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— Mamá te mataría si se entera que estás aquí. —YoonGi se sobresaltó al escuchar aquella voz tan conocida, pero lo siguió ignorando mientras observaba al castaño de sonrisa bonita hablar con un grupo de personas. — ¿Sentado en un árbol hyung? ¿En serio? — Preguntó incrédulo el menor mientras movía las piernas y jugaba como un niño pequeño según YoonGi. — Interesante manera para no parecer un acosador pero creo que así llamas más la atención.
— Ni que me estuviera viendo. — Gruñó el mayor. — De todas formas... ¿Quién te dijo que yo estaba aquí?
— Jin-Hyung me mandó a buscarte y me dijo algo sobre un chico al que nuestros padres probablemente odiarían. — Se encogió de hombros. — Ahora dime que me muero de curiosidad. — Mencionó emocionado al saber que estaban rompiendo las reglas de sus padres y familiares. — ¿Es el de trasero grande? — Preguntó el menor mientras observaba al grupo de personas que su hyung tenía rato observando. — Si es él, déjame decirte un pequeño detalle.
— ¿Cuál? — Gruñó el mayor fastidiado.
— Nos está viendo hyung. — Se rió el pelinegro.
...
JungKook rió ante el pequeño recuerdo, Taehyung quien iba a su lado lo observó interesado.
— Dicen que quien se ríe solo es porque de sus maldades se acuerda. — mencionó el mayor mientras ambos caminaban por la salida de la universidad. — ¿De qué travesura te acordaste esta vez, JungKookie. — Le animó a hablar.
— YoonGi-hyung una vez se subió encima de un árbol para observar a alguien que le gustaba. — Comentó. — Era alto el árbol y ni siquiera se dio cuenta cuando me senté a su lado. — Negó divertido. — Él creía que así no se darían cuenta de su presencia.
— ¿Se dieron cuenta? — Preguntó el mayor de ambos mientras se imaginaba aquello.
— El chico nos vio, hyung. — JungKook sonrió. — Resulta que iban a cortar ese árbol porque interfería con la entrada de un negocio y el grupo de Ji... — JungKook carraspeó. — El grupo del chico estaban al frente de ese proyecto. — TaeHyung escuchó en silencio. — Nos bajamos lo más rápido que pudimos aunque YoonGi tuvo algunos problemas para bajar. — Rió divertido al recordar que tuvo que ayudar al mayor a bajar.
— ¿Y no sufriste de celos por tu amado YoonGi-hyung? — Preguntó TaeHyung divertido.
— No. — Mencionó secamente. — Y no sabes cuánto me arrepiento de eso.
— JungKook-ah, siempre he tenido esta duda. — Mencionó el mayor dubitativo ante lo que iba a decir. JungKook le prestó atención. — ¿Por qué odias a Jimin?
— No lo sé. — Se encogió de hombros mientras fingía indiferencia ante lo dicho por el mayor. — Hay personas que no son de tu agrado Tae, no lo puedes forzar.
— ¿No será que te gusta Jimin-ssi? — Se armó de valor para preguntar aquello que lo vivía atormentando desde siempre. JungKook palideció ante lo dicho. — Sabes, hay un dicho que dice que los que pelean se aman. — Se encogió de hombros restándole importancia al dolor punzante que se había instalado en su pecho. — Entonces solamente estoy sacando mis conclusiones... — Jugó nerviosamente con sus manos.
— Nunca. — Mencionó seriamente. — Escúchame bien porque no lo diré otra vez. — El menor adoptó una posición seria mientras decía aquello. — En ningún momento me llegó a gustar Jimin, Tae. — Mencionó con seriedad. — Lo que realmente pasa no lo puedo explicar, no aun. — Susurró el menor bajando un poco la guardia. — Ni siquiera sé si puedo explicártelo y que tú puedas entenderlo sin creer que estamos locos, pero... —agarró la mano del mayor fuertemente llamando su atención en el instante. — A mí me gusta alguien más. — Miró fijamente al mayor. — Mejor dicho, estoy enamorado de alguien más. — Taehyung carraspeó incómodo. — Solo que él no se da cuenta de mis sentimientos o quizás si lo hace, pero no me toma en serio. — Se encogió de hombros restándole importancia. — Pero no me importa. — Rió divertido. — Porque yo sé que a la final seremos él y yo quienes encontraremos nuestro destino.
— ¿Es un chico? — Cuestionó el mayor mientras veía a cualquier lado menos al pelinegro frente a él. — ¿Cómo se llama?
— Conozco su cara, confórmate con eso. — Se rió divertido soltándose del agarre que minutos antes él había comenzado y empezó a caminar más rápido. — Hyung, el que llegue de último le toca brindar la cena. — El menor salió corriendo entre risas mientras que Taehyung simplemente negaba en su lugar.
