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X.




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LA FAMILIA POTTER





Querida Roselyn,

No he podido ir a Hogwarts para verte y saber cómo estás con tu recaída, pero James me ha mantenido informado (creo que aún está un poco dolido porque le ocultaras lo de tu ansiedad, aunque no te culpa, sabe que tu única intención era no preocuparlo) sobre la situación. Madame Promfey ha sabido mantenerte estable, lo que ciertamente es un alivio y cree que si te mantienes en reposo, podrás salir de la enfermería en un mes.

También me contaron acerca de tu discusión con Harry. ¿Draco Malfoy, uh? No deseo hacerte sentir mal, Roselyn, pero tampoco pretendo ocultarte la verdad. Tienes mi total apoyo si decides que el señor Malfoy es alguien que merece tu amistad, ahijada, sin embargo, debes tener cuidado. La relación de los Malfoy con Lord Voldemort fue demasiado estrecha hasta el año anterior, y durante estos tiempos de oscuridad, la precaución respecto a las nuevas personas que conocemos debe ser realmente una prioridad para ti.

De cualquier forma, mi opinión sobre el señor Malfoy es sesgada por el chico de 13 años que conocí dando clases en Hogwarts. Consciente de que aquello fue hace 3 años, creo importante recalcar que solo tú o él mismo saben quién es ahora, en quién se quiere convertir. Si relacionas con él, depende totalmente de ti, ninguno de nosotros puede decirte lo que deberías hacer cuando probablemente no conozcamos al mismo Draco Malfoy que tú conoces.

Eres una chica inteligente, y sé que sabrás decidir si el señor Malfoy vale la pena.

Iré a verte en cuanto me sea posible, Sirius y yo esperemos que te recuperes lo mas pronto posible.

Te quiere,
Remus





Roselyn dobló la carta de su padrino, prestando atención a lo que le decía Ginny.

— Fue muy desagradable, pero es un idiota.

— ¿Le hiciste mocomurciélago a Harry? — repitió, negando con la cabeza resignadamente al verla asentir de forma entusiasmada.

— Claro que sí — replicó ofendida, llevando la mano a su pecho y colocando cara dramática — Nadie se mete con mi mejor amiga y sale ileso, incluso si es tu hermano.

— Siendo sincera — murmuró Carrie, jugando con la mano de Ron, que permanecía dormido en la camilla junto a la de Roselyn. La morena se mordía el labio con preocupación — Harry lo merecía. No debió decirte... eso

Roselyn se encogió de hombros, tratando de ignorar lo que le decían sus amigas. Había despertado hacía menos de 2 horas y Ginny y Carrie la mantenían informada de las cosas que pasaron mientras ella estaba fuera. Una de ellas, que Ginny atacó a Harry con mocomurciélago al enterarse de la razón tras la recaída de Roselyn, que Ron fue envenenado por una botella de Hidromiel adulterada que le dió Slughorn y que Harry y Morrigan terminaron.

— Ya pasó, chicas, no se puede cambiar — trató de apaciguar las cosas. La discusión con su hermano le dolió seriamente y no quería recordarlo, le daba pánico volver a tener un ataque si lo hacía. 

— Cambiar no — dijo Ginny, entrecerrando los ojos como si estuviera molesta con el mundo — Vengar sí.

Roselyn suspiró y Carrie se rió de la cara de Ginny. 

— Lo que sea — hizo una mueca, acomodándose en la camilla — ¿Cómo está Ron?

— Estuvo a punto de morir — dijo Ginny, recibiendo un almohadazo de Carrie en la cara, rodando los ojos al notar la actitud enfurruñada de la morena por sus palabras.

— Madame Pomfrey dice que despertará — explicó Carrie, sonándose la nariz. Roselyn se removió preocupada al ver el rostro pálido de Ron. Las pecas parecían más pronunciadas al igual que las ojeras, y tenía una venda alrededor de la cabeza por el golpe que se dió al caer envenenado — Harry lo salvó al darle un bezoar ¿sabes? De no ser por eso, Ron...

Carrie se estremeció. Hasta Ginny dejó de sonreír un poco ante esa perspectiva. Roselyn se sintió mal por ella, debía estar devastada.

— Pero ya se encuentra estable — continúo Carrie, colocando una sonrisa valiente al dirigir sus oscuros ojos hacía Roselyn — ¿Cómo estás tú?

Roselyn no sabía cómo estaba. No sabía si podía colocar en una sola categoría la ola de sentimientos intensos que poseía. Su ansiedad le regaló un cansancio con el que incluso ahora, un poco divertida por las ocurrencias de sus amigas, luchaba. Le pesaba el cuerpo y su mente era un total torbellino sin sentido alguno. Solo quería dormir, pero no hallaba la somnolencia que buscaba.

