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Situación de temperatura elevada

Temática (8 de Julio): Heat/Barbeque.

Sinopsis: Notó como un nuevo calor se instalaba en su cuerpo, pero en lugar de ser abrasador, ardiendo todo a su paso, era suave y moderado.

[***]

La situación solo se dio, no pensó que tanto Natsuo como Shōto mostrarían interés exclusivamente en una playa cuando les mencionó los lugares donde podían pasar el primer día libre de Endeavor en mucho, mucho tiempo. Era claro por sus caras arrugadas e inexpresivas, respectivamente, que estaban cero interesados en pasar un día entero con su viejo, por más tentadores e increíbles que fueran los lugares que Fuyumi había escogido para visitar.

Así que cuando un leve brillo saltó en ambos Todoroki al detenerse por más de un segundo en una fotografía, Fuyumi no se detuvo y presionó dulcemente para que accedieran. Y lo logró maravillosamente.

Hasta que se percató del lugar al que estaba instando a ir. Y sintió que todo su cuerpo se congelaba mientras se esforzaba por mantener una sonrisa.

De todos los lugares que podían llamar la atención de sus hermanos...

Debía admitirlo. Era su culpa. ¿Quién le llama a poner una costa entre las opciones para pasar un viaje familiar cuando ella misma es tan débil en el ambiente?

Recordó vagamente cuando estaba buscando los lugares de turismo, tenía activado el micrófono con Mimi, su mejor amiga, la chica que había tenido una libertad desde muy corta edad y no tenía que preocuparse por cuidar de hermanos menores porque era hija única. Le había dado toda una lista de lugares que visitar que podrían llamar la atención de sus jóvenes hermanos. La costa de arena amarilla y agua cristalina de Vung Bau en Fukuoka, Kyushu se había deslizado en las opciones en un arranque de entusiasmo de ambas chicas, y tal parecía que había logrado su objetivo.

Ahora Fuyumi tenía que reprimir sus quejidos y gemidos ocasionados por el sol y la alta temperatura para no ser el aguafiestas de la situación, no era una sorpresa que tanto su padre como Shōto hubieran olvidado su sensibilidad al calor, pero casi se sentía traicionada por Natsuo al salir de un salto de la camioneta y dirigirse a la playa con una enorme sonrisa que no se le veía desde hace un tiempo.

Suspiro y ablandó su semblante al recordar lo tranquilo que se miraban los Todoroki en el ambiente de verano, incluso con su padre siguiéndolos en silencio y ayudándole con las cosas. Al menos habían sido lo suficientemente amables para ayudarla a poner la sombrilla y la toalla en la arena, y no se quejaron por las altas cantidades de bloqueador solar que estaba poniéndose.

Incluso con el abanico y la sombra de las palmeras a sus espaldas, todavía sentía mucho calor, observaba desde su lugar seguro como su padre se había quedado dormido debajo de otra palmera, no tan lejos de ella, quizás para darle su espacio, y sus hermanos pequeños se miraban con complicidad al estarle poniendo arena encima y clavando un agujero debajo de él.

El gran y poderoso Endeavor estaba tan profundamente dormido como un tronco que apenas reaccionaba y Fuyumi juraba que si ponía atención, podía escuchar sus ronquidos.

Ver a Natsuo y a Shōto relacionándose fue suficiente para que Fuyumi sonriera sinceramente, incluso si estaba sudando como si estuviera en un sauna.

Pensó que necesitaba otra botella de agua fría para sobrellevar el día que apenas empezaba cuando sintió una poderosa ráfaga azotando el rostro y levantándole el cabello seguido de un estruendoso golpe en la palmera que estaba a su lado.

Parece ser que el golpe fue demasiado para las frutas, pues un par de cocos se desprendieron del árbol y atacaron al pobre incauto que se había chocado con el tronco.

Ahora era solo una queja larga.

Fuyumi levantó los anteojos de sol que protegían sus lentes de uso diario e inspeccionó al tipo, levantándose para ayudarle y paralizándose a un par de pasos de él.

Pestañeo como un pez. Dos veces. Sus ojos se acostumbraron al color rojo de un par de alas de tamaño menor a lo que está acostumbrada.

—¿Hawks-san? —inquirió inclinándose hacia adelante y haciendo a un lado la rama de palmera que se había caído sobre el Pro Hero.

Hawks se sobaba la cabeza, enfocando su vista arrugada en la hija de Endeavor, mirándola por un momento sin asimilar que ella estuviera ahí mientras le ayudaba a levantarse, luego, bajó su vista a su atuendo y se soltó bruscamente de su agarre. La acción casi lo hace tropezar con sus propios pies, pero Fuyumi logró tomarlo del brazo y jalándole para enderezar su postura.

—Tal vez deberías ir a ver a un doctor —indicó Fuyumi arrugando un poco la nariz y luego bajando la vista hacia los cocos que habían caído—. De seguro te habrán golpeado varios la cabeza...

—¡N-No! ¡Está bien! ¡No es la primera vez! —incluso cuando respondió de inmediato y con su típica sonrisa enorme, se tropezó con sus propias palabras.

Fuyumi levantó una ceja al comprender la insinuación en su confesión, Hawks se relamió los labios al percatarse de su error.

—¡Me refiero! ¡Golpearme la cabeza! —Hizo puño su mano libre y la hizo chocar contra su cabeza—. Tengo un cráneo fuerte, te sorprendería las veces que me he estrellado contra una ventana, un poste, una vez casi me doy con un avión...

