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El baile -Primera Parte

Capítulo 5

BECKY (P.D.V)

Coloqué el collar y ya estaba lista.

- ¡Estoy! -Grité.

- ¡Salimos en tres minutos! -Gritó mi padre.

Sonreí mirándome en el espejo. Iba a dejar a todo el mundo a mis pies con aquel vestido.

SCARLETT (P.D.V)

Oía la música abajo sonando y yo no podía hacer otra cosa que sonreír y mirarme en el espejo.

- ¿Estás lista? -Preguntó William abriendo la puerta.

Me miró de arriba abajo y sonrió.

- Vaya hermanita, sabía que ibas a estar espectacular, pero esto es demasiado -Dijo con una sonrisa.

- Gracias hermano -Sonreí mientras me acercaba a él y me enganchaba a su brazo.

- ¿Lista para brillar? -Preguntó.

- Lista para cegar -Dije sonriendo.

JOSEPH (P.D.V)

La vi bajar y no pude hacer otra cosa que sonreír ampliamente.

- Vaya, vaya, ¿quién diría que no quieres asistir a este baile? -Pregunté acercándome a ella.

- Hermano, sabes perfectamente que preferiría arrancarme un pie, pero bueno, ya que estoy en la obligación de ir, ¿por qué no dejar una gran impresión? -Preguntó ella con una gran sonrisa mientras se enganchaba a mi brazo.

- Hijas mías, están preciosas -Dijo nuestro padre cuando bajó a la sala del brazo de nuestra madre, que estaba espléndida con un ajustado traje color esmeralda.

- Gracias, papá -Dijeron Dayana y Becky a la vez.

- Héctor, Mario, Ángel -Gritó nuestra madre. Al momento, los tres enanos aparecieron en la sala con una sonrisa y unos esmoquíns perfectamente colocados- espero que la ropa les dure hasta llegar a casa.

- Lo hará -Dijo Mario poniéndose serio y cuadrándose de hombros.

Para ser un niño de solamente 6 años, tenía muy claro a qué pertenecía y lo bien que tenía que dejar a la familia, tanto él como Ángel y Héctor lo sabían. Lo que de ellos tres, Mario era el más responsable.

- Bueno familia -Dijo nuestro padre antes de abrir la puerta- espero que causen una muy buena impresión y que dejen a todo el mundo con la boca abierta.

- Lo haremos -Dijo Becky con una espléndida sonrisa, y yo no pude hacer otra cosa que copiar la de ella. 

WILLIAM (P.D.V)

Todo estaba marchándo como habíamos planeado y eso me ponía muy contento. Me encantaba tenerlo todo bajo control y que las cosas saliesen como estaban planeadas.

- No sé por qué esa sonrisa, William -Dijo Duncan posicionándose a mi lado.

- Sabes que me encanta que las cosas salgan bien -Contesté.

- Pero los lobos todavía no han llegado y cuando lo hagan, dudo mucho que todo salga como tu esperabas -Dijo él mientras tomaba una copa de champán.

- Dudo que eso pase -Contesté- puede que puedan convertirse en lobos, pero no dudo de que tendrán un gran sentido del comportamiento.

- De sueños se vive, hermano -Dijo con una sonrisa- pero no olvides que una parte de ellos es salvaje,y que una mínima provocación puede desatar algo grande aquí dentro.

- Por eso esta noche todos seremos especialmente educados -Dijo mi padre apareciéndo a nuestro lado- no quiero que hagan nada raro ni los hagan poner nerviosos.

- ¿No deberían tener un mínimo control si van ha aparecer por aquí? -Pregunté frunciendo el ceño.

- William, ellos pueden tener control, pero recuerda que una parte de ellos es un perro. Cuando molestas a un perro, ¿qué consigues? -Preguntó.

- Que te ladre -Dije.

- Y en el peor de los casos, que te muerda, si  es uno que no está amaestrado -Dijo Duncan.

- Por lo cuál, no les hagamos saltar. Seamos educados, que eso no cuesta nada. Mantente con una sonrisa y no les mires fijamente esperando encontrar pelo o cualquier otra cosa -Dijo él- y lo digo especialmente por tu hermana. Así que comunícaselo.

Acto seguido, desapareció.

- ¿Puedo ser sincero? -Preguntó Duncan a mi lado después de unos segundos en silencio.