Así que cierra los ojos, tratando de calmar la irritación de estos. Bosteza abiertamente y se obliga a enfocar a Ginny y Carrie, que la miran con una preocupación palpable.

— Mejor — es lo que dice, y siente la mentira picándole la lengua. 

Al ver los gestos escépticos de las chicas sabe que no le han creído, pero lo guardan para ellas. Roselyn lo agradece en silencio. No le resultaba fácil hablar de su problema, incluso con su padrino debía obligarse la mayoría de veces para mantenerlo informado. 

Nunca quiso sentirse un peso para alguien, ya suficiente lo sentía cada vez que miraba a su padre, la fatiga de la que nunca hace mención a ella y su hermano para no hacerlos sentir mal, sin embargo, Roselyn lo ha visto aunque él crea que no. Ella no es tonta, y no puede evitar pensar que solo le resulta una carga a su padre.   

 — Puedo escuchar tus pensamientos desde aquí, Roselyn Harper — dice Ginny, con tono de reproche — Detén ese tren.

— Ginny tiene razón — asintió Carrie, dando un suspiro al ver que está a punto de replicar — No eres una carga para nadie, Rose. Estamos aquí porque te queremos y nos preocupamos por ti...

— No tendrían por qué estar aquí, en primer lugar — murmuró, acariciándose la nuca y tratando de controlar el temblor de su cuerpo.

Ginny se levanta de la silla junto a su camilla y se sienta a su lado, pasando un brazo alrededor de su espalda y dejando que recargue su cabeza en el hombro de ella. Roselyn no se contiene, dando fuerza al agarre sobre su mejor amiga al que Carrie no tarda en unirse, sosteniéndola y asegurándole que estarían ahí para ella sin importar qué. 

— Pero lo estamos — aseguró Ginny.

Y Roselyn se siente mejor, escudada entre ambas.

— Rose... — su padre se detiene en la puerta al verlas, y sonríe débilmente encontrando los ojos verdes de Rose, que parpadea avergonzada e intenta esquivar el avellana lleno de preocupación.

Ginny y Carrie compartieron una mirada.

— Iremos a clase — anunció Carrie, tomando su mochila y dándole un apretón de apoyo a Roselyn. Ginny le guiña el ojo, imitando a Carrie, antes de que las dos salgan de la enfermería.

Su padre se acerca a ella, luciendo indeciso cuando Roselyn es incapaz de mirarlo. Arrastra la silla que Ginny estaba usando y la acomoda junto a su camilla, tomando su mano y sosteniéndola al notar el encogimiento de su hija.

— Lo lamento — susurró, con la voz temblorosa. Los ojos verdes brillan de lágrimas y arrepentimiento al encontrar los de su padre — Enserio lo lamento, papá. Sé que debí decirte, y no debí obligar a mi padrino a guardar el secreto. Papá, yo no...

— Lo sé, Rosie — susurró devuelta. Roselyn se muerde el labio con fuerza al verlo agachar la cabeza, recostándola sobre su abdomen cubierto por la sábana. Su voz le dice que está tratando de no llorar, lo que solo la hace sentir peor — No es como si yo hubiera sido muy sincero contigo todo el tiempo, cielo.

Roselyn contiene la respiración. Sabe a dónde va la conversación. Siempre pensó que llegaría, pero no creía que tan pronto, sin ni siquiera una insistencia de su parte.

— ¿Qué es lo que sucede con mamá, papá? 

La mano le tiembla sobre la de ella. Roselyn trata de no reaccionar precipitadamente.

— Ella no está bien — dijo, en voz bajita. Roselyn tiene que concentrar todos sus sentidos para entenderlo — Ella no ha estado bien desde el ataque.

— No es... — tragó saliva, incrédula de lo que oye — no es solo estrés postraumático ¿Verdad? — al verlo negar, Roselyn cierra los ojos. Lucha por seguir la conversación — ¿Por qué dejaste a mamá, papá? 

Su padre se endereza. Las gafas cuadradas se deslizan por su nariz. El cabello está más revuelto de lo natural cuando coloca las manos sobre la parte posterior de su cabeza, sosteniéndola. 

— No lo soporté, Rose — expresó, sin mirarla. Roselyn se siente incapaz de apartar su atención de las dolorosas palabras que suelta su padre — Yo... simplemente no pude vivir con ese lado de Lily que nunca había visto antes. Ella se enojaba conmigo, y me odió durante años, pero eso fue... tan distinto. No fui capaz de seguir o tratar de arreglar la relación, cielo, y cuando ella me presentó el divorcio... Sentí tanta paz. Paz porque ya no tendría que luchar con ella y el trauma que ambos teníamos. 

