan potente que sentía como le calaba en las fosas nasales.
Jungkook se apoyó sobre el hombro del contrario esforzándose para enderezar las piernas y quedar parado. Taehyung enfocó la mirada en el techo mientras con agilidad intentaba mantener la sábana en su lugar, sin darse cuenta se encontraba con todo el rostro sonrojado debido a la completa desnudez del chico.
— ¿Estás bien? – Seokjin por fin reaccionó al saber que el pelinegro no les iba a atacar. Aun así se acerco con sumo cuidado ayudando al felino a sostener parte de su peso.
— ¿Que fue eso que me inyectaste? – Preguntó lento y con voz gruesa casi ladrando las palabras. Tuvo la intención de alejarse ni bien el humano se acercó, pero los intensos espasmos en sus músculos y huesos no le permitían moverse como quisiera.
—Inmunizante para el virus de la rabia. – Explicó volviendo a alejarse al notar la clara incomodidad del híbrido. – Esa pantera te mordió y tú la mordiste, te infectarías si no se trata a tiempo.
No confiaba en nada que le dijera mucho menos que le ingresaran cosas al cuerpo, si no fuera por aquella inyección repentina se habría mantenido como un lobo hasta que su propio sistema le exigiera volver a cambiar de forma. No tenía fuerzas si quiera para discutir, esas modificaciones tan bruscas no debe tomarlas a la ligera, toda su anatomía cambia de manera radical, debía tomarse un tiempo incluso para volver a respirar como es debido.
Dirigió la mirada hacia Taehyung quien lo observaba con los ojos cargados de preocupación y agobio de notarlo en ese estado. Respiró hondo aun gruñendo sin quererlo y llevó una mano hasta su cabeza.
—Estoy bien. – Aseguró, deseando que borrara lo antes posible esa pesumbrosa expresión de su rostro.
Todavía el razonamiento de Jungkook no estaba del todo aclarado por lo que luego de verificar que el castaño estuviera físicamente en buen estado y verlo suspirar apartó la mano nuevamente.
Seokjin deseaba dejarlo en observación toda la noche, llegaba a detestar el hambre por el conocimiento que no hacía más que crecer dentro de él. No podía actuar por su cuenta, por mucha intriga que le causara Jungkook era una persona no un experimento, debía lograr que el lobo confiara en que no le haría daño antes de obligarlo a participar en uno de sus estudios.
— ¿Puedes caminar? – Cuestionó recibiendo un asentimiento algo forzoso por parte del pelinegro. – Volverán a la jaula, andando. – Dio la orden y fue el primero en comenzar a caminar.
Jungkook seguía apoyado en el hombro de Taehyung, su cuerpo le pedía inclinarse y caminar con las rodillas y palmas en el suelo, tenía que suprimir el impulso así el tiempo que transcurra para que pueda volver a caminar sobre sus piernas como normalmente lo hacía se hiciera más corto.
Atravesó por demasiadas cosas ese día, demasiada información que su cabeza debía aun procesar entre esas un enfrentamiento y un cambio de forma rápido y bastante forzoso, en ese momento sólo quería apresurarse y volver a la tranquilidad que para su sorpresa aquella cúpula le brindaba.
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Bueno, se suponia que esto tendría 8 caps pero obviamente tendrá más
No sé, quizás 12, no pasaré de 15. En el proximo cap avanzarán mas las cosas.
♥See you soon♥
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