- Siempre.

- Creo que tu hermana la va ha cagar.. y por culpa de ella, muchos de nosotros pagaremos los platos rotos -Dijo.

- Yo también lo creo -Suspiré.

Scarlett no era alguien muy difícil de predecir. Era egoísta y caprichosa, y aunque todo eso se le podía pasar porque se había criado como las princesas se crían, era alguien que odiaba realmente a los lobos. Y aunque eso era normal en nuestra raza; ella podía desencadenar una verdadera guerra si así se lo proponía, y tenía miedo de que ésta noche hiciese exactamente eso.

De repente llegó hasta la sala un olor que me hizo olvidarme en lo que estaba pensando y centrarme en lo que se había avecinado. Los lobos habían llegado.

- Que empiece la fiesta -Dijo Duncan a mi lado mientras se estiraba el traje y se colocaba recto.

Toda la sala se quedó en silencio, todo el mundo dirigía su atención a la entrada y nadie se movía. Scarlett se puso a mi lado en un segundo y cogió una copa.

- Realmente espero que esto salga bien -Mascullé hacia ella.

Me miró alzándo una ceja.

- No te preocupes hermano, me comportaré -Dijo seria.

Eso espero -Pensé.

Todo el mundo se hizo hacia los lados y mis padres se colocaron en el centro de la sala, acto seguido, Scarlett y yo estuvimos a sus respectivos lados. La familia real era la anfitriona y no podíamos hacerle un feo.

- Cinco -Oí susurrar a Duncan.

- Cuatro -Susurró Scarlett a mi lado.

- Tres -Susurró mi madre.

- Dos -Susurró Lolach, el padre de Duncan.

- Uno -Dijimos mi padre y yo a la vez, en ese momento, se abrieron las puertas del castillo.

¿Qué esperaba encontrarme? realmente no lo sabía, pero lo que estaba claro, es que no esperaba encontrarme a una chica de apróximadamente diecinueve años, embutida en un traje rojo que realzaba toda su figura con un collar de diamantes y una espléndida sonrisa en su cara.

A mi lado, oí a mi hermana coger aire. Algo la había asombrado profundamente.

SCARLETT (P.D.V)

Era como si lo único que viese en aquella puerta fuese al chico de una increíble sonrisa, con un esmoquín que le quedaba perfecto.

- Bienvenidos a nuestro territorio, señores Woolf -Dijo mi padre. En ese momento, salí de mi ensoñación con aquel chico y me fijé en todas las personas que habían en la puerta. Eran ocho y todos eran espectacularmente bellos. Pasando desde el hombre con los increíbles ojos amarillos, a la mujer que agarraba a su lado con una hermosa figura para haber tenido a tantos hijos.Mi mirada siguió pasando hasta encontrarme a una chica guapísima con un traje fucsia.

Vaya, esa debe ser Rebecca Woolf, pensaba que era más mayor, pero bueno, le gano en belleza -Pensé mientras pasaba mi mirada hacia los tres pequeños, luego al chico adolescente que se parecía a un capitán de fútbol y entonces, me paré en ella y supe que la chica de antes no era Rebecca Woolf.

Sus ojos estaban clavados en mi hermano, y luego, nuestras miradas se encontraron y hubo un choque muy grande entre nosotras.

BECKY (P.D.V)

Parecía que no podía respirar. Era el chico más bello que había visto nunca. Alto con unos inceíbles ojos azules y una sonrisa que por poco hace que me ponga de rodillas y le pidiese que sonriese así para mi por toda la eternidad.

Oí un bajo gruñido detrás de mi y desperté de mi ensoñación, miré ligeramente hacia a un lado y la vi. Alta, guapa y espléndidamente rubia. La princesa Scarlett.

Está claro que no nos llevaremos bien -Pensé por la forma en la que me miró de arriba a bajo.

Puse de nuevo una sonrisa en mi cara y nos adentramos en el castillo habitado por vampiros.

JOSEPH (P.D.V.)

No podía despegar la vista de ella mientras nos adentrabamos en el castillo. Tenía un traje en un tono beige que le quedaba espléndidamente bien con su tono de piel.

- Buenas noches, señores Isakovh, muchísimas gracias por habernos invitado a su baile -Dijo nuestro padre. Al momento, dejé de mirarla y me centré en todas las personas allí presentes.