—Muy bien, ya entendí —Soltó su brazo y tomó la cabeza de Hawks, empezó girarla para observar todos sus ángulos y verificar la autenticidad de sus palabras.

—Eh... ¿Todoroki-san? —El tono de Hawks era de un tímido tono inusual, pero no hizo nada para soltarse del agarre.

Fuyumi empezó a presionar suavemente la cabeza del héroe, hasta que lo sintió saltar de manera casi imperceptible en un punto en cuestión.

—Pues ciertamente parece ileso... Aún así, pondremos hielo en esa zona, ven.

Sin esperar realmente que le hiciera caso, Fuyumi tomó su mano y lo empezó a guiar donde segundos antes, ella estaba muriendo de calor. Le indicó a Hawks que se sentará a su lado, inusualmente callado, él obedeció. Sus ojos dorados estaban abiertos en demasía como si no estuviera pestañeando y no se quisiera perder ninguno de los movimientos femeninos.

Fuyumi abrió la hielera y la oleada de aire helado hizo maravillas en su humor, más tranquila ahora, tomó la botella de agua como un elixir de vida y un pedazo de hielo que envolvió en una manta. Le señalo a Hawks donde presionar y el chico asintió, haciendo caso a su petición.

El silencio se instaló entre ellos, solamente inundado por el sonido de las olas al fondo, la brisa de la playa y la garganta de Fuyumi tragando agua como si hubiera estado en un desierto.

Cuando terminó lanzó un largo suspiro de satisfacción, sonriendo de una manera encantadora y complacida. Su vista volvió a Hawks que seguía a su lado, sentado en su toalla, mirándole con atención.

La realidad azotó a Fuyumi como una bofetada de fuego. Sintió recuperar el calor que la botella de agua fría había desalojado, pero esta vez, en lugar de recorrer todo su cuerpo, se instaló únicamente en su rostro.

No era como si no hubiera pensando en la probabilidad de toparse con Hawks, Fukuoka era su entorno natural, su zona de trabajo y protección habitual. Y tampoco era la primera vez en que ambos tenían la oportunidad de hablar a solas.

Pero había una enorme diferencia entre hablar con Hawks cuando está con su uniforme, en un ambiente casi profesional como lo eran las reuniones en la mansión Todoroki para buscar al héroe número uno, o cuando aterrizaba de imprevisto cerca de su escuela y daba una demostración a su alumnos. Cielos, incluso cuando habían hablado de camino una vez que se quedó hasta tarde, él la escolto a casa y no se había sentido tan íntimo como verlo sin nada más que un traje de baño sin camisa, en un ambiente estrictamente de diversión.

Fuyumi estaba consciente que Hawks era musculoso. Debía serlo. Quizás no tan pronunciado como su padre que combinaba las artes marciales con su poderoso Quirk, pero tenía que haber entrenado duramente por mucho tiempo para llegar al puesto número 2 de héroe profesional, además de mantenerse en forma, no podía solamente contar con sus ágiles alas multiusos para combatir.

Pero ser consciente de eso y verlo en persona, en vivo y en directo, en carne y hueso, eran dos cosas completamente diferentes.

El brazo flexionado para sostener el pedazo de hielo en su cabeza remarcaba los músculos de los bíceps. Y con la otra palma apoyada en la arena detrás de espalda hacía que tuviera una mejor imagen de su pecho trabajado e hinchado. No le sorprendía que fuera modelo, e incluso estaba más sorprendida que su representante no explotará más su tórax desnudo y se enfocará más en sus brazos fornidos, sin duda el ranking subiría demasiado para él, pero esta vez, conformado de puras chicas jóvenes y calientes.

El pensamiento le hizo girar el rostro hacia abajo, y su cerebro casi le recriminó por privarle de tal lujo de dioses. Era una oportunidad que debía aprovecharse, pero Fuyumi no se sentía cómoda pensando en cosas como sesiones de fotografías de Hawks con muchos atuendos de verano que volverían locas a las chicas de todo Japón, prefería guardar la imagen para sí misma.

Al ver hacia abajo, se detuvo en su propio atuendo, debajo de la bata de playa blanca de seda delgada y de un blanco casi transparente, había un bonito (y hasta ese momento, pensó que era infantil) bikini de dos piezas de color magenta con varias hojas de palmera de color aqua que se cernía a su figura maravillosamente. Ocultaba su busto con una tela delgada y una diminuta falda ocultaba el inicio de sus pantorrillas.

En su momento no había pensado que tendría que ponerse algo más sexy. Incluso cuando Mimi le recomendó atuendos más exitantes y llamativos, Fuyumi los rechazó, iba a una salida familiar, no a buscar pareja o un polvo rápido, y se sentía y miraba bien en su bikini de niña, así que todo estaba bien.

Pero ahora tenía a Hawks a su lado y él lucía tan varonil y juvenil sólo con un short playero de marca, y un par de pulseras delgadas en manos y pies, se sintió tan infantil y avergonzada que inevitablemente intentó esconderse apretando la bata más alrededor de su cuerpo. Quizás por eso Hawks llevaba ratos mirándola con tanta atención, debía de preguntarse cómo es que Endeavor podía dejar que su hija saliera de esa manera a la playa. O tal vez, pensando que ella tenía un gusto horroroso.

