Vestidos
Capítulo 4
SCARLETT (P.D.V)
Vestido que veía, vestido que tiraba a mi cama.
- ¿Se puede? -Preguntó mi madre desde la puerta.
- Adelante -Dije desde el vestidor.
- Vaya, parece que un vendabal ha pasado por aquí, ¿qué estás haciendo? -Preguntó ella.
- No encuentro nada apropiado para ponerme en ese estúpido baile, tengo que estar radiante y no encuentro nada, todo lo que tengo o ya me lo he puesto o está pasado de moda y no puedo permitirme aparecer ahí con algo del año pasado, puede que sean lobos, pero seguramente la familia real conocerá de moda -Dije mientras me daba la vuelta para mirarla.
Mi madre era una auténtica veldad. Alta,guapa, delgada y joven. Si, vale que era un vampiro, pero mi madre se conservaba bastante bien para tener casi 300 años.
- Scarlett,es solamente un baile, ninguno de ellos te ha visto nunca con algun traje de noche, podemos contar con los dedos de una sola mano las veces que se han hecho un baile a los que tu hayas asistido, no pasa nada -Dijo ella apoyándose en el marco de la puerta.
- No mamá, tengo que estar guapísima, tengo que llevar algo realmente despampanante, que se me haga notar por encima de todo el mundo -Dije- algo que opaque a Rebecca Woolf.
Mi madre se acercó y me puso una mano en la mejilla.
- Cariño, tu opacas a cualquiera con solamente tu presencia -Dijo mirándome con cariño.
- Eso lo dices porque eres mi madre. Mamá,¿no lo entiendes? se que soy guapa, pero nadie ha visto nunca a los descendientes de esa familia, yo nisiquiera he visto a los alfas, ¿cómo pretendes que vaya a ponerme cualquier cosa? no es que los lobos lleven en sus genes algo que les haga feos -Dije desesperada.
- Yo tampoco he visto nunca a los hijos de los Woolf, pero no te preocupes cariño, eres una princesa, eres la más bella y no lo digo yo por ser tu madre, lo dice todo el mundo. Eres alta, con una bellísima tez pálida, y unos increíbles ojos eléctricos tan magnéticos como los de tu padre, harás caer a tus pies a quien te propongas, como si llevas un saco de basura encima, y con los lobos no será distinto, créeme cariño, tienes una belleza increíble, da igual lo que te pongas -Dijo con una gran sonrisa.
- Me has subido bastante la autoestima mamá -Dije haciéndola reír- pero aún así, necesito ir de compras. Tengo que gastar dinero.
BECKY (P.D.V)
- Bueno, no está nada mal -Dije mientras miraba la entrada de la casa.
- ¿Nada mal? cariño, se han portado bastante bien con nosotros. Lógicamente no es nuestra casa, pero es bastante grande y acogedora -Dijo mi madre mientras me echaba un brazo por encima.
- No esperaba que fuese tan grande, eso lo tengo que admitir -Dijo mi padre mientras le echaba un vistazo a la sala.
Media hora atrás, un hombre alto y pálido como él solo con unos enormes ojos negros nos había ido a recoger al aeropuerto y nos había traido aquí. Acto seguido se había ido. Mejor para nosotros, su presencia nos ponía nerviosos y hacia saltar nuestra alarma interior. Al menos había tenido la desencia de ir sin oler a una pizca de sangre.
La casa era una mansión de dos pisos con un amplio jardín.
- Me pregunto si nos han dado un jardín tan grande porque piensan que tenemos instintos animales que resolver -Dijo Dayana, la gemela de Eric.
- No seas mal pensada -Dijo mi padre mientras le echaba un brazo por el hombro. Ella le abrazó.
Todos nosotros teníamos una adoración increíble con nuestros padres, lo que claro, cuando tu padre te excluye de los temas de la manada, la adoración va cayéndo en picado hasta convertirse en rencor.
- ¡Es un jardín enorme! -Gritó Héctor, el pequeño de seis años mientras corría hacia la parte trasera.
- Enano, ¡ven aquí! -Gritó Eric mientras le perseguía, el primero solamente gritaba emocionado.