Si, habían invitado a muchos vampiros, pero nosotros también nos habíamos traído a unos cuantos de nuestra manada. Miré hacia atrás y les vi a todos con unas sonrisas de agradeciemiento mirándo fijamente a los Isakovh.

Ésta era mi manada, aquella que sabía poner una sonrisa ante sus enemigos y les miraban fijamente a los ojos para que supiesen que no les tenían ningun miedo.

- El placer es nuestro porque hayan asistido -Dijo el rey de los vampiros allí presentes.

WILLIAM (P.D.V)

La tensión se palpaba en el ambiente y no era una tensión cualquiera. Era una verdadera tensión, aquella que podías cortar hasta con un cuchillo de plástico.

- Déjeme presentarnos, yo soy Kayne-Dijo el alfa-y ésta es mi familia; mi mujer, Sasha; mis dos sucesores, Joseph y Rebecca; Eric y Dayana y los tres más pequeños; Héctor,Mario y Ángel.

- Un placer -Dijeron los seis a la vez con una sonrisa de agradecimiento.

- Yo soy Niall; ésta es mi mujer Megan; y ellos son mis hijos, William y Scarlett.

- Muchas gracias por venir -Dijimos nosotros a la vez.

Después de esa pequeña conversación, se hizo el silencio.

- Que empiece la fiesta -Dijo nuestro padre con una sonrisa.

Acto seguido la música empezó a sonar, y todos volvieron a lo que estaban haciendo antes de que ellos llegásen, lo que siempre con un ojo encima de los lobos.

- Nuestra casa, es su casa, coman y beban lo que quieran -Dijo nuestro padre a los hijos de los Woolf y a su manada- señor Kayne, señora Sasha, ¿nos darían el placer de acompañarnos a nuestro despacho? es sabido que han venido aquí porque tenemos algo que hablar.

- Por favor, muéstrenos el camino -Dijo Kayne. Luego, los cuatro salieron de la sala y sin estar planeado, se formó una especie de separación. Los vampiros por un lado y los lobos por otro.

Y así, todo el mundo siguió a lo suyo.

BECKY (P.D.V) 

No estaba para nada cómoda allí dentro. Quería salir. No soportaba ver a todas esas personas sin tocarse unas a otras; los lobos necesitabamos tocar a la gente,estar en contacto, pero la gente allí dentro se veía tan frívola que me daban arcadas.

- Espero que papá termine pronto -Dije mientras me echaba wisky en el vaso.

- Sh -Me chistó Joseph.

- ¿Qué? es la verdad, me quiero ir -Mascullé.

- Y yo, estoy muy incómoda, todo el mundo nos mira y los peques están raros, están muy tensos -Dijo Dayana.

Dirigimos la mirada hacia los trillizos, y era verdad, estaban al lado de los padres de Sam, pero estaban muy tensos, mirándo hacia todo el mundo.

- Me asusta que se transformen aquí -Dijo Dayana.

Caminé hacia los trillizos y me agaché a su lado.

- ¿Pasa algo? -Pregunté muy bajito.

- Nos sentimos incómodos -Dijo Ángel acercándose a mi.

Ángel aunque era muy reboltoso y casi nunca hacia caso, era el más cariñoso de los tres.

- No se preocupen, es algo normal, pero papá y mamá acabaran pronto y nos iremos cuanto antes -Dije con una sonrisa.

Los tres sonrieron ampliamente y Ángel me abrazó. Luego, muy bajito me habló.

- Esos vampiros de ahí nos miran y se ríen de nosotros.

Giré hacia donde él me decía y vi a tres niños vampiros mirándo hacia mis hermanos y mofándose de ellos.

- Déjen que se rían,pero no se rían ustedes de ellos, esos niños dan pena porque al fin y al cabo, ustedes pueden sentir el sol y ellos si lo sienten, se achicarran. Tienen una vida muy triste en las sombras, y necesitan algo de diversión -Dije guiñándole un ojo.

WILLIAM (P.D.V)

- No deberías decir esas cosas tan alto -Dije colocándome a su lado.

Todo el mundo se calló en la sala, y los lobos se pusieron en alerta. Joseph y otro chico que no pertenecía a los Woolf, se colocaron al lado de ella.