— Quizás esa persona solamente tiene miedo de sufrir nuevamente, JungKook-ah. — Susurró para luego intentar alcanzar al menor. El pelinegro se encontraba riendo mientras lo esperaba desde la entrada de la estación del metro.
...
— ¿Qué se supone que estás haciendo? — Jimin se sobresaltó al escuchar la voz del mayor. — ¿Por qué tienes un desastre en tu armario? ¿A dónde vas? — Cuestionó Hoseok viendo el reguero de ropas en el piso y cama del menor.
— Voy a salir con un grupo de amigos más tarde. — Comentó aparentando tranquilidad mientras por dentro se moría de nervios.
— ¿Sí? — Preguntó el pelirrojo sonriendo divertido ante la actitud de su dongsaeng. — ¿Con quiénes? — Inquirió.
— Con Taemin. — Mencionó rápidamente mientras buscaba con desesperación una chaqueta negra que hacia juego con el pantalón que había escogido.
— ¿Taemin? — Preguntó el mayor.
— Sí. — Respondió de forma escueta. — Vamos con un grupo de personas a jugar billar posiblemente. — Negó al ver que la chaqueta seguramente estaba sucia o que Taehyung posiblemente la tendría entapujada en su closet.
— ¿Y YoonGi-hyung a donde te va a llevar a comer? — Preguntó Hoseok con risa mal disimulada mientras lanzaba la cascara de banana para su menor. Jimin ajeno a las malas intenciones de su mayor respondió.
— YoonGi-hyung me dijo que estaríamos en su casa pero no sé qué ponerme. — Mencionó frustrado mientras seguía regando ropas. Calló repentinamente al escuchar lo que había dicho. — ¡Hobi-hyung! — Chilló el menor llevándose las manos a la cara para cubrir su muy evidente bochorno. — ¡No le digas nada a Taehyung! — Imploró mientras se dejaba caer en la cama. — Me tendrá azul con ese tema, ¡me lo encontraré hasta en el baño diciéndome cosas sobre YoonGi! — Exageró.
— ¿Te gusta? — Preguntó el pelirrojo mientras se dejaba caer al lado del menor.
— ¿Hmm? — Preguntó Jimin mientras veía el techo de la habitación buscando las posibles respuestas a la pregunta de Hoseok.
— Te gusta ese chico, YoonGi ¿no? — Preguntó otra vez mientras también enfocaba su mirada en el blanco techo de la habitación. Jimin lo meditó un poco más para luego responder.
— Es una sensación extraña. — Susurró el menor mientras recordaba con precisión la primera vez que vio al mayor. — Es un sentimiento que me hace sentir confiado cuando estoy con él. — Habló perdido en sus pensamientos. — Cuando lo conocí sentí algo muy fuerte aquí. — Llevó sus manos hasta situarlas en su pecho, justamente en el lugar del corazón. — Y es algo contradictorio pero a la vez, atrayente. — Suspiró. — Me siento atraído como un metal hacia el imán, pero a su misma vez, me siento como una presa solamente con sentir la intensidad de sus orbes negros sobre mí.
— ¿Alguna vez te había pasado algo similar, Jiminnie? — Preguntó el mayor. El castaño negó. — Ni siquiera con este chico... No recuerdo su nombre. — Rió el mayor.
— No. — Respondió completamente seguro de su respuesta. — Y en realidad tengo mucho miedo, hyung. — Confesó. — Tengo miedo a entregar mucho de mí y no recibir lo mismo.
— Y a él, ¿cómo lo ves con respecto a ti? — Preguntó. — Me dijiste que era mayor que tú, quizás solamente eres un pasatiempo para él. — No quería hacer sentir mal al menor, contrario a ello, él solamente se preocupaba de que nadie pudiera dañar a Jimin.
— No lo sé, no logro definirlo. — Se encogió de hombros restándole importancia. — Él me mira como si yo fuera la respuesta a todos sus problemas. — Susurró con una pequeña sonrisa mientras recordaba vagamente el brillo en los ojos del mayor. — Y cuando lo miro, me siento caer en un inmenso mar de posibilidades y dudas, de oportunidades y riesgos. «De dolor» quiso decir también, pero no quería preocupar a Hobi por tonterías.
— Tómalo Jimin. — Aconsejó el pelirrojo con confianza en sus palabras. — A veces la vida está llena de riesgos y nunca sabremos qué pasará si no hacemos las cosas. — Comentó. — Además, tus ojos brillan cuando hablas de él. — Rió divertido mientras Jimin simplemente se cubría la cara apenado por lo evidente que había sido su flechazo con el mayor.