No era como si hubiera escogido algo más encantador de haber sabido que iba a toparse con él. Solamente eran conocidos, hasta podía considerarlo su amigo de no ser porque la relación siempre había sido un poco ambigua. Hawks le hablaba como si se conocieran de hace años y sentía que le daba más confianza de la que merecía, era amable y aunque a veces hablaba tantas cosas a la vez, sabía cuándo guardar silencio y escucharla. Y eso era tan dulce. Y aunque su excesiva confianza en un principio le había parecido abrumadora, rechazándola de inmediato, cuando ella también lo escuchaba se volvía bastante fácil de coordinar.

Y él era divertido. Fuyumi siempre había sido de las personas que se ríen fácilmente, pero debido al ambiente de su familia llegaba a dar la impresión a los demás que era bastante seria y hasta melancólica. En cuanto Hawks descubrió que tenía un sentido del humor, no dudó en explotarlo y Fuyumi estaba tan agradecida de reír hasta llorar y sostenerse la panza. ¿Cómo no iba a terminar apreciando su tiempo con él incluso si ella no sabía qué clase de lugar tenía en su alocada vida?

Quizás se debía al hecho que Hawks siempre la había visto con la ropa del trabajo que quería darle una perspectiva diferente de como ella era, y no sintiera como si estuviera relacionadose con alguien como si fuera bastante mayor y aburrida cuando tenían la misma edad, y el mismo sentido del humor pésimo.

Si, seguro era eso. El bikini casi infantil no era la idea que quería darle a Hawks cuando se vieran en lugares diferentes al trabajo.

—No sabía que estarías por aquí —empezó Hawks, todavía mirándola fijamente.

Fuyumi hizo un esfuerzo por no temblar y ponerse la toalla encima para taparse por completo.

—Salimos en familia —Fue lo único que pudo decir, como si fuera lo más obvio.

Hawks asintió como si fuera la mayor revelación.

—Sabía que Endeavor estaría por aquí, en cuanto escuche que tenía un día libre y lo pasaría aquí, me convencí que debía de pasar a saludar. Nunca imaginé que vendría con toda su familia.

—Los convencí —respondió un poco más segura y recordando lo orgullosa que estaba por haberlo logrado. El calor empezó a desalojar sus mejillas, recorriendo todo su cuerpo, volvió a coger el abanico y empezó a darse aire—. No fue fácil, pero las playas de Kyushu los sedujeron.

—¿Y dónde está el resto de la pandilla?

Fuyumi señaló con la cabeza la zona donde Endeavor todavía seguía dormido y ahora sus hijos estaban poniéndole estrellas de mar y almejas en sus pechos, algas en el cabello y perfeccionando la cola de sirena a sus pies.

Hawks rió negando con la cabeza, maravillado por la obra de arte que estaban haciendo. El sonido de su risa le relajó y pudo acomodarse en el suelo con un poco más de libertad.

—¿Por qué no estás con ellos? Se ve divertido.

Fuyumi pensó en lo duro que los había visto trabajar, corriendo por la arena, buscando los elementos necesarios, discutiendo lo que iban a hacer, todo debajo del resplandeciente y portentoso sol, su cuerpo casi gruñó con recelo y deseaba sumergirse en una bañera de cubitos de hielo pronto. En su lugar, agitó más rápido el abanico.

—Demasiado trabajo para mí —susurro en algo parecido a un jadeo.

Hawks empezó a verla con una atención diferente, sus ojos más bien buscando lo que estaría mal, entrecerrándose.

Dejó de presionar el hielo contra su cabeza y lo apoyó en el hombro de Fuyumi, la chica casi chilló con complacencia.

—¿Estás bien? —Frunció el ceño, su tono con tintes de preocupación—. Te ves bastante ofuscada, y el clima está de maravilla hoy.

Fuyumi no pudo evitar resoplar. ¿Cómo que de maravilla? Estaba tan caliente que bien podrían decirle que estaba caminando sobre lava y bien ella podría creerlo, sentía como los rayos del Sol estuvieran abriendo su dermis, lastimando directamente con sus músculos internos, incinerándolos en el proceso. El vapor que se levantaba de la arena era insoportable y le dificulta su respiración.

En serio, no veía nada de bueno en venir a la playa desde temprano. Prefería venir por la tarde y dormir en una cabaña, no había brisa más placentera y vista más preciosa que el atardecer desde una costa. Pero no, sus hermanos querían disfrutar del día haciéndole caras raras a su padre y tomándole fotografías. Y Endeavor estaba tan cansado en su día libre que no tenía ni idea de lo que le esperaba al despertar.

—Soy un poco mala con el calor —admitió a medias, esbozando una temblorosa sonrisa, lo menos que quería era quejarse con Hawks en algo que había sido su idea—. Si no me muevo mucho y sigo bebiendo agua fría por un rato más hasta llegar a la tarde, habré sobrevivido —esperaba que su tono burlón fuera lo suficiente convincente para para no preocuparlo de más.

No quería comentarle la vez que se había desmayado de insolación por no beber suficiente agua, o cuando había quedado como un tomate maduro cuando no se colocó suficiente bloqueador solar. Sabía de antemano lo sensible que era así que ahora estaba preparada, muchos deslices para nada gratos habían sucedido antes, pero ahora solamente tenía que soportar un poco con su sonrisa en la cara hasta llegar la tarde cuando la temperatura empezará a disminuir, entonces podría disfrutar del día en su plenitud. Ahora bastaba con no moverse mucho, darse aire y tomar agua fría.