Roselyn siente la verdad como puñaladas. Ella siempre quiso saber por qué sus padres no estaban juntos, ella siempre pensó que si solo daban de su parte, serían la familia que eran antes de la guerra y de Voldemort. Antes del huracán que arrasó con su felicidad. Pero ahí el problema que ella no vio era que, incluso si lo intentaban, no funcionaría. Porque ellos ya no se amaban, y posiblemente no lo hicieron nunca.

¿Cómo arreglar algo que nunca existió?

White entra a la enfermería, quedándose estática al ver a su padre ahí. Luce muy preocupada cuando escucha el primer jadeo que escapa de sus labios. Roselyn alza la mirada, y por primera vez, realmente por primera vez, ella y White pueden entenderse la una a la otra. 

White le regala una sonrisa tranquila y retrocede, cerrando las puertas de la enfermería para darle su espacio. Y Roselyn nunca se sintió tan agradecida con la novia de su padre que en ese momento, moviéndose en la camilla hasta dejar sus piernas colgando de esta, envolviendo a su padre en un abrazo que, por el temblor de su cuerpo, él necesitaba más que nada.

— Lo lamento, cielo — le dice al oído, y el arrepentimiento crudo de sus palabras logran que Roselyn suelte la primera lágrima, enterrando la cara en el hombro de su padre. 

— No es tu culpa, papá — dijo, sintiéndose mejor cuando le devuelve el abrazo, protegiéndola contra su pecho.

Porque todos cometen errores, y nadie dijo que ellos fueran perfectos.  

Se quedan allí, dándose apoyo silencioso, durante unos minutos, incluso podrían ser horas y a Roselyn no lo hubiera notado. Sentía tanta paz, refugiada en su padre, aferrada a él como cuando era una niña chiquita que quería que su padre llegara a los doscientos años, si así estaría con ella hasta el día de su muerte.  

— Así que... — comenzó su padre, separándose lentamente y acariciándole la mejilla. Roselyn ladea la cabeza, extrañada — ¿Draco Malfoy?

Tiene que respirar hondo para no sentirse aterrada. Es su padre, y no la va a juzgar. Debe recordárselo antes de que su acelerado corazón le provoque un infarto por la posibilidad de que él la deteste.

— Le daba tutorías de Transformaciones —explicó, mordiéndose la mejilla interna de la derecha.

— Por eso me pediste el libro de sexto —parece realizado de ese hecho. Roselyn espera por otra reacción, sosteniendo la cálida mano de su padre que, tras pasados unos segundos, sonríe — ¿Por qué lo ocultaste?

— No quería que te decepcionaras — se rascó la mejilla con incomodidad ante su confusión. Oh, esto es tan embarazoso — Quiero decir... Es un Slytherin, sé que no te agradan mucho — al escucharlo reír, entrecierra los ojos levemente enojada — ¿De qué te ríes?

— Rose, cielo — la sonrisa irónica en su rostro la desconcierta unos segundos, hasta que continúa la frase: — Mi prometida fue una Slytherin.

Definitivamente, esto es embarazoso. Roselyn se sonroja fuertemente al recordarlo.

— Uhm — carraspeó, escondiendo el rostro en las manos cuando su padre renueva la risa — Supongo que no lo pensé así... ¡Ya deja de reírte, papá!

Él solo se ríe con más fuerza, divertido de la cara enfurruñada de Roselyn, que le mira de forma acusadora y se cruza de brazos indignada.

— Mi único problema con él — comentó después. Roselyn lo escucha atenta — Es que sea un Malfoy. Y no es precisamente su culpa ¿eh? — agrega tras meditarlo — No tengo derecho a opinar sobre tus amistades, Rose, eres tú quien decide quién es digno de tu confianza y quién no, solo quiero que tengas cuidado ¿vale?

— Vale — asintió, sonriéndole de nuevo.

Y cuando la vuelve a abrazar, Roselyn cree que es capaz de enfrentarse a cualquier huracán que intenté arrebatarle esa sensación de felicidad y plenitud.












 


Este cap es más intenso emocionalmente que cualquier otra cosa, pero lo sentí bastante necesario para la trama que envuelve a los Potter, y aunque no tuvimos al hurón por ahora, ya sabremos qué pasó con él y la conversación que tuvo con White/sus sentimientos por Rosie en el siguiente gg 





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