— ¡No le digas a TaeHyung! — Exclamó abochornado mientras seguía con la cara cubierta. — Es capaz de publicarlo en todas las redes sociales y hacerme pasar vergüenza cada vez que estemos en su clase, no quiero incomodar a YoonGi-hyung.
— No diré nada pero tienes que prometerme algo. — Hoseok esta vez se sentó en la cama, adoptando un porte serio, Jimin imitó el acto del mayor. — Prométeme que pase lo que pase, siempre vas a pensar en ti y nada más que en ti. — Extendió sus manos esperando a que Jimin la apretara. — Que cuidaras tu corazón, Jimin-ssi.
— Lo haré hyung. — Susurró convencido de que podría con eso. — Te prometo que cuidaré lo mejor que pueda de mí.
— Y que me presentaras a YoonGi-hyung para evaluarlo y reprenderlo por robarse a mi mochi bebé. — Le guiñó el ojo divertido.
Jimin rió divertido ante las ocurrencias del mayor. — Lo prometo hyung. — Susurró. — Si todo sale bien te presentaré a YoonGi-hyung.
...
— Tienes serios problemas si me permites decir. — Mencionó Jin entrando en la habitación de su hermano menor. — Nuestros padres se han dado cuenta de tu notable poco interés por la señorita Seul.
— ¿Y eso debería importarme? — Preguntó el menor mientras fruncía el ceño en señal de molestia. — Te dije que no tenía el más mínimo interés en seguir colaborando con la farsa que están orquestando nuestros padres.
— Tienes un pacto familiar al cual respetar, YoonGi. — Le regañó el mayor. — Además, sería conveniente que dejaras de pretender ser diferente. — El pelinegro lo observó en silencio. — Por el bien de ese chico al cual te gusta ver.
— No pretendo ser diferente. — Mencionó de forma vaga. — Yo solamente pensaba...
— Ese es el problema YoonGi. — Rió tristemente el mayor. — Nosotros no podemos pensar.
— El problema es que creo que estoy enamorado. — Mencionó riendo sin gracia. — Estoy enamorado, hyung.
— Eso está mal, YoonGi, lo sabes. — Jin se dejó caer al lado del menor. — Sin embargo, me alegra mucho que conozcas ese sentimiento. — Susurró mientras jugaba con los cabellos azabaches de su hermano. — El amor es bonito. — Mencionó poco emocionado. — Pero también, YoonGi. — Se aclaró la garganta para poder hablar nuevamente. — El amor es letal como un fino veneno. Esperanzador y destructivo.
— Tengo miedo. — Confesó YoonGi.
— Es normal tener miedo. — El mayor envolvió al azabache mientas seguía acariciando sus cabellos. — Pero JungKook lo aprueba. — Rió divertido mientras recordaba la emoción con la cual su pequeño hermanito hablaba del chico misterioso de YoonGi. — Yo también quiero conocerlo. — Le codeó. YoonGi rió levemente.
— JungKook está emocionado porque también le gusta alguien de ese grupo.
— ¡Ays! ¿Es que ambos están locos y quieren que nuestros padres nos destierren de sus vidas?
— Lo vamos a dejar hyung. — Prometió YoonGi no muy seguro de sus palabras. — No pasará a mayores.
— Quisiera creerte, YoonGi-ah. Quisiera creerte.
...
YoonGi despertó sobresaltado ante aquel recuerdo, había pasado mucho tiempo en el cual las palabras y hechos del pasado no habían pasado asistencia sobre su vida actual, se llevó las manos a la cara y las frotó de manera descuidada para terminar de despertarse por completo, el sol apenas se veía por la ventana de su habitación, el apartamento se encontraba envuelto en un extraño silencio, clara muestra de que JungKook quizás había cumplido su promesa y no iba a regresar aquella noche.
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— No estoy interesado en verte junto a Jimin. Me da ganas de vomitar. — Fingió una mueca de asco.
— Deja tus celos JungKook-ah. — Rió el mayor.
— No son celos, es mi instinto protector. — Sonrió de forma inocente mientras agarraba las llaves del mayor. — Sabes algo. — Lo miró de forma intensa. YoonGi asintió.
— Lo sé. — Mencionó serio.
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YoonGi se levantó con demasiado pereza de su cama, avanzó tranquilamente por el pasillo y acomodó lo poco que estuviera fuera de lugar, su mirada cayó en la cocina imaginando que podría hacer de cena que no fuera ramen y que no llevara demasiado tiempo, no sabía que podría gustarle a Jimin.
— Si pides pizza no hay ningún problema. — YoonGi se giró sobresaltado al escuchar aquella conocida voz detrás de él. — ¿Que pensaron ustedes? — Se quejó el mayor colocando los brazos en su cintura y fingiendo molestia. — Jin-hyung nunca se enterará de nuestros planes, hagamos desastres y luego vayamos llorando a su presencia para que nos salve. — Mencionó con un tono aniñado. — ¡Pues no! — Exclamó. — Además, ¿tienes una taza de azúcar que me regales?