Por la mirada aún más achicada de Hawks, supo que no lo convencía.

El héroe estiró su mano hacia la hielera y la abrió, Fuyumi estuvo a punto de protestar cuando una gélida y muy agradable brisa hizo que los vellos del cuerpo se le erizaban, la tensión abandonó su cuerpo y dejó caer sus brazos a cada lado como fideos mientras disfrutaba del viento provocado por las alas de Hawks agitando el aire frío hacia ella.

—No parece algo de "un poco mala" —apuntó Hawks, acomodándose mejor en una posición donde pudiera seguir agitando sus alas para Fuyumi al mismo tiempo que buscaba a los familiares Todoroki.

—Pequeñas... —Medio embobada por la satisfacción, Fuyumi señaló.

—¿Qué?

—Tus alas... son más pequeñas de cómo las recuerdo.

—¡Oh, eso! —Como si no se hubiera percatado de su tamaño, Hawks volteo hacia atrás—. Es el tamaño de verano, es un poco difícil para mí manejar mis enormes alas con altas temperaturas, así que las reduzco, pero todavía puedo usar las plumas.

—Tu Quirk es bastante práctico... si al menos el mío sirviera pudiera enfriarme...

—¿Puedo?

Hawks levantó su brazo hasta la altura de la frente de la chica, esperando poder medir su temperatura con su palma, Fuyumi se veía bastante ofuscada y aunque tratara de disimularlo, parecía que iba a empezar a sudar si el aire frío se detenía. Fuyumi cerró los ojos por un momento, apretandolos, y Hawks estaba casi aseguró que iba a negarse, cuando terminó encogiéndose de hombros y acercó su cabeza a su mano.

Hawks tuvo que hacer un intento firme de concentrarse solamente en la temperatura y no en la expresión relajada de Fuyumi.

—Tu temperatura... es fría —indicó, bastante sorprendido—. Como un termo.

—Seh, es una pesadilla, mi piel está fría como siempre, pero por dentro, estoy ardiendo. No es agradable. El contraste me da náuseas.

—¿Por qué pasa eso? Es un poco loco —agregó llevando ahora su mano a la altura de su cuello, Fuyumi apenas se percató, apoyándose en el tacto todavía con los ojos cerrados.

—Mi cuerpo es apto para el frío, no tengo problemas con él, pero cuando hace calor, mi cuerpo lo rechaza, intenta protegerme reduciendo la temperatura de mi piel, pero en realidad me deja sensible, absorbiendo más calor con mi respiración, por fuera estoy fría, pero por dentro estoy hirviendo. Empeora cuando no he podido resguardar suficiente frío dentro de mí.

—Si estuvieras en un ambiente frío, ¿podrías ganar un poco de frío y estarías mejor?

—¿Supongo? Al menos lo suficiente para disminuir el calor por dentro. Así todo mi cuerpo podría mantenerse frío.

El silencio de Hawks casi le hizo olvidar que todavía tenía su cabeza apoyada en su mano, hasta que sintió que la movía para recuperarla. Fuyumi se ruborizó, con el viento helado y el sonido de las olas, casi se queda dormida sentada y con la mano del Pro Hero número dos en su cuello.

—Tengo una idea, pero requiere de que te levantes.

Fuyumi gimió cuando él dejó de agitar sus alas para darle aire y se levantó en su lugar.

—No quiero moverme, eso lo hace peor —Fuyumi nunca hacía pucheros, ella era la hermana mayor responsable y la madre sustituta que siempre se aguantaba todo en silencio, pero en su defensa, había demasiado calor, estaba un poco irritada y casi se queda dormida con Hawks viéndola mientras le mimaba con el viento provocado por sus plumas.

—Entonces, no lo hagas, déjame llevarte.

A Fuyumi le tomó 2 segundos comprender que significaban esas palabras después de aceptar la petición de Hawks, todo con tal de no moverse tanto. Culpo al calor por no permitirle ingresar suficiente oxígeno a su cabeza para pensar más en ello.

Lanzó un grito ahogado, aferrándose a su sombrero de playa y agarrando fuertemente el cuello de Hawks. Cosa que se arrepintió, y a la vez, se maravilló, puesto que la cercanía y escasez de ropa le permitió sentir lo fornido que era, al igual que varias heridas cicatrizadas que volvían carrasposa su piel, frotándose contra su suave y pálida dermis.

—¡¿Hawks-san?!

—¡Ya casi llegamos! —Gritó, acomodando su cuerpo en sus brazos—. ¡Soporta un poco más!

Fuyumi presionó sus ojos hasta que una oleada fría, lejos del sol, la recibió. Abrió los ojos y se dio cuenta que estaban en una especie de cueva. Hawks volvió a colocarla en el suelo, agitando un poco sus alas, y sus piernas descalzos se hundieron en la arena mojada y fría. El agua adentro se veía bastante agradable.

Sin esperar a que Hawks añadiera algo, corrió más al centro, pegando un salto animado como una niña en una piscina por primera vez, sintiendo una enorme satisfacción cuando su cuerpo empezaba a enfriarse con el agua fría. Tomó un poco entre sus manos y lo lanzó en su rostro, su sonrisa era radiante.

—¡Woah! ¡Cuidado! No querrás mojar estas cosas.

Con un par de plumas, Hawks logró quitarle el sombrero y los anteojos antes de que fueran empapados por el agua.