Eramos ocho en la familia real y seis eramos los hijos de los alfas, es habitual en los lobos tener grandes descendecias, y sobretodo tener o gemelos o trillizos. Primero venía Joseph, mi gemelo, luego iba yo. Después de mi iban Eric y Dayana morenos y de ojos marrones tan claros que parecían amarillos, Eric es el típico adolescente de diesiéis años, lo podemos considerar el típico capitán de fútbol de las típicas películas americanas,lo que con la diferencia de que Eric no es un prepotente, era el chico más dulce que te podías encontrar, aunque solamente con los de su especie; tenía cierta tendencia a sacar las garras a los vampiros, era un poco difícil de controlar, pero no imposible. Dayana es la típica protagonista de los libros juveniles, la chica guapa que no sabe que tiene un cuerpo de modelo, sencilla y reservada; pero eso sí, si tenía que sacar las garras, las sacaba; es la más educada de la familia. Detrás de ellos venía Héctor, pero él no había venido solo, venía con Mario y Ángel. Niños de seis años que había sido un peligro traerlos aquí, ¿por qué? porque jamás habían estado en contacto con vampiros y no sabíamos como podía ser el primer encuentro con ellos y menos en su territorio, pero dejarlos en casa no había sido una opción.
Al territorio de los vampiros habían llegado los dos alfas más poderosos del mundo; tres pequeños rebeldes con ganas de morderlo todo cuando están transformados; una chica que si le tocan la fibra sensible podría matar a más de dos vampiros ella sola, un adolescente que se prende más rápido que tirar un mechero en una gasolinera; y dos próximos alfas, uno con una pasiencia muy corta y otra con unos cojones como un día de fiesta. Vamos, que en presencia de vampiros, la cosa iba a estar movidita.
- ¿Qué es esto? -Preguntó Joseph mientras cogía un sobre que había en la sala.
- Wooh, cuánta elegancia -Me mofé- "Nos complace invitarlos al baile real" ¿quién ha escrito esto?
- La elegancia de la realeza, hermanita -Dijo Eric mientras se sentaba en el sofá de la sala.
- ¿Un baile?¿enserio? venimos aquí porque hay una amenaza, ¿y nos invitan a un baile? yo es que.. yo es que flipo -Dijo Dayana mientras negaba con la cabeza.
La actitud de Dayana realmente me estaba asombrando, pero bueno, era normal, estaba en territorio de absolutamente vampiros y anoche me habían atacado, era normal que estuviese así.
- Bueno, pues si hay un baile no podemos hacerle el feo de no ir -Dijo mi padre mientras leía la invitación.
- ¿Qué? -Preguntó Eric frunciendo el ceño- ¿tenemos que ir a ese baile?
- Me supongo que este baile no es porque sí, seguramente lo están haciendo para que todos sepan que estamos aquí -Dijo mi madre- y no podemos hacerle el feo de no ir. Si nos han invitado es para que vayamos y si queremos que nos ayuden, tenemos que ir.
- ¿Si queremos que nos ayuden? -Pregunté alzándo una ceja- nos tienen que ayudar sí o sí, porque no solo nos atacan a nosotros, también les atacan a ellos. Así que en vez de hacer bailes y mierdas, deberían recibirnos en su casa y llegar a un acuerdo. Esto me parece una gran bobería.
- Vamos a ir sí o sí Becky, da igual como te pongas -Dijo mi padre dejándo la invitación sobre la mesa- ahora lo que tenemos que hacer es elegir habitaciones e instalarnos. No sabemos cuanto tiempo vamos a estar aquí. Luego, tenemos que reunirnos con la manada y hablar sobre esto. Dejen el drama a un lado y hagan lo que tenemos que hacer.
Acto seguido, subió las escaleras con mi madre y los tres pequeños.
Joseph,Eric,Dayana y yo nos miramos a la vez, todos con una ceja alzada.
- Simplemente genial -Solté antes de subir a la planta alta.
*
- ¿Qué haces? -Preguntó mi madre cuanto entró a la habitación que había cogido para mi.
Era una de las más grandes de la casa. Amplios ventanales por donde entraba la luz del sol, una cama que se cogía prácticamente toda una pared, y un baño con jacuzzi.
Se parecía bastante a la habitación que tenía en mi casa, pero ésta, con diferencia a la mía, tenía pinta de ser de una princesita.
- Buscándo un traje que pueda ponerme, pero parece que no va a haber suerte porque no he traido conmigo nada para un fiesta. ¿Por qué será eso? Ah sí, porque no veíamos a celebrar nada, mi cuerpo está en tan mal estado que no sirvo para ir a ningun sitio -Solté.
- Cariño, estamos en un sitio donde hay mucha variedad de tiendas, ¿por qué no sales y compras algo? -Preguntó.
- ¿Ponerme algo que está hecho por un vampiro? no gracias mamá, antes preferiría presentarme allí con un pantalon vaquero y unas sandalías.