- ¿Qué no debería decir? -Preguntó Rebecca Woolf mientras se levantaba y me miraba fijamente a los ojos con una ceja alzada.

Sonreí fríamente.

- Lo que le acabas de decir a tus hermanos no está bien -Dijo Scarlett pocisionándose a mi lado y mirándola mal.

Vale, la batalla de princesas acababa de empezar -Pensé cuando vi a Rebecca sonreír y mirarla con el desafío en sus ojos.

- ¿Y acaso está bien que tres de los suyos estén riéndose de mis hermanos? -Preguntó ella cruzándose de brazos- no voy a permitir que nadie se ría de mis hermanos y menos, unos vampiros.

A medida que iba hablando, Rebecca se había pegado mucho a Scarlett y ahora las dos se miraban fijamente a los ojos con el odio gravado en ellos.

- Rebecca -Dijo Joseph poniéndole una mano en el hombro.

- Tranquilo hermano, no voy a hacerle daño, solamente le estoy aclarando como son las cosas. Si alguien se rie de mis hermanos,yo hago que mis hermanos se rían de esas personas. Sean niños o adultos, me da igual, son mis hermanos y con ellos no se mete nadie -Dijo Rebecca con una gran sonrisa fría antes de girarse e irse con su manada.

- ¿Qué no vas a hacerme daño? -Preguntó Scarlett dejándo escapar una gran risotada- puede que seas alguien para tu manada Rebecca Woolf, pero para nosotros, no eres nadie, solamente una simple perra más.

Rápidamente Rebecca se dio la vuelta y la miró con una sonrisa.

- Gracias por demostrarme que piensas tanto en mi como para ya haberme buscado un mote -Dijo. Su hermano Eric soltó una risita y toda la manada estaba sonriéndo, incluso Joseph.

Mi hermana se quedó callada y me miró en busca de ayuda.

- La cosa es que si están en un lugar de invitados, no deberían faltar el respeto de esa manera -Solté.

- Entonces que tu aquelarre no le falte el respeto a mi familia -Dijo Joseph- se que son niños, pero si nadie los para, esto es lo que pasa.

- Que tu hermana sea una perra y no sepa dejar a los niños no es problema nuestro -Dijo Scarlett.

La miré fijamente enfadado y oí  como todos los vampiros presentes cogían aire mientras que los lobos achicaban los ojos fijamente hacia ella.

Rebecca la miró y alzó una ceja.

- Scarlett, estás demostrando ser una verdadera estúpida. ¿Por qué no te comportas y tratas a tus invitados como es debido o, ya que estamos, nos ignoras y sigues con tu especie? nos iremos rápido, olvídate de nosotros.. murciélaga -Soltó Rebecca con una sonrisa.

Scarlett apretó los puños y la mandíbula.

- Puta -Soltó.

Rebecca bufó.

- No cobro -Dijo guiñándole un ojo.

Antes de poder darme cuenta y atraparla, Scarlett se lanzó contra Rebecca y ésta cayó al suelo gritándo.

- Mierda -Gritó Joseph arrodillándose a su lado y tocándo su estómago, en el cuál empezó a formarse un gran círculo.

KAYNE (P.D.V)

Estaba hablando cuando derepente lo olí. 

- Becky -Susurré antes de ponerme en pie y salir corriendo lo más rápido que podía del despacho hasta llegar a la sala- ¡Rebecca!

- Papá -Dijo ella en un quejido.

Estaba en el suelo y sus hermanos y algunos más intentaban detener la hemorragia.Le habían tenido que romper el vestido por el estómago para poder poner trapos en la herida.

- ¿Qué ha pasado aquí? -Gritó Niall a sus hijos.

- La empujé y...y... -Decía Scarlett nerviosa.

- ¿Qué te pasa cariño? -Pregunté arrodillándome a su lado.

- La herida se ha abierto cuando Scarlett la empujó -Dijo Joseph mirándo con rencor a la vampiresa.

Metí los brazos por debajo del cuerpo de Becky, y la alzé, cogiéndola como a un bebé. Ella se quejó.

- Llegaremos cuanto antes cariño, te curaremos la herida -Susurré.

Joseph abrió la puerta del castillo para mí, cuando les vimos.

- Parece que no llegaremos cuanto antes -Susurró Becky en mis brazos.

La entrada estaba llena de las mutaciones que la habían atacado la noche 

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