Fuyumi gorjeo, avergonzada por su desliz, pero incapaz de ocultar su placer por el agua fresca y el ambiente agradable. Como si fuera lo último que necesitará cuidar también, Fuyumi levantó la bata de playa y la lanzó a un lado, nadando un poco en la cueva.

—¡No sabía que había un lugar así! ¡Vi las rocas, pero no creí que...!

—No estamos tan lejos de donde tu familia está y estoy casi seguro que tu hermano nos vio venir aquí —Hawks empezó a caminar en la orilla rocosa hasta escalar por la deformada estructura semejante a un acantilado, observando, con una sonrisa complacida y perezosa, como el rostro de Fuyumi recuperaba el brillo—. Desde lejos luce cómo una estructura sin forma y muy gruesa, pero tiene una zona hueca, y es bastante fresca. Aunque puede ser peligroso, así que no te vayas tan lejos.

—¡Esto es tan bueno! —admitió sonriendo, saliendo del agua después de lanzar su cabello hacia atrás cuando todavía estaba empapado—. ¿Por qué no vienes también, Hawks-san?

—No, no, no —Desde una piedra alta, Hawks la observaba, gesticulando con los brazos—. Debo asegurarme que todo esté en orden desde aquí, uno nunca sabe cuando una dama podría necesitar de un salvavidas —movió una ceja a modo insinuante y divertido.

Ella resopló, nadando un poco más cerca del área de Hawks.

—¡Vamos! ¡Deshazte de tus plumas y nada un rato! Es más fácil si el salvavidas ya está en el agua y al lado de su protegido para asegurar su protección.

—Hmmm, puede ser, supongo que si me lo pides más dulcemente~

Fuyumi negó con la cabeza, pero la sonrisa persistió.

—Oh, héroe Hawks, me gustaría que estuvieras a mi lado para asegurar mi seguridad~ —comentó entre risas mientras se llevaba su mano a la frente dramáticamente.

—¡Voy volando!

Hawks empezó a reírse también, con un débil sonrojo en sus orejas. Levantándose, tomó impulso al retroceder un poco de la orilla, como si en el último momento se percatara que todavía tenía las plumas, torció la cabeza verticalmente de derecha a izquierda, muy similar a como lo haría un búho que observaba atentamente algo que le llamaba la atención y sus plumas se deslizaron a las piedras.

Percatándose de su intención, Fuyumi empezó a nadar para quitarse del camino mientras empezaba a reír. Al segundo, una suave ola la levantó suavemente. Al otro, Hawks nada hacia ella con el cabello en la cara, sonriendo.

—Encantador —comentó estirando sus dedos, levantando uno de los mechones del rostro de Hawks. La situación le recordaba a un cachorro mojado.

Cuando la mirada intensa y cálida de Hawks la recibió no pudo evitar sobresaltarse. A pesar que sonreía divertido había más emociones en sus ojos dorados que Fuyumi no estaba segura de recibir de golpe. Cayendo en cuenta, aunque tardíamente, de la cercanía de sus cuerpos húmedos. Sintió sus propias mejillas teñirse de color rosa.

Notó como un nuevo calor se instalaba en su cuerpo, pero en lugar de ser abrasador, ardiendo todo a su paso, era suave y moderado. Sus dedos. que todavía sostenían los rubios cabellos del chico, cambiaron de dirección, en lugar de retirarse, pasó los cabellos detrás de la oreja de Hawks, deslizándose con una trémula lentitud, hasta descender por su pendiente rojo y quedarse en la nuca de Hawks.

—Gracias por traerme —Se apresuró a decir, avergonzada por su acción, pero incapaz de soltar la mirada. Se rió un poco nerviosa, Hawks no hacía ademán de quitar su mano o alejarse, solo la contemplaba con esa mirada intensa y expresión suave—. Me ayudó mucho. Gracias.

El apenas chapoteo del agua le indicó que las manos de Hawks se estaban moviendo, pero no supo su intención hasta que sostuvo su otra mano libre entre sus manos. La acercó a sus labios y le dio un beso, el tacto caliente de sus labios en su mano helada le hizo temblar, atento a sus acciones, Hawks esbozó una sonrisa atrevida, pero el brillo amable en sus ojos prevaleció de tal forma que le secó la garganta.

—Para servirte, Fuyumi-chan.

El cambio de tono a uno más burlón en su nombre fue suficiente para que el encanto se rompiera, con la mano todavía en su cuello, lo empujó hacia atrás, frunciendo el ceño.

—No me llames así.

Hawks se carcajeó fuerte, la risa retumbaba en su pecho y odiaba como la hacía sentir. Aunque no supo decidir si lo que odiaba era la sensación de querer reírse cuando quería aparentar estar molesta, o si eran las burbujas explotando en el inicio de su estómago, haciéndole cosquillas, que de igual manera, exhortaban sus ganas de sonreír. Debió esforzarse un poco más en aguantar la risa, porque Hawks notó su intento fallido y rió más.

—Eres el maestro arruinando ambientes.

—Perdón, me sale solo. Ya es parte de mí.

Bufando, giró su cabeza con fuerza, su cabello mojado se levantó y le dio en la cara de lleno a Hawks.

—Eso... no fue a propósito.