— ¿Cómo entraste? — Preguntó el rubio.
— Por la puerta, genio. —Rodó los ojos el mayor. — Y tus llaves de repuesto estaban debajo del tapiz. — Se encogió de hombros. — Pensé en agarrar la azúcar sin decirte nada pero esperé pacientemente a que despertaras. — YoonGi negó divertido mientras avanzaba a la cocina, Jin le tendió una taza rosada y el rubio trató de no rodar los ojos.
— Ten. — Jin asintió conforme ante el contenido de la taza.
—Me voy a ir porque no tengo intención de escucharte con Jimin. — YoonGi negó ante las ocurrencias de su mayor. — Compra pizza, le encanta. — Le guiñó el ojo divertido.
— ¿Cómo sabes eso? — Preguntó pero no obtuvo respuesta alguna más que el sonido de un portazo.
...
— JungKook. — Llamó el mayor mientras veía al menor fruncir el ceño. — ¿Te pasa algo? — Preguntó.
— Hyung. — Susurró el menor. — ¿Es malo querer proteger a alguien a quién quieres? — Cuestionó.
— ¿Hablamos de YoonGi? — Preguntó el mayor con recelo, teniendo siempre cuidado de lo que pudiera decir mientras veía los carros pasar por la ventana del pequeño local en donde estaban, la noche caía poco a poco pintando el cielo de pequeños destellos plateados.
— Hay algo que no me permite ser feliz. — Confesó el menor. TaeHyung escuchó en silencio expectante por lo que Kook pudiera decir. — Tengo miedo de perder a las personas que quiero y quedarme solo otra vez. — Jugó vagamente con el mantel que cubría la mesa en donde estaba sentado. — Nuestros padres eran muy estrictos y siempre estaban controlando nuestra vida, éramos diferentes y según ellos buscaban cuidarnos.
— ¿Tus padres viven con ustedes? — Preguntó TaeHyung al ver la mueca de desagrado en el rostro del menor.
— No los hemos visto desde hace mucho tiempo y tampoco tenemos intención de hablarle si los volvemos a ver. — Se encogió de hombros. — Fallaron en lo primordial hyung. — Lo vio fijamente. — Fallaron al momento de amar y perdonar.
— ¿Qué es el amor, JungKook-ah? — Preguntó el mayor. El pelinegro frunció el ceño ante la pregunta repentina. — Todos conocemos una versión diferente del amor y aplicamos la definición que creemos conveniente. — Mencionó tranquilamente. — Quizás tú crees que ellos fallaron porque no comprendieron tu punto de vista, ellos a lo mejor creen que ustedes fallaron porque no comprendieron lo que ellos quisieron decirle.
— Lo que ella hizo no puede considerarse un acto de amor, hyung. — Negó. — Jamás. —Mencionó serio.
— Entonces dime algo. — El pelinegro observó al mayor. — ¿Qué es el amor para ti, JungKook?
— Eso es sencillo. — Sonrió levemente mientras tomaba la mano del mayor entre las suyas. La valentía corría libremente por sus venas. — El amor eres tú.
...
Jimin sintió nervios al estar frente aquella puerta nuevamente, la primera vez que había venido a ese lugar no había tenido tiempo de detallar mejor el lugar, el edificio era bonito y silencioso, las pocas personas que había visto alrededor apenas y habían tomado importancia a su presencia, armándose de valor tocó el timbre mientras esperaba en silencio, se escucharon algunos pasos dentro del apartamento y los pocos nervios que había logrado controlar volvieron a él en segundos, la puerta se abrió más rápido de lo que esperaba y la ya conocida sensación se instaló dentro de él mientras sentía el escrutinio del mayor en su presencia.
— Llegas puntual. — Mencionó el mayor mientras sonreía al castaño. Jimin se movió de un lado a otro sin saber que decir. — ¿Pasaras o te quedaras ahí? — Preguntó el rubio. — No te haré nada malo, Jimin-ah. — Rió divertido ante el visible sonrojo que adornaba el rostro del menor. El castaño le tomó la palabra y entró en el apartamento, todo se encontraba en su lugar, la luz estaba tenuemente baja y había una fragancia en el lugar que lo hacía querer sumergirse en ella y no salir más de allí.
— Hyung. — Llamó repentinamente mientras se armaba de valor para ver al rubio. El mayor lo observó con atención. — ¿Nosotros nos conocemos de algún lado?
¡Hola!
¡Muchas gracias por leer!
¡No olviden sus votos y comentarios!
—Marina Lightweight.
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