- Cariño, estamos en un territorio de vampiros, te voy a pedir un favor y espero que lo cumplas, en la fiesta tienes que estar completamente educada, no nos hagas quedar mal. Todos nos sentimos raros estándo rodeados de vampiros, pero la próxima alfa tiene que estar con una sonrisa, aunque sea falsa, con una sonrisa -Dijo acariciándome la mejilla.
- Mamá, eso no hace falta ni que lo digas.¿Crees que le voy a dar el lujo a estos seres de poder criticarnos diciendo que su hija no se sabe comportar? -Pregunté.
- No esperaba menos de ti, cariño -Dijo con una enorme sonrisa.
- Entonces.. ¿qué me pongo? -Pregunté mientras miraba las maletas abiertas encima de la enorme cama.
- En cada país hay al menos un lugar donde hay manadas cariño, la más cercana aquí no está a mas de dos horas, podemos ir, mirar la ropa que nos ofrecen y luego, volver y estar aquí radiante con ropa de cambiantes -Dijo ella con una pequeña sonrisa.
- Me encanta como piensas mamá -Sonreí.
SCARLETT (P.D.V)
- ¿Realmente pretendes que me ponga eso para un baile real? -Grité fuera de mis casillas.
Estaba ante la mejor modista del reino, y no era capaz de encontrar nada que me gustase.
- Señora, es lo mejor que tenemos es único, no se vende en ningun otro sitio y sobre todo, nunca se le ha vendido a nadie. Pensaba ponerlo en venta la semana que viene. Señora estará llevando algo exclusivo, algo que nisiquiera ha salido al mercado, es nuevo y es original. A usted le gustan los tonos claros y nada mejor que este vestido, es el primer vestido que hago en un tono claro desde hace muchos años porque aquí todo el mundo viene a comprar tonos oscuros. Va a marcar la diferencia señora, ¿y quien mejor para marcarla que la princesa?
Me convenció.
Sonreí ampliamente.
- Bien Sra. Mikaelson, me gusta su vestido. Me lo llevo -Dije mientras soltaba la tarjeta de crédito encima de la mesa de cristal.
- Señora, cuesta más de mil doscientos euros -Dijo.
- El precio no es ningun problema -Dije poniéndome en pie- tu misma lo has dicho, soy la princesa.
BECKY (P.D.V)
- Dios mío, ¡es precioso! -Grité emocionada mientras tocaba la tela.
- Gracias, señorita -Dijo la modista con una pequeña sonrisa.
- Llámame Becky o Becca, como prefieras, pero no señorita, es demasiado formal -Dije maravillada con el vestido- ¿cuánto cuesta?
- Cuesta quinientos euros -Dijo.
Dejé caer la cola del vestido al instante.
- ¿Quinientos? -Pregunté escandalizada.
- Si quiere lo puedo rebajar, no hay ningun problema. Es nuestra princesa, no veo ningun incombeniente -Dijo rápidamente.
- No está escandalizada porque crea que es mucho -Dijo mi madre- ésta escandalizada porque un vestido así de precioso cueste tan poco.
- Oh -Dijo ella con una sonrisa de agradecimiento- de todas formas, se lo puedo dejar gratis.
- Olvídate de eso -Dije con un gesto- te pagaré dos mil euros. ¿Te parece bien,mamá?
- ¿Dos mil? señorita, eso es mucho, ese vestido cuesta muchísimo menos -Dijo la modista escandalizada.
- Tranquila, Candice -Dijo mi madre- no es ningun problema pagar tal cantidad por el. Tu vestido lo merece.
- Déjame tu número de teléfono Candice, a partir de ahora, creo que te empezaré a encargar muchos más vestidos. Y te voy a dar un consejo, eres demasiado buena como para que esto cueste tan poco. Gucci a tu lado no tiene nada que hacer -Dije con una sonrisa.
- Gracias señoras -Dijo tímida.
- No tienes nada que agradecer -Dijo mi madre mientras sacaba la tarjeta de crédito.
- Mamá, me gusta este -Dijo Dayana saliendo del probador.
- Hermanita, vas ha arrancar suspiros entre nuestra manada y en el aquelarre -Dije con una enorme sonrisa al ver a mi hermana tan guapa.
Ella se sonrojó.
- ¿Cuánto cuesta? -Preguntó Dayana.
- Solamente cien -Dijo la modista.
- Te pagaré ochocientos por él -Dijo mi madre- y no hay más nada que decir.
- Gracias señora -Dijo la modista con lágrimas en los ojos.
La familia Woolf destacará por encima de la realeza vampírica. Ibamos a destacar por todo lo alto.
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