—Incluso si no fue así me lo merecía —quitando la mano de Fuyumi de su cara, recuperó la posición anterior de estar cerca de ella, no soltó su mano y en su lugar, empezó a hacer círculos en su piel con su pulgar en un tacto suave como pluma, Fuyumi no lo aparto al ser relajante—. La verdad, es que no se como llamarte, llamarte Todoroki-san suena demasiado formal. Y no quiero darme la idea de decirte Todoroki-chan y que algunos de tus hermanos o tu padre estén presentes, sería bastante raro. Cómico e inolvidable, sin duda. Pero raro incluso para mí.

—Sólo llámame por mi nombre.

Hawks detuvo sus movimientos, incluso su sonrisa parecía un poco más tensa.

—Digo, somos amigos, ¿no? —Al darse cuenta de la libertad y confianza que le estaba brindando, volvió a sentir el calor en sus mejillas, hubiera deseado tener su abanico para disimularlo, en su lugar, agitó su mano libre emulando darse aire—. Eres un amigo de la familia y por tu estrecha cercanía con mi padre es claro que seguiremos viéndonos en el futuro. Sería extraño llamarnos solamente por el apellido o...

Apodos .

Por suerte, Fuyumi logró detenerse a tiempo para no decirlo. Desde el principio había asumido que la relación con Hawks sería algo unilateral, podría ser divertido y alegre, y parece ser que la encontraba entretenida y de fiar, por lo que podían congeniar, pero no tenía esperanzas que fuera más allá de algo superficial. Hawks era parte del top 3. Esos héroes apenas tenían tiempo para sí mismos, lo sabía de antemano, lo había vivido toda su vida. Incluso si él parecía desviarse para tomarle atención un momento de su día, no era algo que se podría construir para mucho tiempo.

Y aun así, Fuyumi quería disfrutar esos pequeños momentos de alegría y que saltaban de su cotidianidad, siempre estaba cuidando cada uno de sus pasos y palabras, era liberador solamente reír, bromear, escuchar, ser escuchada, y si esto estaba destinado a acabarse, al menos quería un recuerdo que lo valiera y que, en el futuro, no se arrepintiera de no disfrutarlo debido a la pesadez de su corazón y sus miedos. Así que si Hawks quería venir a ella, quería hacerle saber que confiaba en él y le dejaba la ventana abierta.

Se abstuvo de suspirar, otra vez estaba dando más de ella a alguien que no podía regresárselo. Mientras ella le confiaba su nombre, no le pedía a Hawks el suyo también.

Su nombre tenía un valor, pero el de Hawks era diferente. Hasta donde sabía, ninguna red social o incluso su padre, sabía su verdadero nombre. Era demasiado receloso con ello. Fuyumi lo sabía, con un héroe de tan alto rango, su familia y seres queridos estaban expuestos, Endeavor había sido bastante precavido con ese aspecto siendo Shōto, el único que realmente debía convertirse en héroe, aquel que los medios se comían en pantalla. Y Hawks por sí solo, era bastante famoso. Seguro tenía sus razones para resguardar su nombre, puesto que incluso, no sabía si tenía familia o algo parecido. Con tal responsabilidad en sus hombros, su nombre y voto de confianza no era la gran cosa.

El silencio se extendió y Fuyumi estaba casi segura que lo había asustado.

—No tienes que.... sentirte presionado o algo así. Es más, olvídalo, está bien. En serio —continuó de manera precipitada, tropezando un poco con su tono y sonando más nerviosa de lo que quería.

Hawks junto las cejas, mirando hacia abajo, luego se rascó un poco la nunca con una mano mientras que la otra aun sostenía la mano de Fuyumi.

—No- Yo-

—¡¿Neeee-chaaaaan?! ¡¿Estás aquiiiiií?!

La voz de Natsuo retumbó en la pequeña cueva, Hawks se separó por instinto, de un impulso, se sentó sobre la grava y sus alas volaron a su espalda. La expresión consternada se había ido y ahora apoyaba su barbilla en una mano, cerrando un poco los ojos y sonriendo de manera perezosa. Fuyumi lo había tenido tanto tiempo cerca que al estar sola de nuevo, sintió la falta como una bofetada helada, dejando un frío desagradable que le dieron ganas de abrazarse para entrar en calor. En su lugar, se aclaró la garganta y respondió con un tono de fingida calma.

—Shōto encontró un par de cocos por donde estabas, pensamos comerlos y usarlos como última decoración para terminar al viejo, ¿vien-? ¿Hawks? ¿Sigues aquí?

Natsuo se detuvo cerca de donde Fuyumi había corrido para lanzarse al agua, su expresión despreocupada y sonriente por recordar el desastre que había hecho con su padre, pasó rápido a sorpresa, mirando entre su hermana y el héroe profesional fuera de servicio. En un instante, frunció el ceño con confusión y un poco de sospecha. Su hermana mayor y un hombre estaban solos en ese lugar tan estrecho, y un poco oscuro. No indicaba algo que no pudiera malinterpretarse y Natsuo no sabía cómo lidiar con esas ideas que estaban gestando en su mente.

—¡Hawks-san se dio cuenta que estaba un poco ofuscada! —Fuyumi se lanzó a responder cuando Hawks abrió la boca, no tenía idea que iba a decir, pero prefería explicarse ella antes que se le saliera algo empeorara como se vía todo, o aún peor, sobre lo mal que estaba e hiciera sentir mal a su hermano—. Me dijo que en este lugar estaría mejor, y tuvo mucha razón —Como probando su punto, tomó agua entre sus manos y se echó en la cara, casi saltando de felicidad por lo fría que estaba—. Se estaba asegurando que estuviera a salvo.

—Bueno, es cierto que se ve poco estable... —Natsuo pateó un poco el piso, sonaba un poco hueco, pero más allá de eso, no parecía algo que iba a desmoronarse de golpe.

—Nunca dejaría que algo le pasara a tu hermana —Con un saludo tardío, Hawks ladeo la cabeza sin dejar de sonreír.

—Muy bieeeen, es bueno que lo tengas en cuenta porque no escaparías de la ira Todoroki de ser así —señaló Natsuo cruzándose de brazos, esperando verse aún más intimidante con sus shorts playeros de zanahorias, su playera celeste y un par de sandalias femeninas en una mano—. Incluso convenceremos al viejo de alguna manera.

—Entiendo, entiendo, estoy al tanto —Como si se rindiera, Hawks levantó ambos brazos, Fuyumi se rió.

La vista de Natsuo regresó a Fuyumi, contemplando como su hermana ocultaba su risa con una mano. Su postura era relajada y cómoda, en verdad que ese chapuzón le había venido bien. De un momento a otro, la expresión valerosa de Natsuo decayó.

—¿Otras vez el golpe de calor? —insinuó deshaciendo su postura defensiva.

Fuyumi rápidamente se giró hacia él y negó con la cabeza.

—Lamentó haberlo olvidado —Ahora solo lucía tímido, rascándose la nuca—. Vi la oportunidad de congeniar con Shōto, y-

—No tienes que sentirte mal por eso, Natsuo —admitió con suavidad, empezando a nadar hacia su dirección—. Estaba muy feliz de verlos divertirse, en serio, estoy bien. Hawks-san cuido bien de mí.

Natsuo se arrodilló para estar más cerca. Esbozó una amplia sonrisa cálida, Hawks tuvo que disimular deslizar su barbilla de su mano al encontrar desconcertante que un rostro tan similar a Endeavor tuviera una expresión tan afable.

—Te lo recompensare, ¡podremos visitar el acuario luego como querías! Pero por el momento sólo puedo ofrecerte un par de cocos frescos, estoy seguro que lo adorarás.

—Suena bastante bien.

Inconscientemente, se giró a Hawks, su hermano se percató de eso. Y aunque no fuera muy accesible a atraer a otras personas a su convivencia de hermanos, Hawks había ayudado a su hermana cuando más lo necesitó y ninguno de los otros chicos Todoroki lo hizo, tenía que darle el beneficio de la duda, además, Fuyumi lucía cómoda con él, eso ya era un indicio de que podría soportar al tipo. Más que a su padre al menos. Y ¿quién sabe? A lo mejor y hasta era divertido, cualquier cosa era mejor que tener que soportar a su padre solo. A lo mejor con Hawks, se volvía más fácil de manejar o en dado caso, molestaba a Endeavor, de cualquier forma, sonaba como una buena idea. Solamente no tenía que pensar más a fondo de porque habían estado solos en ese lugar y que podrían haber estado haciendo.

—¿Quieres venir, Hawks? Hay suficiente para varias rondas.

Hawks vió primero a Fuyumi antes de responder, como pidiendo permiso y de pronto se vio un poco más inseguro, sus alas se apegaron más a su cuerpo, sintiéndose como un intruso en un evento familiar de votar importancia.

Fuyumi le sonrió de manera tranquilizante y asintió casi con demasiada emoción para su gusto. Así que Hawks terminó asintiendo con un tono bastante seguro, como si el brillo de incomodidad hubiera sido solo un flechazo erróneo causado por efecto de la luz y sombras.

—¡Genial! ¡Entonces, vamos!

Natsuo salió corriendo animado, deteniéndose en la salida y regresando con el mismo trote energético.

—¡Cierto! ¡Traje tus sandalias! La arena está un poco irritante hoy —diciendo eso, retomó su camino.

Su hermana negó con la cabeza, saliendo del agua de un salto, jalándose el cabello para sacar el exceso de agua, solo supo que Hawks estaba a su lado cuando sintió una pequeña brisa a su costado.

—Si estoy interrumpiendo algo, puedo irme. Sé que tengo fama de ser entrometido, pero-

—Está bien, será bueno tenerte. Eres hábil para sacar plática y ablandar el ambiente mejor que yo. Y eso es lo que necesita mi familia para mantener la calma por un tiempo.

Fuyumi estiró su brazo para alcanzar sus cosas, notando tardíamente que tendría que caminar bajo el sol hasta su refugio seguro y aguantó un suspiro.

—Puedo volver a llevarte, no tengo problema.

—Tentador, pero preferiría caminar. Fue emocionante, pero necesito mi estómago para comer.

—Muy bien... entonces al menos podría crear sombra para ti.

Volvió la mirada a Hawks, para indicar su punto, Hawks había estirado su ala sobre su cabeza y la había doblado de tal manera que la cubría. Ahora él estaba sonriendo de nuevo de esa manera tímida que le entraban ganas a Fuyumi de jalar sus mejillas.

—Esto puede ayudar, pero si no es suficiente, siempre puedo llamar más plumas para alargar la sombra.

—No... está genial. Muchas gracias —Levantándose, se sacudió la ropa y se puso la bata, bastante enternecida por su consideración—. Cielos, señor héroe, este día si se ha lucido con su atención. ¿Qué hice para merecer tal privilegio? —Su intención era meramente divertida, pero ante el extraño silencio de Hawks, se obligó a verlo.

Hawks estaba cerca de ella, estiró su mano hacia ella con inseguridad, esperando a que se alejara, cuando no lo hizo, le pasó un mechón plateado detrás de su oreja, alargó el tacto hasta deslizarse lentamente por lentamente su cuello, sintiendo los cayos de sus manos, le hizo cosquillas a Fuyumi.

—Supongo, que solamente tenías que existir.

—Sutil —Sus mejillas se encendieron, apretando el sombrero en sus manos sin dejar de caminar, el sol fue más llevadero con el ala de Hawks sobre ella.

Su rubor debió deleitar a Hawks, ya que su sonrisa se hizo amplia de una manera presumida y Fuyumi apenas se contuvo en poner en blanco los ojos.

Desde su caminata, ambos saludaron a los otros hermanos Todoroki, con Shōto agarrando el machete tan mal que parecía un samurai, Natsuo se lo quitó para evitar que se lastimara.

—Keigo.

La voz había sido tan suave y pusilánime que Fuyumi había dudado de que lo había escuchado. Se giró hacia Hawks y ahora él tenía un rubor adorable en sus mejillas, tratando de ocultarlo con el sol. Se rascaba la mejilla y miraba de lado a Fuyumi.

—Mi nombre es Keigo —repitió, solo un poco más fuerte que la vez anterior.

Parpadeó, perpleja. No había esperado que realmente le dijera su nombre. Al menos hubiera esperado que le dijera su apellido, para empezar poco a poco con la confianza, al menos de su parte. Pero claro, era Hawks, el chico siempre se saltaba pasos y llegaba a su objetivo predispuesto.

—¿Está bien que lo sepa? —Como si fuera un secreto inaccesible, Fuyumi puso su mano en su boca y susurró.

Hawks se rió un poco por su acción, le siguió el juego encorvándose un poco a su altura sin dejar de darle sombra con su ala.

—Está bien siempre que no lo hagas público, ¿supongo que puedo contar con ello?

—Puedes —Levantó los labios con una sonrisa entusiasta—. Tu nombre está a salvo conmigo.

—¿Así que puedo decirte Fuyumi-chan ya? —Tanteó su suerte, contagiándose de la misma sonrisa de Fuyumi.

—Solo si tú me dejas llamarte Keigo-kun.

Keigo parpadeó como búho, su sonrisa desvaneciéndose de golpe por la sonrisa.

—Eso...

—¿Ves como es un poco vergonzoso? —Fuyumi ignoró su expresión perpleja y las confusas e intensas emociones que brillaron en sus ojos dorados—. Mi nombre está bien, o si prefieres llamarme por mi apodo-

—...Sería bastante genial.

Ahora fue el turno de Fuyumi de guardar silencio, deteniendo su mirada en Hawks. Era obvio que el sufijo lo avergonzaba, pero sus ojos estaban brillando.

—Nunca tuve amigos de mi edad, ¿es así cómo se tratan en las escuelas, cierto? —Ahora sus ojos chispeaban brillos, con un resplandor encantador e infantil que Fuyumi encontró adorable y sincero.

—Bueno...

Entrelazado sus dedos, se pensó un poco más su respuesta. Era un poco vergonzoso que un hombre ajeno a su familia le llamara con tanto cariño y de manera amistosa, pero Keigo lucía realmente emocionado por ese intercambio de lealtad. Y de cierta manera, el hecho que le estuviera permitiendo tal confianza y le confiara su nombre la hacía sentir un poco orgullosa y especial, que Hawks la reconociera y quisiera corresponder la confianza que ella le dió, la dejaba un poco (bastante) feliz. Era como si no estuviera caminando en tierra inerte y en verdad hubiera una oportunidad de que algo brotara entre ellos, aunque no estaba segura de que. Solamente esperaba que fuera saludable y acogedor.

—Si —concedió al final, sonriéndole—. Es así como suelen tratar a los amigos de la escuela.

—¡Genial! Supongo que era ahora mi amiga oficial, Fuyumi-san. ¡Voy a celarte cada vez que no me prestes atención! —bromeaba, la tensión abandonando sus hombros y dándole aire con su ala libre.

—Tal vez deberíamos intercambiar números también —probó aguas, notando como sonaba eso, intento corregirlo—. Sé que estás ocupado y-

—¡No tengo problemas! ¡Tienes toda la razón! ¡Incluso podría sacarte a una cita!

—Eso ya no suena tanto como una amistad —recordó.

—Un hombre tiene que aprovechar sus oportunidades.

Había sonado tan serio que Fuyumi no pudo evitar reírse fuerte por su cambio drástico, Keigo entonces, siguió lanzando cualquier cosa que insinuaba a una cita y salidas con amigos de manera intermitente, casi parecía que no podía encontrar la diferencia entre uno y lo otro; pero al menos no era tan serio, lo cual agradecía porque tendría problemas para controlar su latido acelerado, y podía disfrutar de reírse de sus ocurrencias hasta que llegaran con sus hermanos.

Sonaba tan animado que la hizo relajarse, vio la sombra de su ala protegiéndola del sol y pensó también en cómo la había ayudado. Había resultado más desinteresado y protector de lo nunca hubiera imaginado. Su actitud calentó su corazón. Se preguntó qué más cosas podría ser Keigo y le avergonzó lo emocionada que se sintió de conocerlo más, esperaba que sus hermanos pensaran que estaba acalorada porque el vapor que se levantaba de la arena.

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